
¿Qué más da que ahora los aficionados al género fantástico solo lean a Martin, Sanderson, Rothfuss, Abercrombie y a sus menos aclamados imitadores? ¿Acaso pueden deciros ellos lo que os tiene que gustar o dejar de gustar? ¿Es que no existen distintos subgéneros de ficción fantástica, todos igualmente válidos? Por supuesto que sí, y por eso, nadie debería hablar de las "dragonadas" de forma peyorativa, no generalizando al menos.
Cada cual lee lo que le gusta, y a veces a uno le apetece enfrascarse en un mundo de complejos conflictos políticos y sólidos entramados familiares mientras finge que es capaz de memorizar miles de nombres, y otras veces prefiere leer una aventura fresca y sin complicaciones que le haga rememorar aquellos tiempos más sencillos en los que Tasslehoff Burrfoot era el personaje más divertido del género fantástico.
Aquí es precisamente donde entra Dragones Negros, la primera novela de Claudio Vosco, un autor cartaginense afincado en "un refugio campestre de localización desconocida" que, al igual que yo, ha decidido compartir sus frutos literarios en internet por el módico precio de cero euros. ¿Una buena novela fantástica gratis? ¡Como lo oís! Eso sí, a diferencia de un servidor, él ha conseguido escribir una novela auténtica y completa, y no un revoltijo surrealista cuya segunda parte está indefinidamente aplazada.