8 de abril de 2013

Rurouni Kenshin (2012)

Todo el mundo está de acuerdo en que los ninjas son, ejem, "tope guays" y una gran fuente de inspiración. Pero a veces tenemos la vista tan puesta en estos asesinos sigilosos, si es que se dejan ver, que nos olvidamos de que los samuráis también molan. Miradlo de este modo: los samuráis son como los Jedi del Japón feudal. Además, ¿a quién llamas si tienes apetito? No a los gatos del arrabal, ni a los gatos fluorescentes resistentes al sida, no. Llamas a los Gatos Samurái.

Por otro lado, los vagabundos, ya discutan con palomas o acusen al gobierno de haberles robado sus ideas, también tienen su lado romántico.

En conclusión, un samurái vagabundo es lo más. Y eso es precisamente lo que es el protagonista de Rurouni Kenshin, el manga más popular de Nobuhiro Watsuki.

Si bien tengo montones de cómics americanos de superhéroes, tantos que amenazan con echarme de casa, los mangas que he llegado a completar se pueden contar con los dedos de una mano: Dragon Ball, Captain Tsubasa, Saint Seiya, Dash Kappei, Kurogane, Mazinger Z, Star Wars (la trilogía original), Dr. Slump y, claro está, Rurouni Kenshin. Es una mano bien surtida de dedos, eso sí.

A pesar de que a finales de 1999 la publicación original de Kenshin ya había concluido, la editorial Glénat tardó cinco años, desde 1999 hasta 2003, en publicarla, por lo que completar la colección de 28 tomos se me hizo eterno. No obstante, aguantar hasta el final mereció la pena. Rurouni Kenshin es un cómic tan bueno como dicen por ahí. Hasta tiene un travestí que pelea con guadaña.

Hoy, diez años después de que terminase la colección y habiéndomela leído nuevamente en su reedición de 22 tomos, la película de acción real de Rurouni Kenshin está a punto de salir a la venta en España. Ha tardado ocho meses en salir, pero al menos ha habido una distribuidora con las narices de adquirir los correspondientes derechos, aunque haya sido más de medio año después de que todas las personas que tuvieran un mínimo interés en ella la hayan visto en Internet. Aun así, aplaudo la iniciativa de Media3 Estudio. Y si para la próxima película japonesa que traigan consiguen solucionar el problema de la extemporaneidad, les aplaudiré sin un ápice de sarcasmo.

La película adapta los primeros 30 actos o capítulos del manga, que pertenecen a la llamada saga de Tokyo, aunando tramas, recolocando eventos y quitando chicha y paja aquí y allá hasta construir un guión más o menos coherente para dos horas de cinta.

Las historias en las que se basa el guión de Kiyomi Fujii y Keishi Ohtomo, también director, son principalmente dos: la de Kanryu Takeda, un traficante de opio que quiere ampliar su actividad a la rama armamentística, y la de Jin'e, el Sombrero Negro, un cosplayer de Gámbito que domina la técnica de paralizar a la gente con la mirada (magia, vamos).

Al adaptar la primera de estas historias, la película sustituye a Aoshi Shinomori y los Oniwaban-shu, un cuerpo de élite de ninjas que sobreviven como soldados de fortuna (y si tiene usted algún problema y los encuentra, quizá pueda contratarlos), por Jin'e y otros dos tipos que no salían en el manga, pero que se parecen un poco a Anji, el monje quebrantahuesos de la saga de Kyoto, y a Gein "Henson" de la saga de la venganza, aquí pistolero. Est es la decisión que los fans consideran más controvertida. De capítulos posteriores se introduce a Hajime Saito, antiguo capitán del Shinsengumi y ahora agente del gobierno.

Nada de Aoshi para las nenas.

