14 de febrero de 2023

Marmalade Boy: Amor y amistad. Ginta, sal con Arimi

14 de febrero otra vez. Los habituales del blog ya sabéis lo que eso significa: otra recapitulación de Marmalade Boy. El resto, me temo que acabáis de descubrir la existencia de ese bochornoso compromiso anual. Para poneros al día, podéis leer todas las recapitulaciones anteriores aquí. Son doce ya, una por año. Si después de leerlas resulta que habláis en lenguas muertas, no os alarméis; es uno de los efectos adversos más frecuentes.

Por lo demás, espero que no seáis supersticiosos, porque este es el capítulo 13 de la serie. Hoy podrían ocurrir sucesos terribles. ¡Podrían ser dos episodios en lugar de uno!

Por suerte para mí, solo es uno. No escribiría dos reseñas al año de esta serie ni aunque fuese la única alternativa a ser devorado vivo por hormigas rojas mientras suena de fondo un recopilatorio musical de los grandes éxitos de Bertín Osborne.

Después de un baño relajante y de ponerse el pijama, Miki entra en su habitación y recuerda algunos de los momentos clave de los episodios anteriores. Parte de este proceso pasa por abrazar una raqueta de tenis. Si abrazar objetos inanimados le ayuda a mantener la salud mental, no seré yo quien le corte las alas.

Supongo que os vendría bien que enumerase las escenas concretas que Miki recuerda, pero resumir un episodio ya me da mucho trabajo y vosotros podéis leeros las recapitulaciones anteriores cuando os venga en gana, así que no voy a molestarme en revisitar esos momentos. Además, sé que los recuerdos no están ahí como recurso narrativo, sino porque reutilizar escenas de episodios anteriores reduce los costes de producción.

No obstante, para refrescaros la memoria, os dejo con algunas imágenes de los flashbacks:




Son unas imágenes tan vívidas que parece que estuviera viendo los episodios de nuevo. Es para echarse a temblar, ¿verdad?

Después de este paseo por la calle del recuerdo, Miki llega a la conclusión de que tanto Ginta, como Yuu son importantes para ella, pero cada uno a su manera, y que está mal que sufran por su culpa. Por lo tanto, ha tomado una decisión.

¿Y cuál es su decisión?, os preguntaréis.

Para conocer la respuesta, y si no estuvierais leyendo este repaso, tendríais que ver un minuto más del episodio. Habrá a quien un minuto de su vida le parezca insignificante, pero un minuto de Marmalade Boy es exactamente un minuto más de los que querría ver de esta serie en cualquier momento de mi vida.

Con todo, la alternativa más saludable para descubrir la respuesta es leer el título del propio episodio, que adelanta sin rodeos la gran revelación: "Amor y amistad. Ginta, sal con Arimi".

Pues ya estaría todo dicho, ¿no? Nos vemos el año que viene en estas mismas fechas. Un abrazo.

¿Qué? ¿No cuela?

Ya me temía que no. Maldita rigurosidad autoimpuesta.

Al día siguiente, en el instituto, Ginta se arrepiente de haber lanzado un ultimátum a Miki para que se decidiese entre Yuu y él. A pesar de lo pesado que se puso con este asunto en los dos episodios anteriores, ahora prefiere vivir con la incertidumbre de no saber a quién de los dos escogerá (porque eso significa que aún tiene alguna posibilidad de salir con ella) a tener la certeza de que escogerá a Yuu.

Lo creáis o no, y sin que sirva de precedente, entiendo su forma de pensar. Yo prefiero temer que la humanidad se extinga pronto a causa del cambio climático, a tener la certeza de que el año que viene me tocará ver otro capítulo de Marmalade Boy. Solo soy un hombre, y, entre dos males, tengo que escoger el que menos me haga sufrir.

Sufrir o no ser, he ahí el verdadero dilema.

Miki le dice a Ginta que quiera hablar con él, y se reúnen en la azotea. Personalmente, me preocupa que permitan a los alumnos subir ahí arriba con lo elevadas que son las tasas de suicidio estudiantil en Japón, pero, como el ser humano es contradicción pura y yo no soy la excepción a la regla, espero que corra un fuerte viento de componente oeste y arrastre Miki y Ginta a la bahía.

