El asesino al que el público conocería como Jack el Destripador, y cuya identidad aún se desconoce más de un siglo después, se cobró al menos cinco víctimas mortales ese año, todas ellas prostitutas de vida miserable, mujeres a las que hoy nadie recordaría de no ser por su trágico fin.
Con cada nueva presa que el Destripador se cobraba, se intensificaban las mutilaciones que infligía y también lo hacía el miedo que provocaba su nombre.
Pero algo todavía más aterrador ocurriría ese fatídico año. O al menos eso es lo que nos asegura el narrador de la oda japonesa a la exageración que es la serie JoJo's Bizarre Adventure.
Sí, definitivamente no hay nada que demuestre mejor el buen gusto de un autor que desdeñar horrores reales comparándolos con hechos ficticios. ¡Qué buen comienzo!