¿Os habéis vengado alguna vez? A todos nos han hecho alguna vez la puñeta y hemos sentido el deseo de devolver el golpe, pero de ahí a tomarse uno la justicia por su mano hay un trecho. El "ojo por ojo, diente por diente" solo conduciría a la humanidad al desastre, al menos hasta que se inventen los ojos biónicos y la seguridad social cubra los costes de los implantes dentales.
Yo nunca he querido vengarme de nadie. Quizá haya deseado que a algún idiota le cayese un yunque en la cabeza, pero jamás se me ha pasado por la cabeza castigar a otra persona por hincharme las narices. Para empezar, dicen que la mejor venganza es la que se sirve fría, la que se medita y dilata en el tiempo, dejando que el enemigo se confíe, para culminar con un estallido de violencia solo apto para mayores de 18 años. Pero ese tipo de venganza exige ser paciente y rencoroso, mantener el fuego del odio vivo a golpe de fuelle hasta que llega el momento apropiado, y a mí se me pasan los enfados tan pronto como veo fotos de cachorros de labrador que parecen pollo frito rebozado.
En segundo lugar, también es verdad que nadie me ha dado nunca buenos motivos para vengarme, y no puede uno vengarse por cualquier tontería, ¿verdad? Si no me vengué cuando me birlaron mi juguete de
Battle Cat, ya no creo que me vengue nunca.
Pero si hablamos de ficción, la venganza sí es lo mío. Mi novela favorita,
El conde de Montecristo, gira en torno a la venganza, y también hay innumerables y maravillosas películas que se sirven de la venganza como premisa argumental, ya se trate de Uma Thurman abriéndose paso a golpe de katana para llegar hasta Bill, o de Charles Bronson fulminando a una banda de quinquis con su Magnum Wildey .457.
Por lo tanto, no me extraña que
La mejor venganza me haya gustado tanto. Si el libro tratase sobre el karma, apuesto a que no lo hubiera querido ni para calzar mesas.
La mejor venganza (en inglés,
Best Served Cold) es la cuarta novela ambientada en el universo de
La Primera Ley, y también la cuarta que publicó su autor, Joe Abercrombie. Y aunque siempre está bien leer las sagas en orden por aquello de ver el cuadro completo y no destriparte otros libros que luego podría interesarte leer, se trata de una novela independiente.