24 de enero de 2013

El Coche Fantástico: Maniobras mortales

Tengo la primera temporada en DVD de El Coche Fantástico sobre la mesa del salón y eso solo puede significar dos cosas: un estúpido compromiso anual al que he faltado conscientemente y la horrible sensación de que no he llegado todo lo lejos que podía en mi vida. Probablemente debería haberme marchado al extranjero y abrir un restaurante de comida española como tapadera para blanquear dinero proveniente de las drogas.

En ion litio, vimos a Michael y a KITT entrando por primera vez en acción en el episodio piloto, asistimos a sus enfrentamientos contra Goliath y KARR, e incluso presenciamos el asesinato de la primera y única esposa de Michael en el que debió haber sido el último episodio de la serie (pero no lo fue).

¿Qué nos queda entonces por ver? Pues no me he detenido a pensarlo, así que recapitularé el segundo episodio y me quedaré tan ancho. Os ánimo a hacer sugerencias en los comentarios para futuras entregas.

Dadle al play y leed.


El Coche Fantástico es una aberrante aventura de un hombre que desgraciadamente existe en un mundo lleno de paletos.

Michael Knight, un pecholobo con chupa de cuero embarcado en una cruzada para beneficiarse a las mujeres inocentes, las indefensas, las débiles, dentro de un mundo de criminales incompetentes que operan al margen del sentido común.

¿Os ponéis en situación? Estupendo.

Una base militar. Por la noche. El coronel Ladd se cuela sigilosamente en un edificio custodiado por un soldado invisible y protegido por una cerradura electrónica de 6 dígitos totalmente imaginaria. La seguridad brilla por su ausencia excepto por un candado comprado en la ferretería de la esquina que yo no utilizaría para guardar nada más valioso que mis calcetines sucios. Dentro del edificio, hay algunos bidones, cajas de madera y proyectiles apilados en el suelo. Nada raro, salvo por la infracción de todas las normas de seguridad habidas y por haber.

El coronel apoya la mano en un bote de pintura y se mancha de azul. "Oh, no. Dios mío", susurra. No se preocuparía tanto si viera cómo están mis sábanas. Con un poco de aguarrás seguro que se va.

A menos que haya espachurrado un pitufo. Entonces necesitaría amoníaco.

Al abandonar el edificio, los soldados sorprenden al coronel, que trata de huir con un jeep y acaba volatilizándose en una explosión al caer por un precipicio después de que le revienten una de las ruedas de un tiro. O eso es lo que intuyo a partir de los efectos de sonido, porque el morrazo se lo pega fuera de cámara, así de cutre era esta serie.

De hecho, hoy os traigo en exclusiva la traducción al español de un fragmento del guión original tras pasar por las manos del productor ejecutivo:


EXT. BASE MILITAR – ZONA DE ENTRENAMIENTO – NOCHE

El coronel Ladd huye en un jeep. Los soldados le siguen en otro vehículo. Se inicia una trepidante persecución por una carretera de montaña.
Nos han cancelado el seguro por impago de las tres últimas cuotas. Que no vayan a más de 12 MPH.

Los soldados disparan sus M-16 a las ruedas del jeep del coronel Ladd y revientan uno de los neumáticos.
No desperdiciemos balas de fogueo (50 unidades cuestan 17,29$). El sonido del tiroteo se añadirá en postproducción.

El jeep del coronel se sale de la carretera, cayendo por el barranco. Al estrellarse, el jeep explota. Una bola de fuego engulle el vehículo. Esta parte que sea "off-camera". No tenemos imágenes de archivo de coches explotando. Precio de maqueta a escala 1/24, 145,24$.

Cortamos a Michael Knight y KITT dirigiéndose hacia una misión indeterminada y de urgencia relativa; niños paralíticos cerebrales atrapados en una mina, por ejemplo.

Michael está viciadísimo al "juego electrónico" más potente que el procesador de KITT puede manejar. ¡Imaginaos! Resolución de 320×192, siete colores en pantalla, 16 KB de RAM... ¡El futuro, pero ayer!

KITT rompió la barrera entre plausibilidad e imaginación en 1982, pero el que diga que la serie ha envejecido bien tiene cromosomas de menos.