De este modo, la sinopsis vendría a quedar tal que así:

Una década después de la batalla de Toba-Fushimi, que puso fin a un convulso periodo de guerras civiles en Japón y suena a sopa del día, Kenshin Himura, conocido en aquella época como Hitokiri Battosai, "el diestro asesino del arte de desenvainar", vagabundea por Japón para proteger a los inocentes, los indefensos, los débiles con una espada de filo invertido, fiel a su promesa de no volver a matar, pero provocando lesiones traumáticas severas en tendones y ligamentos y truncando futuras carreras musicales y deportivas. O-ro. Un día, el camino de Kenshin se cruza con el de Kaoru Kamiya, una joven maestra de kendo que tiene fe ciega en el arte de usar la espada como una herramienta para "activar la humanidad de su portador" en lugar de para trocear rivales y pintar la salita de estar de rojo. Ambos se ven envueltos en los planes del empresario Kanryu Takeda para fundar su propio Boardwalk Empire en Japón cuando éste recurre a los servicios de Jin'e Udo, un asesino que actúa bajo el nombre de Battosai y de la escuela Kamiya sin pagar royalty alguno.

¿Tú eres Battosai el Asesino? Te hacía más alto.

El primer punto a favor de la película es que el director Keishi Ohtomo es muy consciente del medio en que se mueve, y, por lo tanto, ni se pasa de realista, alejándose en exceso de la fuente como hizo Christopher Nolan con Batman, ni está tan apegado a las historietas como para caer en el ridículo de la pirotecnia desproporcionada. Ohtomo encuentra un equilibrio entre ambos extremos que funciona bien en el cine y se entiende separadamente del cómic.

El segundo de los grandes aciertos de la película es la forma en que traslada a los personajes de las viñetas a la pantalla. No solo se trata de la apariencia de los personajes, fiel a la obra de Watsuki sin llegar al punto de que te parezca estar viendo a una pandilla de frikis disfrazados de camino al Salón del Manga, sino también de su carácter.

Mmm... Olor a sudor, gusanitos y virginidad. El Saló está cerca.

Kenshin es el personaje que mejor está definido y, como protagonista, el único que tiene un arco de transformación claro desde el principio hasta el final de la película, mientras que el resto de sus compañeros, sin ser diferentes a sus homónimos del manga, están más desdibujados. Después de todo, hay un límite para lo que se puede abarcar en una película sin saturar al público. ¿Me oyes, Peter Jackson?

El actor Takeru Sato, proveniente de la cantera de Kamen Rider (imaginaos la serie de los Power Rangers, pero con máscaras de saltamontes), refleja de forma notable la dualidad de Kenshin, mostrándonos tanto su lado más sensiblero, como su vena asesina. No podemos perder de vista que estamos ante un samurái que predica el pacifismo repartiendo hostias a mansalva, así que no vale con abrir mucho los ojos y poner morritos. Además, la pose y la forma de moverse de Sato, ya esté sentado y comiendo sushi o luchando a vida o muerte, están muy cuidadas y resultan reminiscentes de los paneles del manga. Lo que más se ha diluido con la transición a la pantalla son sus payasadas, que están presentes, pero se ven desplazadas por la mayor seriedad de esta adaptación en favor del drama.

Kenshin Himura (Takeru Sato).

El resto del reparto, que en su mayoría viene igualmente del mundo de la televisión, da el pego y hace lo mejor que puede con la pocas líneas que el guión les ofrece.

Emi Takei y Yu Aoi, que interpretan a Kaoru y Megumi respectivamente, son muy monas las dos, dan algo más de sí que las típicas damiselas en apuros y sueltan algunos lagrimones; pero ahí acaba más o menos su aportación interpretativa. Megumi crece y cambia a lo largo de la película, de forma similar a como lo hacía en el manga solo que con el Turbo Boost activado, mientras que Kaoru sirve básicamente como instrumento para encauzar el camino de Kenshin.

