16 de julio de 2022

Jugad conmigo a 'Deathtrap Dungeon' ('Laberinto Mortal') (19)

Habéis decidido haceros con la daga. Unidades de sorpresa acumuladas: cero. Lo que sí me ha sorprendido es que no uno, ni dos ni tres, sino hasta cuatro de vosotros hayáis sopesado la posibilidad de poneros como el Quico comiendo larvas. Me da igual lo nutritivas que puedan ser. Estamos llevando esto de la novel food demasiado lejos. 

Sea como fuere, espero que estéis preparados para una entrada repleta de suspense, amor y terror, porque eso es lo que encontraréis tras el salto de línea. ¿Y cuándo os he mentido yo?

Envaináis vuestra espada made in Chiang Mai y os inclináis sobre el hoyo.

"Un momento...", murmuráis.

Se os ha venido una sospecha a la cabeza. La clase de sospecha que suele ir seguida de un "ya es demasiado tarde". Miráis hacia arriba. ¡Hay una red colgando del techo! ¡Vais a quedar atrapados con un montón de larvas! ¡Larvas carnívoras! ¡Oh, no!

O, más bien, "ah, no". Lo único que habéis visto en el techo son sombras. No hay ninguna red. Qué idea tan extravagante.

Manteniendo los pies bien pegados al suelo (no vaya a ser que perdáis el equilibrio y os caigáis de morros al nido), alargáis el brazo hacia la daga. En cuanto acercáis la mano, algunas larvas reaccionan y se arriman con curiosidad, como si olisquearan el aire a vuestro alrededor. Un par de ellas, más atrevidas, trepan por la hoja de la daga, en busca de vuestra mano.

No perdéis el tiempo. Agarráis la empuñadura de la daga con firmeza. El cuero está frío, pero no sentís ninguna sensación extraña. Ni una debilidad repentina ni visión doble, ni siquiera gases. No tiene pinta de que la daga esté maldita. ¿No se os había ocurrido esa posibilidad? Ay, polluelos...

Las larvas siguen trepando y sentís el roce de sus cuerpos viscosos en el dorso de la mano y en los dedos. 

"¡Queascoqueascoqueasco!", chilláis.

¿Asco? ¿Estos bichitos? ¡Si solo son bebés!

Una de las larvas se encarama a vuestro brazo y avanza lentamente por él mientras la otra se enrosca alrededor de vuestra muñeca. No os alarméis. He consultado la guía de monstruos de la colección Lucha-Ficción (Gascoigne, M. [1985], Out of the Pit [1.ª ed.], Puffin) y os puedo asegurar que estas larvas son inofensivas. Asquerosas, pero inofensivas.

Sacudís el brazo sin soltar la daga y las dos aventuradas criaturas se desprenden y caen sobre sus ondulantes hermanas. Como regalo de despedida os han dejado la piel cubierta de un pringue amarillento. Fenomenal. ¿Y si sacáis la daga de una puñetera vez?

"A la de tres", os decís. "Uno, dos y... ¡TRES!".

La daga sale de la hendidura limpiamente.

He puesto esta imagen porque me gusta Merlín el encantador, pero no os flipéis.

Os alejáis un par de pasos del nido y admiráis el arma que sostenéis en la mano.

"Hala, qué pasote".

Menuda sonrisa boba tenéis. Si pensabais que la daga os iba a otorgar +1 a la Destreza, vais listos. Lo que sí es cierto es que podría salvaros de un apuro puntual. Un apuro puntual de vida o muerte. Enhorabuena, supongo.

Os colocáis la daga en el cinturón, asegurándoos de que esté bien sujeta. Os daría mucha rabia extraviarla por contonear las caderas a ritmo de samba. Al mirar hacia vuestra cintura para confirmar que vuestro recién adquirido accesorio os hace tipín, descubrís una larva encaramada a vuestra bota. Es bastante más pequeña que el resto, del tamaño aproximado de un ratón de campo, y parece aun más inofensiva que sus hermanas.

La larva levanta el morro hacia vosotros y se balancea torpemente. Sus piezas bucales, similares a unos colmillos de morsa en miniatura, se agitan juguetonas en el aire.

"¡Oh, qué mona!", exclamáis. "¡Me la llevo!".

¿QUÉ? ¡Eso no está en el librojuego original!

Os acuclilláis y acercáis una mano a la criatura con la palma tendida hacia arriba. La larva tantea vuestra mano con el morro unos segundos, dubitativa.

"Vamos, sube", le decís con voz suave. "No te voy a hacer daño".

