27 de noviembre de 2022

Jugad conmigo a 'Deathtrap Dungeon' ('Laberinto Mortal') (41)

Pensaba que, por primera vez desde que empezó esta aventura, existía la posibilidad de que os dejarais una zona sin explorar (descontando, evidentemente, las que dependen del camino elegido), pero ahora me doy cuenta de que desbarraba. Lo que empezó siendo una votación equilibrada ha acabado con 3/4 partes de vosotros inclinándoos por investigar la caverna. Parece que si no removéis cada piedra de este laberinto, no podéis conciliar el sueño.

Veamos qué consecuencias tiene vuestra decisión.

Os recolocáis el morral, cada vez más pesado sobre vuestros hombros, y le decís a Throm que queréis echar un vistazo por ahí.

"Nunca se sabe qué tesoros puede uno encontrar en una caverna inhóspita", argumentáis.

Basándome en vuestras experiencias recientes, os diría que moscas gigantes carnívoras o troles más feos que pegar a un padre con un calcetín sudado. Pero vosotros sabréis lo que hacéis.

Es evidente que Throm no comparte vuestra obsesión por conseguir todos los logros de este librojuego, pero os sigue la corriente. Decidís separaros para cubrir más rápido el terreno. Se nota que nunca habéis visto una película de terror.

Mientras os dais un garbeo por la caverna, sacáis un tentempié para recobrar fuerzas.

  • Destreza: 13 sobre 13.
  • Resistencia: 18 sobre 18.
  • Suerte: 10 sobre 10.

Estatus actual: como nuevos.

Después de zamparos la ración de ositos de gominola y uvas pasas, comprobáis que os quedan exactamente la mitad de las provisiones con las que habíais entrado en el laberinto. ¿Habréis recorrido ya más de la mitad del camino? No tenéis forma de saberlo. En cambio, yo sí, porque tengo un mapa. Y también sé que cuando termine esta entrada, habréis recorrido ya 81 secciones de las 400 que tiene el libro. Teniendo en cuenta la cantidad de alternativas excluyentes que hay, podéis deducir por vosotros mismos qué tal vais. O no.

El registro de la caverna resulta infructuoso. Lo único que encontráis entre las rocas es un muelle loco, los esqueletos de tres chicas exploradoras que jamás volverán a vender galletitas, y el pergamino del mago Barbablanca, el de los álbumes de ¿Dónde está Wally? Nada útil.

Como no veis a Throm cerca, aprovecháis para sentaros y descansar las piernas. Dejáis vuestras armas y el morral en el suelo. No es mal momento para hacer inventario. Atuendo andrajoso aparte, vuestras posesiones actuales incluyen: una espada, un escudo, cinco raciones de comida, una poción de la Fortuna, dos doblones, una cuerda, un tubo de madera hueco, una esmeralda, una daga, un rubí, un pergamino con un poema, un mazo, diez clavos, una mano amputada, una llave de hierro, un zafiro, una tarjeta de puntos de la taberna Los Tres Dedos Rotos, un collar de dientes, y un anillo de hueso.

No sé si llamar a esto cleptomanía o síndrome de Diógenes, pero tenéis un problema.

Al menos todavía os queda un largo camino para llegar al nivel de una aventura gráfica.

Throm os da una voz para avisaros de que ha encontrado algo bajo un montón de piedras. El eco de su llamada retumba por toda la caverna, y tenéis la impresión de que las estalactitas tiemblan ligeramente sobre vuestra cabeza. Pero seguro que solo son imaginaciones vuestras. Segurísimo.

Os reunís con vuestro aliado en el centro de la caverna.

"He encontrado esto", os dice, mostrándoos una bolsita de cuero atada con un cordel.

"¡Ábrela!", le urgís. "¡Podría haber una joya dentro!".

"¿Una joya?".

"Por ejemplo", decís. "También podrían ser pistachos".

¿No os avergüenza ocultarle información a estas alturas? Como decía Groucho Marx, el secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio; si puedes simular eso, lo has conseguido.

Throm abre la bolsa. Un diminuto hocico con numerosas vibrisas asoma entre los pliegues de la abertura.

"¿Qué narices...?", decís.

Precisamente eso estaba describiendo.

Un ratoncillo sale de la bolsa y se escabulle a toda velocidad entre los dedos del bárbaro. Lo seguís con la mirada mientras huye por un resquicio entre las rocas.

