26 de junio de 2016

Juego de Tronos: Nadie

Empezaré esta entrada con una advertencia: jamás bebáis agua caliente después de comer kiwi.

Dando ese tema por zanjado, os adelanto que en esta recapitulación haré algunas suposiciones respecto de lo que podría ocurrir en el último episodio de esta temporada. Si preferís no leerlas porque creéis que puedo tener razón y arruinaros la sorpresa, saltaos los últimos párrafos de la parte de Desembarco del Rey.

En cuanto a los que decidáis leer mis elucubraciones, algunos quizá pensaréis que no soy tan listo y que lo que digo lo he leído en algún otro rincón de internet. Pero no es así. En primer lugar, porque no gano nada con ello. Soy un hombre adulto y no pretendo dármelas de enterado escribiendo estas entradas, sino entretenerme y, con suerte, entreteneros también a vosotros, ya que no todos tenemos fácil acceso a sustancias psicotrópicas alteradoras de la conciencia. Y en segundo lugar, porque repaso los episodios muy a fondo y es casi inevitable que ate cabos. No lo hago queriendo, simplemente sucede. Los guionistas competentes procuran hilarlo todo y esto implica que las cosas siempre pasan por un motivo y no hay escenas gratuitas (salvo las de desnudos; pero, ¿qué sería una serie de HBO sin desnudos?). Sabiendo esto, solo hay que tener buena memoria para que los puntos se unan solos.

Y ahora, empecemos sin más dilación a repasar el octavo episodio de esta temporada.

19 de junio de 2016

Juego de Tronos: El hombre destrozado

¿Os dais cuenta de que apenas queda una semana para que termine otra temporada de Juego de Tronos? Esta noche se estrena el noveno episodio y la semana que viene será el turno del último.

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Bueno, supongo que no para aquellos de mis lectores que aborrecen estas entradas y esperan como agua de mayo que vuelva a hablar de cómics de He-Man o pizzas lovecraftianas; pero, ¿acaso es mi culpa querer terminar lo que ya he empezado? ¡Creo que me merezco una medalla!

Y no os confundáis. Yo soy el primero que tienes ganas de escribir sobre otros temas, incluso si se trata de películas de serie B de ciencia ficción de los años sesenta con limos monstruosos. Para todo hay un momento.

Menos para Leticia Sabater y su canción de La salchipapa. Para eso están reservadas las profundidades abisales.

12 de junio de 2016

Juego de Tronos: Sangre de mi sangre

¿Qué opina George R.R. Martin de que la serie de televisión basada en sus libros haya anticipado una de las revelaciones más inesperadas y trágicas en las que ha trabajado? Según cuenta Vanity Fair Hollywood, a Martin le deprime no escribir lo bastante rápido para evitar que estas cosas ocurran, sobre todo después de haber mantenido él mismo el secreto durante más de veinte años. De todos modos, apuesto a que los miles de libras que HBO ingresa cada mes en su cuenta bancaria en concepto de royalties hacen más llevadero este mal trago.

Peor lo llevan aquellos de sus lectores que prefieren ignorar la serie para evitar que les destripen las próximas novelas. Como no se encierren en un búnker sin conexión a internet, lo tendrán difícil para no enterarse de algunos elementos claves de la trama.

Aun así, el panorama no es tan malo para ellos. El autor ha declarado que los eventos que rodean a la revelación del episodio anterior serán distintos de los de la serie, y estoy convencido de que cuando Vientos de invierno se publique en el año 2043, los lectores encontraremos mucho material nuevo, emocionante y fascinante en sus páginas. ¿Quién sabe?, incluso quizá veamos una trama medio decente para Dorne.

5 de junio de 2016

Juego de Tronos: El portón

¿Estás harto de las introducciones que son una pérdida de tiempo? ¿Quieres aprender algo nuevo? ¿Incluso en domingo? Pues entonces hoy es tu día de suerte, porque hoy explicaré brevemente el proceso de preparación de estas entradas, es decir, qué es lo que hago cuando mi equipo de simios escritores está de vacaciones.

Aunque por mi ritmo de publicación podáis pensar otra cosa, normalmente veo los nuevos episodios de Juego de Tronos la misma noche de su estreno, no a las tres de la madrugada, pero sí a horas a las que las personas decentes suelen estar durmiendo. ¿Estoy con ello insinuando que los vigilantes y porteros nocturnos no son personas decentes? Sí.

Por lo tanto, ya os podéis imaginar que ese primer visionado es entre poco entusiasta y comatoso. Disfruto del episodio, porque me gusta la serie; pero mi cerebro no acaba de procesarlo como el de una persona que ha dormido al menos siete u ocho horas. O seis. O cinco...

Una semana después, vuelvo a ver el mismo episodio, ya doblado al castellano, para preparar la recapitulación correspondiente, teniendo siempre la sinopsis oficial de HBO a mano para asegurarme de que no me dejo nada relevante en el tintero. No veo el episodio del tirón, ni siquiera en un solo día, sino que voy reproduciendo pequeños fragmentos, en orden o no, a medida que escribo. Esta parte es la que más tiempo requiere y suele alargarse hasta bien entrado el fin de semana siguiente.

Cuando el resumen está más o menos listo (o al menos entero), selecciono las capturas de imagen más apropiadas y las inserto a medida que retoco el texto. Las frases de los pies de imagen también las incluyo en ese momento. Por último, antes de publicar la entrada, la repaso una última vez para asegurarme de que cumple los estándares de calidad del blog, esto es, que está plagada de erratas y chistes sin gracia.

Yendo al caso concreto, y por poner un ejemplo, esta noche veré el séptimo capítulo y, con suerte, mañana por la noche empezaré a escribir sobre el sexto, cuya recapitulación terminaré el fin de semana que viene in extremis.

El proceso es un tostón y muy trabajoso, así que os agradezco enormemente que os toméis vuestro tiempo para leer estas entradas y, sobre todo, comentarlas. También agradezco los regalos y las transferencias de dinero.