21 de mayo de 2022

Jugad conmigo a 'Deathtrap Dungeon' ('Laberinto Mortal') (5)

Como de costumbre, me he dejado la introducción para el final y ahora estoy demasiado aplatanado como para que se me ocurra algo mínimamente ingenioso. Elegid vuestra propia introducción y luego seguid leyendo.

Vuestra desconfianza es superior a vuestra sed y dejáis el vaso de bambú donde estaba. ¿De verdad no queréis echar un trago? ¿Ni siquiera darle un sorbito? ¿Seguro? Vale, vale, no insisto más. Vosotros veréis.

La temperatura sigue subiendo y subiendo. Estáis aletargados y avanzáis lentamente, dejando por el camino un reguero de sudor que se evapora en cuestión de segundos a causa del intenso calor. Os acordáis de aquel cuento en el que un par de críos van dejando un rastro de migas de pan para encontrar el camino de vuelta a casa después de que su padre los abandone en el bosque. Por desgracia, los pájaros se comen las migas, y los pobres niños se pierden y acaban en la casa de una bruja que pretende hacerse un guiso con ellos. El parecido con vuestra situación es accidental. Se os está yendo la cabeza.

El túnel se ha convertido en un auténtico horno. Calculáis que la temperatura ronda ya los cinco mil quinientos grados centígrados, pero hacer cálculos no es vuestro fuerte y siempre habéis sido un pelín exagerados. Se os nubla la vista y os flaquean las piernas. Sentís que os vais a ir de morros al suelo de un momento a otro. ¿Es ese vuestro destino? ¿Morir aquí tirados, sobre un charco de vuestro propio sudor, cuando apenas ha comenzado vuestra aventura? No es que me sorprenda, pero me parece bochornoso. En más de un sentido.

Entonces recordáis la botella de gaseosa que lleváis encima. ¡Qué bobos! No entiendo cómo no se os ha ocurrido beber de ella hasta ahora. Ni que la gaseosa hubiera sido una ridícula licencia humorística que me tomé cuando describí vuestras provisiones y de la que me olvidé cinco segundos después.

Sacáis la botella del morral. La gaseosa ha empezado a evaporarse y las gotas de condensación se acumulan en el interior del recipiente. Os lleváis la botella a los labios resecos. La bebida está caliente como meado de vaca, pero os importa un bledo; alivia vuestra sed. Echáis la cabeza hacia atrás y cerráis los ojos, concentrándoos en el placer líquido que desciende por vuestra garganta. Algunas gotitas de gaseosa os resbalan por la barbilla, mezclándose con vuestro propio sudor. A pesar de las circunstancias, os sentís sexis.

Por desgracia, una gaseosa (de la que no todo el mundo se acordaba) no pone remedio al calor canicular que abrasa vuestra piel cubierta de ronchas y tuesta vuestros sesos. La deshidratación no es el único enemigo al que combatís. ¿Estáis familiarizados con el término golpe de calor? Cuando lo sufres en toda su intensidad, tu cuerpo no es capaz de regular la temperatura interna, los órganos dicen "hasta aquí hemos llegado" y tú te vas al suelo como una marioneta a la que hubieran cortado los hilos. Lo sé muy bien, porque así fue como morí yo...

¡Dun-dun-dun!

No, no estoy muerto. Pero con el sofocón que tengo ahora mismo podría estarlo. Si alguien lee esto en el futuro, recordad que escribí estas líneas durante una ola de calor. En camiseta de tirantes y calzoncillos, para más señas.

¿Por dónde iba?

Ah, sí. Vais a morir de vergüenza ajena o de calor. Pero aún hay esperanza. ¿No habréis visto por casualidad una bebida con propiedades curativas y cuya solución mágica otorga protección contra temperaturas extremas? Suele servirse en un vaso de bambú para conservar las vitaminas. ¿Os suena de algo? 

Ya sé que sí. La cautela puede ser letal.

El calor os sobrepasa y os derrumbáis sobre el suelo ardiente. Sonáis como una loncha de pavo friéndose en la sartén.

¿Seguro que no os ha contratado el barón Sukumvit para comprobar que todas las trampas funcionan adecuadamente? Si es así, estáis haciendo un trabajo sobresaliente. No se os pasa ni una.

Fin de la partida.

¿O no?

En este punto tendría que hacer por vosotros una prueba de Destreza para comprobar si conseguís sobreponeros al soponcio. Se tiran dos dados y si el resultado obtenido es igual o inferior a vuestra Destreza, superáis la prueba; si es mayor, no. Como elegisteis el conjunto de atributos con la máxima Destreza posible (12) y las matemáticas dicen que seis más seis suman doce, no tengo ni que tirar los dados. ¡Prueba superada! Pero mucho ojo con confiaros, porque la Destreza inicial puede reducirse a lo largo de la partida (por ejemplo, a causa de una maldición o por pérdida inesperada de alguna extremidad) y entonces dependeríais otra vez de la suerte. Mi suerte. Y de eso no gasto.

