28 de febrero de 2016

Star Trek: La nueva generación/Doctor Who: Asimilación

Si alguien sabe cómo añadir añadir un superíndice al título de las entradas, por favor que me lo cuente, porque el título completo de este cómic de ensueño para los amantes de las series de ciencia ficción es Star Trek: La nueva generación/Doctor Who: Asimilación2, y elevar el título al cuadrado es importante. Ya sabéis que cuando una sola asimilación no basta, hay que multiplicarla por sí misma.

A estas alturas de la vida, superada ya la barrera de los treinta, pensaba que un cómic en el que la tripulación original de la USS Enterprise y la Patrulla-X se unían para combatir contra un enemigo común sería el crossover de Star Trek más raro que leería en mi vida, y, felizmente, estaba en lo cierto. Ni siquiera el más reciente cruce de Kirk y Spock con Charlton Heston y el doctor Zaius en el planeta de los simios llega a esa nivel de extravagancia.

Sin embargo, este otro cómic, que empezó a publicarse en mayo de 2012, resulta sorprendente dentro del ámbito de lo plausible. Star TreX era una sandez que nadie en su sano juicio querría tener en su estantería o, en el peor de los casos, guardado en una funda de plástico y metido en una caja de cartón dentro de un armario ignífugo controlado las veinticuatro horas del día por un sistema de videovigilancia. Por el contrario, Star Trek: La nueva generación/Doctor Who: Asimilación2 (alguien debería dar con unas buenas siglas para este título) intenta dar sentido al que sin duda es el cóctel definitivo para trekkies y whovians. ¿Lo consigue? No lo sé, porque ni siquiera he llegado al final de la colección; pero, a juzgar por los dos primeros números, al menos se esfuerza.

Por eso, en cierto modo, es un lástima que lo único que sepa de la serie de Doctor Who es lo poco que cuenta este cómic en el reverso de la portada y alguna cosa más que he visto en internet, a saber: que se trata de una serie familiar que lleva la tira de tiempo en antena y que el Doctor es un alienígena que viaja a través del tiempo y el espacio armado solo con su increíble inteligencia y su destornillador sónico. Lo del destornillador tiene que ser una errata.

No obstante, estoy dispuesto a ver algún episodio entero un día de estos. Solo tengo que sacar tiempo entre el trabajo, el blog, las carreras de cuadrigas y mi nueva serie de televisión favorita: Madres forzosas.

En cualquier caso, y a pesar de mi falta de conocimiento sobre el universo del Doctor, como buen seguidor de las dos primeras series de Star Trek que soy, puedo aseguraros que si los guionistas Scott y David Tipton y el dibujante J.K. Woodward demuestran en este cómic el mismo cariño por Doctor Who que por Star Trek y la misma fidelidad hacia los personajes, los whovians pueden respirar tranquilos. Esta es una obra hecha por fans para fans, y supongo que si os entusiasman ambas series, os podríamos llamar, en un ejercicio léxico sin precedentes, "trevians" o "whokkies", lo que suene más a virgen hasta los cuarenta.

Como el primer número de la colección no tiene mucha chicha y se centra casi exclusivamente en el Doctor, comentaré los dos primeros números de una sentada.


La acción comienza en Delta IV, que no es un planeta escogido al azar, sino que apareció por primera vez en el borrador de uno de los guiones que se escribieron para la serie Star Trek: Fase II, que pretendía ser una secuela de la serie original de los sesenta, pero acabó cancelándose antes de empezar a rodarse y derivó en Star Trek: La película. De todas formas, como aquí no se tira nada, el nombre del planeta se recicló para este largometraje, e Ilia, la navegante calva a la que V'Ger convertía en una sonda con minifalda, era originaria de Delta IV.

Sabiendo esto, no debería sorprendernos la alopecia galopante de todos sus habitantes.

Existe la posibilidad de que la especie entera se originara a partir del esperma congelado de Don Limpio.