Por otro lado, algunos fans dicen que Takei es más guapa y coqueta de lo que debería para este papel, porque en el manga Kaoru es algo marimacho y bastante gritona; pero, a ver, ¿dónde se ha visto a alguien quejarse porque la actriz protagonista sea guapa? ¡Cachis la mar! En cambio, que Megumi no sea la bomba sexual que es en el manga sí es una razón para protestar y tomar las calles.

Kaoru Kamiya (Emi Takei).

Megumi Takani (Yu Aoi).

Peor parados salen Munetaka Aoki y Taketo Tanaka, que son un reflejo fiel de Sanosuke y Yahiko, pero no dejan de estar ahí para contentar a los fans del manga y, por lo tanto, carecen de trasfondo. Las motivaciones de Yahiko quizá podrían haberse introducido sin perjudicar en exceso la película en lugar de reducirlas a una fugaz referencia a su ascendencia samurái, aunque más se perdió en Cuba; pero en el caso de Sanosuke reconozco que era complicado enriquecer al personaje sin mandar la trama principal a hacer puñetas, y el precio a pagar es que se pierde lo bastante de él como para que no se entienda la relación de amistad que acaba uniéndolo a Kenshin.

Mirándolo por el lado bueno, al menos Sanosuke usa su enorme espada desgarra-caballos, pese a ser uno de los elementos más fantasiosos del manga.

Sanosuke Sagara (Munetaka Aoki).

Yahiko Myojin (Taketo Tanaka).

Saito, a pesar de molar un puñado, es en mi opinión, el personaje que más se distancia del manga en cuanto a carácter. La base sigue siendo la misma, pero el actor Yosuke Eguchi tiene un problema más gordo que sus orejas de soplillo: actúa como si jamás hubiera oído hablar de la escuela Steven Seagal de interpretación. Generalmente así es como se gana la vida un actor, poniendo caretos; pero dar muestras de emoción cuando el papel que interpretas es el de un hijo de puta frío como un témpano puede ser contraproducente. Quitando eso, nostamal.

Hajime Saito (Yosuke Eguchi).

Los villanos de la función son una delicia. Teruyuki Kagawa, actor de teatro kabuki, convierte a Kanryu en un malo de opereta y se come a sus compañeros de reparto con patatas cada vez que sale en escena. Sobreactúa, tiene un conejo sobre el escritorio e incluso cuenta con tema musical propio. Es genial.

Frente a ese Kanryu desatado, Koji Kikkawa nos brinda un Jin'e igual de perverso y sanguinario que el del manga, pero más comedido que su homónimo. Esto significa que no le da por soltar carcajadas con mirada de loco entre escabechina y masacre ni lame el filo de su espada ensangrentada cada medio minuto. Lo hace, pero menos.

Kanryu Takeda (Teruyuki Kagawa).

Jin'e Udo (Koji Kikkawa).

La cinematografía es excelente, tan buena como para ganar una estatuilla de esas que luego te avergonzaría llevar a una casa de empeños para pagar tus deudas de juego, y aun no siendo un experto en la era Meiji ni en nada remotamente japonés salvo en comer pescado crudo sobre el vientre una mujer desnuda, la ambientación me parece excelente, y la fotografía resalta la belleza de los escenarios y del vestuario.

En este aspecto, estamos ante una cinta de época que, dentro de sus modestas dimensiones y presupuesto, nada tiene que envidiar a grandes producciones como 13 asesinos, Hara-Kiri, o Doraemon: Odisea en el espacio.

El truco está en meter fuego hasta que la lente de la cámara se derrita.

El plato fuerte, no obstante, es la acción: enérgica, dinámica, impactante y acompañada de musicote la mar de animado. Las coreografías son variadas y alternan estilos de combate y número de peña implicada (desde duelos uno contra uno hasta modo dos jugadores del Dynasty Warriors) para evitar la monotonía, y los efectos especiales, casi todos tradicionales, consiguen dotar de espectacularidad a las peleas sin sacrificar inmisericordemente su credibilidad, empleando, por ejemplo, cables para ayudar a los actores a saltar más lejos o moverse más rápido, pero sin convertirlos en ardillas voladoras como en Tigre y Dragón. Hay uno o dos momentos Superman, pero son disculpables.

