6 de mayo de 2013

El Capitán Trueno y la espada del invencible

El pasado 3 de abril, Ediciones B publicó una nueva historieta de El Capitán Trueno, la tercera de su etapa actual tras El último combate, en la que Ricard Ferrándiz tuvo los cojones de matar al Capitán, y Atlántida, que ya sabéis lo mucho que me gustó. Como a vosotros que os claven astillas bajo las uñas, por si necesitáis que os lo recuerde.

Ricard Ferrándiz ha tenido todo un año desde el número anterior para escribir y dibujar La espada del invencible. ¡Un año! No sé en cuántos proyectos más habrá trabajado Ferrándiz en ese tiempo, quizá en diez, cien o en ninguno; pero si este es el resultado de un año de trabajo, menuda decepción, porque incluso a mí, que no me dedico a esto, se me ocurren ideas mucho mejores que las suyas mientras estoy en el cuarto de baño.

Siguiendo la estela de mediocridad de Atlántida, Ferrándiz nos trae otra aventurilla sin chicha ni limoná que apenas podría disculparse en una colección mensual y que, desde luego, no debe disculparse cuando, como decía, ha pasado todo un año en el horno. Y tampoco voy a perdonar la patente falta de madurez del guión porque este sea un cómic dirigido a niños y a mayores por igual. Los niños solo son tan idiotas como nosotros queramos que sean.

El dibujo, por supuesto, tampoco es nada del otro mundo. Hay algunas viñetas con escenarios bastante elaborados, un par de tortazos decentes y ahí acaba todo lo bueno. El trazo es demasiado simple y limpio, carente de toda personalidad, y para alguien al que le gusten como a mí los autores con un estilo muy marcado, como John Byrne, Walt Simonson o Tim Sale, no hay por dónde cogerlo. Incluso hay errores en el coloreado que solo podría excusar si el tebeo lo hubiera coloreado otro y no el propio Ferrándiz.

Ya sé, ya sé, os están entrando unas ganas tremendas de leerlo. Pues nada, para ahorraros 15 euros mal invertidos, voy a resumiros la historieta y desvelaros las "grandes" sorpresas que os aguardan en sus páginas.

La *ejem* aventura comienza en Thule, meses después de la electrizante boda de Sigrid y el Capitán Trueno. El mago Morgano acaba de terminar la construcción de un nuevo globo y, como es un pelota y, con los tiempos que corren, nadie tiene el puesto de trabajo asegurado, se lo regala al Capitán Trueno. Además, a ver quién encuentra curro una vez cumplidos los 60 años.

El Capitán (ese es su nombre, Trueno su apellido) sugiere que estrenen el globo volando a China para que el mago Morgano pueda ver a su hija Rune, que, según recuerdo, estaba de Erasmus. Puedo entender que desde que se casó el bueno del Capitán no vea la excusa para salir de casa, porque un hombre necesita su espacio; pero eso de recorrer la friolera de 7.000 kilómetros en las postrimerías del siglo XIII para librarse de las labores conyugales es el epítome de ir a por tabaco.

Ojo a la composición de la viñeta y a la ubicación de los bocadillos. La falta de previsión se sale de la escala.

Sigrid dice que no puede acompañar a su marido (como si éste no lo supiera ya) porque tiene "muchos asuntos de estado que resolver". Voy a ignorar el hecho de que el término "estado" no lo introdujo Maquiavelo hasta tres siglos más tarde, porque no soy tan picajoso; pero de verdad que me gustaría saber qué asuntos traen de cabeza a la reina de Thule.

¿Se ha resuelto el problema de la sucesión al trono? Sí; de hecho, el otro aspirante acabó convertido en rescoldo de chimenea. ¿Está la isla en guerra? No, o de lo contrario quiero suponer que el Capitán Trueno se quedaría para gritar aquello de "¡Por Santiago y cierra España!". ¿El pueblo paga sus impuestos? No lo sé, pero no puedo imaginarme a Sigrid encerrando a sus vasallos en mazmorras oscuras, sucias y húmedas, sometiéndolos al tormento de la rueda, o mandándoles a galeras solo por evasión de impuestos.

Joder, hay que ver lo rápido que se cambia Sigrid de vestido.

El globo de Morgano se eleva hacia el cielo, y Sigrid se queda en tierra llorando en los hombros de su consejero Thorberg, porque "no he sido capaz de decírselo".

Genial, no necesito leer más para saber que está preñada y que al final de la historieta recibirá a su marido con un bebé entre los brazos.

Muerte. Matrimonio. Paternidad. ¿Qué será lo siguiente, Ferrándiz? ¿El primer examen de próstata de Trueno? Estos cómics me gustaban más cuando los protagonistas se limitaban a liarse a palos con sectas, gorilas y tiburones.