Miki dice que le gusta mucho Ginta, pero que también le gusta Yuu, que le gustan mucho los dos. La Virgen Santísima. Menos mal que venía con las ideas claras.

—Y como esos son mis sentimientos, tienes que comprender que no puedo salir contigo.

Miki, querida, llevamos trece años juntos, así que voy a ser franco contigo: no tengo ni pajolera idea de qué carajos quieres decir. Podrías estar hablando en sumerio y te entendería igual. Pero continúa, por favor.

—Tú no querrías estar con una chica a la que le gustase otro chico, ¿verdad?

Ah, ahora lo pillo. Pero ahí es donde te equivocas, Miki, porque a Ginta no le importa que tus sentimientos estén divididos. Tiene tanta confianza en sí mismo que cree que, si estáis juntos, acabarás olvidándote de Yuu.

Lo cierto es que, ya se trate de confianza o de un trastorno disociativo, Ginta está totalmente desconectado de la realidad. Fijaos si su plan es malo que hasta Miki, ¡Miki!, se da cuenta de que ella no podría olvidarse jamás de Yuu, porque, fíjate tú qué cosas, viven en la misma casa y se ven a diario. Incluso si la chica recibiera un golpazo en la mollera (por accidente, digo, no tengo nada planeado... aún), probablemente tampoco perdería la memoria, porque tiene la cabeza más dura que un adoquín.

Este flashback sí que merece la pena. Je, je, je.

Miki también le dice a Ginta que, aunque ella sienta celos de Arimi, sería egoísta por su parte interponerse en esa relación falsa tan bonita y poco tóxica que tienen, así que le da su aprobación para que salga con la chica peliturquesa hasta hartarse.

Ginta se siente al borde de un colapso nervioso y se plantea incluso confesar que su relación con Arimi es puro teatrillo. Pero entonces se imagina cómo se pondría Miki si se enterase de que se la han dado con queso y cierra el pico, no vaya a ser que le llueva un aluvión de caponazos.

Miki remata su discurso con una frase que es el equivalente de las rupturas románticas a que Godzilla te carbonice con su aliento atómico:

—Me alegra mucho haberte importado tanto, de verdad, muchas gracias. Siento mucho no haber podido corresponderte, pero, aunque tengas novia, podemos seguir siendo amigos.

Los Fatalities de los Mortal Kombat son menos dolorosos. Y estoy hablando de una saga cuya primera entrega ya te permitía arrancarle la cabeza a tu rival de un tirón y llevarte su columna vertebral de propina.

¿Fue Ginta víctima de la Ilusión del Fénix? Nunca lo sabremos.

Mientras Miki juega al tenis con la figurante número cuatro y Ginta se come la cabeza y aprieta muy fuerte un medallón con la foto de Miki, Meiko estudia en la biblioteca.

Aunque Meiko es una estudiante modelo, no le resulta fácil concentrarse. ¿Podría ser porque mantener en secreto una relación moral y socialmente condenada con el profesor Namura le provoca un estrés emocional que no sabe cómo gestionar? Podría ser, pero la respuesta correcta no es esa. Meiko, la mejor amiga de Miki, tiene un admirador confeso.

¿Os acordáis del chico moreno de pelo largo que salía en un episodio en el que pasaban... cosas?

Es evidente que yo no, así que he tenido que leerme en diagonal las entradas anteriores hasta localizarlo. El chico se llama Satoshi, es presidente del consejo de estudiantes y, según parece, se sienta todas las tardes al lado de Meiko en la biblioteca para observarla fijamente y tirarle los tejos.

Esta conducta, aparte de potencialmente delictiva, me choca un poco, porque, si mis resúmenes son de fiar (y lo son en la medida que pueden serlo las declaraciones de cualquier persona bajo los efectos de un potente opiáceo), Satoshi ya había demostrado interés por Yuu en un episodio anterior. Interés romántico, quiero decir. O al menos así es como lo interpreté yo en su día.