Por eso, aunque el argumento no sea para tirar cohetes, la acción lo hace más digerible. Lo único importante, como en cualquier otra peli de chinos, es no prestar atención a los extras que hacen aspavientos en segundo plano mientras los protas zurran a los especialistas. Si lo evitáis, mejor.

Kenshin y Sanosuke después de hacer limpieza.

En resumen, estamos ante una buena película, entretenida, no carente de emotividad y con espectaculares escenas de acción, en la que se nota además el esmero de Ohtomo y su equipo por respetar al máximo la obra de Watsuki.

¿Podría haberse hecho mejor? Sí, claro, pero también muchísimo peor, y realmente el único defecto que le veo a Rurouni Kenshin, no ya como adaptación, sino como película, es que se hace algo pesada. Más que un largometraje te da la impresión de estar viendo tres episodios seguidos de cuarenta minutos de una miniserie, lo que quiere decir que no es fácil tragársela del tirón. Además, ya sabéis cómo son los japoneses: cuando no se trata de acción, el ritmo es muy reposado. Y por reposado quiero decir "sírveme café o daré cabezadas".

En cuanto a escenas concretas, solo me chirrió el flashback en el que se muestra cómo consiguió Kenshin iniciar un juego de tres en raya en su mejilla. Debería ser un momento dramático porque supone un punto de inflexión en la filosofía de vida del personaje; pero, en mi caso, casi provoca que eche un trago de leche con cacao por la nariz. Cuando la veáis, comprenderéis el porqué. A no ser que seáis estúpidos; entonces no.

"¡Muérete ya, coño!" es una frase que lo resume bastante bien.

Llegados a este punto, solo nos queda hacernos una pregunta: ¿Puede disfrutar de la película una persona que no conozca el manga o, en su defecto, el anime? Pues sí, lameluzos, ¿o es que no sabéis leer entre líneas? De hecho, la pregunta realmente importante no es esa, sino si el público desconocedor del manga puede disfrutar tanto del filme como quien sí lo haya leído, y me temo que la respuesta depende de cada uno. Por un lado, el lector del manga tendrá mayor facilidad para meterse en la trama y conocerá a los personajes a fondo antes de que se los presenten; por otro lado, ese mismo lector podría echar en falta detalles que dotaban de mayor sentido y profundidad al manga y que para el espectador ocasional pasarán desapercibidos. Es un arma de doble filo; Kusanagi que dirían los japoneses, si es que puedo fiarme de la Wikipedia, quiero decir.

En cualquier caso, ya fuerais seguidores del manga u os guste el cine de samuráis, deberías ver esta película. Y cuando lo hayáis hecho, decidme por favor a qué viene tanto abanico.

22 comentarios

  1. A mí me encanto! solo espero que haya una segunda parte con la saga de Kyoto!

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  2. Pues si dista bastante de la versión caricaturizada(jajaja se me olvidó el nombre) y sus OVAS; la acción es buena, la sangre no excede como para ser gore y no falta como para quedar en coreografia barata, fue de mi agrado.

    Siempre viene el desencanto cuando adaptan un anime a un personaje humano(la razón es obvia); pero quitando el detalle de los ojos y la expresión facial se arregla(¬¬).

    Hubo un momento en que me daban ganas de recorrer"la cinta"; pero este filme se salvó de la maldición de otras adaptaciones como Dragon Ball, doublé dragon, Megaman(2009) que simplememte quedaron vomitivas.

    Sentí la proyección de sus emociones...o me hice a la ilusión, pero hace mucho que no me adentraba con la trama en un filme de este tipo.

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  3. Elaine: Creo que la recaudación no le ha ido mal, así que es una posibilidad.

