22 de diciembre de 2011

Catálogo de juguetes 2011

Como bien saben aquellos lectores incansables que me siguen desde que empecé a colaborar en ion litio, todas las Navidades me hago con algunos catálogos de juguetes para echarles un vistazo y rememorar así algunos momentos de mi infancia.

Es una tradición de lo más idiota, pero tradición al fin y al cabo; y ya se trate de decorar un árbol de plástico, poner el Belén, o realizar sacrificios rituales con cabras y vírgenes vestales, las tradiciones son algo que respeto. Como los semáforos en rojo. El ámbar, en cambio, es una zona gris.

Hecha esta estúpida, pero necesaria introducción (si no, a ver cómo demonios encajaba la imagen de la derecha), a continución os ofrezco un repaso de los siete juguetes que más me han llamado la atención este año. El catálogo que he escogido una vez más es el de El Corte Inglés, con sus más de 400 páginas de potenciales causas de despilfarro paterno. No me ha dado tiempo a mirarme otro, la verdad.


#1. Rayuela electrónica Dora



Cuando leo una descripción que dice "el conocido juego de la rayuela ahora en formato electrónico", me entra de golpe la vena anticonsumista, que para mí viene a ser algo tan raro como ponerme a ver Los conciertos de La 2 mientras Telecinco emite un episodio de El coche fantástico. Lo diré de otra forma: precio de una tiza: 30 céntimos; precio de la rayuela electrónica: 39,99€.

No sé cómo de agresiva llegará a ser Dora la exploradora publicitando sus productos porque nunca me quedo a ver los anuncios, pero, creedme, el hecho de que esta niña esté lo suficientemente colocada como para ver monos azules y mochilas parlanchinas no me tranquiliza. Aun así, me extrañaría que lograse vender una sola unidad de esta rayuela electrónica. Creo que lo tiene más fácil con su maleta de plastilina, su tienda automontable, su caravana, su juego de memoria, su consola educativa, su teatro de guiñol, su canasta de baloncesto, su bicicleta... ¡Jesús! ¡Es peor que la invasión de los ultracuerpos!

En definitiva, mi conclusión es que si compráis esto a vuestra hija, será gilipollas de por vida. Y os arrepentiréis cuando estéis comprándole su vigésimo par de zapatos en un mismo año.


#2. Maxidinosaurio Boss con Bolas



¿Soy el único que encuentra perturbadora la imagen de un bebé metido hasta la cintura en las coloridas entrañas de un dinosaurio abierto por el lomo? Nunca pensé que retozar en los inusuales órganos internos de otras criaturas fuera un juego de niños; si acaso, el rito de paso a la madurez de una tribu vikinga que hubiera coexistido con los dinosaurios. Anda que no molaría, ¿eh?

Además, como segundo punto a su favor, el juguete ofrece la posibilidad de reproducir con bastante fidelidad la escena de El Imperio contraataca en la que Han Solo abre el vientre del tauntaun con la espada láser de Luke para resguardar a su amigo del frío. Y si sustituís las pelotas de goma por vísceras, será una reproducción de lo más fiel. Haced fotos.

Por otro lado, el Maxidinosaurio también es una trampa excelente de la que se pueden servir los secuestradores de niños cuando se les acaban los caramelos. Tan solo imaginaos el impacto de encontraros este peluche en un contenedor de basura, abrirlo y que caigan de él 60 bolas de colores y un esqueleto diminuto con un agujero de bala en el cráneo. No es que yo piense normalmente en estas cosas, es que hace dos días que no duermo.


#3. Barbie y Tawny Vamos de Paseo



Mi primera impresión al ver esta Barbie fue: "¡Recristo! ¿Qué se ha hecho en la cara?". A juzgar por el tamaño de su frente, la buena de Barbie debe de haberse hecho tantos estiramientos de piel como kilos le han quitado de los muslos.Vale que los años no pasan en balde para nadie que no sea Keanu Reeves y que, para las mujeres en particular, los cuarenta son un momento muy difícil; pero recurrir a la cirugía no es la solución. Un cambio de cuerpo al estilo capitán Ginyu puede serlo. Si a lo anterior añadimos que Barbie ha empezado a maquillarse como una actriz porno venida a menos, ya no sé qué decir que no haga más daño.