Por el camino, el radar de über-macho de Michael detecta un culo bonito junto a un coche parado en el arcén, y nuestro héroe pide a su coche que pase a control manual. El culo pertenece a la teniente Robin Ladd, hija del recientemente volado por los aires coronel Ladd. La muchacha iba de camino a la base militar, sin saber aún que su padre ha espichado y que necesitarán varios ataúdes muy pequeñitos para enterrarlo, cuando se le averió el coche. Naturalmente, como es una mujer no sabe arreglarlo. Lo cierto es que Michael tampoco es un experto en mecánica automotriz, pero él al menos tiene un PLAN.

Amplio conocedor del código de la damisela en apuros, porque El Coche Fantástico no deja de ser una versión "contemporánea" de El Llanero Solitario, nuestro caballero de lustrosa chupa se ofrece a llevar a Robin hasta la base y remolcar su coche con la evidente esperanza de echar un polvo. KITT, sin embargo, se indigna ante la sola idea de tener que arrastrar a otro vehículo, porque podría dañar sus complejos sistemas. Os sonará tan estúpido como todo lo que escribo, pero el caso es que KITT no se equivoca, y remolcar el vehículo estropea su Circuito Alfa, que creo que es el que que emula juegos de Atari 2600. ¿O era el que calentaba el mocaccino? Nunca me acuerdo.

-¿Tú sabes quién soy yo? Y si es así, ¿por qué no te has desabrochado ya la blusa?

El general Duncton, un viejo amigo del coronel, recibe a Robin y le da la mala noticia. Sin embargo, yo no me fío de él. Si algo he aprendido de series como esta, MacGyver y El Equipo A, es que el general tiene todas las papeletas para ser el malo. Tiempo al tiempo.

Michael, por supuesto, se queda para acompañar a Robin. ¿Una jovenzuela de uniforme desconsolada y canapés gratis? ¿Cómo negarse? Además, no se sentía tan triste desde que sustituyeron las chapatas de chorizo de la máquina de vending  de la Fundación por sándwiches de mortadela

Después de las exequias, Robin pide ayuda a nuestro donjuán del peinado afro para investigar la causa del accidente. Según un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística del bajo de mi casa, las mujeres acuden a desconocidos en situaciones como esta en un 86,54% de los casos. O al menos lo hacen cuando éstos miden 1,90 y tienen un coche carísimo. Si KITT era el motivo por el que los chavales y los aficionados al automóvil se engancharon a la serie, Hasselhoff era el gancho para las amas de casa que lo habían visto actuar en telenovelas y mojaban las bragas pensando en él.

-No te preocupes, querida, probablemente el dolor que sufrió tu padre solo fue insoportable hasta el momento de la explosión.

Michael conduce hasta el lugar donde se despeñó el coronel y encuentra un casquillo de bala al borde del barranco. ¿Un casquillo en los alrededores de una base militar y además en una zona de entrenamiento? Sospechoso, muy sospechoso. Yo aún diría más: muy, muy sospechoso, tanto como encontrarse un preservativo tirado en la Casa de Campo.

En lo que no repara Michael es en que un sargento con prismáticos y dos soldados lo observan desde una colina por encima de la carretera. "Ya va siendo hora de que haya otro funeral", comenta el sargento. Música dramática, por favor.

-Tienes que ser así de alta para montar en "The Hoff".

Ignorando el peligro que les acecha, Michael y Robin continúan sus indagaciones, y por algún extraño motivo, Michael, que ha estado paseándose como Pedro por su casa todo este tiempo dentro de la base, ahora decide que hacer precisamente eso mismo llamaría la atención. Y como pedirle a Robin que le acompañe o que le consiga un permiso tendría demasiado sentido, elige la única alternativa posible: alquilarle el puesto de comida al vendedor ambulante que trabaja en la base y hacerse pasar por su sobrino. Es tan lógico que asusta. Y el vendedor, como es normal, no sospecha que Michael pueda ser un terrorista o un espía. Esto es lo que tiene escribir los guiones en el cuarto de baño.

-¿Zumo de cangrejo o de montaña?

En un giro "inesperado" de los acontecimientos, el plan no funciona todo lo bien que cabía pensar, y Michael acaba en el despacho de un oficial dando explicaciones.

El momento genuinamente gracioso llega cuando el mayor examina la cartera de Michael y encuentra las tarjetas falsas que éste utiliza en su trabajo para la Fundación.

"Michael Knight, maestro mecánico", lee el oficial en la primera tarjeta. "Michael Knight, limpiador de alfombras... Compañía M. Knight, masajes suecos mientras esperan".

Seguro que la última la ha usado más de una vez.

