13 de septiembre de 2012

Patatas fritas San Nicasio


¿A quién no le gustan las patatas fritas? A nadie que yo conozca. Todo el mundo disfruta comiendo patatuelas, ya sea en una terracita acompañadas de unos boquerones y una caña bien fresquita, o en el salón de casa con la tele encendida y una mano metida en el pantalón.

Es más, si conocéis a alguien al que no le gusten, mucho cuidado con él, porque probablemente forme parte de una avanzadilla belatriciana enviada desde Gamma Orionis para explorar nuestro planeta antes de iniciar su colonización. (La parte de la exploración es muy importante, porque luego te sucede lo mismo que a los extraterrestres de la película Señales y, de la noche a la mañana, tu especie alienígena temida en todo el universo se convierte en el hazmerreír de un planeta de segunda regional por no haberte documentado debidamente.)

Patatas fritas, decía. Aunque mi búsqueda del snack perfecto terminó el día en que Matutano sacó la Pandilla Drakis, este hallazgo no disminuyó en lo más mínimo mi interés por este campo tan variopinto de la gastronomía, que me ha llevado a probar desde rarezas como las Lay's con sabor a cheeseburger y gambas al ajillo, hasta patatas de corte más artesanal como las elaboradas por la compañía cordobesa San Nicasio, que serán el objeto de nuestra entrada de hoy.

Antes de entrar al fondo del asunto, me gustaría dejaros con unas palabras de nuestro patrocinador. Pero no tenemos patrocinador. Ni siquiera sé por qué hablo de un nosotros. Enviadme dinero.

Las patatas San Nicasio, que reciben su nombre del patrón de Priego de Córdoba, nacieron de la visión de un matrimonio de emprendedores españoles cuyo culoinquietismo les llevó a abandonar sus monótonos y respectivos empleos como almacenista y confeccionista de cortinas, para hacer churros y, con el tiempo, fabricar las mejores patatas fritas del mundo.

Es una historia que inspira a perseguir los sueños, y me extraña que RTVE no se haya hecho ya con los derechos para la película. El papel protagonista se lo darían a José Mota para que alargue un chiste sin gracia durante dos horas y media sin renunciar a sus localismos. El éxito en taquilla estaría asegurado.

El remake americano lo protagonizaría Charlie Sheen y habría un cameo del chef Ramsay.

Las San Nicasio son el Rolls Royce de los aperitivos salados, el Stradivarius del picoteo, el Rolex de los snacks, el estuco veneciano de las chips, la edición extendida en formato Blu-ray de la trilogía de El Señor de los Anillos, el... En fin, creo que ya lo habéis pillado y yo me estoy quedando sin ideas. Las patatas San Nicasio son un producto de calidad.

Para empezar, en su elaboración se utiliza aceite de oliva virgen extra; pero no un aceite de oliva virgen extra cualquiera, sino uno "procedente del ensamblaje de aceitunas picudas, picuales y hojiblancas [...], altamente frutado y aromático". He aprendido por lo menos tres palabras con esa frase, así que debe de ser la reoca.

El proveedor de este aceite maravilloso es la sociedad Almazaras de la Subbética, vecina de San Nicasio, lo que permite a nuestra empresa patatera (¿se dice así?) ahorrar costes de transporte y almacenaje, así como evitar el asalto de los infames Moradores de las Sierras Subbéticas, especialmente peligrosos cuando atacan en grupo; de este modo, las "propiedades organolépticas y saludables" del aceite se mantienen intactas, detalle que me parecería trascendental si no fuera porque organolépticas me suena a la típica palabra inventada de los tebeos de Mortadelo.

¡Por fin una excusa para subir una captura de pantalla del Mortadelo y Filemón II de Spectrum!

También parece ser importante que las patatas sean españolas y no transgénicas, porque a nadie le caen bien los extranjeros salvo para ligar con ellos en las discotecas, y menos si son mutantes de la Dimensión X.

Además, las patatas se someten a un "minucioso proceso de selección", lo que significa que alguien ahí fuera tiene un trabajo de mierda. ¿Os imagináis cómo debe de ser la jornada laboral del pobre tipo que se pasa ocho horas delante de una cinta transportadora examinando patatas y separando las que están pochas? "Buena... Buena... Buena... Mala... Buena... Buena...". No se me ocurre nada menos apasionante que hacer sin estar muerto.

