¡Ah, los años setenta!, una década en la que salir el sábado noche era sinónimo de saltar a la pista de baile para señalar las imperfecciones del techo con el dedo, preparar cócteles invisibles, hacer el amor al aire, o ejecutar una danza tradicional rusa en su versión para pacientes de encefalopatía espongiforme bovina. Y todo ello con camisas de cuello aerodinámico, capaces de desplazarte a través del aire con la mínima resistencia posible.
Menuda horterada.
Sin embargo, y pese a todo lo malo que pueda achacarse a la moda de aquella década, la música disco supuso toda una revolución para la industria, una exaltación del carpe diem y la cultura pop warholiana que John Travolta inmortalizó con sus movimientos sobre una pista de luces. Y al que suscribe, lo creáis o no, le gusta la música disco. No me pone en marcha como el metal de los setenta y ochenta, ni me apasiona como la música barroca italiana, pero me gusta. Y ni siquiera es una de mis peores aficiones; también disfruto con las historietas de Snoopy y Carlitos, y eso que después de haber leído más de 6.500 tiras, aún no les he encontrado la gracia.
Fue en pleno apogeo de la música disco, en la calurosa primavera de mayo de 1977, cuando el joven músico y productor estadounidense Domenico Monardo, más conocido como Meco, vio en el cine La guerra de las galaxias. La película le entusiasmó tanto que, al día siguiente de su estreno, ya se la había tragado cuatro veces. En sus propias palabras era "¡la mejor película que he visto en mi vida!". No descarto que Meco estuviera bajo los efectos de un fuerte medicamento aquel día.
Cuando ya debía de saberse de memoria hasta los gruñidos de Chewbacca, a nuestro joven y ambicioso músico se le ocurrió rendir homenaje al filme como mejor sabía: componiendo una versión discotequera de la banda sonora de John Williams. Si la película lo petaba, la gente querría más de ella, y a falta de la ingente cantidad de merchandising que tenemos ahora, querría bailarla. Ahí es donde entraban el talento y la visión de Meco. Sobre todo su visión.
La idea, no sé si sorprenderme o no, funcionó.
La Fuerza es poderosa en Meco. |
Star Wars and Other Galactic Funk vendió más de dos millones de unidades y fue disco de platino en los Estados Unidos. Mientras que el Star Wars (Main Title) de John Williams encontró su techo en el número 10 de las listas de favoritos americanas (algo extraordinario para una composición sinfónica, de todos modos), el sencillo de Meco se hizo con el ansiado número uno. Su popularidad alcanzó tal extremo que algunas personas llegaron a pensar que la versión de Meco era la banda sonora original de la ópera espacial de George Lucas.
Pero si pensáis que John Williams se mosqueó por este motivo y corrió a Nueva Orleans para comprar el kit completo de Crea tu propio muñeco vudú en 3 sencillos pasos, estáis muy equivocados. Para empezar, a John Williams nunca se le ha asociado con la santería. Y en segundo lugar, cuando ambos compitieron en 1978 por el Grammy a la mejor interpretación instrumental, fue Williams quien se llevó el gato al agua y el galardón a casa, así que ahí tenía todo el reconocimiento que necesitaba.
De hecho, fue a Meco a quien le sentó fatal quedarse sin premio, porque su tema era el número uno y, sin embargo, él seguía siendo un don nadie. Es más, por lo que concernía a la Academia, Meco podía haber sido un grupo japonés de cantantes femeninas de entre 19 y 23 años vestidas con minifalda.
John Williams, todo un profesional y además gran persona, se enteró del disgusto de su colega y le envió una placa con el Billboard Hot 100 en el que el tema de Meco figuraba el primero de la lista junto con un mensaje que decía que Meco era el ganador del Grammy para Williams. Es para quitarse el sombrero.
¿Me estáis diciendo que esta no es una escena de la película? |
La producción del disco fue como la seda. Meco hizo las labores de productor y Harold Wheeler, reconocido músico afroamericano, se ocupó de los arreglos.
Para emular la energía de la Orquesta Sinfónica de Londres, reunieron a más de setenta músicos, con una gran sección de viento. No obstante, nunca llegaron a juntar al grupo completo en el estudio, porque no habría habido café y barritas con tomate y aceite para todos.
En apenas dos semanas, el disco ya estaba terminado, y luego Meco se ocupó de crear el single extractando los fragmentos que consideró más oportunos. Nadie podía sospechar que La guerra de las galaxias seguiría estando en boca de todos más de treinta años después, así que había que darse prisa y aprovechar la cresta de la ola.
El LP es un vinilo de doce pulgadas (recordad que los primeros discos compactos no se comercializaron hasta principios de los años ochenta, cuando el Pentágono consiguió apropiarse de algunas invenciones de origen extraterrestre) y se puede adquirir en Amazon por unos 10 dólares. Con suerte, incluso podréis encontrar la versión distribuida en vuestro país. En la carátula de la edición española se leía "EL IMPACTO MUNDIAL DEL AÑO EN LAS DISCOTECAS". Todo en mayúsculas. Aun así, me sigue resultando difícil imaginarme a una pareja bailando en la discoteca al ritmo del ataque imperial a la Tantive IV. Simplemente no.
