Sólo el título ya da que pensar, ¿verdad? Vamos a ponerlo en mayúsculas y negrita para darle mayor énfasis: DÍAS DEL FUTURO PASADO. La leche en polvo; sí, señor.
En este cómic de dos números, Kitty Pride viaja al pasado para evitar que Mística y su nueva Hermandad de Mutantes Diabólicos asesinen al senador Kelly y desencadenen sin pretenderlo la aprobación del Acta de Control Mutante de 1988 y, a la larga, una distopía futurista en la que los centinelas dominan los Estados Unidos y el país se encuentra al borde del apocalipsis. Me refiero a un apocalipsis nuclear, no al enemigo de la Patrulla-X al que había que dar para el pelo en el videojuego X-Men vs. Street Fighter.
En 1993, la idea de Claremont y Byrne se adaptó en un episodio doble de la serie de dibujos animados en el que Bishop ocupaba el lugar de Kitty como recadero del futuro. Y en 2014, Bryan Singer, el director de las dos películas buenas de la Patrulla-X y de la película más sosa de Superman (El Hombre de Acero tiene sus momentos, y al menos con Superman IV me río), ha llevado esa historieta al cine en una película sólida y espectacular que goza del mejor plantel de actores imaginable. ¿Cómo es de buena? Tanto como una jugosa Cheesy Bacon Cheeseburguer.