21 de agosto de 2024

'Conan: City of the Dead', de John C. Hocking

El pasado 18 de junio, Titan Books publicó la novela Conan: City of the Dead, del autor estadounidense John C. Hocking, al que quizá conozcáis mejor como el creador del personaje Brand el vikingo. A mí el tal Brand no me suena de nada, pero, cuando lo he leído en la Wikipedia, me ha hecho pensar en Vickie el vikingo y ahora no puedo quitarme la canción de esos dibujos animados de la cabeza. Espero que os pase lo mismo.

Al igual que los relatos del sello The Heroic Legends (cuyas reseñas podéis encontrar en este mismo blog 😉), la edición en español ni existe ni se espera; pero el título en nuestro idioma podría ser algo así como Conan el bárbaro en... ¡La ciudad de los muertos vivientes!

Vale, me he tomado alguna libertad con la traducción, pero espero que sepáis valorar mi esfuerzo. Hasta he puesto exclamaciones. Y más que puedo poner.

Algunos datos de interés

Aunque pueda sorprenderos, esta no solo es la primera novela de Conan que publica Titan Books desde que adquirió la licencia sobre la obra de Robert E. Howard a mediados de 2022, sino la primera que se publica desde hace una barbaridad de tiempo.

¿Lo habéis pillado?

Barbaridad... Conan el bárbaro...

Bah, lo mismo da.

A menos que no haya hecho bien mis deberes, la última novela que se publicó antes de la etapa de Titan Books fue Conan of Venarium, de Harry Turtledove, que tiene ya la friolera de veintiún años. Pero si me he equivocado y ha habido alguna otra novela de Conan entre 2003 y 2024, seguro que alguien que sepa más que yo sobre el cimmerio me corregirá de forma educada y razonada, como es costumbre en internet.

Dicho esto, y aquí viene el giro de la trama, la novela tiene poco de nueva. De hecho, ni siquiera es una novela. ¡Son dos novelas en una! La primera se publicó en 1995 bajo el título Conan and the Emerald Lotus, y su secuela indirecta, Conan and the Living Plague, se publicó en…, bueno, nunca. Aunque Hocking escribió esta segunda novela en 1996, a la editorial se le cruzaron los cables y decidió no publicarla. Ha sido ahora, casi tres décadas más tarde, cuando esa segunda novela ha visto por fin la luz. Y, por cierto, no ha hecho falta que una caterva de anormales personas con demasiado tiempo libre individuos diera la turra en redes sociales con la etiqueta #ReleaseTheLivingPlague para que se hiciera justicia.

Bueno, justicia a medias, porque, según ha declarado el autor en su página de Facebook, él no va a ver ni un centavo de las ventas de esta nueva edición. Su único consuelo es que la obra haya dejado de coger polvo en un estante y podamos leerla. La industria editorial es maravillosa.

Como dato adicional, entre ambas novelas transcurre una tercera historia que no se incluye en este recopilatorio: Black Starlight, que Hocking escribió bajo los auspicios de Marvel para su publicación en los cómics de Conan a lo largo de 2019. Titan Books recuperó este relato el año pasado y lo editó con la misma portada que ha estado reutilizando desde entonces para su serie de Conan, ahorrando costes como si no le importase el que dirán. Y lo que decimos es que es cutre. Podéis leer mi reseña sobre ese relato en el enlace anterior o fingir que lo habéis hecho, felicitarme por mi trabajo y seguir adelante con disimulo. La felicitación es opcional.

Sinopsis de Conan and the Emerald Lotus

Portada original de Ken Kelly para la edición original. Sí, hemos ido a peor.

La primera novela tiene lugar en la oscura Estigia. Probablemente esto ya lo he dicho antes, pero si os cuesta ubicaros en el mundo hyborio, Estigia es como el antiguo Egipto, pero con más brujería y muchas serpientes por metro cuadrado.

El villano de la función es el brujo Ethram-Fal, un retaco repulsivo al que denegaron la admisión en el Círculo Negro por incompetente. Cuando presentó su solicitud de inscripción en este infame club de brujos, solo había una cosa que se le diera bien: la floricultura. Sin embargo, fue precisamente su afición por el mundo vegetal lo que le permitió descubrir el loto esmeralda, un híbrido de planta y hongo depredador cuyo extracto, aparte de ser tremendamente adictivo, es el power-up definitivo para cualquier mago. Por desgracia, el loto tiene contraindicaciones: su consumo reiterado provoca reacciones adversas en el cutis (acabas pareciéndote a Skeletor), y, lo que es todavía peor, si dejas de darle a la mandanga, agonizas hasta quedarte tieso.