Esto es lo que sucede cuando desafías a la Madre Naturaleza.

El ingrediente secreto de las patatas San Nicasio, que no es secreto en absoluto, es la sal rosa del Himalaya, "una sal de pureza excepcional que se recolecta en los estratos de esa cadena montañosa y es vestigio del enorme océano incontaminado que allí se extendía hace más de 200 millones de años".

Para un producto que se vende a veinte céntimos el kilo parece un poco recargado, pero todavía se aventuran a añadir que la sal se extrae de "las profundas capas subterráneas alimentadas por infiltraciones minerales del magma terciario".

¿No es increíble que haya gente capaz de escribir así? Me recuerda a Elaine Benes cuando trabajaba para el catálogo de J. Peterman. El único modo de darle más bombo a un puñado de sal es enviando a guerreros Shaolin en su busca a alguna cueva recóndita ocupada por el Abominable Hombre de las Nieves.

A wild Yeti appeared!

La bolsa también es bastante especialita, ya que su envasado se realiza "con métodos de alta tecnología y atmósfera controlada", lo que suena como si la NASA hubiera intervenido en su manufactura, pero solo quiere decir que la bolsa es tan difícil de abrir que es probable que te cagues en las reliquias de San Nicasio y vendas tu alma por unas malditas tijeras. La increíble Masa podría sentarse encima de la bolsa y no se rompería.

El envasado, eso sí, garantiza que las patatas se conservan durante más tiempo del habitual, hasta seis meses desde la fecha de fabricación. Ahora decidme vosotros en qué casa duran unas patatas más de un fin de semana, sobre todo si el domingo hay fútbol. A no ser que el redactor de la página web de las patatas San Nicasio estuviera pensando un posible apocalipsis zombi o un invierno nuclear, no me explico qué necesidad hay de que se conserven tanto tiempo. Por otro lado, bien pensado.

¡En dos indestructibles tamaños!

Y llegamos al punto clave: el sabor. Empieza por ese y termina en erre. ¡SABOR!

Pues bien, pese a su aceite con denominación de origen y su sal rosa de comienzos del jurásico, a mí me saben igual que las patatas que me ponen gratis en el bar de la esquina cuando pido un sol y sombra. Están buenas, sí; pero no son espectaculares ni están por encima de la media. Supongo que esto me convierte en lo que en San Nicasio denominan un consumidor poco exigente e ignorante con las papilas gustativas atrofiadas; pero hay que ser muy repelente para ponerse pijoteros con un snack.

Las medallas obtenidas por esta delicatessen andaluza en certámenes que hasta ahora no sabía ni que existían sin duda avalan su calidad; pero, ¿qué queréis que os diga?, pagar tres euros por unas patatas fritas, cuando por ese mismo precio puedo tomarme un par de cañas y un aperitivo, me parece un derroche. Ni siquiera viene un tazo de regalo.

Lo que sí puedo decir es que en dos bolsas que he abierto, no me ha tocado ni una sola patata que estuviera refrita, demasiado aceitosa, o que supiera raro.

Un producto un poco caro, pero irreprochable.

15 comentarios

  1. Sabiduría Inmunda13/9/12 02:10

    Bueno, nunca esta de más tener una larga fecha de caducidad, hace tiempo me encontre una bolsa en mi despensa, abandonada ahi desde vete a saber cuanto, quiza desde los tiempos en que Cthulu luchaba contra los Antiguos y la gran raza de Yith por el control del joven planeta Tierra, las patatas tenian un color verdoso, perfectamente normal su hubiesen sido Pringles sabor a Guacamole, desgraciadamente, no lo eran XD

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  2. Eres el unico ser humano capaz de escribir un articulo sobre unas papas ( si, aqui en Canarias se les dice papas xD ) fritas y que quede bien y todo, mis felicitaciones xD

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  3. Pues a mí no me gustan las patatas fritas de bolsa (las normales hechas en la sartén sí xD). Me enfado y no respiro por todo el párrafo que me has dedicado y que hará que ahora la gente no se fíe de mí (U^_^)

    Sobre las que comentas, no las había visto en mi vida xD. Ya con la bolsa desprenden un aire muy elegante.