    M@anchitas: Te has ido a mencionar adaptaciones muy malas. ¿Sabes cuál es también muy fiel al material original? Phoenix Wright: Ace Attorney.

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  4. Tipo de la brocha, desde hace tiempo te eh leído y es la primera vez que comento. (De hecho te sigo desde que estabas en ion litio). De cualquier forma, creo que tus opiniones son acertadas, pero con fan a muerte de la serie no pude evitar sentir incomodidad en muchas escenas pero se compenso con ciertos momentos de la trama, aun así si es entretenida pero hay cosas que como fan duelen... pero como amante del cine puedo llegar a comprender. Sooo bueno, era todo. Saludos. Cuaack!!

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    1. ¿Qué te duele más como fan? Pon tres ejemplos.

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    2. La falta de Hania!!(personaje que entre mas se dice su nombre, se tiene que decir con mas odio) HANNNIAAA!!! De los Oniwabanshu. El cruce de espadas épico donde obtiene la primera cicatriz y no la escena que da pena y por ultimo la falta de los Oniwabanshu como tal, simplemente la escena de la Gatlin no tuvo efecto en mi sin la bola de fenómenos al rededor muriendo, donde casualmente el mas guapo queda vivo... Aparte de lo que ya puntualizaste no creo que pueda agregar mas. Cuaack!!

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  5. A mi me gustó bastante, conozco el animé pero nunca lo seguí religiosamente, así que me podrías poner en el medio de ambos grupos (pero que no empujen, che!).

    Leí por ahí que ya estaba planeada la segunda parte, pero no sé si la info es de fiar.

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  6. La de Kenshin la tengo en el montón de pelis para ver y todavía no puedo opinar pero la última adaptación japo que he visto fue la de Phoenix y, ya que la comentas, si no lo digo reviento: ¡Menudo patatón!
    Mira que me gustó la trilogía de juegos pero la peli era basura. Además que tuve la mala suerte de verme la versión oficial en castellano con todas sus frases traducidas en un sin sentido para que cuadrasen con la vocalización de los actores y, peor aún, esos juegos de palabras incomprensibles para los no japoparlantes que acababan con los personajes por los suelos. Además de la falta de carisma de Miles, que el único sentimiento que me transmitía era el de querer coger una lata de gasolina y prenderle fuego, y del vestuario.
    En vez de personajes parecían una panda de frikis disfrazados. No veas la grima que me daba el Larry. Y el ritmo no era ya lento, era soporífero. Hubo un momento que no aguanté más y lo puse a 2x hasta el final.
    Bueno, que a gusto me he quedado soltando este rollo.
    Volviendo a Kenshin, ¿se escucha en la peli algún tema del anime?

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    1. yo creo que el problema de la de Phoenix Wright es que quisieron resolver a lo bestia varios casos a la vez, mezclando también lo de Mia y era un follón seguir la historia, y más si nunca has jugado a los juegos. Y el humor mas bien escaso, con la de juego que hubiera dado el inspector Gunshoe y en la peli lo trataron de personaje serio y sin importancia. A mi me dio la sensación que estaba en una obra de teatro de aficionados. Una pena.

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    2. Me gustó Phoenix Wright a pesar de todo lo que decís. Eso sí, tuve que verla en tres sentadas. Esperad... ¡Era un rollo!

      El Chachi, vi pocos episodios del anime, y aunque tenía una BSO de la serie, no sé decirte si hay algún tema que coincida.

