13 de septiembre de 2015

'John Rockman and the Cosmic Brain of Corruption', de Ron Jockman

¿Sabéis qué sería una sorpresa alucinante? Levantarse por la mañana y descubrir que tu perro se ha convertido en un obediente tiranosaurio y tu coche en una aeronave F-22 Raptor armada con cañones de 22 mm., misiles aire-aire y bombas guiadas por láser. Pero como eso no va a suceder jamás, porque ni siquiera tengo perro o coche, he aprendido a conformarme con alegrías más mundanas, como la que me ha dado John Rockman and the Cosmic Brain of Corruption.

Tras el estrepitoso fracaso de público de mi reseña sobre el primer volumen de Las crónicas de John Rockman, llega mi reseña sobre el segundo volumen. Por lo tanto, me imaginaré que habéis leído la entrada de hace dos semanas y obviaré las presentaciones. Y si habéis llegado tarde, pinchad en el enlace y poneos al día. Luego, ya de paso, añadid este blog a vuestros favoritos y jurad seguirme y reverenciarme para toda la eternidad. Si además hacéis un generoso donativo de 1.000 euros, muy pronto (aunque más probablemente nunca) os llegará a casa el paquete de iniciación para fans de El Tipo de la Brocha con vuestra túnica oficial, un imán de nevera de Óscar el Gruñón, un desatascador de váter y las letras de mis cánticos favoritos, incluyendo clásicos como Te alabamos, oh, Brocha y Brocha, eres más grande que Jesús (localidad de la provincia de Tarragona).


Después de haber sobrevivido a duras penas a las pruebas gladiatorias de Galactar y salvado al planeta Pergos de una de una destrucción casi segura, el héroe intergaláctico John Rockman y sus fieles aunque menos valiosos compañeros la enfermera Maria Ozone y el experto en robótica Niah Lighte, se dirigen a la Tierra para disfrutar de un merecido descanso. Pero como eso sería harto aburrido, en medio del viaje, su nave espacial sufre un "accidente" que los deja varados en el planeta-jungla Proro. "No hay formas de vida en este lugar que sean más inteligentes que gorilas-espaciales", dice Niah, aunque más tarde puntualice su afirmación hasta contradecirla.

Maria desaparece poco después, secuestrada por un viejo o tal vez nuevo enemigo, y aunque Rockman "no necesitaba salvarla, ya que está estupendamente bien viviendo toda su vida sin una mujer" y "en realidad, podría hacer mucho más en la vida si no tuviera que preocuparse de complacer a una compañera con regalos y cosas", él es un héroe y los héroes salvan a las damiselas en peligro, sobre todo a las que tienen una delantera que se menea graciosamente.

Sin embargo, Rockman aún no sabe lo peor: una nueva arma de destrucción masiva está destruyendo planetas hasta dejarlos completamente destruidos. O al menos eso es lo que parece, pero quizá el título del libro sea más revelador que sus páginas.

¿Conseguirá Rockman encontrar la forma de escapar de Proro a tiempo para poner freno al genocidio galáctico y rescatar a Maria? Y lo que es más importante, ¿saldrá por fin del armario o quedará su homoerótico morreo con Niah en una estratagema para dar gato por liebre a los vendedores del Mercado de Hollín?

El mejor libro de ciencia ficción desde la película de Flash Gordon.

El libro, al igual que en el anterior, es una sátira espacial con mucha acción y repleta de clichés, y su argumento no fascinará a ninguna persona o humanoide de orejas puntiagudas. Si bien hay algunos giros de guión que llegaron a sorprenderme por su hilarante incoherencia, lo mejor que se puede decir de la historia, y no es poco, es que es entretenida y avanza a buen ritmo.

Ahora bien, si hablamos de expectativas, no creo que nadie se compre este libro esperando que el desarrollo de la trama le maraville o que cambie su forma de ver el mundo. En realidad, no creo que nadie se compre este libro y punto. Quizá a un escritor novel le hará tomar conciencia de que si esto se ha publicado, cualquiera que sea capaz de juntar más de 40.000 palabras seguidas puede escribir una novela; pero el común de los mortales (grupo que excluye a John Rockman) aspirará como máximo a reírse y distraerse un rato, y en este aspecto me alegra decir que el humor es tan genial como el del volumen precedente, pero infinitamente más equilibrado.

"Pilletus caminó hacia atrás, alejándose del hombre musculoso que se le aproximaba lentamente y al que solo los mortales llamaban John Rockman (Trenipus, el único inmortal que había conocido, le llamaba Richard por alguna razón)".

Si recordaseis mi reseña anterior, lo que implicaría haberla leído y las estadísticas me dicen que es poco probable que seáis uno de los 450 y pico "afortunados", el mayor defecto que achacaba a The Trials of Galactar era que los chistes tardaban muy poco en atragantársete. Funcionaban bien en pequeñas cantidades, incluso de forma extractada, pero no sucesivamente a lo largo del libro. A cualquiera que se lo lea del tirón sin rebufar y acabar hastiado deberían darle un premio.

En The Cosmic Brain of Corruption, el tipo de chistes se repiten, pero están mejor repartidos y además se nota que los autores decidieron ponerse menos cortapisas a la hora de escribir, lo que se traduce en un mayor número de escenas estrambóticas. De este modo, mientras en el libro anterior las situaciones en sí tenían cierta lógica, o al menos no desentonarían en una peli de ciencia ficción de serie B de los años cincuenta, en este segundo volumen hay pasajes de humor absurdo que me recuerdan a las películas trío Zucker, Abrahams y Zucker.

