12 de marzo de 2017

Tygra: Hielo y fuego

En aquellos tiempos, cuando el cine de animación estaba en declive y las novelas de espada y brujería caían poco a poco en el olvido, hubo una época increíble en la que Ralph Bakshi, un cineasta que pensaba que la idea de que hombres adultos dibujasen mariposillas y florecillas mientras los aviones estadounidenses bombardeaban Vietnam era absurda, decidió que ya estaba frito de hacer dibujos animados para niños y se volcó en el cine de animación para adultos, utilizando técnicas poco convencionales como la rotoscopia para darles un aspecto único no apto para todos los gustos.

Su primer filme fue una adaptación del cómic Fritz el gato, aunque, de entre sus películas, la más conocida es probablemente la primera adaptación cinematográfica de El señor de los anillos, que con el tiempo se convertiría en una película de culto, pero que, cuando se estrenó en 1978, tuvo más o menos la misma acogida que el sida. Habrá incluso a quien le guste Cool World, si es un depravado con muy mal gusto.

A la vista del éxito de la película de Conan el bárbaro, protagonizada por el entonces desconocido austríaco Arnold Schwarzenegger, Bakshi quiso probar suerte adaptando las clásicas novelas pulp de espada y brujería, así que buscó a uno de los artistas más renombrados del género para crear el aspecto visual de la película, el mismo hombre que, con sus evocadoras portadas, alzó a Conan a una nueva era de popularidad en los años setenta: el ilustrador Frank Frazetta.

Nadie dibujaba mejor que Frazetta tiarrones garañones de piel aceitosa en taparrabos, mujeres voluptuosas semidesnudas y terribles bestias de tiempos remotos. Contratarlo para ilustrar una novela patatera o el cartel de una película de serie B era una buena manera de convertir esos productos mediocres en una trampa para incautos.

A principios de los ochenta, estas dos colosales fuerzas creativas se unieron para crear la historia, los personajes y el diseño artístico que sirvieron de base al guion que escribirían Gerry Conway y Roy Thomas, viejos conocidos de los lectores de los cómics del Conan de Marvel.

La película se tituló Tygra: Hielo y fuego, sobre la que os adelanto que es muy difícil encontrar información en internet sin que te salgan cientos de resultados sobre la popular saga literaria de George R. R. Martin, especialmente si buscáis por el título original en inglés (Fire and Ice).