7 de octubre de 2013

'Bigfoot', de Niles, Zombie y Corben

¿Sabéis la frustración que siente uno cuando lee gratis el primer número de una serie de cómics, queda entusiasmado por el potencial que tiene la historia, paga por los tres números restantes y éstos resultan ser una patata infumable que apenas se sostendría como película de serie B? Eso es lo que sentí yo cuando terminé de leer Bigfoot, un cómic de Steve Niles y Rob Zombie con dibujos de Richard Corben.

No me preguntéis por los trabajos anteriores de Steve Niles, porque lo único suyo que he leído es Batman: Gotham después de medianoche y sólo he dedicado dos minutos a visitar su página web. De todos modos, alguien que está tan pagado de sí mismo como para decir que es uno de los responsables de haber devuelto la relevancia a los cómics de terror, no merece mi atención. Los verdaderos artistas del género están demasiado chiflados como para diseñar su propia página web. Véase Alan Moore.

Tampoco estoy muy familiarizado con la obra de Rob Zombie, el cineasta roquero de Massachusetts con pinta de buhonero, pero me gustó su remake de Halloween y eso ya dice algo a su favor. Por otro lado, me sentí bastante decepcionado cuando me enteré de que Zombie no era su apellido de nacimiento. Y si es verdad que ese eterno proyecto suyo llamado Tyrannosaurus Rex no tiene nada que ver con dinosaurios, le retiraré la palabra.

Por último, a Richard Corben lo conocí leyendo cómics para adultos a escondidas cuando era un crío. Por aquel entonces, a diferencia de hoy, no sabía el gran historietista que era, pero su estilo ya me llamaba la atención. Era diferente, impactante y, lo que es más importante, dibujaba mujeres con pechos grandes.

Sin embargo, no fueron estos nombres lo que me atrajo de este cómic, sino su evocadora portada, que reproduce el fotograma más conocido del vídeo que un jinete de rodeo retirado grabó en una reserva forestal de Willow Creek el 20 de octubre de 1967. Hasta la fecha, este vídeo, con sus apenas 53 segundos de metraje, es la grabación más clara y larga que existe de un tipo disfrazado de gorila tomando el pelo a la gente.

Malditos paparazzi.

No os confundáis. La criptozoología me atrae como al que más y también sé que el vídeo de Patterson ha sido estudiado por centenares de expertos sin llegar a una conclusión definitiva en torno a su veracidad, pero de ahí a tragarme que un pies grandes saldría a pasear por el bosque en un día tan soleado como ese sin sus gafas de sol hay un trecho. Pero no he venido aquí para profundizar en los rumores sobre el pies grandes, sino para hablaros del tebeo del título.

La historia comienza en 1973, en el parque nacional de la montaña Blackwood, Carolina del Norte. Una enorme criatura de ojos brillantes acecha a un ciervo amparada por la oscuridad de la noche. La ambientación es la correcta y, por lo tanto, puedo ignorar el hecho de que los ciervos no sean animales nocturnos. Digamos que este sufre insomnio o ha salido a por tabaco. Aloha, suspensión de la incredulidad.

La feroz criatura, un pies grandes como podéis suponer, mata al padre de Bambi con nocturnidad y alevosía y arrastra el cuerpo ladera abajo dejando un rastro de sangre que, por razones artísticas, se ve en la oscuridad. Tal vez el ciervo tenía sangre radiactiva fluorescente, yo qué sé. No soy Félix Rodríguez de la Fuente.

♪ Cantemos alegremente, la primavera llegó… ♪

A la mañana siguiente, una feliz familia americana compuesta de padre, madre, niño y perro llega a la zona de acampada de Happy Trails, que hace esquina con el campamento de Crystal Lake, para pasar el verano en una cabaña de ensueño. En el coche suena I Think I Love You de los Partridge, y mientras los padres conversan alegremente, en el asiento de atrás su hijo pequeño lee un cómic intentando comprender cómo puede el Doctor Medianoche viajar entre el Mundo Paralelo Uno y el Vórtice Draconiano sin su casco de transmutación.

De nuevo, la ambientación es excelente y en cuestión de cuatro páginas te encariñas con la familia. Lo único un poco inquietante es el perro. Es un sabueso y se llama Gomer, pero estoy convencido de que su aliento huele a azufre.

¿Seguro que el perro no es el malo?