Es esta combinación de frases sueltas tronchantes y situaciones absurdas lo que hace que quieras seguir pasando páginas en lugar de tener que tomarte constantes respiros para ser capaz de seguir asumiendo la retahíla de chistes sin empacharte.

Propongo un cameo de Leslie Nielsen para el tercer volumen de la saga.

En cuanto a los personajes, John Rockman sigue siendo el protagonista indiscutible del libro, pero en esta ocasión le vemos en su momento más bajo, derrotado por sus demonios personales... lo que no impide, por supuesto, que consiga lo imposible y supere un desafío tras otro, sobreviviendo incluso a una extracción de órganos el tiempo suficiente para recuperarlos y devolverlos él mismo a su sitio.

"El gancho más oscuro se rompió y cayó, y la sartén que estaba colgada cayó ruidosamente al suelo. Rockman se sentía como aquel gancho en ese preciso momento. Se sentía como un gancho endeble que no podía hacer su trabajo. Rockman no creía ya en sí mismo y no estaba seguro de que fuera capaz de mantenerse a él y al general con vida. Además, como estos ganchos, estaba sosteniendo algo pesado: la culpa de muchas vidas que no pudo salvar. Estaba tirando de él".

Maria Ozone, enfermera femaiel y coprotagonista del libro anterior, queda aquí relegada a un tercer plano después de que los villanos la capturen; pero teniendo en cuenta que el número de veces que uno puede reírse leyendo cómo botan sus enormes pechos es muy limitado (uno, concretamente, y solo si te pilla con el día tonto), no me parece mal que aparezca menos. Aun así, los autores no se olvidan de ella y Maria juega un papel fundamental en la trama. ¿Recordáis cierta profecía que se mencionaba en The Trials of Galactar? Yup. No digo más.

Así me imagino yo más o menos a Maria Ozone, pero más pechugona y sin el secador de pelo la pistola láser.

En cambio, tienen mayor presencia Niah Lighte, mitad hombre, mitad robot, al que Rockman está a punto de matar para librarle del sufrimiento de una ligera cojera, y el general Stevens, que en el libro anterior solo aparecía al principio en un flashback explicando a Rockman su misión y que aquí se convierte en un estereotipo militar con un ojo biónico a la virulé.

Al plantel de villanos se suman un psicópata furibundo con poderes telequinéticos, un camaleón-espacial que puede hacerse invisible y además introducirse en la mente de sus rivales para someterlos a su voluntad, y una pareja dispar de "vínculos", así llamados porque están unidos psíquicamente. De ellos, mi favorito es el camaleón-espacial, porque 1) ¡es un camaleón-espacial!, y 2) su primer encuentro con Rockman es tan terrible que nuestro héroe se ve obligado a mantener en tensión permanente tres grupos de músculos el resto del libro solo para suprimir los malos recuerdos.

Un camaleón espacial.

La única pega que puedo ponerle a esta novela es que mientras que The Trials of Galactar narraba una historia autoconclusiva, esto es, con desenlace (un desenlace quizá predecible, pero desenlace al fin y al cabo), The Cosmic Brain of Corruption se queda a mitad de lo que cuenta. El libro termina no solo sin que Rockman haya superado la amenaza a la que hace referencia el título, que apenas se introduce, sino que además lo hace dejándonos colgados en el momento más interesante, con un final amargo repleto de incógnitas que te hacen desear que el próximo volumen de Las crónicas de John Rockman se publique pronto. Esto último, por desgracia, es poco probable, ya que uno de los autores está escribiendo ahora una historia fantástico-épica aún sin título que podéis seguir sobre la marcha.

Por lo demás, esta novela tiene mi sello de aprobación y se merece un pulgar arriba del que fue el mayor héroe intergaláctico de todos los tiempos hasta la llegada de John Rockman: el comandante Jack Rankin.

Al igual que el primer volumen, podéis comprar The Cosmic Brain of Corruption en Amazon, donde también podréis leer una breve reseña en inglés escrita por un servidor bajo el pseudónimo de Clint Russell.

-Solo le falta más moco verde.

6 comentarios

  1. Lei la anterior reseña pero no comente pues no tenia mucho interés en estos libros. Como lector aun me quedan mucho clásicos de la ciencia ficción por leer como para ponerme con parodias. Eso si, que digas que este libro se parece a aquellas películas del trío ZAZ me ha animado un poco. Quien sabe, igual cuando acabe con las sagas de Fundación, Odisea y Mundo Anillo, igual me leo alguno. Eso si no me da por la trilogía Valis de K.Dick, claro.

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  2. Efectivamente, la comparación a las películas de ZAZ hace mucho más apetecible la saga. Cómo se compara con los libros de Douglas Adams?

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  3. Joakin Martinez Rodriguez: Estadísticamente "igual me leo alguno" viene a significar lo mismo que "nunca jamás".

    Juan Germán Socías Segura: ¿Con La guía del autoestopista galáctico? ¡Ja, ja, ja, ja!... No se compara.

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  4. Esta saga es mas divertida si antes has leido alguno de los libros de John Carter de Marte, que por cierto le dan mil vueltas a la pelicula de Disney.

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  5. 1º- ¿En qué cuenta hay que hacer el donativo? Quiero mi túnica oficial!
    2º- Es la primera vez que estoy entre los 450 y pico afortunados de nada. Me ha hecho ilusión.

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  6. Anonimatus: ¡He leído algunos libros de la saga de John Carter! Son buen pulp fiction. La peli no es tan mala, pero desaprovecha las posibilidades.

    Aco: You rock.

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