En serio, Barbie da tanta grima que, a su lado, ese caballo de pestañas rizadas apenas parece un engendro de la naturaleza. En todo caso, os recomiendo que no busquéis en YouTube vídeos del animal en movimiento si queréis conciliar el sueño esta noche. Genial, ahora sé que lo vais a hacer.

Sin embargo, la verdadera razón por la que he escogido comentar este juguete no es la Barbie recauchutada ni su caballo ortopédico, sino la pequeña Chelsea, que viene de regalo en el paquete. "¿Y quién es Chelsea?", os preguntaréis. Pues todo lo que puedo deciros con seguridad es que es una niña que se da un aire a Barbie. El resto son conjeturas. ¿Será la hija ilegítima de Barbie y Ken? ¿Quizá un clon de Barbie creado para perpetuar su legado? ¿Qué clase de niña se maquilla como un pendón antes de los catorce? ¿Cuál es la actitud que Mattel pretende promover entre la juventud?

Hay cosas que es mejor no saber.


#4. Draculaura y Clawd Wolf



Hay veces que me faltan las palabras y es mejor incluir una cita, aunque venga de un catálogo:

¿Una vampiresa y un hombre lobo? Draculaura se ha enamorado de Clawd Wolf.

Me gusta su buldog alado.

Durante décadas, Mattel ha dominado el sector de las muñecas para niñas gracias a Barbie, pero cuando llegaron las Bratz, tuvo que ponerse las pilas. Y dado que la tradicional Barbie no bastaba para competir con la compañía rival, tuvo que buscar un diseño más moderno y agresivo y lanzarlo bajo una marca completamente nueva. Su respuesta a la popular franquicia de MGA llegó en julio de 2010: Monster High, el instituto al que van los hijos adolescentes de los monstruos más famosos de la historia.

Quizá el frío me haya congelado algunas neuronas, pero he de admitir que esta reinvención pija del estilo burtoniano me parece buena incluso a mí . No buena de gustarme, sino buena de sabemos lo chifladas que están las niñas ahora y seguiremos la tendencia del momento aunque no la comprendamos. Porque los niños no son como nosotros y no podemos entenderlos. Es decir, a saber qué diablos pensaría mi padre de los Masters del Universo en los ochenta; probablemente que le iba a salir un hijo mariquita. Si no, ¿a cuento de qué me dejaba ver tanta película de Ozores, Pajares y Esteso? Para compensar, amigos, para compensar.

Naturalmente, Monster High tiene mucho más que muñecas, desde bolsos, cámaras de todos y alfombras de baile hasta hidrocápsulas luminosas. ¿Quién no querría una? Asimismo, y muy en la línea promocional de Mattel, la marca cuenta con su propia serie on-line. Este es el primer episodio:


Chicas descerebradas y superficiales pero con mucho estilo. Sin duda, un modelo a seguir por nuestras hijas.


#5. Armouron Action Set



Armouron es una marca de Bandai y, sí, como decía el anuncio, qué guay. Las piezas de la armadura se venden en dos colores –azul y rojo- y son intercambiables, y si además el padre de turno está dispuesto a gastarse dinero en accesorios y armas, el grado de personalización se multiplica.

¡Incluso hay libros y una historia detrás del juguete! Atentos:

Hace mucho, mucho tiempo, existía una orden de caballeros conocida como los Armouron, guerreros de élite encargados de mantener la paz de la galaxia y que luchaban por la libertad, la democracia y el derecho a lucir espectaculares mientras hacían su trabajo. Sin embargo, algunas grandes corporaciones empezaron a difundir mentiras sobre la orden y volvieron a la gente en su contra. Muchos Armouron murieron en combate y los que sobrevivieron escaparon a los confines más remotos de la galaxia. Ahora, en el planeta Tierra, gobierna un déspota sediento de poder, y uno de los Armourones ha regresado de su exilio para entrenar a nuevos guerreros que puedan enfrentarse a este enemigo. Vuestros hijos de 6 a 9 años son esos guerreros. No me importa que aún se coman los mocos. Deben aprender a rebanar pescuezos y amputar miembros para proteger el que se conoce como el menos malo de los sistemas políticos.

Si esto no aviva la imaginación de los críos, no conozco ningún producto legal que pueda conseguir el mismo resultado.

De hecho, lo único que puede mejorar la armadura de Armouron es un anuncio con la voz de Constantino Romero. Sorpresa, aquí lo tenéis:


Os aseguro que si la armadura fuera de mi talla y ponérmela no frustrase cualquier expectativa de mantener relaciones sexuales con una mujer en los próximos cinco años, me la compraría.