Según Livingstone, solo vuestra "enorme fuerza" y "firme determinación" os libran de morir aquí derretidos. ¡Ja! Más bien ha bajado Dio a veros. Sí, Dio. No es ninguna errata. Es la poderosa voz de Dio, ¡Ronnie James Dio!, la que se abre paso a través de la densa bruma de vuestra inconsciencia y os confiere la energía y entereza de ánimo que necesitáis para poneros en pie. Cuando las cuerdas vocales del dios del metal vibran al son de Stand Up and Shout, vosotros obedecéis.

Os incorporáis con un grito de dolor y rabia, y reemprendéis la marcha con paso lento, pero firme. El calor no podrá con vosotros. Las erupciones, ampollas y quemaduras tampoco.

¿Os apetecen unas pipas de girasol con extra de sal? Supongo que no.

Pasados unos metros, la temperatura desciende rápidamente y el pasadizo recupera el clima fresco esperable de una gruta subterránea (no, si al final con estos cambios de tiempo acabaréis resfriándoos). Deseáis que al tipo al que se le ocurrió esta trampa ambiental le pique una mantícora en el párpado.

A mano izquierda, hay una puerta cerrada. No oís nada al otro lado, pero la puerta tiene un ventanillo tapado por fuera con una placa de metal corredera. Podríais asomaros por ahí, si quisierais.

Mientras os volvéis a poner el calcetín que llevabais anudado al cinturón, que ya está más que seco (parece que hayan pasado semanas desde que pisasteis aquel charco), meditáis sobre qué hacer a continuación:

  1. Abrir la puerta sin más y entrar. Vuestros padres no os educaron para andaros con rodeos. De hecho, no os educaron en absoluto. Os abandonaron a la puerta de un templo en el que unos monjes consagrados a los dioses del metal os acogieron y criaron hasta que cumplisteis la mayoría de edad. El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano.
  2. Descorrer la placa de metal y asomaros por el ventanillo. El conocimiento es la mitad de la batalla, y vosotros no pensáis entrar ahí sin una buena razón ni sin estar seguros de que al otro lado no os espera una horda de limos grimosos o mimos mimosos. Eso sí, tendréis que confiar en que, al echar un ojo, no ocurra ningún accidente.
  3. Dejar la puerta en paz y seguir caminando en dirección norte. Esta es la opción de los muermos. No pienso justificarla y ya veré si la acepto como válida en el improbable caso de que sea la más votada.

Como siempre, podéis dejar vuestro voto en los comentarios o en esta encuesta. Tenéis hasta las 12:00 CEST del lunes 23 para votar. Yo esperaré aquí sentado, delante de la pantalla del ordenador.

...

Vale, ya me he aburrido. Me voy a leer un libro que no me pida tomar decisiones.

43 comentarios

  1. En mi grupo de juego de rol habitual era muy típico abrir las puertas de golpe y asomar la cabeza, pensando en que era altamente improbable que alguien hubiera puesto una guillotina ahí. Hasta que un máster la puso.

    Lo de mirar por el ventanuco tiene pinta de ir por ahí. Lo abres y te escupe veneno una vieja desdentada o te arroja un virote una trampa mantenida en buen estado por los curritos del Barón.

    Así que yo digo que abramos la puerta sin mirar y adelante. Y lo digo dentro del plazo estipulado, para que mi voto sirva para cambiar las cosas. Yes, we can!

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  2. Este barón es un cachondo! Me apunto en un pergamino la lista de agravios para devolvérselos todos juntos en el muy improbable caso que salgamos de aquí. Viendo el nivel de HDPteria que gasta tambien considero que abrir el ventanuco es más arriesgado que abrir la puerta directamente. No me extrañaría que haya una ballesta que dispara un virote al que asoma el ojo. Pero como no podemos dejar ni una puerta sin abrir... Abrámosla... Con el máximo cuidado posible.

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    1. El barón no actúa con maldad, solo piensa en los índices de audiencia.

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  3. Creo que cuando escogimos la dirección contraria a la flecha entramos en la sección de trampas para desconfiados. Así que esta vez opto por abrir la puerta directamente.

    Además, en esa opción hablas de los dioses del metal. Sea cielo o infierno, ese es el camino.

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  4. Pero que Introducción más ingeniosa, graciosa y bien articulada. Digna del Olimpo de las introducciones, de un Nobel de Literatura, un Pulitzer, la Medalla Fields; ingenio puro.
    Correr la ventanilla para obtener conocimiento podrá ser la mitad de la batalla, pero también significa una derrota al 50%. Que aquí todo huele a trampa (o a sudor por exceso de calor, no estoy muy seguro). Así que para adentro sin más trámites, que la fortuna es de los audaces (otro buen epitafio).

