30 de agosto de 2016

Clásicos Disney: Blancanieves y los siete enanitos


Blancanieves y los siete enanitos (el clásico de Disney, no una de las inefables cintas piratas de los chinos ni la versión porno italiana de Luca Damiano) supuso un hito en la historia del cine. No solo del cine de animación, sino del cine en general. Fue el primer largometraje de animación en color y con sonido de la historia, y abrió el camino a una nueva forma de hacer dibujos animados. Dicen que incluso era una de las películas favoritas de Hitler y que siempre derramaba algunas lágrimas al final, cuando los soviéticos entraban en Berlín (hablo por supuesto de Adolf Hitler, no de su sobrino Heinz Hitler, que prefería Pinocho).

Sin Blancanieves, la Metro Goldwyn Mayer jamás hubiera apostado por El mago de Oz, y sin El mago de Oz no hubiéramos oído hablar del enano que se ahorcó de una pieza de atrezo, ni George Lucas hubiera creado La guerra de las galaxias. O al menos eso es lo que dicen los expertos en animación en los extras del DVD. Me refiero a lo de que no habría habido una Guerra de las galaxias, no a lo del munchkin suicida.

14 de agosto de 2016

Cazafantasmas (2016)

No es algo sobre lo que me haya parado a pensar antes, pero, echando un vistazo al archivo del blog, me he dado cuenta de que no comento muchas comedias. Por lo tanto, me parece oportuno comenzar esta entrada con una pequeña reflexión acerca del humor. Aquellos que no estéis interesados en mis pensamientos más profundos del día (sin contar los que he dedicado a qué desodorante ponerme) podéis saltaros los siguientes párrafos y pasar directamente a mi opinión sobre la película, pero, al hacerlo, condenaréis a vuestros seres queridos a una vida de horror y sufrimiento. Es un nuevo poder que he adquirido al morirme y regresar del Más Allá como un fantasma. Suele pasar.


Los que tenemos la suerte de vivir en sociedad, y no en una cueva aislados del mundo alimentándonos de orugas y plantas que provocan diarrea, estamos acostumbrados a que otras personas nos digan que tal o cual cosa tiene gracia. Y como no somos idiotas, sabemos que lo que en realidad quieren decir es que a ellas les parece gracioso, no que lo sea empíricamente. En otras palabras: lo que a alguien le resulta descacharrante a ti te puede hacer tanta gracia como que desahucien a tus abuelos, los acojas en tu casa, y tu abuela se dedique a cubrir todos tus muebles de manteles de ganchillo. Porque el humor es subjetivo y depende de muchos factores: personales, sociales, culturales, gastrointestinales..., toda la panda.

Esto no quiere decir que la comedia carezca de método. Explicado con la mayor brevedad posible y, por lo tanto, mal explicado, podría decirse que todo aquello que lleve a alguien por un camino para luego sorprenderle con algo inesperado activará en su cerebro el mecanismo del humor. Eso, claro está, siempre que no estemos hablando de malas noticias, porque muy pocos encuentran divertido ir a su médico de cabecera para realizarse un chequeo rutinario y que les digan que solo son un producto de la imaginación colectiva. Tampoco suele ser motivo de risa que lo inesperado sea una fantasmagórica monstruosidad de otro mundo, impura, pútrida y pavorosa.

A donde quiero ir a parar es a que nadie puede deciros qué es o deja de ser gracioso, ni debería juzgaros por vuestros gustos. Salvo que os riáis con las películas de Adam Sandler o de los chistes de Joey en Padres forzosos, en cuyo caso merecéis que os destierren del planeta.

9 de agosto de 2016

Escuadrón Suicida (2016)

La semana pasada se estrenó Escuadrón Suicida, la tercera película del Universo Extendido de DC (DCEU, por sus siglas en inglés), que es el nombre que DC Films y Warner Bros. han puesto al universo ficticio basado en los cómics de la editorial, supongo que porque incluir la palabra "cinematográfico" en alguna parte habría sido demasiado obvio.


Qué póster más dietilamidadeacidolisérgico, ¿verdad? ¡Hablemos de cómics!

La primera aparición del Escuadrón Suicida se remonta a septiembre de 1959 y, según la Wikipedia, las historietas originales trataban sobre "un cuarteto de aventureros sin poderes luchando contra oponente superpoderosos", y en sus aventuras había "conflictos con dinosaurios, gigantes y otras criaturas monstruosas". Pero aunque todo eso suena fenomenal, en 1959 ni siquiera se habían inventado la pintura acrílica y el Telesketch, así que, ¿quién se acuerda de esos cómics? Nadie. Probablemente ni siquiera Kevin Smith.

En cambio, puede que alguno de vosotros sí esté familiarizado con el Escuadrón Suicida que se formó cuando el guionista John Ostrander resucitó al grupo en 1987, poniéndolo bajo la dirección de Amanda Waller. Aparte de traer a bordo a Rick Flag Jr., hijo del líder del Escuadrón Suicida original, Ostrander incorporó al grupo a varios supervillanos, entre ellos el Capitán Bumerán y Deadshot, que, por increíble que parezca, eran incluso menos populares hace treinta años de lo que lo son hoy. También pululaba por ahí la Encantadora, que en sus orígenes no era una pésima arqueóloga poseída por una diosa indígena semidesnuda, sino una artista freelance a la que poseía un ente mágico indefinido, que, al pronunciar la palabra "Encantadora", la dotaba de fabulosos poderes y la disfrazaba de bruja, con su sombrero de pico verde y su minifalda a rombos a juego (en defensa de sus creadores diré que era 1966).