Aunque procuro no meterme donde haya gresca y soy lo bastante irrelevante para que aquí no venga nadie a decirme que mis gustos están equivocados y que cómo oso mofarme de la obra maestra del visionario director Zack Snyder, es casi imposible leer o hablar sobre esta película y no toparse con la reacción desproporcionada de sus fans más entusiastas a cualquier comentario que no ensalce sus virtudes.
Obviamente, no estoy hablando de personas a las que sencillamente les ha gustado este nuevo montaje (razones no les faltan, y esas razones son tan válidas como las de cualquiera), sino de gente que elige al Joker de Jared de Leto como imagen de perfil en redes sociales, utiliza el hashtag #RestoretheSnyderVerse de forma no irónica, emplea expresiones como "poesía visual" y "referencias mesiánicas" para argumentar que La Liga de la Justicia de Zack Snyder es una obra maestra, y cae en conductas tóxicas o paternalistas cuando alguien no comparte su opinión. En particular, estos personajes repiten dos patrones que me han llamado la atención.
En primer lugar, si dices algo malo de este filme, no es porque te lo parezca, sino porque te has subido al tren del odio para estar de moda. Supongo que habrá algún caso en que sea así (minoritario, espero), pero desde luego yo no he estado de moda en toda mi vida y no odio esta película. La única película que odio es Cocodrilo, de Tobe Hooper, porque quemó mi hogar y mató a toda mi familia. ¿O fue solo una pesadilla?
En segundo lugar, existe cierta tendencia a considerar que si no te gusta esta película (o incluso si te gusta, pero aun así le ves problemas), es porque no la has entendido. En mi caso, puedo confirmar que, efectivamente, hay muchas cosas que no entiendo de este montaje, aunque aún tengo la esperanza de que alguien me las explique; pero que yo llegue a entender algo no impide que pueda parecerme traído por los pelos, mal ejecutado o ridículo.
Aclarados estos puntos, continuemos.