Ethram-Fal, ebrio de poder, planea utilizar sus reservas de loto esmeralda para convertirse en el camello de todos los brujos a los que consiga dar gato por liebre y así crear un ejército de todopoderosos brujos yonquis. En el momento en el que comienza la historia, ya tiene dos conejillos de indias: Shakar y Zelandra, ambos afincados en la ciudad-estado de Akkharia.

Shakar, que es un ansioso, ya se ha ventilado todas sus existencias de loto esmeralda y "contrata" a Conan, que pasaba por allí, para que se cuele en la casa de Zelandra y le birle su reserva de loto. Las comillas responden a que el cimmerio no tiene más remedio que aceptar el encargo, porque el brujo le pone un collar con cuenta atrás para que su cabeza haga cataplum si no hace lo que le dice antes de que amanezca, estilo Battle Royale (la novela de Koushun Takami, no el Fornite).

Tras hablar del asunto para evitar conflictos innecesarios (algo casi inusitado en un relato de espada y brujería), Conan se pone al servicio de Zelandra para guiarla hasta la fortaleza de Ethram-Fal. ¿El plan? Dar matarile al brujo y conseguir el suficiente loto esmeralda para que Zelandra pueda racionarlo sin que el síndrome de abstinencia acabe con ella e ir reduciendo la cantidad que consume hasta desintoxicarse del todo. Decid no a las drogas, a tope sin drogas, etc.

En este viaje los acompañarán los leales guardaespaldas de la hechicera: Heng Shih, un gigantón khitano, mudo de nacimiento; y Neesa, escriba y lanzadora de cuchillos. Juntos, pero no revueltos (si acaso, revolcados, porque Conan es un amante bandido, corazón, corazón malherido), nuestros intrépidos héroes se enfrentarán a numerosos y terribles peligros, desde un cadáver viviente que los persigue incansablemente con la palabra "muerte" en los labios, pasando por un demonio guardián de tiempos pretéritos que intenta freírlos vivos, hasta la mismísima planta mutante de la que brota el loto esmeralda, la cual se zampa caballos como si fueran pipas. ¡Pura diversión hyboria!

Sinopsis de Conan and the Living Plague

Portada de la edición que nunca llegó a ver la luz.

Aunque esta historia sucede a la anterior el tiempo, no se trata de una secuela propiamente dicha, ya que la conexión entre ambas es tangencial. En The Emerald Lotus, antes de que a Conan se la líen y acabe luchando contra un poto sobrealimentado, un mercenario veterano llamado Shamtare le propone que se una a su compañía. Pues bien, en esta segunda novela, el cimmerio ya está de vuelta en Akkharia y es miembro de esa compañía. La aventura anterior solo se menciona de pasada y, en boca de Conan, suena como una semana más en la carretera de la vida.

Conan y Shamtare son dos de los mercenarios a los que el príncipe Eoreck selecciona de entre las compañías que trabajan al servicio de su padre para que le acompañen a Dulcide, la llamada Ciudad de la Plaga, en busca del tesoro del barón que gobernaba la ciudad antes de que todo se fuese al carajo.

El problema es, básicamente, que en la Ciudad de la Plaga todo muere, así que ¿cómo narices van a sobrevivir Conan y el resto de la compañía a esta calamidad? Pues bien, ahí es donde entra el hechicero kothio Adrastus, que ha diseñado las primeras mascarillas con filtros mágicos de la era hyboria. Porque nada dice "espada y brujería" como el uso de material sanitario no homologado.

Aunque Conan no es tonto y se huele que detrás de esta misión hay más de lo que le están contando, la promesa de riqueza es tentadora y no se achanta. Además, si actuase de otra manera, nos quedaríamos sin novela. Y queremos que haya novela, ¿verdad?

Por desgracia para el grupo de saqueadores, la Ciudad de la Plaga no está en absoluto desierta. Sus catacumbas están plagadas de gules hambrientos, los llamados liches de la plaga recorren las calles cual zombis de una película de Romero, y la propia plaga tiene un avatar demoníaco al que el autor se refiere sonoramente como "la cosa que parecía un hombre". No me extraña que el turismo tocase fondo.

Reseña (2x1)

Si os gustan las historias de Conan o, en general, los relatos de espada y brujería, ambas novelas merecen la pena. Si bien no os sorprenderán por su originalidad (seamos honestos: el 99 % de la ficción fantástica parece escrita con plantilla), Hocking se desenvuelve perfectamente dentro de los clichés del género y sabe cómo construir una aventura sólida, atrapante y movidita. Además, a diferencia de otros pastiches, su Conan se acerca lo bastante al de Robert E. Howard como para no parecer un bárbaro genérico.

