3 de octubre de 2011

A Vampyre Story

Si dijera que A Vampyre Story es una aventura gráfica en tercera persona tipo point 'n' click, supongo que me darían el primer premio a la frase menos original con la que comenzar una reseña. De todos modos, os alegrará saber que mi otra opción era hablaros otra vez de vampiros mutantes. Daos con un canto en los dientes.

El título, distribuido en España por Friendware, debe su creación al artista y ex-LucasArts Bill Tiller, fan declarado de los largometrajes de Disney, de Dragones y Mazmorras y de las viejas aventuras gráficas para ordenador, como Zork o Cristal Oscuro. Tiller fue el dibujante, entre otros, de los fondos de The Curse of Monkey Island, perfectamente reconocibles por sus estructuras combadas y sus nubes tan rizadas como improbables.

En 2004, después de curtirse durante ocho años y medio en LucasArts y de vivir el final de la era SCUMM, Tiller fundó su propia desarrolladora, Autumn Moon Entertainment, cuyo primer juego fue este A Vampyre Story. Su propio autor se refiere a él como "un cruce entre Monkey Island y El jovencito Frankenstein". Palabras mayores, pero, creedme, está a la altura.

En la lúgubre Draxsylvania, Mona De Lafitte, una joven prodigio de la ópera parisina que ahora sigue una dieta estricta de "merlot", permanece recluida en el castillo del barón Shrowdy von Kiefer, vampiro perdidamente enamorado de la cantante.

Una noche, el barón tiene un fatídico encuentro con unos cazavampiros, y Mona decide que ha llegado el momento de regresar a París y reemprender su carrera musical. Con la única ayuda de su amigo Froderick, un murciélago propenso al chiste fácil, Mona deberá encontrar la forma de abandonar Draxsylvania, al tiempo que aprende a convivir con su sobrenatural condición.

Glamurosa silueta de reloj de arena.

Por si aún no lo habíais pillado, Mona es una vampiresa. Pero no una esas vampiresas que reflejan la luz del sol como una bola de discoteca, se reinventan como estrellas de rock o se parecen a Dakota Fanning, sino la clase de vampiresa que popularizaron los estudios Universal y Hammer en sus películas entre los años 30 y 70. Mona bebe sangre, duerme en un atáud, puede transformarse en murciélago, aborrece el ajo... Esas cosas.

Hasta hace algunos años diría que esta era la idea que la mayoría de nosotros tenía de los vampiros; pero a saber qué pensarán dentro de un tiempo los críos que crecieron con las novelas de Stephenie Meyer. ¿Os imagináis, por ejemplo, un Mortadelo en el que los vampiros se reflejen en los espejos o no se espanten al ver una cruz? No creo que ese sea un mundo en el que quiera vivir.

Epigastrio. La monda.

El periplo de Mona comienza en el castillo Warg, con sus imponentes torres, sus macabras mazmorras, sus pasadizos secretos y su cuervo parlante aquejado de estreñimiento, y continúa en el Desembarco de Vlad, una pequeña y pintoresca villa asolada desde hace años por una inexplicable epidemia de anemia. Los escenarios están pintados a mano y, sin ser muy variados ni salirse de lo esperado, entran por los ojos. Como las bolsas de Drakis.

El humor es muy parecido al de las aventuras clásicas de LucasArts, con multitud de juegos de palabras, referencias a otros títulos de esta misma compañía y chistes desligados del contexto histórico en el que se desarrolla la historia. La comedia no alcanza el nivel de un Monkey Island, pero eso es porque el juego se esfuerza demasiado en ser gracioso. Por otro lado, tampoco es justo medir todas las aventuras gráficas por ese patrón de genialidad irrepetible. El día que crearon el primer  Monkey Island las constenlaciones y los planetas debían de estar alieneados con Urano.

Color local.

La dificultad de los puzzles está muy bien ajustada, de tal forma que nos exige estrujarnos el cerebro o recurrir al ensayo y error de vez en cuando; nada que ver con los desastrosos acertijos de aventuras gráficas más recientes como Regreso al futuro, donde da la sensación de estar viendo una película interactiva en lugar de jugando a una aventura gráfica. Lo único que quizá se echa en falta es más libertad de movimiento. ¿Os acordáis del área de las Tres Islas del Monkey Island 2? Para mí, todas las aventuras gráficas deberían tener al menos una parte parecida a esa. Además de lograr que el jugador tenga una mayor sensación de libertad (¿a dónde carajo voy yo ahora?), es una manera de evitar que cuando te atasques, acabes recorriendo los mismos cuatro escenarios durante lo que parecen horas. En ese aspecto, el remake del King's Quest II también es un buen modelo a seguir.