La paz en Delta IV no dura mucho, ya que el planeta no tarda en ser invadido por los borg, una raza de cyborgs que surcan la galaxia en sus naves con forma de cubo intentando consumir a todos los seres vivos inteligentes (en la Tierra, los tertulianos de televisión y los youtubers respiran tranquilos). El proceso mediante el que los borg convierten a seres orgánicos como tú y yo en esperpentos tuneados con cables, tubos y lucecitas se denomina "asimilación"; de ahí el título del cómic.

Pero esta invasión es diferente a todo lo que ha visto la Flota Estelar hasta ahora, y no porque sea más fácil instalar complementos tecnológicos en una cabeza pelona que sobre un cardado ochentero, sino porque los borg llegan acompañados de una especie desconocida para la Federación de Planetas y tan peligrosa como los borg: los cybermen, que se parecen al hijo que Iron Man y C-3PO nunca tuvieron y que, según leo en la Wikipedia, son también cyborgs y uno de los enemigos recurrentes del Doctor.

Intentar no reírse es fútil.

La Flota Estelar desaloja rápidamente el planeta y mientras se prepara para el contraataque, nosotros viajamos a la era de las pirámides para seguir las emocionantes aventuras del Doctor y sus valientes aliados Amy y Rory. O al menos supongo que son valientes, porque la verdad es que es la primera vez que los veo. Rory, con esa cara de atontado, parece bastante inofensivo. En cuanto a su mujer Amy, podría no ser de fiar, porque es pelirroja y lleva un escote demasiado pronunciado como para no andar tramando algo. Por lo tanto, hasta que se demuestre lo contrario, pensaré que ella está detrás de la invasión de los borg y los cybermen.

Dado que la trepidante huida del Doctor por las calles de Egipto no aporta nada a la trama, aprovecharé estos párrafos para opinar sobre el estilo de J.K. Woodward, cuyos dibujos se acercan a la última frontera del fotorrealismo. El Doctor, por ejemplo, es clavado en toda su inmensidad craneal al actor Matt Smith, que interpretó al personaje a partir de la quinta temporada de la serie antes de perder su escasa credibilidad interpretativa actuando en la quinta parte de Terminator.

¿Me gusta su estilo de dibujo? No. Su escrupulosidad a la hora de retratar a los personajes llama la atención al principio, pero enseguida te das cuenta de que parece que estuviera pintando directamente sobre fotos del reparto, o, lo que es peor, dibujando solo los cuerpos, pegando fotos de la cabeza de los actores en las viñetas y pasándoles un filtro. Además, en este cómic también hay muchos encuadres extraños, caras de póquer y borrones indistinguibles. En definitiva, un desastre. No obstante, seguro que hay a quien le gusta. ¿No hay gente que come pizza con piña? Pues eso.

¿Por qué el Doctor lleva una corona hedjet? ¿Es algo que suele hacer para pasar desapercibido?, porque si es así, debería empezar por cambiarse ese traje de profesor de ciencias naturales.

Tras librarse de sus perseguidores, el Doctor y sus compañeros se infiltran en el palacio del faraón y comienzan a seguir la señal que emite su destornillador sónico. Dada mi ignorancia sobre la serie, pensaré que el destornillador es uno de esos aparatos tan convenientes a los que recurren los guionistas cuando van apurados de plazo, como el tricorder en Star Trek.

Después de deshacerse de algunos guardias tirándoles encima una cortina al grito de Jerónimo (ja, ja, ja, ese Doctor y sus latiguillos), el Doctor y sus compañeros, que hablan egipcio antiguo con extraordinaria fluidez (sacadme de mi error si la serie tiene una explicación estúpida y extravagante para esto, por favor), llegan a la sala del trono, donde se encuentran al faraón acompañado de lo que las epopeyas religiosas de Cecil B. DeMille me han enseñado a identificar como un sacerdote. Lo sé porque está más calvo que Mortadelo y lleva un bastón.

El sacerdote reacciona con estupor al enterarse de que el Doctor es el último Señor del Tiempo (de los que pueden ver la línea temporal, no de los que nunca aciertan con las condiciones meteorológicas cuando tienes planes para salir el fin de semana) y revela su verdadera identidad, que no es otra que la de un extraterrestre fugado de prisión que pretendía aprovechar la energía cinética del río Nilo para arrancar un inversor de taquiones y prender la atmósfera de la Tierra.