    P.D. ¿Gaseosa? ¿De qué gaseosa hablas?

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  5. Yo digo que dejemos la puerta y sigamos hacia el norte. Si votamos esa opción desenmascararemos al verdadero tirano de este juego, y que no es otro que El Tipo de la Brocha. A ver si se atreve a ir contra los valores democráticos.

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  6. Resulta que (oh, sorpresa) las decisiones que parecen más inteligentes llevan a lo reguler... Así que decido abrir la puerta sin más, que parece lo más incauto.
    Ojalá nos topemos con una fiesta sorpresa con tarta de chocolate y muchos globos. Viviré ilusamente hasta que escribas de nuevo y me dé de golpe con la realidad 😂

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    1. Inteligentes es una palabra muy fuerte. Defendibles, en su caso.

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  7. Empiezo a pensar que, efectivamente, los "Elige tu propia aventura" del Foxverso© con su lema "a ver si me muero ya" son una malísima influencia, porque solo eso explica que se haya juntado aquí semejante caterva de aventureros con tendencias suicidas.
    En fin, que como el ministro Corcuera nunca me cayó bien, que uno es un humilde aventurero pero educado (mis padres me enviaron a una de las mejores escuelas de pago, Nuestra Señora de Port Blacksand), y, también hay que decirlo, que me puede mi impulso cotilla, miro por el ventanuco cual vieja del visillo...

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    1. Hay que tomárselo con filosofía. Y la filosofía me ha soplado que la situación es susceptible de empeorar.

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  8. Descorrer la placa de metal para cotillear antes de entrar👀
    Aquí estamos ya con el aire puesto, vaya calor😰
    ¡Buen fin de semana!

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    1. Yo abogo por la semidesnudez hogareña. Buen fin de semana a ti también.

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  9. Que maravillosos son estos libros. En el mundo real la destreza sirve para darle vueltas a los bolis o desatascar cremalleras, pero aquí igual nos sirve para evitar derretirnos que para esquivar una más que probable flecha envenenada que saldrá al abrir el ventanuco. ¿Qué digo esquivar?, con 12 puntos de destreza podremos coger la flecha con los dientes y escupírsela de vuelta al bicho que aguarde tras la puerta.

    Mi voto va para descorrer la placa. Y para no volver a ingerir bebidas carbonatadas. ¿Por qué le gustan a la gente? Las burbujas son toscas, asperas, irritantes y se te meten por la nariz.

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    1. Así que las burbujas son como la arena de las bebidas refrescantes. Un punto de vista interesante.

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  10. En su dia, en el juego de rol del Señor de los Anillos ya pasamos mis amigos y yo por una situacion familiar y mi enano, Brandabarbarin el Astuto, decidio echar un ojo por la mirilla antes de entrar en una habitacion, desde entonces pasó a llamarse Brandabarbarin el Tuerto, asi que paso de echar el ojo y abro la puerta directamente.

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    1. Un parche da puntos de presencia (me he mirado el manual del juego para quedar bien y no parecer un ignorante). Creo que saldríais ganando.

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  11. ¿Está la opción de descorrer la placa de metal de manera cuidadosa, desde la distancia, con un palo largo, desde el lateral, totalmente apartado de la trayectoria de la abertura de la puerta? Si no está esta opción mejor abrirla de golpe y que sea lo que Dio quiera.

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    1. No está esa opción, pero si descorrer la placa fuera la decisión más votada, lo haríais de esa manera, porque la prudencia extrema es graciosa.

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  12. Elijo la opción 2. Descorrer la placa de metal y asomarnos por el ventanillo. Cualquier cosa que vaya pasar si descorremos la mirilla pasaría de igual manera o peor si abrimos directamente la puerta, así que yo veo que la prudencia sólo trae ventajas.

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  13. Abro la puerta sin mas y espero encontrarme un jacuzzi con musica, abundantes toallas y limonada.

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  14. Pues estaba convencido de que la opción más votada iba a ser beber el líquido claro, y que íbamos a retorcernos de dolor por haberlo ingerido. Está claro que la predicción no es lo mío.
    Voto por la opción 1, abrir la puerta sin más y entrar (si puede ser dando una patada para abrirla aún mejor). La cautela no nos está ayudando mucho en las decisiones, así que toca un actitud más directa.

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    1. ¿Cómo de cauteloso fue pinchar con la espada una pelota gigante de origen desconocido? ¿Menos o más que haberla trepado? No lo tengo claro.