Lo cierto es que por bien que nos pinten estas vacaciones en familia, una cabaña en mitad del bosque nunca es de ensueño. Lo sé por experiencia. Te haces a la idea de dormirte cada noche en el sofá, frente a la chimenea, pensando que cuando te levantes por la mañana, Hugh Jackman estará cortando leña en el porche y, al verte, te dará los buenos días y compartiréis una taza de chocolate caliente con malvaviscos; pero la realidad es muy diferente: no hay agua caliente, la noche es de todo menos silenciosa y, un día, encuentras una escolopendra en tus calzoncillos. Vosotros quedaos con vuestros árboles y vuestras ardillitas y a mí dadme un sistema de calefacción unitario y red Wi-Fi, gracias.

Al caer la noche, y después de contarnos una anécdota que nos acerca un poco más a esta entrañable familia, los padres mandan a su hijo Billy a la cama y se ponen melosones. Melosones en plan espero que mis padres jamás hicieran algo parecido. De hecho, yo prefiero pensar que llegué a la Tierra en una nave enviada por los guerreros del espacio cuando sólo era un bebé y me di un golpe en la cabeza que neutralizó mi naturaleza agresiva. Lo del golpe en la cabeza sucedió seguro.

Cuando el espectáculo erótico empieza a ponerse interesante, ese don Pimpón hipertrofiado y nudista que es nuestro pies grandes atraviesa la ventana en una espectacular viñeta digna de lo mejor de Corben. Excepto por el color. El color no es nada del otro mundo. ¿Habéis leído Den? Eso sí es color.

Disculpen por la intrusión. ¿Puedo usar su servicio?

El pequeño Billy se despierta con el jaleo y baja al dormitorio principal, donde presencia cómo Harry (sin los Henderson) juega a los Madelman con sus padres, a los que descuartiza salvajemente. Esta es la razón a por la que nunca me gustó compartir mis juguetes cuando era pequeño.

En el fragor de la carnicería, el pies grandes resulta herido en un ojo, pero, a pesar de ello, acaba lo que había venido hacer y se lleva consigo el cuerpo maltrecho de la madre, que consigue susurrar el nombre de su hijo melodramáticamente antes de perder el conocimiento. Imagino que el pies grandes la guardará en un tupper para el desayuno.

Menudas horas para redecorar las paredes.

A pesar de la violencia de la escena, lo más aterrador que llega a ocurrir es que, en un momento dado, el perro se convierte en una rata gigante demoníaca salida de las sulfurosas profundidades del Infierno para atacar al primo paleto de Chewbacca.

Debo decir que a Corben no se le da del todo bien dibujar perros.

Que lo sacrifiquen, por favor.

A la mañana siguiente, la policía llega al lugar de los hechos, y vemos al sheriff del condado encubrir las huellas del abominable hombre del bosque. La prensa dirá que la masacre ha sido perpetrada por un oso y nadie llamará a los agentes Mulder y Scully para investigar el suceso. Caso cerrado.

Ah, no, que estas cosas generan mucho papeleo.

Llegamos así al final del primer número, que se cierra con una pesadilla en la que Billy, ya adulto pero viéndose a sí mismo con la edad que tenía cuando sucedió el accidente, sigue la voz de su madre hasta una cueva y se topa con el pies grandes trajinándose los restos de la sonriente mujer, que presenta a su amante como el nuevo padre de su hijo.

Y el pies grandes incluso saluda. "Hola, hijo", le dice. Qué educado.

No, Billy. YO soy tu padre.

Resumiendo, que todo pinta fenomenal, porque tras el primer número hay muchos hilos sueltos que dan pie a que el lector imagine e intuya sin que se diga claramente por dónde irán los tiros. ¿Por qué ataca el pies grandes a la gente? ¿Cuáles son los motivos del sheriff para ocultar los hechos? ¿Qué hará Billy para superar el trauma de su infancia cuando se entere de que en Blackwood está espichando más gente de forma sangrienta y misteriosa?

Pues bien, imaginaos las respuestas que os dé la gana, porque cualquier cosa que penséis será mejor que lo que nos cuentan Niles y Zombie en los tres números siguientes, como si queréis pensar que el pies grandes es el increíble Hulk después de usar crecepelo.