A pesar de todo, Michael está de suerte, porque, casualmente, el mayor tiene el informe del accidente del coronel encima de la mesa. ¿Qué probabilidades había?, ¿una entre un millón? Michael sustrae el informe con disimulo mientras sus guardianes se atiborran de chocolatinas mirando al suelo en una esquina de la habitación. Sí, en una esquina. Y de espaldas al hombre que estaban vigilando. ¿Qué pasa? ¿Es que a vosotros no os encanta comer chucherías de cara a un muro? ¡Pero si es lo más normal del mundo!

Finalmente, el vendedor ambulante, que debe de ser fan de las historias de espías y un chalado, respalda la historia de Michael, que abandona el despacho con una pista nueva: el coronel tenía pintura azul en la mano. Cada vez está todo más claro.

-¡Me encanta esta esquina!
-¡A mí también! ¡Es mi favorita para comer chocolatinas!

Por la noche, después de dejar a Robin en la base, Michael conduce hacia su hotel sin sospechar que los mismos militares que provocaron el "accidente" del coronel le siguen de cerca.

Para darle más emoción a la primera secuencia de acción del episodio, KITT indica que la avería de su Circuito Alfa ha estropeado uno de sus mecanismos más útiles: la radio. ¡Dios mío! ¿Significa eso que no tendremos música de persecución?

Y llegados a este punto comienza por fin la trepidancia: los malos intentan echar a KITT de la carretera, Michael se desembaraza de ellos haciendo un giro en U, los malos le siguen, Michael les reta al juego de la gallina; los malos disparan contra KITT (aunque, dado el margen presupuestario del episodio, no vemos fogonazos en el cañón del arma ni balas rebotando en el capó de KITT, solo oímos ra-ta-ta-ta), Michael pega un volantazo antes de chocar, y, finalmente, el coche de los malos acaba en la cuneta con una puerta colgando, pese a que la puerta estaba en su sitio en el momento del supuesto choque con KITT. ¡Magia!

-Michael, soy casi indestructible. ¿No podemos parar y esperar a que se aburran?

A la mañana siguiente, Michael explica a Robin que su padre no murió en un accidente y que "aquí está pasando algo". ¿No?, ¿tú crees, Michael? "Algo relacionado con varios asesinatos", añade. Asesinatos, en plural. O alguien más ha muerto y yo no me he enterado, o Hasselhoff no se había aprendido bien sus líneas de diálogo.

Consultando un mapa de la base, Michael deduce que el coronel debió de pasar por el almacén de municiones antes de morir. Ya veis, es así de listo. Sin embargo, antes de seguir indagando, KITT tiene que hacer una visita al mecánico. Solo faltaba que por culpa del Circuito Alfa, Michael no pudiera escuchar los grandes éxitos de los Chunguitos.

Como curiosidad para seriéfilos, este es el primer episodio de la serie en el que aparecen el camión tráiler de la Fundación y Bonnie, la mecánica buenorra. Pero no hay lugar para las presentaciones. De hecho, Michael se dirige a Bonnie como si la conociera de toda la vida, lo que nos hace pensar que ha debido de haber otras misiones no televisadas entre este episodio y el piloto, probablemente más emocionantes que esta.

Por cierto, ¿qué habrá sido de aquellos niños paralíticos cerebrales de la mina?

¿Por qué las mujeres ya no se peinan así?

Mientras Bonnie repara a KITT (lo que le lleva unos 40 segundos; es así de buena), Michael trata de explicar a Devon por qué ha desatendido su misión anterior. Espero que no empiece la historia con "Mire, Devon, había una tía con un culo espectacular y...".

Sin embargo, Devon no está para cuentos y le da a Michael la espalda. Literalmente. Es más, se queda con la napia a diez centímetros escasos de la pared del tráiler. Puede que os parezca ridículo, pero Devon valora mucho el refuerzo dramático por medio del lenguaje corporal. Y si no me creéis, mirad qué giro se marca cuando Michael le dice que intentaron matarlo.

Dramatic Devon.

Al caer la noche, Michael sortea las casi infranqueables medidas de seguridad del complejo militar (candados que no valen un pimiento, puertas sin la llave echada... los recortes, que son muy malos) y se adentra en el almacén de munición, donde descubre que alguien ha estado pintando de azul la franja amarilla de las cabezas nucleares. Qué extraño, el color azul debería identificar los proyectiles antiblindaje, tal y como indica esa tabla convenientemente pegada a la pared.

Al mismo tiempo, Robin detecta un error en el inventario de artillería y corre a decírselo al general Duncton, pero en su lugar se topa con el mayor Sanderson, que no es trigo limpio y la encañona con su pistola. No es argot. Me refiero a una pistola de verdad, pervertidos.