En definitiva, no sé lo que está pasando aquí exactamente, pero no me esperaba semejante disipación en una serie sobre romances adolescentes. ¿Es que ya no hay decencia en el mundo?

Mientras yo busco mejores chistes con los que no ofender a nadie, el profesor Namura entra en la biblioteca y le dice a Meiko que tiene reunión de profesores, lo que significa que no podrán verse esta tarde.

El mundo entero llora por esta triste noticia. Pasemos a la siguiente escena.

Prometo no olvidarme de Satoshi hasta la semana que viene.

Después de clase, Miki y Meiko quedan en una cafetería para ponerse al día e ingerir las calorías necesarias para que sus delicados cuerpos de escoba no se encojan por debajo de su masa mínima y se volatilicen, desapareciendo para siempre de la frágil realidad que ocupan.

Miki repasa la carta de dulces con una alegría exaltada, y Meiko nota que le preocupa algo. Yo también lo había notado, porque, seamos realistas. ¿cuánto entusiasmo puede despertar un pastel de calabaza? Del 1 al 10, no más de 6. Y Miki estaba al 8. Totalmente fuera de lugar.

Meiko intuye la naturaleza del problema incluso antes de que Miki se sincere con ella. Y no es porque Meiko sea telépata. Es que Miki es monotemática.

—Hace tiempo que me había dado cuenta de que te gustaba Yuu y pensaba que los dos haríais muy buena pareja —dice Meiko—. Pero es posible que te atraiga tan solo porque acaba de llegar, porque es una novedad. Tal vez tu pareja ideal fuese un chico que siempre ha estado a tu lado, alguien que te conozca desde hace tiempo, como Ginta. 

¡Pero cómo se le ocurre mencionar a Ginta! ¿Sabéis lo enredados que suelen estar los cables de los auriculares después de haberlos llevado un rato en el bolsillo? Pues así de embrollada es la mente de Miki para estos temas. Basta que oiga el consejo de su amiga para que un pelotón de dudas en forma de espectros asalte su cabeza. 

Ya me olía yo que era pronto para cerrar esa trama y pasar página. Lo bueno nunca dura.

Si pudiera ponerle sonido a esta imagen, sería el ruido de la cisterna al tirar de la cadena y solo saldría por el altavoz derecho.

De pronto, Meiko ve algo por la ventana y le dice a Miki que acaba de acordarse de que había quedado y tiene que marcharse. Aunque la chica miente fatal, Miki no tiene suficientes luces para sospechar que su mejor amiga le ha mentido. Además, las pocas luces que tiene las cortan varias veces al día, porque la infraestructura general es defectuosa.

Fuera de la cafetería, Meiko alcanza al profesor Namura, que mira a un lado y a otro incómodo, como si temiera que alguien pudiera verlos juntos y reconocerlos.

—Tranquilo, no te preocupes por la gente. Esto es algo de lo más normal —dice Meiko—. No es raro que un profesor y una alumna regresen del instituto al mismo tiempo, ¿verdad?

No, no es verdad, Meiko. No hay nada normal en eso.

Ya lo dijo Benoit Blanc:

Mientras caminan juntos, Meiko le asegura a Namura que no va a pedir que la abrace en mitad de la calle.

—Aunque lo estoy deseando —añade por lo bajini, cariacontecida.

—Solo faltan dos años para que te gradúes —replica Namura—. Espérate.

Como seres sociales en continua relación con los demás, es normal que discrepemos en algunos temas. Pero creo que estaremos todos de acuerdo en que esta relación es tan poco saludable como limpiarse los oídos con bastoncillos remojados en vitriolo. Podría enumerar las razones, pero me preocupa que se acabe la tinta de internet.

"Qué generoso eres, Na-chan. Solo piensas en lo que es mejor para mí", dijo Meiko nunca.

Después de quedarse sola, Miki decirse irse de compras, para intentar despejarse un poco. Pero ni siquiera mirando blusas cuyo color provoca desprendimiento retina consigue sacarse de la cabeza sus angustiantes líos amorosos.