Eso sí, si hubiera que elegir entre una y otra, The Emerald Lotus se llevaría el gato al agua. Las ideas que desarrolla están menos sobadas, mantiene un buen equilibrio entre acción y exposición, y sus personajes, aun respondiendo a arquetipos, son memorables o, al menos, lo suficientemente memorables como para que me aún acordase de ellos cuando leí Black Starlight, que ya es mucho.

Con esto no quiero decir que The Living Plague carezca de puntos fuertes. A su favor cabe destacar el cambio de marcha que Hocking introduce casi al final de la novela, cuando juega con la existencia de otras dimensiones y toma prestados elementos de la mitología lovecraftiana. Esto es algo que ya hizo Howard en su día (recordemos que Lovecraft y él eran coleguillas), y el recurso del horror cósmico no solo es efectivo, sino que consigue elevar el clímax de esta historia por encima de la media del género.

Por último, y como aliciente y elemento diferenciador respecto de los relatos de la serie The Heroic Legends, estas novelas están ilustradas. Pero no esperéis ninguna maravilla. Los dibujos son escasos (no llegan a la decena) y, al menos en este caso, los lápices de Richard Pace no están a la altura de los del ínclito Mark Schultz, que ilustró las reediciones de la obra de Howard en 2002. A la vista de otros trabajos del artista, sospecho que no le pagaron suficiente.

En todo caso, si estas aventuras fueran cómics, ninguna de ellas desentonaría en las páginas de La espada salvaje de Conan. Y esto, viniendo de cualquier fan del cimmerio, es un elogio.

12 comentarios

  1. En Ciudad de la Plaga todo muere. Qué frase más potente. Lástima que luego la imagen de Conan con mascarilla mágica me la estropee. No he leído mucho de Conan a parte de los relatos originales y la etapa de Thomas de La Espada Salvaje y se me hace raro tanta fantasía y magia en sus historias. Eso lo asocio más a Sonja (aunque vivan en el mismo mundo).

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    1. Entiendo lo que dices, porque a mí también me chirría. Aunque en las historias originales de Howard hay un elemento sobrenatural (más que nada porque la espada y brujería requiere brujería), ese elemento siempre se presenta como algo extraño, insólito. En cambio, en muchos de estos relatos, la magia parece cosa del día a día, como si la historia transcurriera en los Reinos Olvidados y no en el mundo hyborio. Cosas de los pastiches, supongo.

      P. D.: La mascarilla mágica es invisible.

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  2. Buenas. Soy nuevo por aquí, pero me he leído tus reseñas de estos relatos y novelas de Conan y me ha picado el gusanillo. ¿No se sabe nada de una posible edición en español? Mi nivel de inglés no es tan bueno como para leerlas en su idioma original. Gracias por anticipado por tu respuesta.

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    1. Yo desde luego no he visto ninguna noticia al respecto. Quizá la novela acabe traduciéndose. Los relatos lo dudo más porque únicamente se publican en digital. Quizá si los recopilan en una antología...

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  3. ¡Un momento! ¿En las historias de Conan salen criaturas de los Mitos de Cthulhu? ¡Primera noticia que tengo!

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    1. Es una suerte de universo compartido, así que sí: salen bichos de los Mitos.

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    2. De hecho en el blog Abro la Puerta y Miro comentan varias historias donde salen seres de los mitos de marca blanca (Shude'mell y Yog Sothot)

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    3. Sus apariciones son bastante frecuentes, más o menos como en la vida real. No hay día en el que uno no vea asomarse un perro de Tíndalos por alguna esquina.

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  4. "la cosa que parecía un hombre". Gasta tú tus neuronas imaginándotelo, y así ahorro esfuerzo.

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    1. Eso tiene gracia. Pero me gustaría aclarar que en la novela hay otras descripciones del aspecto cambiante de este demonio. Esa solo es una manera sugerente de referirse a él, sobre todo al principio de la historia, cuando aún no tienes clara su naturaleza. Funciona "ferpectamente".

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  5. Iván Peral31/8/24 22:08

    Buenas. Me encantan los cómics de Conan, sobre todo los de "La espada salvaje", pero nunca he leído ninguna novela ni relato. ¿Hay alguna que recomiendes y que esté traducida al español? El inglés no es mi fuerte. Muchas gracias.

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    1. Siempre recomiendo empezar por la obra de Howard. Solo escribió una novela, La hora del dragón; pero, si no has leído nada suyo, te recomendaría empezar por alguno de los relatos: El fénix y la espada, La Torre del Elefante y Clavos rojos son todas buenas opciones. Es fácil encontrar ediciones en español.

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