Es más, cuando pienso que yo usaba una toalla con un imperdible a modo de capa cuando era un crío, me entran ganas de subirme al DeLorean, ponerlo a 140 kilómetros por hora, retroceder a 1988, encontrarme cuando tenía cuatro años y matarme para evitar este desengaño.


#6. Star Wars: 20 juegos clásicos



He aquí una lección magistral sobre cómo vender un juguete que casi todo el mundo tiene y ni Dios necesita: aprovechad la popularidad de una franquicia.

La caja de la imagen contiene veinte juegos tradicionales, como el parchís, la oca o la escalera, con la peculiaridad de que han sido adaptados al universo de La guerra de las galaxias. Tenemos juegos de tablero, de cartas y de dados; un conjunto la mar de completo. En algunos casos, incluso se pueden aplicar reglas avanzadas para que cada personaje disfrute de poderes específicos. ¿Es o no es brillante? Lo es.

En cambio, los sets de anatomía que anuncia el catálogo son de un soso que tira de espaldas. ¡Con lo poco que cuesta asociarlos a series televisivas como House o Dexter! Pegas una foto de Michael C. Hall con su sonrisa inquietante al cartón y ya está vendido.


#7. Gastón Cabezón



Según IMC Toys, Gastón Cabezón es "el juego que sorprende, tiene bichos y da asco". En realidad, el pobre Gastón solo es una cabeza seccionada enorme (y cuando digo enorme, quiero decir ENORME) en la que se pueden introducir todo tipo de "guarrerías", como ranas, lombrices, arañas y calcetines de plástico. Claro que cada uno en su casa puede meter lo que quiera, como la dentadura de la abuela, en lugar de limitarse a los trastos que vienen con el juego. Mientras no se convierta en el postre con sorpresa de Indiana Jones y el templo maldito todo irá sobre ruedas.

La mecánica es simple: cada jugador saca una carta con un dibujo que le indica qué debe buscar en la cabeza de Gastón, y el primero que encuentre el objeto que le ha tocado se anota un tanto. Lo divertido es que todos los jugadores deben meter sus manos dentro de Gastón a la vez, y sabiendo como son los críos de cabrones, más de uno se sentirá tentado de romperle el dedo a otro o retorcerle la muñeca. Desde luego este escenario parece más probables que el de dos tortolitos impúberes entrelazando sus manos en el interior de las fosas nasales de Gastón y cruzando miradas de amor juvenil por encima de su fea cabeza cercenada.

Vamos, que el juego es la monda, pero no para Gastón, que está condenado a presenciar desde el Más Allá cómo sus orificios capitales son violados reiteradas veces sin consideración ni mesura alguna. 

¿Quién inventará estas tonterías?

3 comentarios

  1. Anónimo3/7/12 15:10

    Es triste decirlo pero la industria juguetera vivió tiempos dorados, ahora todo es electrónico o tiene de didáctico lo que yo de Tiburón blanco.
    No tengo hijos y no es una idea que me llame pero tengo sobrinas muy pequeñas y siempre cuido y aconsejo a mi hermana que no le compre cosas de una marca determinada o con un dibujo impreso en el juguete, ya no hablo de consumismo y de pagar una marca, es directamente que siempre he preferido comprar juegos donde el niño haga algo con sus manos, que ejercite la lógica o lea.
    Llámame loca, pero es mi manera de verlo y el problema de los juguetes actuales es que están hechos para que el niño se toque los cojones y no salga a jugar fuera o se mueva...

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    Respuestas
    1. Nunca me leerás pero tienes "abuelitis" ("en mis tiempos...")

      Que yo recuerde, en nuestro tiempos existía el "Tragabolas", el "Matamosquitos" y todo tipo de juegos donde la diversión consistía en aporrear inmisericordemente. También había Barbies, espadas y pistolas de plástico y todo tipo de mierdas sin sentido.

      Como antes ahora hay de todo, lo que ha cambiado eres tu.

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  2. Desconocía que existiese una ley que me prohiba opinar a mi manera, aunque eso implique hacerlo como me salga de los FGHBGG, pero no pasa nada, al igual que yo tengo derecho a opinar, usted también, aunque sea de manera violenta y sin fijarse en el artículo, que es lo que debería valorar.
    PD. Feliz navidad.

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