14 de enero de 2023

El vuelo de los dragones

En 1982 se estrenaron tres grandes películas infantiles del género fantástico: Ator el poderosoLa espada salvaje de Krotar y Ator 2: El invencible. Todos los niños de los ochenta sin excepción recuerdan desde el balcón de la nostalgia estas superproducciones italianas, clásicos atemporales del cine de fantasía, con sus bárbaros recios y fornidos untados con aceite, sus mozas ligeras de ropa y aún más ligeras de cascos, y sus escenas de acción épicas y apabullantes.

O tal vez no.

En realidad, las tres películas a las que quería referirme son Cristal Oscuro, El último unicornioEl vuelo de los dragones. La primera es un hito en la historia del fantástico audiovisual que repasé con pelos y señales en esta entrada y esta otra; la segunda la vi por primera vez hace apenas tres o cuatro años y no acabé de congeniar con ella, pero tenéis una prueba de la impronta que dejó en otra persona muy ñoña aquí; y la tercera debió de marcarme más de lo que supuse si sigo dando la turra con ella tanto tiempo después.

Siempre me ha fascinado la fantasía, y El vuelo de los dragones es una de mis obras favoritas del género. La adoro desde la primera vez que la vi cuando no era más que un mocoso. Fue un flechazo. Amor a primera vista. Un secuestro emocional. No sé cuántas veces vería con mi hermano el VHS en el que la teníamos grabada, pero la imagen acabó terriblemente deteriorada y todavía hay líneas de diálogo que podemos recitar de memoria (es más, las recitamos de vez en cuando por diversión; con la entonación del doblaje en español neutro, por supuesto). Del número de veces que habré escuchado el cautivador tema musical que interpreta Don McLean me asustaría si llevara la cuenta.

La historia comienza en un mundo de encantamiento, habitado por seres fantásticos, en el que la magia está desapareciendo a consecuencia del auge imparable de la ciencia y la lógica. Consciente de que la inevitabilidad es la magia más poderosa de todas, el mago Carolinus convoca a su hermanos, cada uno señor de un dominio en la Tierra, para proponerles una una solución: crear el último reino de la magia, sellado del resto del mundo por una barrera de invisibilidad, para que se retiren a él todos los seres mágicos antes de que su tiempo termine. Pero uno de los hermanos, Ommadon, amo de la magia negra, se opone a la propuesta, ya que planea utilizar la ciencia desvirtuada por el temor, la ambición y la avaricia, para que el hombre se destruya a sí mismo.

Con el fin de detener a Ommadon, Carolinus "inspira" una misión en una compañía liderada por Peter Dickenson, un joven bostoniano de la última década del siglo XX con un pie en el reino de la magia y el otro en el de la ciencia.

"Un mundo de magia o un mundo de ciencia. ¿Cuál? ¿Cuál será?".

El de la magia mola más. No hay color.

Por un lado, El vuelo de los dragones es una película de aventuras emocionante, divertida y repleta de momentos inolvidables que harán volar la imaginación de los niños y despertarán su curiosidad por lo fantástico (o, en el peor de los casos, les provocarán la clase de pesadillas que Jim Henson consideraría pedagógicas, por lo que solo pueden salir ganando).

Como dijo un padre en alguna parte: "La vi con mi hijo y le encantó. Le chiflan los dragones".

Por otro lado, es una película lo suficientemente profunda como para que pueda disfrutarla cualquier aficionado al género fantástico con independencia de su edad, porque, tras su trama sencilla e incluso arquetípica, hay una riqueza temática que no pasa inadvertida.

También hay dos dragones borrachos cantando Oh! Susanna, así que lo tiene todo.

El tema principal del filme es si la magia y la ciencia pueden coexistir. Esta pregunta, que está desprovista de la ingenuidad que uno se esperaría de una cinta dirigida al público infantil, cimenta la premisa de la historia, respalda su extravagante clímax y, en última instancia, cuando por fin hallamos la respuesta, nos conduce a su epílogo, superficialmente feliz, pero teñido de melancolía.

Como le dice Carolinus a su hija, la princesa Melisande:

"Vete, y tal vez jamás vuelvas al Reino de la Magia. Pues aún ahora la gran bóveda de la invisibilidad crece ahora en nuestro mundo para proteger su inmovilidad por siempre. Y nadie de afuera puede cruzar sus fronteras, excepto por la duración de un sueño o durante la vida de una inspiración. Pero subsistirá a través de los años, los siglos y las edades. Una parte del hombre para todas las épocas. Y siempre que el hombre necesite de la magia, aquí estaremos".

