¿Sabéis esas personas que se engañan cada año proponiéndose nuevas metas y objetivos? Pues yo no soy esa clase de persona. Prefiero improvisar sobre la marcha y decepcionarme también sobre la marcha. Sin embargo, tampoco estoy del todo bien de la cabeza y, en un arrebato de insensatez, decidí que este año me leería todas las novelas troncales de la Dragonlance. Si nunca habéis oído hablar de esta saga de fantasía, podéis informaros consultando la entrada que dediqué al volumen I de las Crónicas o la Wikipedia. O podéis no hacerlo, a mí me da igual. No soy vuestro padre.
La lista que elaboré incluye poco más de treinta libros, aunque el número varía en función de si hablamos de las ediciones originales o de las españolas. A lo mejor os parecen muchos libros para una misma saga, incluso si en ella han participado distintos autores; pero lo cierto es que representan un porcentaje pequeño dentro de una colección que supera ya los doscientos volúmenes. Sabiendo que calidad y cantidad suelen estar reñidos, no cuesta imaginar lo buenos que son la mayoría de ellos.
A principios de este mes, terminé de leerme los libros que forman parte de la llamada etapa clásica de la colección, cuyos pilares son dos trilogías: las Crónicas y las Leyendas. Como no tengo claro que nadie se lea lo que escribo fuera del blog y, además, apoyo firmemente el reciclaje, he recuperado las reseñas que he escrito en Goodreads para incluirlas todas en un mismo lugar. Ese lugar es la entrada que estáis leyendo en este momento. Fascinante, ¿verdad?
Por supuesto, siendo la clase de persona que soy, o sea, un lunático insatisfecho, no me he limitado a copiar las reseñas sin más, sino que las he revisado para asegurarme de que cumplieran unos estándares mínimos de calidad. No sé cuáles son esos estándares, pero hay que tener en cuenta que las reseñas de Goodreads suelo escribirlas en el momento (el mismo día que me acabo el libro o al siguiente a más tardar) y no doy tiempo a que el texto respire, así que algunas las he tenido que cambiar de arriba a abajo para no morirme de vergüenza al releerlas. En el caso de las reseñas de las dos primeras trilogías, también he escrito contenido adicional para darles más empaque (en realidad no me ha quedado más remedio que hacerlo, porque, si no ampliaba el texto, las imágenes de las portadas se me amontonaban).
También he reorganizado las reseñas según el orden de lectura que recomiendo seguir a cualquiera lo bastante inconsciente como para adentrarse en el mundo de la Dragonlance. Ese orden no es el que yo seguí, pero es el que el equipo de expertos que he consultado considera más coherente. Puede que el equipo de expertos solo exista en mi cabeza.
Si ese orden atenta contra vuestros principios lógicos, otra alternativa es que os leáis los libros según la fecha en la que se publicaron. Al fin y al cabo, esa es la forma en la que los leímos en su día. Ahora bien, debo advertir que, si queréis que la historia tenga cierta continuidad, no es la mejor opción (por ejemplo, leer las Crónicas Perdidas después de La segunda generación y El ocaso de los dragones supone dar un paso atrás).
Lo que sí desaconsejo firmemente es leer las novelas por orden cronológico. Las historias no se concibieron en ese orden y algunas de las sorpresas de las dos primeras trilogías dejan de serlo si uno se las salta para leer, por ejemplo, la forja de un Túnica Negra o las Crónicas Perdidas. Ese orden solo deberían seguirlo las personas que ya estén familiarizadas con los intríngulis de la saga y no corran el riesgo de destriparse la historia a sí mismos, o los que quieran rebelarse contra el sistema. ¿Qué sistema? Ni idea. Llevo un rato escribiendo sin pensar.