No sé qué significa eso exactamente, pero apuesto a que será muy malo para el turismo.

Por suerte, el Doctor está allí para capturar al terrorista interplanetario con algo que a mí se me parece a un cristal de kryptonita. Explicaciones, por favor.

Who you gonna call?

A bordo de la TARDIS, la máquina del tiempo con forma de cabina de policía londinense que el trío de héroes utiliza para darse garbeos por el espacio-tiempo, el Doctor tiene una visión fugaz de los borg (versión teaser trailer). Antes de que pueda dar algún sentido a las imágenes, la TARDIS sufre una violenta sacudida y les transporta por arte de birlibirloque hasta lo que parece ser el San Francisco de los años cuarenta, el que se ve en blanco y negro en las pelis de Humphrey Bogart y el que recorríamos en aquel videojuego de detectives en el que los sospechosos sufren toda clase de tics nerviosos y espasmos faciales cuando los interrogas.

El grupo del Doctor entra en un bar en busca de nuevos misterios que resolver y encuentra algo totalmente fuera de lugar: una barra en la que no hay ni una sola copa. Ah, sí, y también un androide con un traje a rayas.

El androide no es otro que el teniente Data, y a su lado están el primer oficial Riker y, si no me equivoco, la doctora Beverly Crusher, oficial médico en jefe de la nave Enterprise. Estaría seguro si Woodward se hubiera molestado en incluir algo más en la viñeta aparte de una nariz, una melena pelirroja y un tercio de cuerpo visto de lado.

¿Dos pelirrojas en la misma habitación? Si eso no es motivo para encender uno de esos enormes carteles rojos con el letrero "ESTADO: ALERTA", no sé qué puede serlo.

Antes de desvelar un misterio que no lo es para nadie que conozca aunque solo sea superficialmente Star Trek, debemos retroceder un poco en el tiempo para saber qué hacía la tripulación del Enterprise antes de empezar a empinar el codo en la década de 1940.

Abordamos, pues, la USS Enterprise (NCC-1701-D, )la nave insignia de la Flota Estelar, donde el jefe de ingenieros Geordi está terminando de darle un repaso a los sistemas positrónicos de su buen amigo Data.

Después de comprobar que no hay riesgo de que el androide explote o decida exterminar a los humanos para que las máquinas gobiernen la galaxia, Geordi le pregunta por qué no actualiza sus componentes, que, al parecer, empiezan a estar tan desfasados como mi Toshiba Intel Core 2 T5500, sobre todo desde que el disco duro empezó a sonar como una lavadora en marcha llena de piedras. Data responde que si empezase a sustituir sus componentes por otros mejores, eventualmente podría dejar de ser él mismo, por lo que prefiere permanecer tal y como fue creado. Esta es la clase de reflexión por la que La nueva generación es una serie tan buena.

Eso sí, no toquéis el tema delante de nadie que utilice miembros ortopédicos o esté esperando un trasplante de corazón. Lo de ser uno mismo solo mola hasta cuando todas tus extremidades funcionan correctamente y no tienes un pie en la tumba.

-¿No recuerda lo que ocurrió cuando migré el sistema a Windows Me, Geordi?

Más tarde, el primer oficial Riker, el teniente Data y el comandante Worf (klingon y jefe de seguridad de la nave desde la prematura muerte de su predecesora a manos de un Blandi Blub negro en el episodio La piel del mal) descienden al planeta Naia VII, para ver cómo les va a los ingenieros que ha destinado allí la Federación de Planetas. Teniendo en cuenta que su misión de extraer minerales del fondo marino, no está mal pasarse por allí de vez en cuando por si deciden suicidarse por tener un trabajo tan aburrido.

Por desgracia, las instalaciones no han pasado el examen de prevención de riesgos, y al poco de iniciarse la visita, se produce un accidente que está a punto de aguarles la fiesta. Aguar la fiesta, ¿lo pilláis?, porque el complejo se llena de agua y casi se ahogan. ¡Ja, ja, ja, ja!

¿Dónde habré puesto mi medicación?

Atentos al cameo de Velma, de Scooby-Doo.

En este punto, debo hacer un paréntesis en la historia para tomarme mis pastillas y que veáis el grado de atención que ponen los autores en los detalles.