La larva trepa a vuestra mano. Al tacto no es distinta a sus hermanas mayores, pero os da menos asco y no tenéis que reprimir el impulso de prenderle fuego. Por temor a que se asfixie si la metéis en el morral, os la colocáis en el hombro. Huele como si se hubiera bañado en las vísceras licuadas de un cadáver putrefacto.

"Creo que te llamaré Olorcitos".

La larva frota su hociquito húmedo con vuestra barbilla.

"Oooh. Yo también te quiero, Olorcitos".

No sé por qué me dejo arrastrar por vuestros comentarios de esta manera.

Con un arma nueva y una mascota pestilente, os encamináis a la puerta por la que habéis entrado.

¡Pero no penséis que os vais a ir de rositas!

¿Recordáis aquel zumbido que oísteis al adentraros en la caverna? Ahora volvéis a oírlo. Cada vez más alto. Y no es un teléfono móvil vibrando.

"Bzzzzzz...".

Mosqueados, apremiáis el paso.

El zumbido gira a en torno a vosotros, yendo de un lado a otro. Sin deteneros ni aminorar la marcha, miráis nerviosos a vuestro alrededor para localizar la fuente del sonido. Os parece detectar destellos en el aire, pero sigue estando demasiado oscuro para distinguir nada.

Apenas una decena de metros os separan ya de la puerta. El zumbido se detiene justo encima de vosotros.

"BZZZZZZZZ..."

Miráis hacia arriba y veis una cabeza negra y grotesca, de ojos compuestos y larga trompa, observándoos desde el techo de la caverna.

Pertenece a una mosca gigante. De la cabeza al final de abdomen medirá cerca de metro y medio, y la envergadura de sus alas extendidas duplica ese tamaño. Es más grande que la mayoría de enanos que habéis visto, con sombrero incluido.

Próximamente, sesión doble en los mejores cines.

La horrenda cabeza se mueve a un lado y a otro con giros bruscos y repentinos, pero sin perderos ni un instante de vista. Os veis reflejados numerosas veces en las múltiples facetas de sus enormes ojos rojos. De su probóscide rezuma una baba verdosa cuyas gotas caen sobre el suelo y se evaporan con un siseo desalentador.

Olorcitos se hace un ovillo en el hueco entre vuestro cuello y la clavícula. Me sé de alguien al que también le gustaría hacerse un ovillo ahora mismo.

La monstruosidad alada se lanza a por vosotros. No sé que la habrá cabreado más, si que le hayáis birlado su tesoro o que hayáis secuestrado a una de sus crías.

El libro exige que probéis vuestra Suerte. Eso significa que tengo que ir otra vez a por los dados. Qué pereza. A lo mejor empiezo a tirar los dados con una aplicación. Así evitaré que se me caigan siempre al suelo y rueden hasta colarse debajo del mueble más cercano. Perdonad si estropeo este momento de tensión con mis problemas.

Y, a todo esto, ¿cuánta Suerte os quedaba? Juraría que lo tenía apuntado en alguna parte... ¡Ah, aquí está! 8 puntos de Suerte. Por lo tanto, necesitáis que saque un 8 o menos con dos dados para evitar que el moscón os atrape. En el mundo real, seguro que alguno de vosotros sabe calcular las probabilidades de éxito. Pero, en este mundo de fantasía, la matemática es la magia de los pobres, así que os encomendáis a Dio.

¡Un 6! ¡Prueba superada! ¿Estaré desperdiciando mi buena fortuna con este librojuego? Quizá debería reservarme para mi próxima noche en el casino.

Las patas peludas de la mosca pasan rozándoos, pero no logran hacer presa de vosotros. Os habéis librado de una buena. Si llega a atraparos, os hubiera arrastrado hasta su madriguera para desovar en vuestra boca.

Vale, vale, me habéis pillado. Eso me lo he inventado. Este es un librojuego para críos. Ningún insecto mutante os utilizaría como desovadero. Lo único que habría hecho esta simpática mosca gigante es dejaros caer desde el techo para que os abrierais el cráneo contra el suelo y luego sorber más fácilmente vuestros sesos.

Este es vuestro estado actual:

  • Destreza: 12
  • Resistencia: 17 11 15
  • Suerte: 9 8 7

No os olvidéis de indicarme cuándo queréis usar la poción de la Fortuna, porque falta poco para que la probabilidad deje de favoreceros. Recordad que la poción de la Fortuna no solo restaura todos los puntos de Suerte, sino que suma 1 punto a la Suerte inicial. He introducido los datos en mi vieja computadora ENIAC y, según sus cálculos, después de beber la poción pasaríais a tener 10 puntos de Suerte. No está nada mal.