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    3. Pues con las más de dos horas que duraba la peli podían haber metido hasta un poco del Justicia para Todos.
      Ya en serio, lo suyo hubiera sido hacer una miniserie y en cada capítulo un caso. Fíjate que con sólo el caso del Samurai de Acero yo ya habría sido feliz.
      Desde luego era una película que parecía destinada sólo a los que conocían la historia por el juego porque recuerdo que viéndola me puse en lugar de un espectador ocasional y llegué a la conclusión de que no se iba a enterar de nada.
      El humor era poco y patético. Lo de las caídas en el anime vale, pero con actores reales NO.
      Además de Larry, Miles y, como bien has dicho, de Gunshoe otro que me decepcionó fue Von Karma. Y no sólo físicamente sino también por el actor de doblaje. Yo que tengo grabado a fuego el "Protessstooo" que soltaba en la versión en castellano del juego, lleno de soberbia, desprecio y asco. No sé si fueron imaginaciones mías o cosa del montaje pero me dio la impresión de que faltaban escenas.
      Era una peli que la empecé a ver con ilusión y acabé todo indignado.
      Y ya voy a dejar de hablar de Phoenix que no quiero fastidiarle al Tipo de la Brocha sus comentarios de Kenshin.

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    4. Ya que estamnos con Phoenix Wright (ahora me han sacado las ganas de verla), hay versiones para PC de los juegos si quisiera jugarlos?

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    5. Jeral: Versión oficial para PC no hay pero poder se puede jugar en el ordenata, ¡cof, cof! ¡emulador! ¡cof , cof! Vaya tos que tengo.

      Acabo de ver la peli y tengo que decir que me ha gustado. Quitando las lentillas de Udo, las orejillas de Saito y la cara envejecida de Kenshin, la caracterización me ha parecido muy correcta.
      Quizás la banda sonora no me pegaba mucho pero también estaba bien.
      Venga, ahora toca el Juppon-Gatana para la siguiente.

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    6. cof cof* gracias *cof cof.

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  7. En verdad lo de los gatos samurai es un error de traducción, viendo la serie es facil darse cuenta de que són ninjas.

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  8. Yo me arriesgue a ver la película con mis padres, los sábados que con ellos he hecho costumbre de ver alguna película...
    A ellos les gusto la película, aunque tuvieron que acostumbrarse a leer los subtitulos,y por mi parte quede bastante satisfecho, me esperaba lo peor, pero cumplió con mis expectativas.

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  9. Veo que al peluquero de José Oneto no le falta trabajo.

    Buena adaptación, entran ganas de volver a ver la serie o al menos los ovas.

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  10. Mixtli19845/7/13 10:50

    No he leido el manga ni he visto el anime, creo que empezaré por esta película y si me convenzen empezaré a leer el manga. En principio no me parece muy buena idea lo de hacer peliculas con personas de mangas/animes el resultado siempre es un poco decepcionante.
    En principio, no parece tener mala pinta y como no conozco a los personajes tendré una visión menos crítica de la adaptación. Le doy una oportunidad.

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  11. bueno primero la critica
    falto aoshi shinimori
    falto el clasico humor de las escenas (lo quitaron casi todo)
    la relacion entre kenshin y sanosuke no se entiende (la amistad como surge)
    kaoru y kenshin no parecen la pareja principal
    lo bueno
    las escenas de accion son muy buenas
    los personajes se parecen mucho a los del anime salvo por pequeños detalles no demaciado importantes
    la explicacion de la primera cicatriz de kenshin estuvo genial
    PERO EL ACTOR QUE HIZO A KENSHIN FUE EL MEJOR

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    1. Anónimo8/8/13 12:22

      estoy en todo de acuerdo contigo con respecto ala critica, pero a mi parecer te falto decir que el personaje de SANOSUKE SAGARA lo quisieron hacer "diske comico" i se salieron de contexto con el y el falso Saito qe no se parecia en nada.. todo lo demass esta bienn principalmentee en el actor de kenshinn un gran acierto (con esto digo solo en el loss demass de regulares a bastante malos)

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  12. Buena crítica, aunque yo tengo un apunte: ¿Soy al único que le sangran los oídos cada vez que escucha en la película la palabra "BatÓsai"? En la versión doblada a castellano, claro xD.

    ¡Saludos!

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  13. Que conste que yo vengo del anime ;-D.

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