Cuando Worf avisa al equipo médico para que atiendan a los heridos, pasamos a una viñeta en la que aparecen una difuminada doctora Crusher junto a dos de sus ayudantes. Decidme si veis a alguien conocido.

La doctora es la pelirroja del iPadTM.

Para la mayoría de personas con una vida social saludable, las ayudantes de la doctora no son más que figurantes; pero los fans de la serie reconocerán a la mujer de las orejas puntiagudas y peinado tazón como la teniente Selar.

A pesar de que Selar solo sale en un episodio de la segunda temporada de Star Trek: La nueva generación, titulado El hombre esquizoide, su doctora vulcaniana causó sensación entre los trekkies y el personaje ha trascendido la pequeña pantalla para aparecer en novelas y cómics.

Imagino que el hecho de que sea vulcaniana, como el señor Spock, le da cierto atractivo. Después de todo, estamos hablando de una especie a la que cada siete años le entra un calentón TAN grande que si no hacen el amor como nutrias antes de ocho días, mueren. Eso es súper sexy… de una manera perturbadora y friki.

Selar es la de la izquierda.

Mientras los curritos prescindibles se ocupan de las reparaciones, el capitán Picard sugiere a su primer oficial que se tome un respiro en la Holocubierta, una sala de realidad simulada instalada dentro de la propia nave con la que las gafas de realidad virtual de nuestra era apenas pueden compararse. Ya quieras meterte en la piel de Sherlock Holmes y recrear sus casos, montar a caballo por la campiña inglesa, u organizar una orgía con el reparto de Las chicas de oro, tu solución para todo es la Holocubierta.

Riker se reúne con Data y la doctora Crusher, ambos dispuestos igualmente a no pegar un palo al agua, y programan la Holocubierta para representar una aventura del detective de ficción Dixon Hill. Y de este modo volvemos al punto en el que lo habíamos dejado al final del primer número de la colección: el encontronazo de la tripulación del Enterprise con el Doctor y sus dos compañeros.

Polizontes, ¿eh? A limpiar el lavabo personal de Worf se ha dicho.

En cuanto comprueban que los visitantes son de carne y hueso y no meros hologramas, Riker ordena a Worf que los conduzca ante el capitán Picard, que recibe al grupo del Doctor levantándose de su asiento y estirándose la camisa del uniforme, ¡igual que en la serie!

De hecho, exactamente igual que en la serie...

Y mis confirmaciones se sospechan. Quiero decir, mis sospechas se confirman.

¿Woodward cobró por esto?, porque la versión de prueba de Photoshop es gratis.

Picard aún está intentando averiguar qué hacen los polizones a bordo de su nave (una pregunta para la que el propio Doctor tampoco tiene respuesta) cuando reciben una llamada de socorro de Delta IV, el planeta el que se estaba celebrando una jornada de puertas abiertas para los borg y los cybermen al principio de la historia.

Y con la llegada de la nave estelar a la órbita del planeta, terminan el segundo número de la colección y esta entrada; de momento, con muchos interrogantes y ninguna respuesta.

Para compensaros por esta pérdida de tiempo, os regalo una de las mejores imágenes de Star Trek: La nueva generación: Berverly Crusher haciendo gimnasia de espaldas a un espejo.

Supermilf.

14 comentarios

  1. Yo también soy del grupo que no ha visto Doctor Who y que los tiene pendiente.

    Si esto fuera Estados Unidos ahora mismo habría varias asociaciones de pelirrojos pidiendo tu cabeza.

    Creo que se podría dar un paso más con esto de los crossovers y añadir a los Cylons de Galáctica como aliados de los Borgs y los Cybermen.

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  2. Me parece una falta de respeto enorme a los fans de dr Who, no entiendo como puedes hablar así de ella sin haberla visto siquiera, me has decepcionado mucho. En realidad ni la he visto ni la pienso ver, pero queda muy cool decir cosas de esas xD

    Ese estilo de dibujo no es para los cómics no me ha gustado nunca tampoco. Gran reseña como siempre

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  3. Que feo por Dios. Me recuerda al dibujo de Alex Ross, tan luminoso y realista pero eso si, cien mil veces mejor.