"Menudo chasco", comentáis.

Vuestro compañero sigue mirando fijamente la bolsa. Tiene una cara extraña.

"Eeeeh... Throm, te tiembla la barbilla".

El bárbaro se muerde el labio con fuerza y os mira con una expresión indescifrable. Tiene un brillo húmedo en el ojo. ¿Lágrimas contenidas? ¿No se irá a echar a llorar?

No, claro que no. Si algo aprendimos de la película Conan el bárbaro, de John Milius, es que los bárbaros no lloran. Por eso tienen que llorar otros en su nombre.

Throm estalla en carcajadas.

"¡Un ratoncillo!", grita entra atronadoras risotadas.

Arqueáis una ceja. No veis qué tiene tanta gracia. A lo mejor el chiste se ha perdido con la traducción.

La risa de Throm arranca poderosos ecos de la caverna. Oís el rumor de las rocas resquebrajándose sobre vuestra cabeza. 

"¿Has oído eso?", le preguntáis a vuestro compañero, nerviosos.

Throm no os escucha. El hombretón no para de reír.

Pero no son imaginaciones vuestras. Un trozo de estalactita se desploma a apenas unos metros de donde estáis.

"¡Mecagüen...!", gritáis. "¡Tenemos que salir de aquí por patas! ¡Ya!".

Otra estalactita cae a vuestro lado, esta vez más cerca. 

Throm despierta por fin de su estupor jocoso, se hace cargo de la situación y echa a correr hacia las fauces demoníacas. Seguís a vuestro compañero todo lo rápido que podéis, protegiéndoos la cabeza con los brazos. 

Miréis a donde miréis, todo retumba, todo se mueve. Las estalactitas se desprenden del techo, las paredes y el suelo tiemblan... ¡La caverna entera se está viniendo abajo!

El librojuego os pide que probéis vuestra Suerte. ¿Os sentís afortunados?

He sacado un 5 y un 1, así que sí, os sentís afortunados. Afortunados de que ningún pedrusco os despachurre. De una manera u otra, tengo que restar un punto a vuestra Suerte:

  • Destreza: 13 sobre 13.
  • Resistencia: 18 sobre 18.
  • Suerte: 9 sobre 10.

A pesar del infierno que se ha desatado, conseguís atravesar el arco ilesos. Entráis en el túnel detrás de Throm y seguís corriendo hasta que os convencéis de que estáis a salvo.

Os apoyáis en la fría pared de roca, el uno al lado del otro, jadeantes, y esperáis pacientemente a que termine el estrépito que aún resuena en la distancia.

Cuando recuperáis el aliento, miráis a vuestro compañero de reojo.

"La monda, Throm", le decís con sarcasmo. "La monda lironda".

"Estuvo cerca", admite.

"¿Tú crees? ¿La próxima vez qué tal si te ríes en lenguaje de signos?".

El bárbaro sonríe, socarrón. No hay el menor atisbo de culpa o vergüenza en su rostro. Y, sin embargo, no podéis evitar responderle con una sonrisa. Tiene carisma el jodío.

Le besáis en la mejilla rasposa y reanudáis la marcha antes de que él o yo mismo podamos reaccionar. Throm se demora unos instantes antes de seguiros.

Supongo que ya puedo decir que explorar la caverna no ha servido absolutamente para nada. Gracias por hacer que esta entrada sea más larga de lo necesario. Mi tendinitis séxtuple os lo agradece.

El túnel desemboca en una gran puerta de roble. Os acercáis con intención de comprobar si se oye algo al otro lado, pero, antes de que podáis hacerlo, Throm se adelanta y la abre de un patada. 

"Muy sutil", comentáis.

El bárbaro se encoge de hombros. Cada cual tiene sus métodos, y los suyos, para bien o para mal, ahorran tiempo.

Entráis juntos en una estancia amplia e iluminada por antorchas. Al fondo, sentando en una silla ornamentada con molduras y tallas, un hombrecillo cuyo rostro os resulta familiar os observa con las manos entrecruzadas bajo la barba.

"¡Tú!", gritáis.

Bajo un bigote erizado, la boca del hombrecillo se tuerce en una sonrisa lobuna. Es el mismo tunante acondroplásico que castigó vuestro servilismo cobarde y bochornoso con una trampa de cieno.

