
Seré sincero: no tenía ni pajolera idea de por dónde ibais a salirme en la entrada anterior. El propio resultado de la votación demuestra que la decisión era difícil: un 54 % frente a un 46 %. No veía una votación tan reñida por una causa tan irrelevante desde que DC preguntó a los fans si querían que el Joker le reconfigurase a Robin la masa encefálica a palancazos. Realmente podría haber pasado cualquier cosa.
Además, las reflexiones que habéis compartido para ambas alternativas tenían sentido (o al menos algunas reflexiones, porque los impulsos homicidas no cuentan). Y aunque un razonamiento lógico no es ni por asomo garantía de supervivencia en una aventura como esta, os podéis consolar pensando que es el librojuego el que es injusto, no vosotros los que sois unas calamidades con patas. Quemar el libro tampoco está de más.
Continuemos.