En la calle, al salir de su tienda favorita, Miki se cruza con Arimi (la novia falsa de Ginta, para más señas). Teniendo en cuenta que por la prefectura de Tokio pasan a diario más de quince millones de personas, no es casualidad que las dos se encuentren. ES MAGIA NEGRA.

Miki, inusualmente atenta y perspicaz, se fija en que Arimi lleva una bolsa muy grande.

—Es porque voy a pasar la noche en casa de un amigo, ¿sabes? —explica Arimi con malicia—. ¿Te imaginas qué amigo es?

—¡Rayos! —exclama Miki, muy natural—. ¿No será Ginta?

—Sí, es Ginta —le confirma Arimi, regodeándose—. Me dijo que fuese hoy, que sus padres no iban a estar en casa en toda la noche.

El efecto de estas palabras es devastador, y Miki se queda gris de la impresión. No es una forma de hablar. Se le va hasta el color de la ropa. Tengo la ligera sensación de que va a llevar regular que Ginta solo sea su amigo.

𝅘𝅥𝅮 I'm a bitch, I'm a bitch, oh, the bitch is back 𝅘𝅥𝅮 (ft. Elton John).

Pero resulta que solo era una broma. Ja. Ja. Arimi le dice a Miki que ha picado y que en realidad se va a casa de una amiga. Se han cometido asesinatos por mucho menos, y genocidios por poco más.

Además, hay un problema añadido: Miki se ha quedado en shock y ni siquiera oye lo último que le ha dicho Arimi, así que se marcha pensando que Ginta y Arimi van a pasar una noche de ardiente deseo y pasión desenfrenada. ¡A lo mejor incluso se dan un beso!

De camino a casa, Miki para en un parque para filosofar sobre la situación y reafirmarse en la decisión que había tomado. Por desgracia, el equipo a cargo del episodio no para de reciclar metraje de los episodios anteriores para recordarle todos los momentos buenos que pasó con Ginta y, al final, la chica se echa a llorar pensando que va a perder a su mejor amigo. ¡Y todo por abaratar los costes y ajustarse al presupuesto! ¡No hay derecho!

¿Por qué me siento tan sola?, piensa Miki.

Reconozco que no estaba preparado para que este episodio alcanzara cotas tan elevadas de comedia.

¿Culebrón adolescente o anuncio de Prozac®?

En un giro imprevisto de los acontecimientos, Miki se encuentra a Ginta delante del portal de su casa. Por supuesto, lo imprevisto no es que el muchacho la estuviera esperando, sino que lo estuviera haciendo para pedirle perdón por haberla engañado y no para drogarla y meterla en una furgoneta. No creáis que me he olvidado de que Ginta tiene el mismo perfil psicológico que todos esos psicópatas cuyas vidas acaban convirtiéndose en un biopic producido por Netflix.

En un alarde de valentía o estupidez (a veces es imposible distinguir una de la otra), Ginta le confiesa a Miki el plan de Arimi con todo lujo de detalles, sin dejarse ni una coma:

—Entre ella y yo no hay absolutamente nada. Arimi solo quiere a Matsura, y la verdad es que yo jamás he sentido nada por ella. Yo pensaba que si sentías celos de Arimi, volverías a mí, te separarías de Matsura. Todo esto fue idea de ella. Yo solo le seguí la corriente.

La parte de escurrir el bulto y echarle la culpa a Arimi de sus turbios y viles manejos está muy bien. Este chico es un partidazo.

Sorprendida por esta tremenda revelación, Miki cae de rodillas al suelo. Ya es bastante sorprendente que pueda sostenerse en pie con esas patas de cigüeña escuálida que tiene.

Ginta corre a su lado y le pregunta si está bien.

Ella le dice que está contenta de que su relación con Arimi fuera mentira, porque pensaba que Ginta ya nunca volvería a ser su amigo y se sentía muy sola y triste, "y el corazón me dolía horriblemente".

Sigo pensando que esta muchacha está tardando en pedir cita al cardiólogo.

