Aunque no todos los episodios son redondos y hay unos pocos mediocres, el equipo de Dave Filoni ha sabido recuperar el espíritu de la trilogía original mejor de lo que lo hizo su propio creador en 1999 con La amenaza fantasma. La serie consigue que conectes con los personajes, entiendas sus motivaciones y te involucres en lo que hacen. Actualmente es una de las pocas series que sigo… aunque sea a mi peculiar ritmo.
Dicho esto, lo cierto es que The Clone Wars tuvo un comienzo bastante flojo con la película del mismo título, estrenada en agosto de 2008. El filme pretendía generar expectación en torno a la nueva serie en la que Lucasfilm estaba trabajando y que comenzaría a emitirse en Cartoon Network en octubre de ese mismo año.
La crítica se cebó con la película, tanto por su animación, que algunos calificaron de prehistórica y acartonada, como por su argumento, demasiado infantil y simplón. Los fans tampoco se quedaron atrás, llegando a tacharla de la peor película de La guerra de las galaxias producida hasta la fecha. En general, no entiendo el porqué de las opiniones biliosas, y en este caso, parecían más que nada una reacción anticipada al hecho de que la película estuviera dirigida a los más jóvenes de la casa, como si esto de por sí fuera malo. Y con la reciente compra de LucasArts por Disney, vuelta a escuchar la misma cantinela.
Sin embargo, los ingresos de la película en taquilla fueron satisfactorios, lo que suponía que, a pesar de las duras críticas, la serie podía encontrar su audiencia. Cuatro años después y con la quinta temporada ya en antena, es un hecho constatado que lo hizo.