Uno de los hombres de Sanderson lleva a Robin al campo de tiro y la encierra dentro de un tanque que servirá de blanco en las prácticas del día siguiente. Pobre damisela en apuros... ¿Logrará Michael hacerle el amor antes de que vuele por los aires?

La X marca el lugar.

Al día siguiente, Michael no encuentra a Robin por ninguna parte, y después de interrogar a un par de personas, deduce que algo terrible le ha sucedido. O quizá le ha venido la regla y está comprando ibuprofeno. No hay que sacar conclusiones precipitadas.

Michael regresa rápidamente al almacén y sorprende a Sanderson y a sus hombres cargando un camión con las armas nucleares encubiertas, probablemente con la intención de vendérselas luego a algún terrorista o científico loco. Si vosotros sabéis por qué es más fácil pasar de contrabando supuestos proyectiles antiblindaje que cabezas nucleares, no dudéis en explicármelo, por favor. Para mí solo es otra estupidez que añadir a la lista, pero me gustaría equivocarme.

KITT inmoviliza a dos soldados atrapándolos contra una pared y Michael corre tras Sanderson, al que acorrala y amenaza con hacer estallar una de las cabezas nucleares si no le dice dónde está Robin.

Frustrando mi esperanza de ahorrarme los diez minutos que quedan para que termine el episodio, Sanderson canta como un jilguero y Michael se lanza al rescate.

El coche no está ni relativamente cerca.

Por desgracia, cuando nuestro héroe motorizado llega al campo de tiro, el montador del episodio ya ha empezado a insertar imágenes de archivo de soldados de los años 60 o 70 disparando con toda la artillería.

Michael contacta con el general Duncton y le pide que detenga las pruebas porque Robin está en uno de los blancos. El general le dice que no se preocupe y Michael, más confiado que uno de esos abuelos a los que endilgan enciclopedias enteras a cambio de un regalo que no vale ni el envoltorio en el que viene, se adentra en el campo de tiro..., momento en el que Duncton ordena a sus hombres que disparen al coche negro sin marcar, añadiendo que se trata de un prototipo a control remoto. Ummm... O el general también está en el ajo, o Robin y Michael le caen verdaderamente gordos. En ambos casos, lo que hace me parece bien.

Apenas se nota que son imágenes de archivo. ¡Y lo que se ahorran!

KITT sortea hábilmente las explosiones y utiliza sus cohetes traseros, que en este episodio funcionan como un lanzallamas a saber por qué motivo, para quemar unos arbustos y engañar así a un par de misiles termodirigidos.

Michael saca a Robin del tanque (al que ningún soldado ha acertado todavía, pese a que tiene pintada una enorme y tentadora X) y abandonan juntos el campo de tiro.

El general Duncton intenta darse a la fuga en un vehículo blindado, pero no es su día de suerte y KITT lo detiene fundiendo las llantas del acorazado con su lanzallamas. Fuck yeah!

Gasolina mezclada con judías pintas, ese el secreto.

Nuestros héroes han salvado el día una vez más y librado al planeta del holocausto nuclear. ¿Y qué consigue Michael a cambio? Una reprimenda de Devon y que la Fundación se niegue a costearle los gastos.

Así de dura era la vida en los ochenta para los caballeros rodantes con ETS.

15 comentarios

  1. axel foley24/1/13 00:57

    Este episodio lo he visto recientemente y la verdad, espero que en USA hayan mejorado la seguridad de sus armas nucleares. Porque aparte de que un civil como the Hoff ande como Pedro por su casa por la base adelante, los malos son muy muy estúpidos y aún así son capaces de mangar armas nucleares como si de caramelos se tratasen. Ah y mención especial a la ingeniosa artimaña de cambiar la pintura amarilla por pintura azul de los misíles.

    Y por cierto, el oficial negro que interroga a Michael cuando lo detienen por hacerse pasar por vendedor de chocolatinas, parece que era el encargado de la seguridad de la base, y en vez de darle la patada en el culo, al final del episodio parece que es el que queda al mando. Parece que España no es el único país donde se premia la incompetencia.

    PD: También me parece la ostia que en una base militar con tanta tecnología, tengan a un viejo vendiendo chocolatinas (y del que se hace colega the Hoff previo soborno) y no pongan una máquina 24 horas.

