Cuarenta años de historia de los Masters del Universo son una pechada de años, más que suficientes para crear un sinfín de personajes. Tantos como para llenar enciclopedias con ellos. Lo sé porque tengo una. De todos estos personajes, probablemente todos estemos de acuerdo en que los más reconocibles son aquellos que formaron parte de la primera línea de juguetes de Mattel, ya nacieran directamente como muñecos o se incorporasen más tarde a la línea tras su aparición en la serie de dibujos animados de Filmation. Desde aquellos primeros y toscos moldes que Mattel fabricó para promocionar su producto entre las jugueterías, esos personajes han sido objeto de incontables reinvenciones y versiones, y, a día de hoy, incluso muñecos de distribución limitada y desconocidos en su época, como es el caso de los gigantes Tytus y Megator, han alcanzado cierta fama dentro del folclore de los Masters del Universo.
Por otro lado, también hay personajes menos conocidos, pero que, de un modo u otro, han encontrado la forma de resistir al paso del tiempo y reencontrarse con los aficionados. Me refiero, por ejemplo, a aquellos personajes secundarios de las series de animación que, años más tarde, reaparecieron en forma de figura de acción (como Evil Seed o Carnivus), o a personajes que, por azares del destino, pasaron de ser el antagonista de un audiocuento alemán que conocían cuatro gatos a uno de los villanos más notorios de la franquicia (Anti He-Man, te elijo a ti).
Pues bien, por debajo de todos esos personajes, con un nivel de reconocimiento tan escaso que incluso a los fans de toda la vida podrían desconocer quiénes son, están los siete fulanos de los que hablaré hoy. Siete villanos que se crearon en los cómics de los Masters del Universo y que, a pesar de tener un papel relevante en sus propias historietas, no han vuelto a aparecer en ningún producto oficial de Mattel, ni en forma de muñeco, ni en series de animación ni en ninguna otra parte. Y por eso precisamente quiero recordarlos.