"¡TÚ!", repetís en mayúsculas, desenvainando la espada.

Supongo que nunca habéis oído aquello de que vengándose, uno se iguala a su enemigo, mientras que perdonándolo, se muestra superior a él. Vosotros sois más de donde las dan, las toman, ¿verdad?

 Fijaos si tenía fe en vosotros que introduje al personaje antes que el librojuego original.

"Acercaos, por favor", dice el enano, en tono cortés.

No necesitáis que os lo diga dos veces. Camináis hacia el enano con paso vivo, dispuestos a caer sobre él con furia visigoda. La puerta se cierra de golpe a vuestras espaldas. Según os volvéis, una reja metálica desciende delante de la hoja de roble, sellando el acceso.

"Maldito bacilo infusorio", gruñís en dirección al enano.

"¿Ya os conocíais?", os pregunta Throm en un susurro.

"Salí con él un par de veces, pero estábamos en sintonías diferentes y no funcionó. A mí me gustaba el rock duro, y él era gilipollas", respondéis. Vuestro sentido del humor confunde al bárbaro. "Lo he visto una vez antes; aquí, en el Paseo. Intentó despacharme el muy miserable".

Throm mira al enano con el ceño fruncido y los dientes apretados. Su rabia tiene el curioso efecto de enfriar vuestras ansias de venganza. Apoyáis una mano en su brazo para tranquilizarlo. No queréis que se precipite y haga alguna tontería. Ese es un papel que os reserváis para vosotros mismos.

"Aventureros, habéis hecho un gran esfuerzo para llegar hasta aquí", dice el enano. "Sin embargo, ambos sabéis que solo puede haber un vencedor en la Prueba de los Campeones. Mi deber como capataz del Laberinto es asegurarme de que solo el más competente continúe. Por lo tanto, debo someteros a una prueba de ingenio y fuerza para eliminar a uno de vosotros".

A vuestro lado, Throm agarra con fuerza su hacha, tenso como un gato patinegro al acecho. Apostáis a que tiene tantas ganas como vosotros de convertir a vuestro anfitrión en sashimi.

Dais un paso al frente y señaláis al enano con vuestra espada.

"¿Y qué nos impide cortarte esa barba piojosa a la altura de la nuez y continuar nuestro camino, renacuajo desnutrido?", decís. Aquí no hay lugar para la corrección política.

"Cualquier ataque sería inútil", responde el enano con calma. "Además, como podéis comprobar, no hay ninguna salida obvia de esta cámara, y yo soy el único que sabe dónde está la salida oculta".

Echáis una ojeada a la estancia. Si hay alguna puerta diferente a la que habéis usado para entrar, desde luego no está a la vista. Tampoco hay ningún letrero que señalice la salida. Los simulacros de incendio deben de ser todo un éxito en el Laberinto Mortal.

El enano se levanta de la silla.

"Ahora, si me hacéis el favor de decidir entre vosotros quién irá primero, haré los preparativos necesarios".

"Hijo de una hiena escuálida", gruñe Throm.

Su frustración es palpable, y probablemente no muy diferente de la que sentís vosotros. No podéis creeros que haya llegado el momento de disolver vuestra sociedad y os cuesta resignaros a que uno de vosotros tenga que quedarse atrás, quizá incluso morir. ¿Recordáis todos los momentos que habéis pasado juntos? Os los recordaría yo mismo, pero no quiero, así que haced memoria o repasad las entradas anteriores.

Throm se inclina hacia vosotros.

"Matémoslo", os susurra al oído, sin apartar la vista del capataz. "Luego buscaremos la salida".

Su plan encaja a la perfección con vuestras intenciones, pero quizá no sea la aproximación más adecuada al problema.

¿Qué queréis hacer?

  1. Hacer caso a Throm y atacar juntos al enano. Esa bacteria barbada ya intentó despacharos una vez, y la venganza está a vuestro alcance. ¿Por qué desaprovechar esta oportunidad?
  2. Disuadir a Throm y someterse a la prueba. El enano está demasiado tranquilo, y eso nunca es buena señal.

Tenéis hasta el jueves 1 de diciembre a las 12:00 CEST para votar.

46 comentarios

  1. Bueno, ya tuvimos un beso en la mejilla, sabe dios como terminará esto si exploramos un par de cavernas oscuras más. Quizás salgamos del laberinto con un crío en edad escolar.
    Pero las reglas son las reglas y desde el principio sabíamos que solo podría haber un vencedor. Voto por hacer la prueba.

