18 de julio de 2013

Star Trek: En la oscuridad (2013)

¿Por qué en el Star Trek de J. J. Abrams la mayoría de los personajes corren de un lado para otro frenéticamente en lugar de caminar? ¿Por qué los klingons van ahora afeitados en lugar de llevar barba, símbolo de su coraje? ¿Por qué el Spock de Zachary Quinto siempre tiene cara de necesitar un antiácido? ¿Por qué un pastor reformista de Colorado pierde el tiempo comentando en la radio que la escena en la que Kirk se acuesta con dos mujeres-gato promueve el bestialismo? ¿Por qué cada vez que Spock soltaba una frase lógica, mi novia se volvía para decirme que soy "clavadito" a él a pesar de que Spock es un 17,3% más cuadriculado que yo?

Star Trek: En la oscuridad es la secuela del reboot cinematográfico de 2009 de la serie televisiva de 1966 Star Trek, y, al igual que la primera película, es un compendio de acción vertiginosa, comedia fácil, guiños a la saga y más inconsistencias que el final de Perdidos.

Si os gustó la película de 2009, es bastante probable que también os guste En la oscuridad, porque aunque repite todos los defectos de su antecesora, es más espectacular y atiende a la simplicidad de los estrenos veraniegos sin traicionar su espíritu. En cambio, si os disgustó u os dejó indiferentes, no deberíais ir al cine a verla, y yo en vuestro lugar aprovecharía para hacer algo más constructivo, como leer una buena novela de ciencia ficción o cantar canciones gallegas tradicionales en un banco.

A partir de aquí, ojito, spoilers a punta de pala.

Como me gusta empezar fuerte, en primer lugar voy a daros tres excelentes razones para ir a ver Star Trek: En la oscuridad. La primera razón es que casi todas las salas de cine tienen aire acondicionado y en la calle hace tanto calor que hasta los cantos rodaos se mueren de sed. La segunda razón es que la clase de película que luce impresionante en la gran pantalla, a pesar de esos halos de luz que tanto le gustan a Abrams. Y la tercera es que Alice Eve está de toma pan y moja en ropa interior negra.

Casi consigue que el doctor McCoy pierda un brazo, fracasa en su intento de evitar que su padre acribille el Enterprise y, por último, se rompe una pierna. ¡Que le den una medalla!

Dicho esto, ya podemos pasar al argumento. La historia trata sobre un montón de gente corriendo, saltando, disparando y dando puñetazos para conseguir llegar hasta la siguiente escena de correr, saltar, disparar y dar puñetazos. Pero en el espacio. O en la Tierra. O en el planeta de los klingons, cuyo nombre ahora no recuerdo, pero que seguro que empezaba por k, porque en su idioma todo lleva kas; los klingons nacen con una raspa de pescado atravesada en la garganta.

También sale Benedict Cumberbatch haciendo de Khan, sólo que no se parece en nada a Khan, y el auténtico villano es el almirante RoboCop, que quiere militarizar la Flota Estelar. Esta vez, el enemigo está dentro, supongo que porque fuera no hay aire acondicionado.

Mi nombre es Murphy.

Vale, reconozco el argumento no es fácil de resumir y lo cierto es que el guión se carga las pocas ideas interesantes que plantea más o menos transcurrida una hora de película para brindarnos un festival de acción en el que hay tantos vaivenes que nos quedamos sin una línea argumental clara; pero el monstruo de tres cabezas formado por Orci, Kurtzman y Lindelof sabe escribir ese tipo de escenas, y Abrams no titubea al dirigirlas, aportándoles un dinamismo y una grandiosidad visual casi poética que da pie a frases tan floridas y rimbombantes que las podría haber copiado de otro blog menos estúpido que este.

La única pega que puedo poner a este despliegue de pirotecnia, y que conste que lo hago porque soy un tío muy puñetero, es que no hay nada que llame especialmente la atención. Abrams se deja influenciar demasiado por otros cineastas, y da la sensación de haberlo visto todo antes.

El prólogo in media res, con Kirk y McCoy perseguidos por unos leprosos albinos a través de una jungla alienígena, es característico de los filmes de Bond y reminiscente de la huida de Indiana Jones de los hovitos de En busca del Arca perdida. El helicóptero de El Padrino: Parte III se ventila a la mitad de los mandamases de la Flota Estelar. Khan se deja atrapar y encerrar en una celda de plexiglás como Loki en Los Vengadores y Javier Bardem en Skyfall; y si siguiera pensando y no tuviera tantas ganas de meterme en la cama, seguro que se me ocurrirían más similitudes.