Ginta malinterpreta el mensaje y agarra a Miki por los hombros con intenciones meridianas. Ella, sobresaltada, lo aparta de un empujón y le dice que pare; pero él le dice que no puede esperar y la agarra fuertemente por los brazos para atraerla hacia sí contra su voluntad y darle un beso en los morros.

No disfrutaba de tanta ternura y romanticismo desde que vi aquel documental sobre la ocupación japonesa de la Manchuria.

Si alguna vez pensáis que no encajáis en el mundo, recordad que hay fans de la serie a los que les gusta Ginta.

Cuando el beso parece ya inevitable, una voz familiar grita "¡Corten!" y lo siguiente que vemos es a Yuu plantarle a Ginta una bolsa de la compra en la cara a la vez que cubre el hocico a Miki con la mano libre para impedir que el otro la besuquee.

Es como cuando en una película el protagonista desactiva la bomba a falta de un segundo para que explote. Con la diferencia de que aquí querrías que la bomba estallase.

Yuu, muy tranquilo, incluso jovial, les dice que no pueden montar estas escenitas aquí en la calle, que qué van a pensar los vecinos, y luego se lleva a Miki a casa mientras Ginta los observa a ambos con cara de panoli.

Ahora bien, en cuanto Miki y Yuu desaparecen de su vista, Ginta sale de su estupor y maldice a su rival amoroso por haberlos "interrumpido en el mejor momento". Supongo que si tienes la moralidad de una hiena sarnosa y los modales de un puerco muerto de hambre, besar a alguien a la fuerza también puede interpretarse de esa manera. Todo depende del punto de vista.

🛇 Bloquear a @Ginta_Suo.

El episodio termina con Miki en el vestíbulo de su casa y una nueva comedura de tarro:

¿Por qué nos separaste, Yuu? ¿Acaso estabas celoso? No te vayas sonriendo como si no pasara nada, idiota.

Y con una sonrisa idiota me despido yo también, porque esa será la única sonrisa de mi repertorio hasta que me recupere del daño neuronal sufrido.

Antes de marcharos, no os olvidéis de compartir vuestras impresiones sobre este crimen de lesa humanidad en los comentarios. También podéis decirme quiénes creéis que hacen mejor pareja, si Miki y Yuu, Miki y Ginta, o Miki y el emperador Hirohito.

Lista de episodios: |1| |2| |3| |4| |5| |6| |7| |8| |9| |10| |11| |12| |13| |14|

34 comentarios

  1. Estas entradas siempre son de agradecer, y más este año que, me temo, el Sr Brocha aun no anda recuperado de la mano, por lo que el sufrimiento habrá sido doble.

    Pasando al capítulo en sí, vaya sutileza para volver al punto de partida. Me imagino a la escritora del manga en el que se basa lanzando un dado y diciendo "Si salen pares, avanzo en la historia. Si salen impares, vuelvo al punto de partida. Pares. No me gusta el resultado, me llevo una y listo".

    El tal Ginta tiene una pinta de ser escritor de letras de reggueton (o como se escriba) que tira para atrás. Sus actos son como la letras de ESO que se atreven a llamar música.

    Micky, ¿en serio te preguntas el por qué tu hermanastro impide que un abusador se propase contigo? ¿EN SERIO? La sensatez de la protagonista no la encontraría ni una madre, que lo encuentra todo. Y ella vive con dos.

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    1. Muy cierto 😂😂😃

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    2. A veces me olvido de que Miki y Yuu viven en una casa con dos madres y dos padres. Habría sido premisa más que suficiente para una sitcom de los años ochenta, pero aquí el grado de anormalidad alcanza tales cotas que solo es una circunstancia accesoria. Madre mía.

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  2. Hay una serie de tradiciones anuales que uno tiene que cumplir: Las uvas en Nochevieja, por ejemplo. Y el más clásica de "Sam Va Lentin" tiene que ser venir aquí a leer la entrada del Tipo de La Brocha leerla para reírnos con ella y ver sufrir a Brocha y pedirle de reseñe más capítulos de Marmalade Boy... ¡Vamos, Brocha! No se... uno al mes... No hace falta que te martirices con uno a la semana, solamente uno mensual!!