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    1. Un inocente beso en la mejilla, dilo todo. Cualquier muestra de afecto que fuera más allá sería impúdica.

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  2. Otro voto por la prueba, me he encariñado con el bárbaro pero tengo la impresión (más bien certeza) de que atacar al enano será inútil. También temo que estamos bien jodidos por haber explorado y será sorprendente si salimos de esta vivos

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    1. "Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; mas si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas" (el señor Bacon).

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  3. Voto por hacer la prueba. Al fin y al cabo, se supone que somos los buenos. Por otro lado, es muy posible que el enano tenga un as bajo la manga y, en mitad del ataque, nos la vuelva a jugar. Oigámosle, pues. Ya llegará la hora de ajustar cuentas luego.

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  4. Cuando te atacan dos enemigos a la vez, de toda la vida tienes que ir a por el más débil para quitártelo de encima cuanto antes, y así estar en igualdad de condiciones en la lucha.

    En este caso, Throm es el enemigo más débil y es a quien atacaría el enano.

    Pr lo tanto, cómo no quiero que le pase nada a nuestro compañero, voto por hacer la prueba.

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    1. A simple vista no sé si diría que Throm parece el rival más débil. Más en sus cabales que la moza de los collares macabros, seguro.

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  5. agente_naranja27/11/22 16:19

    ¡A LOS OJOS, BUBÚ, A LOS OJOS!

    Dicho esto... yo voto por ir directos a la prueba. Matar al enano nos dará una satisfacción pasajera, pero una cosa es querer pasar el resto de nuestra vida junto a Throm y otra muy distinta hacer que ese tiempo dure lo justo muriendo atrapados aquí dentro.

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    1. Minipunto por hacer referencia a Baldur’s Gate. Cuando llegues a 1.000.000, puedes cambiarlos por una cena en el Burger King.

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  6. Sospecho que si Throm nos cae tan bien es principalmente mérito tuyo y no del autor original, así que para no desvirtuar la historia voto por hacer la prueba.

    Supongo que eres consciente de que todos (tú el primero) hemos empatizado una barbaridad con Tranquilina y que cuando llegue el momento no nos satisfará un simple "estáis muertos" y tendrás que inventarte un true ending.

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    1. ➕1️⃣Me sumo a esto

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    2. El final depende solo de vuestras decisiones. Yo ahí no me entrometo.

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  7. Ataquemos al enano. La baraja está trucada y no vamos a conseguir nada, pero no podemos desprendernos de nuestro compañero sin haberlo intentado siquiera. Se lo debemos a él y a nosotros mismos.

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    1. Qué serio te has puesto. Si atacáis al enano, echaré una monda de plátano al suelo para que os tropecéis y nos riamos todos.

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  8. En el fondo, siempre hemos sabido que esto no es una prueba por parejas y que, al final, solamente puede quedar uno. Al menos hemos llegado aquí los dos, y con todo lo que hemos pasado no vamos a hacer que un enano nos mate de manera ignominiosa por no seguir las reglas (si está tan seguro de si mismo, seguro que tiene alguna ballesta o arma arrojadiza a mano para dejarnos listos de papeles en un santiamén), escuchemos que tiene que decir y ya veremos que hacer.

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    1. No hay armas arrojadizas a la vista, a no ser que cuentes las sandalias.

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  9. El enano es traicionero y lo mismo nos pide de prueba ver quien mea más lejos estando de pie, pero aun así, sometámosnos a ella.

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    1. Si la prueba fuera esa, recordad que tenéis un tubo de madera hueco.

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  10. Fue bonito mientras duró... Hagamos la prueba.

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  11. Rebolo McAnónimez28/11/22 01:40

    Tal y como yo lo veo: - Opción 1) Rebelarse, mantenerse firme en nuestros ideales y anteponer una hermosa amistad a los caprichos de un tirano. -Opción 2) Acatar las normas del barón sin rechistar y ver como matan a la única persona que nos da conversación y que alguna vez se preocupó por nosotros de una forma sincera.

    ¿Muy rebuscado? Puede ser. Pero me niego a romper la promesa de salir vivos los dos y ayudarle con su trasfondo, ¡tan solo una entrada más tarde!