    Lo de hacer crossovers en comics no es nada raro. Si hay uno de Sonic y Superman y otro de Archie y El Castigador, este de Doctor Who y Star Trek es hasta normal.

    En fin, buena reseña, como siempre.

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    1. El estilo de alex ross es una maravilla visual, literalmente este cómic en comparación es vómito de perro a lado de la mona lisa

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  4. Por cierto ayer termine la primera temporada de madres forzosas espero tu reseña del primer capítulo como agua de mayo.

    Solo te digo que viéndolo notaba el sabor del pan con chocolate en la boca

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  5. Anonimatus: El único pelirrojo bueno es el pelirrojo muerto. ¡Abajo los zanahorias!

    Joakin Martinez Rodriguez: Sé que hay montones de crossovers extraños. La cuestión es: ¿debería haberlos?

    Tranzor: Me quedan ya pocos episodios pendientes de Madres forzosas y habrá resumen del primer episodio, pero no sé cuándo podré escribirlo. Estas cosas llevan mucho tiempo.

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  6. Por haber crossovers extraños lo hay incluso de Eminen/ Punisher y ahora están sacando el de Tortugas Ninja / Batman.

    Yo de Star Trek solo he visto la serie original, las sesis primeras pelis y los remakes nuevos. Es dificil hacer un comic basado en serie para que se parezca a los actores pero es que joer parece que calque fotogramas el artista.

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  7. Luis Teres2/3/16 00:02

    Yo tampoco sabia nada de Dr.Who y un amigo me dijo que le diera una oportunidad empezando en el episodio 3X10 "Blink". No me arrepiento para nada.

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  8. Vladek: "Solo". La monda.

    Luis Teres: Al parecer estrenan Doctor Who en Netflix a finales de mes. ¿Será esta mi ocasión de traspasar la última frontera del frikismo?

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  9. Brillante, como siempre.

    Como trekkie y whovian (y a pesar de eso, casado, incomprensiblemente) he disfrutado enormemente del artículo. Aprecio mucho el trabajo de documentación sobre Doctor Who que habrás necesitado.

    En cuanto a tus dudas:
    -la TARDIS tiene un sistema de traducción telepática universal, muy conveniente si no quieres poner subtítulos en el 90 % de los episodios.
    -el destornillador sónico es un cruce entre tricorder y navaja Suiza que sirve, efectivamente, de Deus Ex Machina recurrente.
    -No tengo ni idea de que es esa piedra absorbente.
    -lo más importante, como te han dicho, conviene empezar Doctor Who por el episodio 3x10 "Blink" que no sólo es uno de los mejores, sino que no depende de ninguna continuidad y se puede ver de forma independiente. Recomendado al 100% (o más!)

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  10. No soy mucho de crossovers , me extraña que no conozcas la serie del doctor who tipo realmente te la recomiendo,el destornillador sonico es por que el doctor es un pacifista y no le gustan las armas

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  11. No puedo juzgar la parte de Star Trek, pero por el Doctor Who ha estaba bien.

    Sobre crossovers raros hay dos de Star Trek con DC comics uno con la Legion de superheroes y otro con Green Lantern que no he leido. Y el que comentan arriba de Tortugas Ninja / Batman de momento me esta pareciendo muy entretenido.

    Y sobre comenzar con "Blink", a pesar de que no se podría ver como un corto sin ver nada mas de la serie, yo comenzaría por el principio a pesar de que el primer episodio es muy, muy cutre. La primera temporada es lenta, la segunda va mejorando y la tercera es la mejor.

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  12. Como fan de ambas series, sólo diré que es lo más bizarro que he visto... En la última hora. Que tampoco me quiero mojar mucho, no vaya a ser...

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  13. Juan Germán Socías Segura: He visto clips de Blink en YouTube y me incluno a pensar que la serie puede gustarme.

    Anónimo: Cuando esté más barato, el crossover de Batman y las Tortugas Ninja seguro que cae. ¿Cómo podría no gustarme?

    Miriam Escalada: ¿No vaya a ser que qué? ¡No nos dejes con la intriga, mujer!

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