Retrocedéis hacia la puerta con la mano en la empuñadura de la espada. A ojo de buen cubero diríais que el moscón tiene 7 puntos de Destreza y 8 de Resistencia.

¿Qué queréis hacer?

  1. Luchar a muerte contra mamá mosca: Solo puede quedar uno: vosotros o el díptero sobrealimentado. Los atributos están a vuestro favor, pero los dados pueden ser traicioneros. ¿Os imagináis que, después de todos los peligros que habéis superado, os descalabrase una vulgar mosca gigante de las profundidades del averno? ¿Qué diría La crónica de Fang sobre vosotros? ¿"Aventurera con la mosca detrás de la oreja perece en el Laberinto"?
  2. Escapar de la caverna (por si las moscas): Dado que habéis tenido el poco sentido común valor de meter vuestra mano en un nido de larvas, asumo que habéis superado vuestra cobardía; pero es el texto el que da la opción de huir, no yo. En cualquier caso, deberíais saber que, de acuerdo con las reglas, en cuanto deis la espalda a la mosca, os arreará con sus carpos cerdosos en el lomo y perderéis automáticamente 2 puntos de Resistencia. Puede ser menos de lo perdáis en combate o no. Todo depende de los dados.

Tenéis hasta el lunes 18 a las 12:00 CEST para votar. En Twitter podéis hacerlo aquí.

36 comentarios

  1. Una daga a cambio de un punto de suerte... No parece mal negocio...
    En cuanto a la mosca... No podemos permitir que en nuestra epopeya se nos mencione como "la que huye de las moscas"... Seguro que se les olvida mencionar que la mosca tenia el tamaño de un pony. A por la mosca!

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    1. No he visto videocámaras por ninguna parte, así que, cuando contéis vuestra historia (si es que vivís para contarla), la mosca puede ser tan grande como vosotros queráis. Si no os conformáis con un poni, podéis contar que era como un trolebús de grande.

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  2. agente_naranja

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    1. agente_naranja16/7/22 09:41

      Coño, qué torpe estoy hoy. Soy listísima. Será que me he emocionao con el tipín y con Olorcitos.

      Pues a ver, no sé cómo es de ético dejar huérfana a nuestra mascota y a sus hermanitas que están en el pozo. Pero ¿he dicho ya que hoy me he levantado listísima? Pues a muerte con... eso, con la muerte.

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    2. Una de las larvas lleva muleta y se llama Tim. ¿No te da pena?

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  3. No voy a mosquearme, pero como que tengo la ligerísima sensación de que se nos está dirigiendo hacia la opción de combatir; Don Brocha dándonos orientación (¿qué mosca le habrá picado). No voy a quejarme, porque en boca cerrada no entran moscas, así que a sacudirse la mosca, para que deje de parecer una mosquita muerta y se convierta efectivamente en una. Ni que fuese matar moscas a cañonazos. Y después, si seguimos por el vecindario, un traguito de poción Fortuna.

    P.D. Ok, olvida los gusanos, ¿pero podremos comernos a la mamá?

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    1. Pensaba que eráis la clase de persona que no mataría ni a una mosca. Me equivoqué.

      Y no, nada de comer moscas, ni adultas ni en estado larvario.

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  4. Combatamos al insecto. No me gusta como agita las alas en actitud desafiante.

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  5. Ah, pues no eran orugas.

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  6. Dicen que la sopa de ojos de mosca gigante es una de las delicatessen culinarias de Chiang Mei, y como la ultima comida que hicimos fue un trozo de carne correosa y unos ositos de gominola y ademas, no habeis dejado de mencionar lo de comernos a los gusanos, yo tengo hambre, asi que vamos a por la mosca!!!

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    1. De repente sabes mucho de Chiang Mai. Sospechoso ¿Seguro que no eres uno de los lacayos del barón?

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  7. Lucharemos a muerte contra la mosca hipervitaminada. Luego ya habrá tiempo de explicarle a Olorcitos porqué su madre murió en extrañas circunstancias, estando nosotros presentes, y de pagarle las correspondientes visitas al psicólogo.
    En cuanto al tema de la poción de suerte, de momento la probabilidad matemática está de nuestro lado, preferiría mantenerla en reserva.

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  8. A por la mosca, me da un poco de pena dejar huerfana a olorcitos pero que puede ser mas epico que ser conocido como la palmeta.
    Una mosca del tamaño de un pony no es rival para una guerrera como nosotros.
    A muerte hacia la muerte!!!!