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    1. Ya recapitulo un episodio al mes. Y ese mes es siempre febrero.

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  3. He de confesar que Ginta, cuando era pequeña y veía la serie, era el que me gustaba 🤣 me siento muy abochornada cada vez que adviertes lo chalao que está, porque de pequeña no me daba cuenta de esas cosas... desde luego la escena de Yuu evitando al acosador es buenísima, de esta (y de alguna otra me acordaba).
    Qué raro que en este capítulo no salga el robot, era como nuestro tamagotchi, siempre lo llevaba encima. Mi chica favorita era Meiko, me encantaba su pelo y lo buena persona que era porque Miki me parecía una mala amiga que si no se daba cuenta del jaleo que tenía la otra y todo lo del profesor era porque, aparte de ser un gran error y sinsentido, no era capaz de dejar de mirarse a sí misma y de mirar a quien tenía enfrente.
    La escena del pelotazo a Miki siempre es divertida, da igual las veces que la veas🤣🔝
    ¡Feliz día de San Valentín!

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    1. El robot da juego, pero yo quiero que vuelva a salir Kachan. Es el "personaje" sobre el que más me gusta desbarrar. Y si sientes bochorno, eso que te ahorras en ropa de abrigo y calefacción.

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  4. Un año ha pasado, las secuelas van sanando lentamente y nos abraza un misericordioso olvido... y entonces regresa una vez más el trauma. Qué lindas son las tradiciones.
    Ah, nada como una relación tóxica para poner en perspectiva otra relación tóxica y que aparente ser romance. Con musiquita y colorines pastel para aderezar. Que aparentemente, viendo reseñas (fuertemente críticas) de obras contemporáneas como "Crepúsculo", "La cabina de besos", "After" y un largo (y traumante largo) etcétera, también es una especie de tradición.
    Personalmente el único fin digno que veo es que la protagonista reúna a todos los implicados en un único salón, se arme de valor y sinceridad... y que Godzilla incinere el recinto. Soñar no cuesta.

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  5. Hoy prendí el móvil y al verificar la fecha automáticamente pensé: recapitulación de marmalada boy. No quería aceptarlo pero creo que tanta tensión romántica me produjo daños profundos en el cerebelo. Saludos!

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    1. Me gusta que todos tengamos presentes que es lo verdaderamente importante en esta fecha.

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  6. agente_naranja14/2/23 15:06

    Mae mía, es usted un valiente, sr. de la Brocha. Para mí lo único salvable son las primeras recapitulaciones. El resto lo he procesado en el cerebro como BRAUBRAU Miki BRAUBRAU Ginta BRAUBRAU Necesito una copa...

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    1. Bebe con Moderación. Pero no dejes que Moderación se emborrache.

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  7. ¡Ay! Pero qué guay. Ya nos tienes entrada un año más. Tengo este blog en marcadores para leerlo cada San Valentín ❤️ Mi plan de esta noche será leerlo.

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  8. Acudo a la celebración anual! Felicidad San Valentín a todos los que paséis por aquí, en especial al líder del culto raro este, Mr Brocha. Gracias un año más. Por cierto, quizá lo comentaste en años anteriores: ¿tú vas descubriendo la serie, como muchos de los aquí presentes,año a año? ¿o ya la viste en su día?
    cafelito listo...al lío!

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    1. Descubro la serie episodio a episodio, año a año. Había visto algún episodio suelto antes, o al menos partes de alguno, pero nada que me provocara la clase de daños permanentes que me está provocando esta mala costumbre anual.

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  9. El Tipo de la Brocha y Marmalade Boy. ¡No hay mejor pareja el 14 de febrero! Aunque si sigues así te va a pasar en la cabeza como en Scanners.

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    1. A veces Miki me pone la cabeza como un bombo, así que la explosión craneal no es descartable.

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  10. Es increíble lo incapaz que era de ver en su día lo chungo que es Ginta. Me pregunto qué pasaría si analizases I's, el otro manga romántico de la época (el otro que me leí yo, digo), que ya me parecía turbio en su momento.