¿Dónde termina el homenaje y empieza el plagio? Las autoridades aduaneras dicen que en algún lugar de China.

¡Señor Spock, debe arrojar el anillo al Monte del Destino!

Ahora bien, la acción descerebrada nunca me ha bastado para disfrutar de una película. Yo necesito un perrito caliente, un refresco gigante y sentirme implicado en lo que ocurre en el filme, esto es, identificarme con lo que sienten y padecen los protagonistas, porque esa es la única manera de evitar que empiece a ponerme quisquilloso con el guión y me haga preguntas como qué leches hacía el Enterprise debajo del agua, o por qué se transporta Khan a Klingonlandia si sabía que RoboCop quería utilizarle para comenzar la guerra con los klingon, o cómo sabe Khan tanto de naves espaciales y fáseres si le congelaron en la década de los sesenta, cuando los frigoríficos todavía se llamaban neveras y los botijos eran la forma más efectiva de mantener el agua fresquita, o a cuento de qué viene perseguir a Khan por media ciudad para conseguir su sangre cuando el Enterprise transporta a otros 72 superhombres cuya sangre también podía salvar a Kirk…

Sorpresa. Nada en esta película tiene el menor sentido.

Condition: Plothole Alert.

Tranquilos, no todo está perdido. Gracias al adiestramiento que recibí en el Tíbet y a la camiseta que me regalaron con el mantra "I ♥ Yetis", puedo abstraerme de las carencias del guión; lo único que necesito, como decía, es esforzarme por conectar con los personajes. Por suerte, aunque algunos de ellos, y especialmente el doctor McCoy, no dejan de ser una caricatura de sus homónimos televisivos, el reparto es lo bastante bueno como para suplir las deficiencias de la trama.

La historia se centra principalmente en Kirk, que aquí pasa de ser un rebelde sin causa a un capitán digno del respeto y admiración de su tripulación. Primero le degradan por anteponer la vida de Spock a la Primera Directiva, luego le vuelven a nombrar capitán por demostrar una intuición y una capacidad de improvisación digna de MacGyver, y al final descubre que el bien de muchos vale más que el de uno solo y también que al Enterprise no le haría daño llevar algunos trajes antiradiación.

Spock también se embarca en su propio viaje transformacional, o lo haría si la palabra transformacional significase lo que yo quisiera que significase y no se refiriese a un tipo de gramática basada en la transformación de unos esquemas oracionales en otro. Siempre esforzándose por controlar sus emociones y sepultar su lado humano, finalmente el mestizo de vulcano no puede evitar a llorar como una magdalena cuando Kirk muere y luego se cabrea hasta tal punto con Khan que no se da cuenta de que parodiar el grito más famoso de todo Star Trek no funciona como elemento dramático desde que lo utilizó George Constanza en Seinfeld. ¿Era machacar la cara a Khan con su fuerza multiplicada de vulcano la solución lógica? No, pero jamás había visto utilizar pinzamientos vulcanianos y fusiones mentales con tanto dinamismo, y menos sobre un vehículo en marcha. ¡Acción, acción!

Pijamas y botas de cuero: la moda del siglo XXIII.

¿Cuál es el problema con Kirk y Spock, si es que lo hay? Principalmente que si me preguntaseis si los dos protagonistas no pasaron ya exactamente por los mismos cambios en la película anterior, tendría que responderos que sí. Luke Skywalker aprendía y maduraba un poco en cada una de las partes de la trilogía original de La guerra de las galaxias, y emprendía un nuevo viaje del héroe con cada película, recorriendo los consabidos doce pasos e incluso perdiendo una mano a mitad del camino. Sin embargo, se ve que a Kirk y Spock su primer viaje estelar les gustó tanto que lo han repetido tal cual en la secuela. Si la fórmula funciona, ¿por qué cambiarla? Pues porque lo contrario demuestra una falta de originalidad y un estancamiento merecedores de detracción, por eso.