Este tema es un sólido contenedor de la historia, y, como debería suceder en cualquier obra de ficción, pero no siempre sucede, da forma a todos sus elementos: la trama, los personajes, los diálogos, la ambientación... Por eso, cuando termino de ver esta película, no pienso que ha estado bien y ya sin más me olvido de ella, sino que sigo dándole vueltas. Creo, o al menos quiero creer, que cualquiera que haya reflexionado sobre la magia, la imaginación o la fantasía, o simplemente sienta interés por estos conceptos, tendrá una experiencia similar.

Prefiero jugar a Dragones y mazmorras, gracias.

Al margen del tema que aborda, también hay algunos detalles que un niño no terminará de pillar hasta que crezca, pero que involucran en mayor medida al espectador que ya no celebra sus cumpleaños en locales con piscinas de bolas. A título anecdótico, dudo que un crío de seis años caiga en que sir Orrin y Danielle comparten lecho en la posada, pese a que el significado que hay tras la frase "Tal vez no veamos otra noche" es evidente para un adulto.

Otro de los méritos de la cinta es que construye mucho con muy poco, y, aunque emplea elementos comunes del género (dragones, un caballero andante, un hechicero malvado…), forja una mitología propia, rica y embelesadora, que transmite la sensación de que el mundo en el que se desarrolla la trama es más grande de lo que te está mostrando.

¡Y qué villano es Ommadon! Con la voz de James Earl Jones en la versión original, nada menos.

Su manejo de la épica también es notable. Escenas como el enfrentamiento sobre la muralla de Gormli Keep o la última batalla de sir Orrin y el dragón Bryagh son magníficas, pero a la vez dolorosas, y me hacen sentir lo mismo que cuando los orcos convierten a Boromir en un portalápices en La comunidad del anillo. Siempre suelto una lagrimilla al verlas, y ni siquiera puedo rememorar el momento al que pertenece esta cita sin que se me haga un nudo en la garganta:

"Espada con la que he vivido, espada con la que voy a morir, sirve bien a la justicia una vez más. Persigue a otra fuerza del mal, otra vida más de dolor. Corta bien, vieja amiga, y luego... adiós".

Hay quien me considera un sentimental, pero, si lo soy, al menos me ayuda a mantener los ojos limpios de microbios.

A falta de estufa, siempre viene bien un chorro de fuego de dragón.

Aunque hasta ahora me he centrado en las virtudes de la película y con suerte, si no la habéis visto ya, habré conseguido vendérosla, hay que ser consciente de que se trata de una producción para televisión. Por lo tanto, su acabado no es comparable al de un largometraje de Disney o de Don Bluth. Si las limitaciones técnicas no la delatan, lo harán los fundidos a negro para las pausas publicitarias.

Con todo, visualmente tiene una fuerza y una personalidad rotundas. Una de las señas de identidad de Rankin/Bass es que solía encargar la animación de sus producciones a estudios japoneses, y ese filtro confería a las imágenes un estilo distintivo e inmediatamente reconocible. Para que os sirva de referencia, en sus proyectos colaboraron algunos de los profesionales que pocos años después trabajarían para el estudio Ghibli en clásicos como El castillo en el cielo, Mi vecino Totoro y Nicky, la aprendiz de bruja (e, incluso antes de fundarse Ghibli, en Nausicaä del Valle del Viento). El talento del equipo artístico era extraordinario. 

Si me preguntáis si tengo pegas, las tengo, pero a ninguna de doy importancia.

Esta película consiguió que quisiera creer en la magia y aún lo sigue haciendo. Del kit de Magia Borrás nunca pude decir eso.


Nota: Esta es una versión editada, ligeramente extendida y con imágenes a todo color de una reseña que publiqué en Letterboxd el año pasado. Pero tengo la impresión de que muy poca gente llegó a leerla, y, en cualquier caso, este es el hogar más apropiado para ella. Tenemos agua corriente, calefacción... ¡incluso un felpudo que dice "Bienvenido"! No me sorprendería que vinieran más reseñas para quedarse.

19 comentarios

  1. El nombre me suena, pero nunca la he visto. Quizás de pequeño la hubiese cogido con ganas, pero ahora lo dudo mucho.

    ¿Cómo es posible que la película se titule el vuelo de los dragones y no haya ninguna imagen de un dragón volando?

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    1. No solo hay una imagen de un dragón volando, ¡sino de un dragón volando y escupiendo fuego! Es la imagen que va después de la sinopsis, por si te queda alguna duda.

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  2. agente_naranja14/1/23 10:28

    Vaya por Cthulhu, ya está el Sr. De La Brocha creando necesidades a las agentes_naranja del mundo mundial mundialoso. Ahora la tendré que ver...

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  3. La vi de muy pequeño, sin saber qué estaba viendo, y luego de mayor me hizo mucha ilusión volverla a descubrir y que estuviese tan bien valorada. Con La Princesa Prometida (o como yo la llamaba, la del Zorro zurdo que no es zurdo) me pasó lo mismo.