    Además, en nuestro anterior encuentro con el enano ya sabemos de qué nos sirvió ser complacientes con el barón. ¡Demostrémosle que ya no somos esa pusilánime lameculos y leña al gnomo!

    P.D. Soy consciente de que en las anteriores entradas siempre aposté por la traición a/de Throm pero ese bárbaro hijo de perra me ha robado el corazón!

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  12. Desde un principio sabíamos que esto era como los inmortales de Highlander. Y sometiéndonos a la prueba técnicamente no estamos traicionando a Thorm, así que es la mejor forma de hacer lo correcto. Además de que es casi seguro que un ataque directo no produzca resultados favorables para ninguno de los dos.

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    1. Bajo cierto punto de vista, asesinar a un enano a sangre fría y guardarse sus orejas como recuerdo podría considerarse correcto.

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  13. 2. Disuadir a Throm y someterse a la prueba.

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  14. Tita Hellen28/11/22 11:43

    Diuuuu la A: a darle al enano!

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  15. - Hacer caso a Throm y atacar juntos al enano.

    Ya nos demostró que no era de fiar, y aunque sólo pueda quedar uno, no tiene porque elegir él nuestro final!!!

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    1. También podríamos pensar que el enano solo hace bien su trabajo.

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  16. Claro que visitar la caverna ha servido de algo, para gastar un poco de suerte, teníamos demasiada, no era realista.

    Seguro que atacar al enano es contraproducente en algún sentido, queremos enfrentarnos a la prueba con alguna estadística reducida? Yo prefiero que no. Por fin ha llegado el momento que estaba esperando, es hora de disolver la alianza! Hubiera preferido una puñalada trapera por la espalda, pero bueno, nunca salen las cosas como uno quiere. Si quieres ya me avanzo a la siguiente pregunta, dejamos pasar al burro delante para que no se espante, quiero decir al bárbaro, así aprendemos un poco de como funciona la prueba. ¡Ya huelo el olor a victoria! ¿O es la tienda de pollo asado de la esquina?

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  17. Vamos a darle recia brasa al enano, que le tenia ganas desde la ultima vez, no creo que pueda con los dos a la vez, o si?

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  18. Voto por recortarle la barba al enano a hachazos. Aparte de que me temo que el perdedor de la prueba moriría (y no podemos hacerle eso a Throm), encontrar la salida secreta de la habitación pueda que nos sea más sencillo tras haber bebido una botellita de TrampAvizor.

    PD: Has escrito mal "sextuple", debería ser "séxtuple".

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    1. TrampAvizor es un gran as en la manga...

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    2. El prospecto de TrampAvizor® no decía nada acerca de puertas ocultas, solo trampas ocultas. Ahora bien, si la puerta tuviera una trampa…

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  19. Mr. Comodón29/11/22 15:26

    La actitud tranquila del enano huele mal (si huele a caca y es marrón, lo más probable...); si bien la visión fugaz de un afeitado rápido de barba con hacha incluyendo nuez y nuca reporta una apetitosa sensación de paz, p'a mí que esto es una trampa como la copa de una sequoia.
    Habrá que hacer la prueba y rezar para que al DM se le escape algún agujero de guión para que mantengamos todos nuestros agujeros intactos (en número también).

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    1. El DM tiene que tomar decisiones muy importantes próximamente y eso le pone nervioso. Por lo tanto, lo que se le puede escapar es un pedo.

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  20. Atacar al enano no me parece la idea más sensata, podría hacernos la prueba con reducción de estadísticas o matarnos con algo extraño.
    Así que hacemos la prueba.

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  21. Somos 2 contra 1, y es un enano, si no podemos alfiletearlo hablaría muy mal de nosotros y tendriamos muy merecida esa muerte; así que vamos contra el enano!

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    1. Como poco 4 contra 1, si tenemos en cuenta el tamaño.

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  22. Me imagino que atacar directamente al enano no serviría de gran cosa, solamente quizás para llevar a una de la tropecientas muertes directas de este librojuego. Voto por someternos a la prueba, pues si no nos convence siempre podemos volver a decirle a Throm que mejor le arreamos al enano entre los dos (aunque quizás ya no se nos ofrezca esa opción).
    Creo que hasta ese casto beso en la mejilla hubiera sido algo raro en los librojuegos de Fighting Fantasy de la época.

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    1. "Quizás ya no se nos ofrezca esa opción" podría ser el lema de esta aventura.

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