Por otro lado, hay una escena entre estos dos personajes que me gustaría comentar, porque es uno de esos casos en los que se puede observar claramente que Abrams conoce su oficio, pero los guionistas son unos mentecatos: la muerte de Kirk. No voy a decir que el momento no sea emotivo, porque en el contexto de la película lo es, y si a mi novia, que no tiene ni pajolera idea sobre Star Trek, se le saltó alguna lagrimilla (a mí sólo me entró una mota de polvo en un ojo), es que Abrams ha hecho bien su trabajo. Ahora bien, si estáis un poco más versados en el tema y habéis visto La ira de Khan, sabréis que la escena es un fiel reflejo de la muerte de Spock en esa película. Para mí es como si los guionistas hubiesen dicho: "¿Para qué esforzarnos en crear nuestros propios momentos icónicos si podemos copiarlos?". A esto en mi pueblo se le llama perezaca.

Tenéis 5 segundos para encontrar el símbolo de la Trifuerza.

Por su parte, la oficial Uhura se lleva la palma al personaje más insoportable del filme. Es increíble que, después de que Spock esté a punto de quedar más churruscado que el filete de una pensión barata para salvar a toda una tribu de alienígenas de la extinción, la chica aún pueda darle la vuelta a la tortilla y hacerse la víctima; él está a punto de morir y ella es la que lo ha pasado mal. ¡Si es que se tira toda la película poniendo mala cara! Incluso al final del todo, cuando ya han derrotado al malo y la tripulación del Enterprise parte rumbo a nuevas y emocionantes aventuras, fijaos en cómo se coloca en un segundo plano mientras Kirk y Spock intercambian miradas cómplices; un zoom y unos acordes dramáticos es todo lo que la separa de ser la Malvada Bruja del Oeste.

En cuanto al resto de la tripulación, no voy a entrar en detalles porque su papel, aunque justificado, no da mucho juego. McCoy dispensa más chascarrillos que medicamentos, Scotty es el perfecto alivio cómico y me declaro seguidor incondicional de su traje de poliéster setentero, y Sulu y Chekov están correctos en su papel de minorías asiáticas. Ya sólo falta un tripulante hispano al que el capitán reprenda por preparar frijoles en el puente de mando.

Novia controladora, geek graciosete y doctor cascarrabias.

El villano de la película, o al menos el que aparece en los carteles, es Khan Noonien Singh. Sí, ese Khan. Lo puedo decir más alto, pero no más claro. Es más, voy a decirlo más alto para que todos lo oigáis:

¡KHAAAAAAN!

¿Y por qué Khan? Porque, como ocurre con Superman y Lex Luthor en el cine, Khan es el único villano que la gente que ha visto las películas de Star Trek que suelen pasar por la tele y, en el mejor de los casos, algunos episodios de La nueva generación, pero aún no han caído tan bajo como para comprar un cortapizzas con forma de USS Enterprise, puede relacionar con esta franquicia galáctica.

A pesar de ello, no podemos engañarnos; el Khan de Benedict Cumberbatch no es ni por asomo el mismo Khan al que interpretó en dos ocasiones el actor mexicano Ricardo Montalbán, primero en la serie de televisión en 1967 y quince años más tarde en Star Trek II: La ira de Khan. Cumberbatch no se parece a Montalbán ni tiene su presencia, y además he tenido que mirar su apellido en Google para escribirlo bien. El otrora gran conquistador espacial, de larga y oscura melena y pecho broncíneo e imponente, calculador, pasional y jactancioso, es aquí un británico anémico y estirado, de mirada fría que sólo impresiona porque parece que hubiera atrapado una de las estrellas del Super Mario Bros.

¿Cumple Cumberbatch su papel? Seguro, pero también lo hacían los soldados del Clan del Pie en Las Tortugas Ninja y eran más genéricos y aburridos que mis calcetines negros. Le podían haber seguido llamando John Harrison y nos hubiésemos quedado igual. O Bob. Me gusta cómo suena Bob.

¿Hemos vuelto a 1999 y nadie me ha avisado?

No obstante, y dejando ya de lado la historia y sus personajes, quizá la incesante reutilización de elementos de la serie original y de sus largometrajes sea lo que más lastra a esta película y le impide alcanzar todo su potencial.

Introducir algunas referencias a modo de guiño tiene sentido porque es lo que esperan los trekkies y les permite dar el coñazo con sonrisa de sabidillo a los pobres desgraciados que no fueron lo suficientemente rápidos como para decir que tenían cita en el dentista cuando les propusieron ir a ver esta película al cine. El reciclaje constante, por el contrario, da la sensación de que Hollywood se ha quedado sin ideas. Una cosa es rendir tributo al pasado apelando a la nostalgia y otra muy distinta exprimirlo hasta dejarlo seco.