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    1. Mejor la Matamoscas que la Palmeta. Es más específico.

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  9. Me gustaría luchar contra la mosca pero que cuando le hayamos demostrado nuestra destreza e intelecto superior, se rinda y se convierta en nuestra montura para el resto de la aventura.

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  10. No es lo más heroico del mundo eso de huir por una mosca, no importa el tamaño que se gaste. Aunque sólo sea por el qué dirán, yo me quedo a combatir. Bueno, vale, miento, me quedo a combatir porque les sacamos 5 puntos de destreza, y realmente, lo único que a mí me da miedo es una lucha justa.

    Por cierto, yo voto por guardarnos la poción de suerte hasta que nos gastemos el próximo punto. La estadística está de nuestra parte (o eso dice ella).

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    1. Que las matemáticas no te distraigan de una verdad universal: la mitad de la vida es suerte. Y la otra mitad, que no te pillen haciendo trampas.

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  11. ¡Combatimos!
    ¿Podemos amenazarla con eliminar a su cría e irnos sin pérdida de puntos? 🐛

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  12. Rebolo McAnónimez17/7/22 02:12

    Son las dos de la mañana, hace demasiado calor y no puedo dormir porque una mosca me está sobrevolando. Como ambientación para la lectura 10/10, como forma de desarrollar más empatía por la vida de los dípteros ya tal.

    Voto por aproximarnos lentamente cuando se pose y, cuando estemos lo suficientemente cerca, arrearle con la palma de la mano en todo el lomo. Después ya recordaremos que mide un metro y medio y que eso solo le hará cosquillas, pero seguro que estará tan confusa como nosotros y podremos darle unos buenos flis-flis con la espada.

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  13. El combate con la mosca gigante no debería darnos problemas en un principio, por lo que tenemos más posibilidades de salir sin un rasguño combatiendo que huyendo como cobardes. ¿Surgirá un nuevo peligro si nos quedamos más tiempo en la cueva peleando con este insecto gigante? ¿Quizás a continuación aparezca el arácnido gigante que se alimenta de moscas gigantes? En cualquier caso, voto por pelear y descubrirlo.
    Voto también por esperar un poco más para tomar la poción de suerte. Por lo menos esperaría a que se redujera a 6 puntos nuestra puntuación de suerte, aunque puede que incluso a que bajara a 5. Las pruebas de suerte serán más cruciales cuanto más avancemos en la aventura, y conviene tener la suerte alta para entonces.

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    1. ¿Y si lo que descubrís es que, al acabar con la mosca y luego con la araña, aparece una lagartija gigante? Eso no lo habías pensado, ¿eh?

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    2. Pues una pelea con Godzilla sería un colofón perfecto para la aventura :)

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  14. Vamos a combatir a muerte. Así podremos ganarnos el molón título de "El asesino de moscas".

    Y voto por tomarnos la poción de suerte. Con suerte 7, la próxima tirada que hagamos puede ser poco más que jugarse la vida a cara o cruz.

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    1. "La asesina de moscas", mejor dicho. Y si consiguiéramos criar y entrenar a Olorcitos también podríamos ser "La que cabalga la mosca"

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    2. ¿Es normal que me suene bien, pero bien de verdad, "la que cabalga la mosca"? Yo leería una novela de fantasía con ese título.

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  15. ¿Pero cuanto rato se tarda en coger una puñetera daga?
    ¿Cómo hemos pasado de tener asco infinito a las larvas a tener una de mascota? ¿Es cosa mía o cada vez todo tiene menos sentido?
    De momento no quiero usar la poción de fortuna, me espero a tener 6 puntos de suerte.
    Vamos a matar la mosca gigante, porqué va contra todas leyes de la física que pueda existir un insecto de estas proporciones, y en esta casa se respectan las leyes de la termodinámica.

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    1. El tiempo transcurre lentamente para mayor efecto dramático. Olorcitos es diferente, es pequeña y cariñosa. Es cosa tuya (nada tuvo sentido nunca).

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  16. - Luchar a muerte contra mamá mosca.
    Pero antes, le tapamos los ojos y oídos a olorcitos, no podemos hacerle pasar por este mal trago.

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  17. ¿No hay una tercera opción que sea devolverle a su hijo y seguir nuestro camino? Que igual el problema es que somos secuestradores de menores...
    Visto que no, yo creo que intentaría salir de ahí son más. Bueno, sin más no: con cuidado. Son dos puntos de destreza y creo que me lo puedo permitir. También es que ahora mismo hace mucho calor e imaginarme enzarzada en una pelea aunque sea literaria, me está dando pereza 😂

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