Yo habría heredado este disco de mi padre si no le hubiera dado por hacer limpieza en casa y tirar, entre otros grandes éxitos, los vinilos de Espinete y sus amigos, Monstruo, Monstruo-2 y Rock Buster, con Arnold Schwarzenegger exhibiendo sus músculos en la cubierta desplegable cuando todavía no era actor. Tesoros perdidos. ¿Qué le vamos a hacer?
La SGAE ya lo daba todo en 1977. |
La primera cara del disco contiene 15 minutos ininterrumpidos de "música inspirada en Star Wars" y su estilo oscila entre el disco y el funk, aunque también hay algo de jazz y una pizca de hard rock. Si os parece que sé de qué hablo, no es así. Probablemente habré copiado esa línea de alguna crítica de Amazon.
Las pistas incluyen nueve temas de la película, comenzando por la famosa fanfarria inicial y concluyendo con la ceremonia de celebración en Yavin 4 y los títulos de crédito. Ahora bien, mi parte favorita es la tonadilla de la cantina de Mos Eisley, que, al igual que la fanfarria, formó parte del sencillo.
En cuanto al apartado técnico, pese al aparente uso de sintetizadores, estos solo se utilizaron para recrear los efectos sonoros de las películas (disparos láser, espadas de luz, los silbiditos de R2-D2...), mientras que para la música se limitaron a doblar el sonido de algunos instrumentos con otros (trompetas con guitarras eléctricas, por ejemplo). El uso del sintetizador se haría popular más adelante, a partir de 1979 y 1980. David Hasselhoff los quemó en su época dorada como cantante.
En pocas palabras, si os gusta la banda sonora de La guerra de las galaxias y no le hacéis ascos a la música disco, esta primera cara os encantará. Es freak, es funky, es groovie y lo único malo de ella es que me obliga a utilizar un número desesperante de anglicismos.
La segunda cara contiene tres pistas mediocres que no guardan ninguna relación con La guerra de las galaxias y que compusieron Harold Wheeler y Solomon Smith a modo de relleno. No intentéis buscarlas y no las escuchéis jamás, o sentiréis cómo la vida se os escapa entre los dedos.
A raíz de este primer éxito, Meco siguió tirando del filón y en 1980 publicó Meco Plays Music from The Empire Strikes Back, un disco bastante resultón y al que ese mismo año sucedió el LP Christmas In The Stars: Star Wars Christmas Album, que comentaré las próximas Navidades si para entonces los cerdos vuelan y recitan poemas de Neruda. Tres años más tarde, en 1983, Meco volvió al ataque con el sencillo Ewok Celebration, y ya en 2000 y 2005, les llegó el turno a los recopilatorios: The Complete Star Wars Collection y Star Wars Party.
Si tenéis MUCHO tiempo libre, os animo a escucharlos todos. Si aún os sobra más tiempo, comprad el Kinect Star Wars y hartaos de jugar a su modo Baile Galáctico.
Pues mira, has hecho que me pique el gusanillo de escucharlo. Lo pondré mañana por la morning, a ver que tal, que ahora mismo es un poquito tarde.
ResponderEliminarESA portada:
ResponderEliminar* Al puro estilo del Art Deco.
* Homenaje a Buck Rogers.
* Astronaves como las de Flash Gordon.
* La chica lleva casco y don Buck no. Sospecho de una relación INTERESPECIAL.
Pues al artista no le gustaba tanto La Guerra de las Galaxias y se mando una portada totalmente distinta.
Eso sí, el ritmo de esos 15 minutos es inmejorable y la variedad de sonidos (junto a la nostalgia) hacen de ésta una de las mejores interpretaciones que he escuchado.
P.D.: Desafortunado el hipocorístico... «MECO».
¡Coño, este vinilo todavía lo tienen mis padres en casa! Anda que no me lo pasaba yo bien de pequeña bailando esto a todo trapo...
ResponderEliminarVictor: Pues ya me dirás. Espero. ¿Por favor?
ResponderEliminarLacraESECEFE: ¡Hipocorístico! Hacía años que no oía esa palabra. Gracias por traerla al blog.
Tempus Frangit: Más bailaba yo el disco de Espinete hasta que me caí de cabeza sobre la esquina de una mesa.
Ooou, yeah!!!
ResponderEliminarEn el juego rebel strike de gamecube, a modo de parodia, en la intro ponen la version de meco, mientras los personajes de star wars bailan al mas puro estilo de Travolta.
ResponderEliminarEste disco es la música más maravillosa de la Historia de la Humanidad. Punto.
ResponderEliminar
ResponderEliminar...Tal como nos cuenta el "amigo de la brocha", con éste maravilloso single tuvimos que conformarnos por bastante tiempo, los que salimos de ver "La nueva esperanza" en los cines a fines de los 70's, pues aún era impensable que saliera a la venta la banda sonora original de John Williams. Recuerdo que con ésta música se realizaron en TV muchos números músicales inspirados en el éxito de "Star Wars". Tambien se tocaba en las radios, y corríamos a grabarla en cassettes cuando podíamos sintonizarla. Sin duda muy gratos recuerdos. Saludos!
ResponderEliminar...No créo que al artista de la carátula(...Rodriguez), no le haya gustado "Star Wars", lo más probable es que no haya podido ocupar a los personajes originales de la saga(...por motivos de permisos) para ilustrar la portada. En todo caso no estaba para nada muy alejado del tema, puesto que como sabemos, las antiguas seriales de los 30 y 40's, como Buck Rogers y especialmente Flash Gordon inspiraron a George Lucas para crear la saga. Saludos!