La próxima película necesita más tribbles.

Como conclusión debo añadir que lo que hace especial a Star Trek no son los pijamas de colores, la atmósfera kisch ni los escarceos amorosos con especies cuyos órganos reproductores podrían ser o no compatibles con los nuestros, sino su comentario social y político, la profundización en lo que significa ser humano y el descubrimiento de lo desconocido.

Abrams no acaba de comprender ese concepto y lo diluye en exceso entre tanto efecto especial, pero al menos sabe hacer películas entretenidas que sirven para distraerse en una calurosa tarde de verano.

El póster que debió haber sido.

6 comentarios

  1. JauriJauriJauri18/7/13 08:57

    A mí me gustó mucho pese a sus evidentes defectos de guión. La disfruté un montón.

    La enterprise la meten bajo agua para pasar desapercibidos creo

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  2. Tiene sus defectos, cierto pero creo que no se puede negar que es una pelicula muy entretenida y en algunos casos se sale de lo tipico: EJEMPLO, no hay ninguna historia de amor empalagosa se ve que algo de feeling entre Alice Eve y el prota pero nada importante, igual hasta ni eso hay.. No se es una peli rápida y eso es muy bueno porque desde que empieza hasta que termina no te da tiempo a despistarte ni un segundo. Creo que los personajes son muy correctos, todos encajan en su papel con actuaciones muy conseguidas.
    El tema efectos visuales no hay mucho que comentar, supongo que todo el mundo estará de acuerdo de que son una verdadera pasada, y dentro de todo este espectáculo visual no podemos olvidar unos escenaros muy conseguidos.. Creo que es una pelicula que se puede ver en el cine, la recomiendo algo asi se disfruta en una gran pantalla.

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  3. Descastado18/7/13 13:16

    A mí me gustó la primera así que como bien supones me gustó ésta. Nunca he sido muy trekkie, así que cine de acción más entretenido y con personajes más carismáticos que la media, a mí me vale (dado el nivel de, como diría Homer, esta "segunda era dorada de Hollywood" es ínfimo, esta continuación me resulta notable).

    Otra cosa será Star Wars (de la que soy fan) aunque tras la última trilogía el listón está tan bajo que ni Hermes (Futurama) podría ir más bajo.


    Saludetes

    P.d. Una crítica muy bien argumentada. Yo me quedo más con lo positivo porque mis exigencias de fidelidad a la franquicia son menores. Una cosa, si el Khan hubiera sido más como el original también se podría haber argumentado molicie por parte de los guionistas.

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  4. A mi me ha gustado mucho, a pesar de cierto momento en medio en el que no sabes Khan esta manipulando a Robocop o es al reves... o simplemente es de las mentes de Perdidos (luego ya esta el cachondeo de los misiles criogénicos).
    Pero en general me parece una película modélica en lo que a Blockbusters se refiere. Espectacular y muy entretenida, y dentro de lo que cabe no te da demasiado tiempo para pensar en las trampas del guión.

    A mi el final, con esa copia-homenaje tan exagerada a la Ira de Khan me ha encantado... pero cierto es que yo estoy descubriendo ahora mismo la serie original, con lo que en ese sentido me tenían ganado.

    pd: lo de las incongruencias no deja de ser propio de la serie tambien XD. El otro día vi la ira de Khan y Semilla espacial... y es gracioso que en la película Khan reconoce a Chekov... cuando en la serie por entonces no aparecía XD

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  5. JauriJauriJauri: ¿Sabes dónde pasa desapercibido también el Enterprise? En la órbita del planeta.

    Guelo Angel Segarra: Esa es mi conclusión: una peli entretenida. Los efectos especiales son excelentes y me atrevería a decir que la banda sonora es pegadiza.

    Descastado: Yo directamente no hubiera puesto a Khan; un flamante y nuevo enemigo hubiera funcionado igual de bien.

    eter: En el episodio Semilla espacial, Khan se encuentra con Chekov en los lavabos en una escena eliminada y compiten para vear quién mea más lejos.

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  6. Me ha gustado. Si, tiene fallos de guión, si, el malo está falto de expresividad y si, los protas a veces se pasan de cómicos pero gueno, también es verdad que tiene buenos efectos especiales, buen ritmo, un toque heróico, aparece el nimoy, aparecen klingons, spock hace varias llaves de las suyas en la pelea con el malo, en fin, no es una obra maestra pero oye, entretiene (como me entretuvo superman y la de lobezno)

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