    Para mi la versión buena es en la que el dragón se llama Golpezas (yo entendía Volpezar) y el enanete dice eso de: "Yo soy un hombre pequeño pero mi tontería es grande".

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    1. Sir Orrin llamó Golpezás al dragón porque hubo muchos golpes y dijo muchas veces "zas". ¿Cómo olvidar eso?

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  4. Me encantaba esta película. La canción se me grabó a fuego (nunca mejor dicho).

    Buena reseña.

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    1. Gracias. Cantemos a dúo la canción, pero cada uno en su casa.

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  5. De verdad que la vería, la has dejado muy bien, buen trabajo, eres un buen vendedor, pero tu buena reseña ha topado contra un muero que es que en general tengo alergia a las películas de animación dirigidas al público infantil

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    1. ¿No ves nada de animación dirigida al público infantil? ¿Ni Disney ni Pixar ni, qué sé yo, La LEGO película? ¿Quemó una película infantil tu casa?

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    2. Ah bueno si, Pixar sí, pero Pixar es un poco más transversal, no es solo infantil. Y las películas de Lego lo mismo, son más juveniles, también las he visto la mayoría, de las cuales también me han parecido algunas bastante divertidas. Disney puro y duro hace tiempo que nada.

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  6. Me suena que alguna vez la vi de pequeño alquilada de un videoclub, pero nunca es tarde para recordar buenas películas animadas, mas ahora que buscando en la web no hay necesidad de rebobinar casetes después de verla

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    1. Rebobinar videocasetes era parte del ritual. Mi padre tenía un aparato que servía solo para eso. Menudo retraso tecnológico había en el pasado.

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  7. Estupenda película. Cuando era pequeño la tenía grabada de una vez que la echaron en Telemadrid y también la vi un montón de veces. La vi de nuevo hace poco cuando se la puse a mis hijos y me alegró que todavía me emocionaba con algunas de sus escenas. Eso sí, la vi originalmente en español latino y con esa versión me quedo. Me suenan mejor las voces y los diálogos, la costumbre quizá, no sé.
    Tiene también uno de los enfrentamientos finales más originales que se hayan hecho en la ficción.
    Con los años ha cambiado un poco mi perspectiva, y me gusta verla no solo como un conflicto entre ciencia y magia, sino entre la razón y la imaginación. Y es que aunque es la primera la que debe vencer y guiar nuestras vidas, todos necesitamos también un pequeño lugar para la segunda.

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    1. ¡Yo también la tenía grabada de Telemadrid! Espero que a tus hijos también les guste la película.

      Para mí el conflicto entre ciencia y magia también incluye el conflicto entre razón e imaginación.

      P. D.:
      Creo que hay cierta confusión con el tema del doblaje (lo digo también por el comentario de Aco). El español neutro no es el español de España, sino el doblaje que se hacía habitualmente en México para todos los países hispanohablantes (era el que tenían los dibujos de Hanna-Barbera, por ejemplo). Que yo sepa, esta película nunca ha tenido un doblaje español de España.

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    2. Yo encontré una copia por la red y Aco tiene razón en que hay dos versiones en audio (aparte de la Versión Original). Hay una en español neutro y otra en castellano, en esta última hay tres cosas que he notado.
      1)El dragón verde se llama Gorbas. Sigo prefiriendo Golpezás.
      2) El dragón viejo (Smrgol) vocaliza mucho mejor (Se ve que el doblador no sacaba la lengua durante el doblaje)
      3) Omaddom (Ormando en esta versión) estaba doblado por el mismo que ponía voz a David el Gnomo (entre otros)

      Gran película de mi infancia 😍

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  8. Una película excelente, injustamente olvidada. Recomiendo el libro, la trama y el final son bastante diferentes en especial porque luego tiene secuelas también muy buenas a diferencia de la película con su final cerrado.

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  9. No me puedo creer que no haya comentado esta entrada, con lo que me encanta esta película. Creo que soy uno más de los que la grabó en Telemadrid y se la vio miles de veces en mi infancia y juventud. Para mí lo tenía todo: dragones, magos, magia, caballeros... Sé que en muchos casos habla la nostalgia por nosotros, pero en este caso concreto creo que la película sigue siendo muy disfrutable para el público menudo y para los aficionados a la fantasía de cualquier edad.

    Como han comentado antes, la película está basada en un libro de Gordon R. Dickson llamado The Dragon and the George, que al parecer es el primero de una saga. Escrito en 1976, así que ya ha llovido desde entonces. Para mi eterna vergüenza tendré que admitir que no los he leído, así que no sé si son buenos, malos o regulares. Pero la película me parece todo un clásico.

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  10. Gracias por la reseña, yo la tenía en latino y te dejo aquí esta cita de Sir Orrin para que la compares.
    <>
    Puede que tenga alguna errata porque la escribo de memoria.

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