El gran problema de esta miniserie es que se carga cualquier expectativa de una trama decente con sucesivos ataques a campistas intercalados con viñetas de Billy despidiéndose de su novia, Billy comprando armas en un supermercado y Billy siendo arrestado como Rambo en Acorralado para luego volar la cueva del pies grandes por los aires con ayuda del sheriff, que había estado cubriendo las espaldas a la criatura porque tuvo un encuentro con ella cuando era joven que le dejó acojonado y porque el sheriff anterior se ahorcó después de que una comisión evaluadora se burlase de él por hablar de una bestia humanoide. Ah, y el pies grandes tenía una señora y dos piececitos grandes a los que alimentar. Fin.

¡Pies Grandes aplasta débiles humanos!

La historia ni siquiera intenta profundizar en el mito del pies grandes y arrojar algo de luz sobre su naturaleza como haría una buena novela gráfica, sino que se limita a mostrarnos a la criatura haciendo papilla a la gente hasta que le dan caza. En este sentido, a lo que más se parece es a un filme de terror de los años ochenta, repleto de clichés, sin verdaderas sorpresas y con un final paupérrimo.

Si ese rollo os va, dadle un vistazo; pero al resto solo puedo recomendároslo si sois muy aficionados al arte de Richard Corben, que aquí ni siquiera está en su mejor momento.

8 comentarios

  1. buenísima la transformación del perro

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    1. Pues anda que la transformación del propio big foot en la ultima imagen que ha colocado... XDD

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  2. A mi me asusta más la entrada del bicho a la casa ¿le sale un brazo de la oreja? primera vez que comento en tu blog, las otras veces llego demasiado tarde y ya hay mucho comentario, Que ganas tengo de ver que gracieta me haces ;)

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  3. Lo vi en la biblioteca de mi ciudad en un solo tomo y me lo lei alli mismo. No esta mal para pasar un pequeño rato entretneido, pero al final se vuelve todo una escabechina de Big Foot contra los campistas varios quw aparecen. De hecho me recordo a las monster movies chungas que echan en Energy por la noche.

    Y no es la unica asociacion de Zombie con Niles. Si te interesa hay por hay otro comic llamado El Clavo con dibujos de Simon Bisley, sobre un luchador de wrestling que se enfrenta a demonios. Igual de corto que este y con escenas muy sangrientas. Poca cosa, vamos.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Qué curioso que presenten al Pies Grandes como una bestia rabiosa y no como la criatura huidiza que se supone que es, hay otras criaturas que harían mejor ese papel, como por ejemplo el Wendigo.

    Una pena que la trama sea la típica de las pelis de terror ochenteras, habría sido mejor una en la que por ejemplo se descubre que hay una tribu de Pies Grandes ocultándose de la humanidad y que el que ha cometido los asesinatos es un renegado que está harto de esconderse de los débiles humanos, esa trama habría dado lugar a un monton de posibilidades, como por ejemplo el sheriff ocultando los signos del Pies Grandes porque sabe los problemas que vendrían al pueblo si se descubriera la existencia de esas criaturas.

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  6. aaah! sinceramente están chidos los dibujos, al menos hacen que te adentres en otro mundo. Está muy bien lo del gore, pero lo bello de la leyenda es eso: que debe mantenerse en misterio lo más que se pueda y que el espectador se vaya formando su propia idea: esa es la fórmula.

    Ya me estaba pensando que el Sheriff era hermano o pariente(más bien complice) del matarife y que le ayudaba a borrar sus huellas porque así pagaba un tributo.

    Jajaja, el cerdoperro hubiera molado más. Excelente reseña-
    http://www.cuantarazon.com/578040/cerdoperro

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  7. Anónimo y Amtias: Se me olvidó mencionar que el dibujo no es especialmente consistente a lo largo de estos cuatro números. Corben pensaría que la historia no era tan buena como para que sus dibujos lo fueran.

    krol con k: ¿Que llegas tarde y encima no comentas? ¿Qué clase de excusa es esa? ¡Es al revés! Por llegar tarde hay que comentar el doble. Lo pone en las condiciones de uso de la página. En letra pequeña imaginaria.

    JoakinMar: Simon Bisley también tiene estilazo. Conan nunca ha parecido más duro y peligroso que pintado por Bisley.

    Anonimatus: Si hubiera muchos pies grandes, ¿montarían una fiesta tiki como en Sam & Max Hit the Road?

    M@nchitas: El sheriff es el padre del pies grandes. Fue el resultado de una noche de pasión con la mujer barbuda.

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