
En la entrada anterior, se me pasó mencionar lo que hubierais ganado si hubierais escogido cagaros en los muertos pisaos del barón Sukumvit en lugar de sobarle el lomo. No es que tuviera que revelaros esa información, pero considero que minar vuestra moral forma parte de mi trabajo como Amo del Calabozo. Es una forma de que vuestra experiencia como aventureros sea más inmersiva.
Pero vayamos al grano: ¿Qué habríais ganado si hubierais elegido bien? Pues realmente poca cosa, una fruslería, una futesa... un anillo de oro con el poder de concederos un deseo. No pongáis esa cara. A fin de cuentas, bagatelas mágicas las hay a puñados. Además, ¿qué puede solucionar un deseo que no podáis solucionar vosotros mismos con valor e ingenio? Os gustaría saberlo, pero empezáis a pensar que vuestro avatar carece de ambas cosas.
Y ahora lidiemos con vuestra decisión errónea más reciente, que es la que ha elegido el 51% de vosotros para desdicha del 49% restante. Como diría Robin, el Chico Maravilla: ¡Santo desacuerdo, Batman!