Mi romance con el cine de artes marciales viene de largo. Aunque no comencé a coleccionar películas del género hasta que compré el VHS de
El mono borracho en el ojo del tigre por cuatro duros y me enamoré de él, ya de pequeño me encantaba
Hong Kong Phooey, el perro karateka. ¿Qué leches tienen que ver los dibujos de a duro de Hanna-Barbera con una cinta de artes marciales indonesia? Ni lo sé ni me importa. Solo escribo lo primero que se me pasa por la cabeza antes de que los duendes me roben mis ideas.
Un año después de su estreno, y sin haber pasado por las salas de cine en nuestro país, el pasado octubre por fin salió en DVD
Serbuan maut, más conocida como
The Raid. En esta ocasión, la traducción que ha realizado la distribuidora del indonesio original al castellano es bastante acertada, pero después de tanto tiempo llamándola por su título en inglés, me cuesta referirme a ella como
Redada asesina. Pensadlo bien.
El ataque de los tomates asesinos,
Orca, la ballena asesina,
Payasos asesinos... Ahora mismo no recuerdo ninguna película que llevase la palabra "asesino" en el título y no fuera, al menos, intencionadamente mala... salvo
Asesinos, de Sylvester Stallone y Antonio Banderas, que no es mala, sino una aberración abominable que se cuenta entre los mayores abortos de la historia del cine desde que los hermanos Lumiere inventaron el cinematógrafo.
Si sois aficionados a las películas de artes marciales y estáis más o menos al tanto de los estrenos más destacados, es probable que vierais
The Raid hace algún tiempo. En mi caso, desde que escuché a José Viruete poner esta cinta por las nubes en la difunta
hora de Ving Rhames, han pasado varios meses; pero, como soy gilipollas, me he aguantado las ganas de verla en Internet con la esperanza de que alguna distribuidora española se aviniera a editarla en vídeo. Hubo un momento en que casi sucumbo a la tentación y la veo en
streaming, pero
Spider-Man 3 me distrajo lo suficiente como para dejar mis deseos de ver la película aparcados una buena temporada, al igual que mi pasión por la vida, mi dignidad y varios miles de neuronas.
Por otro lado, me negaba a ver esta cinta en indonesio con subtítulos en español de Guachupilandia. Los asiáticos hablan gracioso y me pone enfermo leer frases como "No tiene una
chance".
Pero ahora que el DVD está disponible, me hallo en paz conmigo mismo y con el universo, y por fin puedo recomendaros que veáis
Redada asesina cagando leches. No obstante, podéis fiaros de mí sin más y buscar esta película ya mismo, o bien seguir leyendo y permitirme que me introduzca poco a poco en vuestra cabeza para convenceros de la mucha razón que tengo.