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  15. Me parece a mí que tenía razón cuando supuse que la peligrosidad de este laberinto surge de la prudencia. Hasta ahora así ha sido y tengo la sensación de que entrar a saco tirando la puerta de una buena patada y dando berridos como un tarado va a ser la mejor opción para nuestra supervivencia. Por otro lado, quizá lo cauteloso en esta ocasión sea descorrer la mirilla porque sería lógico que hubiera una trampa y eso sería aún más de pardillo confiado. Sí, creo que sí, es más de kamikaze abrir la mirilla donde, siguiendo la lógica, debería haber una especie de dedo de madera automático que se te mete en el ojo cuando intentas curiosear. ¿Tiene acaso esto algo de sentido? Ni idea. Ayer me diagnosticaron deficiencia severa de vitamina D y me cuesta bastante pensar. Voto por abrir el ventanuco y rezar muy fuerte para conservar los ojos y de paso evitar un peligro inminente.

    Y casualmente no soy la única, a mi novio, llamémoslo Cerdito Malva, también le ha gustado más esa alternativa.

    Veamos qué hacemos al final, esperemos que sea lo que sea que acabe saliendo no nos acabe explotando en la cara o mordiendo las posaderas.

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    1. Los resultados pueden ser impredecibles. Es mejor no atarse a una reflexión concreta.

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  16. agente_naranja22/5/22 18:51

    Sólo hay dos palabras que definan cómo prodecer: LEEROY y JENKINS.



    O lo que es lo mismo, p'adentro a lo loco. ¿Qué puede salir mal?

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  17. Tengo una duda: ¿Las provisiones para 10 comidas están compuestas por sendos ositos de gominola, ciruelas pasas sin hueso y gaseosa o sólo empacamos una gaseosa? Si sólo fue una, no sabemos planificar, pero qué podríamos esperar de alguien con un cuarto de lemming. A lo que quiero llegar, ¿no debió de subir nuestra resistencia aunque sea un pelín?
    Ahora lo bueno: Abramos de golpe y usemos el útil escudo que tenemos por ahí, que por algo lo tenemos.

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    1. Las provisiones se dividen en diez paquetes de ositos de gominola y pasas. La gaseosa era para bajar la comida.

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  18. Rebolo McAnónimez22/5/22 22:09

    ¡No pienso volver a rechazar un chupito nunca más!

    Abrir el ventanillo me temo que nos llevaría a un "Al abrir el ventanillo ves una sombra que encaja perfectamente con la forma de un dragón de voz atronadora y hechizante, con notable inteligencia pero con una enorme codicia por el oro... pero también con una hamburguesa de carne 100% vacuno acompañada de doble queso Cheddar, cebolla, Ketchup, Mostaza y crujiente pepinillo.
    A) Decides abrir la puerta. B) Te marchas sin abrirla dejando allí tu cuarto de Smaug con queso."

    Tendríamos que valorar otra vez escoger la opción más aburrida (huir) o pensar en si tendremos ardor de estómago o de cuerpo entero.

    ¡Tumbemos esa puerta ya de una sonora patada!

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  19. Pues ayer descubrí tu blog de casualidad (buscando info sobre desktop dungeon) y creo que me quedo por aquí si me hacéis hueco.
    Mi voto como buen guerrero con serrín por cerebro es para entrar por la puerta, a pecho lobo descubierto, gritando como un marsupial en celo y con los brazos en alto. Confiare en que el hedor de mis axilas (por el calor de la anterior prueba sumado al que todos sabemos que los guerreros son unos guarros) ahuyente a cualquier monstruo o bestia que este detrás de la puerta... con un poco de suerte además golpearemos a el pobre infeliz al que precedíamos dejándole inconsciente en el suelo y podremos aprovechar para robar vilmente sus pertenencias mientras los monstruos de la habitación le rematan... Todo ventajas!!!!

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    1. ¡Bienvenido al blog! Cuantos más, mejor. Así se reparte la culpa por las decisiones equivocadas.

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  20. Opción 1: Abrir la puerta sin más y entrar.

    Y además gritando: el cartero....el cartero...
    Nadie le haría algo malo a un funcionario, que llama a todos los timbres a las 8 de la mañana, para entregar una maldita carta de publicidad.

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    1. Si dices cartero comercial, te la juegas a que te echen aceite hirviendo.

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  21. ¿Puede ser que llevemos tres elecciones al 50% de acertar y hayamos elegido mal en las tres? Puede ser. ¿Un mono con los ojos vendados y tres botellas de tequila en el cuerpo tomaría mejores decisiones? Es muy probable. ¿Nos detendrá esto en nuestro empeño de morir de la forma más rápida e ignominiosa posible? La duda ofende.

    Aún así, voto por la prudencia y mirar antes de entrar a saco en la habitación.

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