No pensaba escribir este artículo, pero, como no he podido aislarme de la delirante polémica ocasionada por Masters del Universo: Revelación, aquí estoy. Se me estaba achatando ya la coronilla de tanto llevarme las manos a la cabeza y necesitaba poner los puntos sobre las íes.
En esta entrada, he recopilado los cinco comentarios negativos que más veces he visto repetidos en redes sociales en estos dos últimos días, con un único y noble propósito: recalcar lo errados y estúpidos que son.
¿Va a ser un ejercicio inútil? Probablemente. ¿Voy a levantar ampollas y arrepentirme? Creo que no. A salvo del inevitable idiota espontáneo, mi blog suele tener lectores bastante sensatos, así que espero que ninguno se tome lo que voy a decir a malas y mucho menos como un ataque personal. Pero si me equivoco y alguno de vosotros se ofende, quizá sea un buen momento para reflexionar y no para seguir echando masa siniestra por la boca. Es más, si de verdad os gusta He-Man, supongo que algo se os pegaría de las moralejas de los viejos episodios de Filmation. Una de ellas trataba sobre no comportarse como un niño malcriado para llamar la atención; parafraseando a Orko: ¿qué sentido tiene hacerse notar si a la gente no le gusta lo que ve?
No obstante, antes de meterme en faena, y por si alguno malinterpreta mis intenciones, quiero aclarar que la serie puede no gustarte por muchos motivos y eso es algo que todos deberíamos respetar. En primer lugar, cada uno tiene sus gustos. En segundo lugar, y sorprendentemente, Masters del Universo: Revelación no es el David de la series de animación; tiene defectos y me parece interesante ponerlos sobre la mesa y discutirlos, aunque eso no sea lo que haré hoy.
Pero si los motivos por los que te quejas carecen de fundamento, si tu crítica no es constructiva, y todo tu discurso acaba reduciéndose a "la serie no es lo que yo quería que fuera", al menos sé consciente de que tu opinión no vale un pimiento para nadie que no seas tú. Y quizá para tu madre, si es que te quiere. Por lo tanto, si en lugar de limitarte a expresar esa opinión, empiezas a despotricar y soltar bilis o a hablar en tono peyorativo de los creadores de la serie, como si se les pudiera imputar responsabilidad por no haberse plegado a tu paladar exquisito, lo único que consigues es quedar como un imbécil.
Por lo demás, si tu berrinche es genuino y no solo una pose en internet, quizá deberías buscar terapia, porque ninguna serie merece que te pongas así, y menos una serie basada en unos viejos muñecos de plástico que pretende promover la venta de otros muñecos de plástico para que los dueños de Mattel ganen carretadas de dinero.
Si no habéis visto aún la serie, absteneros de seguir leyendo, porque la necedad ajena no es lo único que destripo.