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  4. Como siempre gran artículo. Me encanta la conclusión de que te saben como las del bar de la esquina, muy del tipo de documental donde comen cocodrilo en cocido en agua del amazonas y sangre de bisonte y electrificado con anguila para que salga el tío y diga que sabe a pollo.

    Aún así tu locuaz verborrea ha hecho que me entren ganas de unas patatas caras (igual no de calidad, eso ya se verá) y voy a invertir mi última tarde de horario de verano en verme a las 4 la presentación de Wii U con unas patatas de 4€ y, eso sí, una Mahou.

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  5. No te has parado a pensar en las razones de salud de las Patatas San Nicasio. Diferencia las grasas trans de frituras con semilla, No con aceite de oliva virgen extra 100%, la sal rosa baja en sodio,y rica en minerales y oligoelementos o la patata natural NO trangenica.
    Bueno algunos dicen asco de vida y se envenenan lentamente para avandonarla rapido...

    A lo de los 6 meses, parece que es que se envian a 21 paises (Japon, USA, CANADA, UK, China, etc.). Tambien tienen derecho a cuidar su salud. Los barcos tardan mucho

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  6. En los albores de mi blog escribí un post sobre salsas de acompañamiento solo por el placer de imaginar la cara de los lectores al encontrarse un tocho sobre salsas en un blog "friki". Imagino que el propósito es similar, y se lo digo, con mi cara se hubiera echado unas buenas risas.
    No suelo comentar, pero era NECESARIO.

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  7. Sabiduría Inmunda: Qué gran historia. Dime que te las comiste.

    JFDP13: Pruébalas y no te arrepentirás.

    Vandrake: ¿El único? No, hay otros.

    Jero-chan: Sospechaba que entre mis lectores habría algún alienígena. Pero no te enfades. Los beletricianos sois nuestros superiores. ¿No necesitaréis un representante local?

    Andrs78x: Come, come, sin saber que poco a poco te acercas a la patata envenenada.

    Francisco Aguilera Mejias: ¿Pero usted se ha leído el artículo, don Francisco? ¡No me he parado a pensar en nada!

    Fosforo: No tenía más propósito que escribir sobre comida, la verdad. Lo hago poco y me gustaría enmendar eso. Instantánea de su cara o no ha sucedido.

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  8. No tazo no Party, eso es así con cualquier snack, desde patatas fritas hasta los bollycaos!

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  9. Ahora me entran ganas de comer unas patatas fritas. Don Tipo de la Brocha ¿ahora me arrastra para probar patatas no contento con haberme insitado a probar las Pop-Tarts?

    Siga escribiendo sobre comida, descubre cada joya para probar y no arrepentirse.

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  10. Llorch: Ay, los Bollycaos... Qué nostalgia.

    LacraESECEFE: Se intentará, se intentará. Al menos, ya tengo otro par de ideas.

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  11. ¡Maldito seas Tipo de la Brocha, que has descubierto mi verdadera identidad como espía belatriciana! ¡Ahora te haremos sufrir las consecuencias de tu imprudencia abduciéndote, lobotomizándote y ofreciéndote como desayuno al Sarlacc de Tatoonie! ¡Larga vida al Imperio Intergaláctico de los Hijos de Bellatrix!

    Y, para que conste en acta, la única razón por la cual las patatas fritas NO son el alimento más repugnante del universo es porque existen la lasaña y los espárragos. Puaj.

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    1. He visto todos los episodios de El Coche Fantástico y algunos más de dos veces, así que dudo que la lobotomía funcione conmigo. Y teniendo en cuenta mi dieta, dudo que sea del gusto del Sarlacc. Las vacaciones fuera del planeta pueden estar bien.

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  12. Caballero, ahora necesito de usted un artículo sobre el juego ese de mortadelo.

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    1. No lo veo. Tendría que jugarlo, y cuando era un crío ni siquiera pasé de la primera pantalla.

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