Un elemento bastante original a la hora de resolver los acertijos es que Mona no recoge todos los objetos que puede usar. Algunos de ellos simplemente se guardan como un recuerdo en nuestro inventario, de tal forma que, al usar ese recuerdo, Mona regresa automáticamente a dondequiera que estuviera el objeto en cuestión para recogerlo y volver con él al lugar apropiado para utilizarlo. Eso sí, pese a ser uno de los detalles más característicos del juego y una buena excusa para que la protagonista no vaya más cargada que una mula, los paseítos de Mona acaban siendo una pérdida de tiempo.

Jugando a ser Dios.

Poniéndome picajoso, el uso de la barra espaciadora para saltar líneas de diálogo y escenas o ahorrarse las idas y venidas de Mona me pareció poco cómodo. Siempre he pensado que las aventuras gráficas deberían poder jugarse igual que se ve porno, pero con menos pañuelos: con una sola mano ocupada. El doble clic no está ahí para rememorar a un casi desconocido grupo británico de música electrónica.

Y hablando de música, la banda sonora mezcla con acierto goticismo y espeluznancia. Fijaos si será característica que me obliga a inventarme palabras solo para describirla. Sus melodías son del tipo que uno esperaría oír en cintas de terror clásicas como Drácula o El Hombre Lobo, solo que más elaboradas. Y al igual que la estética del juego bebe mucho de las películas de Tim Burton, las composiciones de Pedro Macedo Camacho recuerdan a algunos de los mejores temas de Danny Elfman.

En cuanto a las voces de los personajes, no creo que haya medias tintas. El acento franchute de Mona, unido a su atolondramiento, puede haceros gracia o provocar que os entren ganas de lanzar el ordenador por la ventana y dejaros arrastrar por él. Depende de cada uno.

En conclusión, recomiendo A Vampyre Story a cualquiera que eche de menos las aventuras gráficas de la vieja escuela y a los fanáticos de las vampiresas con busto generoso y cintura minúscula. Una genial reinterpretación de los mitos vampíricos con el sabor añejo de los grandes clásicos de LucasArts.

Fuentes: Bill Tiller interview (The World of Monkey Island).

14 comentarios

  1. Descastado3/10/11 01:08

    Yo me encuadro en la primera categoría (echar de menos las aventuras gráficas de la vieja escuela) así que es muy probable que lo acabe jugando... aún tengo pendiente el Grim Fandango (sé que es algo imperdonable y me fustigo con el cable alargador de corriente todas las noches por ello), pero me había atascado tan pronto que acabé perdiento el interés (no me dio tiempo a encariñarme con el personaje).

    Saludetes

    P.d. Como Monkey Island no hay otra igual, ninguna aventura gráfica resiste la comparación.

    ResponderEliminar
  2. No tiene mala pinta, tengo que probarlo un dia de estos ( otro juego más para la lista interminable de juegos que tengo que probar u_ú )

    ResponderEliminar
  3. Pues esta aventurilla aun no la había catado y me han entrado bastantes ganas.

    El problema es que me dijeron que se quedaba en continuara y eso me jode mucho.

    ¿Es cierto o puede castigar al que hizo tal afirmación?

    ResponderEliminar
  4. El juego pinta de lujo, pero debo confesar que ahora me cuesta un montón volver a ponerme a jugar a las aventuras gráficas.
    Es raro porque en su época fui todo un fan de este tipo de juegos, sobretodo por los de Lucas Arts, pero ahora me cuesta horrores quedarme enganchado a este tipo de juegos porque se me hacen eternos. Ya sé que es muy difícil valorar la duración de este tipo de juegos, ¿pero es muy largo?

    ResponderEliminar
  5. Pues yo me pasé este juego hace un par de años y me decepcionó bastante. Cuando llevas la mitad del juego hecho los chistes del murciélago comienzan a irritar más que a divertir, y tanto las cinemáticas como el diseño de personajes y el guión, en general, dejan bastante que desear. Ninguno de los puzles es especialmente memorable, y hay algunas secciones tediosas (la casa de la mujer maltratada y sus hijos, joder). Además, lo de que lleve los recuerdos de los objetos en lugar de los objetos en sí suena bien cuando te lo dicen, pero en la práctica es exactamente el mismo sistema, solo que cuando lo usas debidamente ella va y lo recoge. Lo cual ralentiza el juego y es peor.

    Por otro lado, algo que me molesta mucho es la excesiva cantidad de referencias a Monkey Island. Parece que los creadores intenten coleguear con el jugador a base de hacerle recordar viejos tiempos... y una gracieta está bien, pero es que aquí podemos encontrarnos señoras *de escasa fibra moral*, frases del tipo *esta es la segunda _____ más grande que he visto en mi vida* o *peleas como un granjero*, además de incluso navegar sobre un ataúd en un momento dado. Da lástima, porque parece se les han acabado los chistes o algo. Que le tienen demasiado respeto al pasado como para innovar.