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    1. Solo conozco I''s de haber visto portadas en las tiendas. No puede ser peor que esto, ¿o sí?

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  11. Nicolás Atuesta Dimian14/2/23 23:25

    Nada como las recapitulaciones del chico amermelado el anime más trivial para festejar la celebración más insulsa del año. Serie de actualidad por donde se mire: con un profesor que practica el Groming con sus alumnas, adolescentes con trastornos de la conducta alimentaria, una protagonista con tendencias poliamorosas y el maravilloso Ginta que es una versión japonesa adolescente de Pablo Motos

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  12. Que bonito que se mantengan las tradiciones, aunque el Sr. Brocha ponga en peligro su integridad mental. Espero que esa mano esté mejorando.

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    1. La mano me da menos la lata cada día que pasa, pero aún la uso con miedo. Por desgracia, sé lo fácil que es retroceder un montón de pasos de golpe. Gracias por tus buenos deseos. Preferiría tener una mano biónica, pero los buenos deseos también están bien.

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  13. Es mi primer año en la traducción, la verdad es que esperaba este día con ilusión y no ha defraudado señor brocha. A lo mejor mensual como pedían no, pero trimestral si que sería interesante ya que la vida es corta y mermelade boy merece ser recapitulando completamente para la posteridad.
    Piensa que es como ser pocero, limpiar la mierda de los demás no es agradable ni está bien pagado... Pero alguien tiene que sacrificarse aunque este mal pagado y sea desagradable para que el resto de la humanidad pueda vivir en el mundo moderno sin estar rodeados por la mierda 🤣🤣🤣.
    Eres un héroe, no que digo un héroe, un superhéroe!!!!

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    1. Si trimestral significa anual, estoy conforme. Y recordemos que yo no estoy ni siquiera mal pagado. Estas recapitulaciones las escribo por puro altruismo, que, en este contexto, significa insensatez.

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  14. Me ha dado la sensación de que este capítulo ha tenido más escenas recicladas que de costumbre. A este paso vas a poder hacer estas reseñas cortando trozos de las anteriores.
    Como siempre una alegría estar presente en esta tradición tan bonita.

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  15. Busca al Maestro Hora los hombres grises no pueden seguir robando tu valioso tiempo cada vez que Miki y Yuu regresan a tu vida cada año, Miki es una de ellos por que te crees que Miki se ha quedado gris.

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    1. Las referencias a Momo son demasiado cultas para esta serie.

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  16. Un pequeño resumen al inicio sobre de que va la serie no vendria mal, tengo mala memoria, solo un párrafo, para no ir perdido al principio, que diga algo como "Miki es un chica peliroja y vive con Yuu que es un chico de pelo rubio, y se gustan pero no se lo dicen".

    Tengo muchas dudas, que ve de bueno Miki en Ginta? Que ve de bueno Meiko en Ginta para recomendarlo a Miki? El chico mermelada ya ha salido? Es Yuu? El mote es porqué le gusta la mermelada?

    Veo que la serie tiene 76 capítulos, que escribirás en el Sant Valentín del año 2088?

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    1. Ese resumen me parece perfecto y suficiente. En cuanto a tus dudas, puedo confirmarte que el Chico Mermelada es efectivamente Yuu. Miki le pone ese mote (que no recuerdo que vuelva a utilizarse) en el segundo episodio después de comparar a Yuu con la mermelada de naranja, porque es bello, pero amargo (por favor, recordad que no soy yo quien se inventa estas idioteces).

      En 2088 escribiré sobre el anime romántico de moda en 2071.

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  17. Respecto a las parejas propuestas elijo sin dudar a Miki y el emperador Hirohito. En primer lugar, al haber vivido en la época de la segunda Guerra Mundial ,Miki ya haría tiempo que seria fiambre y nos habríamos librado de ella en el tiempo de la serie, además, una cabezaloca como esa al lado del emperador habría hecho variar la historia hasta limites insospechados provocando una ucronía tal que ríete tu de El Hombre en el Castillo"

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