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  2. En la imagen de los soldados parece más que estén cambiando cromos que comiendo chocolatinas. Pero lo que me interesa de verdad, al final que pasó con Robin, ¿hubo erótico resultado o no?

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  3. Jajajajajaja que bueno, creo que mañana a esta hora aun voy a seguir riendome!
    Me crie con esta serie y la verdad nunca me planteaba estas cosas, menudo cambio de calidad con algunas series de hoy!

    Solo habia una cosa que me preguntaba cuando la veia....cuando hablaban con el las tomas imposibles del "comunicador" por video, desde el cual se veian distintos angulos del MALO o del Coche....los satelites era la leche!! no?

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  4. ¿Me ha parecido leerte que no usaban el hyper boost para solucionarlo todo?

    No me lo creo, los cabrones lo arreglaban siempre todo con el puto salto XD

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  5. Pensar que tal vez el vendedor ambulante sí fuese un terrorista. Pero le comento, fuera de broma, cuando estuve un rato en el ejército sí que dejaban pasar a los vendedores ambulantes. Bajo qué condiciones, ni idea, pero pasaban.

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  6. Sereldotar25/1/13 19:18

    Gran artículo!!!

    Para imágenes de archivo, las que usaron en un capítulo de esa primera temporada (yo también piqué y me la compré)... no recuerdo cuál es, pero ahí usan imágenes de la peli de Superman de 1978, del momento en que tira varias piedras enormes para detener la riada cuando la presa se rompe... y los jetas van y las usan! lo mejor de todo es que las productoras son completamente distintas, por lo que les podrían haber metido un buen paquete...

    Ains, qué mal envejecer tiene... de hecho acabé de ver todos los capítulos, pero me negué a comprar las otras temporadas...

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  7. Terminento26/1/13 16:05

    Le confieso, señor tipo de la brocha, que jamás me había molestado el peinado de Bonnie hasta leer su comentario.

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  8. Señor de La Brocha, es realmente curioso como veíamos enfervorizados estos episodios de críos y cómo hoy nos reímos ante tanto despropósito junto. Muy rápido ponemos la etiqueta de "míticas" a estas series cuando tendríamos que calificarlas sin más de "inclasificables".
    A propósito, el otro día me pillé la 1ª y 2ª temporada de El Gran Héroe Americano. Ahí también podríamos sacarle punta a las desventuras del profesor Ralph Hinkley...

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  9. Terminento26/1/13 22:44

    Ahí sí que no. Yo al Gran Héroe Americano no le ví el punto ya en su día...

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  10. axel foley: La seguridad está sobrevalorada. A mayor seguridad, mayor es la tentación de desbaratarla.

    El Chachi: Si hubo eróticos resultados, fue fuera de cámara. Probablemente sobre el capó de KITT. Oh, sí.

    Zorro: En uno de los capítulos que comenté en ion litio puede verse la magia de las cámaras de KITT en su máximo esplendor.

    eter: Ay, lo que no arregle un Turbo Boost... He visto relaciones salvadas gracias a uno de esos.

    LacraESECEFE: Todo el mundo necesita un perrito caliente de vez en cuando.

    Sereldotar: Primera noticia que tengo de lo de Superman. Ahora tengo que volver a verlo.

    Terminento: Ese peinado tenía clase... hace treinta años.

    Rafael Amat: A pesar de todo, la serie me sigue gustando. De El gran héroe americano vi menos que nada.

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  11. Pffffff... hartón de reir, lo de la esquina favorita para comer chocolate ha sido brutal.

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  12. Si, ahora todo son risiones que comparto, pero cuando las veiamos nos encantaban y disfrutabamos de lo lindo con ellas. La serie "el coche fantastico" cumpia su función. Y vista la nueva, me quedo con el Kitt viejuno sin dudarlo. Por cierto una cosa que em jode de esa primera temporada es que los extras, que es por lo que me la compre, no estan subtitulados en español.

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  13. Mixtli198415/2/13 11:37

    ¿Es mi impresión o todas las series de los 80 eran tan cutres/horteras? ¿Con el paso del tiempo diremos lo mismo de las series de ahora?
    La pasta que se gastaban destrozando coches y decorados en general podían haberla invertido en pagar a unos buenos guionistas.

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  14. Tipo de la Brocha, ya encontré lo de Superman (no es que lo haya estado buscando durante todo este tiempo!), es el 1x06, "ni una gota de agua"

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  15. No hay series como las de los 80 y 90. Ahora se recurre a los efectos especiales y al exceso de luces multicolor para tapar la falta de talento y creatividad.

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