    Y sí, @Vladek: termina con un maravilloso y fulgurante CONTINUARÁ que lo deja todo completamente abierto.

    ResponderEliminar
  6. La verdad es que tiene una pinta cojonuda, y entre la estética Tim Burton y el rollo Monkey Island tiene pinta de ser mi estilo. ¡Gracias por la recomendación!

    ResponderEliminar
  7. Aunque las aventuras graficas no son lo mio y aun tengo mi autoestima un poco pisoteada por el narrador de King's Quest II me ire por este juego luego de acabar el Amnesia, aunque dudo que lo juegue completo antes de recurir al suicidio mental por ver la resolucion de un puzzle que viola todo el sentido comun o norma logica establecida por la humanidad.

    Por cierto, me parece que hay algo que falta en la entrada :P

    http://7chan.org/fl/src/hey.swf

    ResponderEliminar
  8. Tengo el juego desde hace unos cuantos meses y mira, todavía no me dio por ponerme con él, pero desde que lo conozco que siempre le tuve muchas ganas ^^

    Ahora leyendo tu entrada he aprendido muchas más cosas sobre él (la verdad es que no me había dado por buscar info, suelo hacerlo una vez terminado). ¡Genial reseña! :D

    Me uno a la pregunta de Roy sobre la duración.

    PD: Me he partido de risa con la referencia a los Drakis. Por el nombre no sabía qué eran, pero al ver la foto del enlace... jajajaja, hasta me ha venido el sabor.

    ResponderEliminar
  9. @Descastado: El Grim Fandango es un gran juego. Me lo he pasado solo un par de veces, pero la banda sonora la habré escuchado hasta el infinito más uno. Me entusiasma su atmósfera de cine negro.

    @Vandrake: Conozco esa clase de listas. Yo ya no la tengo, porque me he rendido.

    @Vladek: Como dice D, termina con un continuará. Es bastante chungo, sí. Pero fíjate en el Monkey Island 2... No, espera. No es lo mismo. ¡Menuda m...!

    @Roy Ramker: A mí me duró unas diez horas, tomándomelo con mucha calma para verlo todo.

    @D: Creo que los aspectos que comentas los he reflejado de alguna forma en mi análisis, aunque he adoptado una postura más positiva. Pero sí, que los lectores aprovechen tu comentario como una segunda opinión.

    @LacraESECEFE: ¡Me encantaba Beetlejuice! Y sí que se dan un aire.

    @Tempus Frangit: De nada. ¿Cuándo volverás tú a escribir? Echo mucho en falta tus reseñas.

    @Gabriel: El narrador de los King's Quest es mi ídolo. Los puzzles de A Vampyre Story tienen sentido. Y ese vídeo no es nada gay.

    @Jero-chan: Como le decía a Roy, puede durar unas diez horas. Cuando lo juegues, ya nos dirás qué te parece.

    ResponderEliminar
  10. Ya conocía este juego, pero nunca me había decidido a jugarlo...

    Creo que tras leer tu artículo, en especial esas comparaciones con el grandioso e irrepetible Monkey Island y demás clásicos de LucasArts (muy de acuerdo con lo de la alineación de planetas), ya va siendo hora de que lo juegue jeje, a ver qué tal...

    ResponderEliminar
  11. Tengo que darle una segunda oportunidad. Lo tenía en mi vieja pc, pero cuandoo se fue a la mierda no volví a instalarlo.

    Y me pasa lo mismo que a otros, me cuesta ponerme ahora con las AG's. Ni que decir que el Tales of Monkey Island lo dejé al 4to capítulo, y eso que me encantó.

    ResponderEliminar
  12. @Tipo de la Brocha: en cuanto pueda, últimamente mi vida real se ha vuelto un poco demasiado intensa y estoy teniendo que gastar tiempo y energía a carretadas. Pero tengo unas ganas locas de ponerme con el blog de nuevo, que yo también os echo de menos, coño.

    ResponderEliminar
  13. Mira que lo tengo nuevo y precintado y aún no lo he probado ^^¿ mi lista de pendientes es demasiado larga.

    Yo lo que quiero es ver un gameplay tuyo, seguro que sueltas un montón de frases ingeniosas mientras juegas.

    ResponderEliminar

LEE ESTO ANTES DE COMENTAR: Al autor del blog le chifla recibir comentarios, pero todo tiene un límite. Con carácter general, los siguientes comentarios se eliminarán de la faz de la red: 1) los que no tengan un carajo que ver con la entrada, 2) los que falten el respeto sin ninguna gracia ni elegancia, y 3) los que puedan considerarse spam o se pasen de largos (en principio, los que superen 300 palabras, ya sea individualmente o de forma concatenada).