Magnífica muestra de la cultura pulp española.

Las tres páginas siguientes recogen el viaje en globo hasta China, y, visto lo poco que aportan a la trama, Ferrándiz las podría haber reducido a una splash page en la que se mostrasen distintas etapas del trayecto a modo de estampas; pero, claro, esta técnica hubiera sido demasiado elegante y compleja para alguien que ni siquiera es capaz de estructurar las viñetas como Dios manda y que, en apenas cuarenta páginas, necesita recurrir cuatro veces a flechas de apoyo para indicarnos el orden de lectura.

Sí, ya sé que me estoy calentando por tonterías, pero es que clama el cielo que una persona con tan poco talento como Ferrándiz sea responsable de un icono del tebeo patrio.

Al menos, y por mirarle el lado positivo, en una de las paradas, vemos a Goliath derribar a tres lobos de un puñetazo. Unos mamporros nunca viene mal.

Están locos esos lobos.

Tras dos meses de travesía calculados a ojo de buen cubero, los viajeros sobrevuelan la Gran Muralla y una tormenta de arena les obliga a descender en medio del desierto. Iba a dedicar tiempo y esfuerzo a averiguar dónde aterrizan exactamente para luego reírme de los posibles desatinos geográficos del autor, pero eso hubiera implicado más trabajo del que dedicó Ferrándiz al cómic en su conjunto, así que tararí.

Cuando la tormenta cesa, un grupo de lo que parecen ser bandidos se acerca al globo. Solo la voz de Trueno detiene a Goliath y Crispín antes de que sigan sus instintos ultranacionalistas, muy castizos por otra parte, y borren a los recién llegados del mapa con una combinación de guantazos y dinamita.

El líder del grupo de "bandidos" resulta ser su viejo amigo Wang-Ho, capitán de la guardia imperial, al que conocieron en su primer viaje a China y que es el marido de Grune, la hija de Morgano.

Ya es casualidad, pensaréis, que de 60 millones de habitantes que había en China durante la dinastía Yuan (porque esto lo sabíais, ¿verdad?), nuestros protagonistas se encuentren en pleno desierto con uno de los pocos chinos que conocen. Pues sí, lo es. No obstante, estoy dispuesto a perdonar estas casualidades en una obra de ficción, igual que perdono que todos los personajes hablen perfecto castellano.

O al menos estaría dispuesto a perdonar esas casualidades si no fuera porque aparte de encontrarse a Wang-Ho, también acaban topándose con otros dos viejos conocidos de los lectores de Trueno: Singhi-Lay y Tushe-Fhu. ¡Más que en China parece que estemos en el rellano de la escalera!

Pues no caigo… ¿Seguro que no repartes comida a domicilio?

A lo largo de las tres páginas siguientes, Wang-Ho cuenta a sus amigos que la cosa está muy chunga desde que falleció la tía del emperador, que era la esposa del actual regente y quien tomaba realmente las decisiones en China, porque el emperador aún es un crío y el regente, supongo, un vago redomado que prefería pasar el tiempo con los amigotes en el bar jugando a las cartas a gobernar el imperio.

Tras la muerte de su esposa, el regente se obsesionó con la búsqueda de la inmortalidad y cayó bajo el influjo del siniestro adivino Guang-Mu-Tian, que le convenció de que un dragón celestial (no, en serio) le había aconsejado que buscase los restos de un meteorito que cayó hace casi dos mil años (no bromeo) para forjar con su núcleo una espada que haría a su dueño "invencible e inmortal".

El regente, que estaba más pa'llá que pa'ca, no dudó en esclavizar a millones de chinos con tal de localizar los restos del meteorito, y cuando los encontró y la espada se hubo forjado, atentó contra la vida del emperador, al que, por suerte, Wang-Ho consiguió sacar de palacio y poner a salvo.

¡Aparece, Shenron!

¿Cómo lleváis la exposición? Bien, ¿no? Yo pienso lo mismo. Es interesante y tiene el tono propio de una novela de a duro española. Sin embargo, donde se denota la falta de profesionalidad o supervisión del trabajo de Ferrándiz es en los detalles.

El primer problema es que al poco de comenzar el relato de Wang-Ho, y antes siquiera de que podamos intuir por qué se ha torcido tanto la situación política en China, Morgano interrumpe al ex capitán de la guardia imperial para preguntarle si su hija Grune está bien. ¿Por qué es esto un error de bulto? Porque rompe cualquier conexión con la historia que pudiera tener el lector en ese momento.

Para que la narrativa no saliera perjudicada, Morgano debería haber hecho la pregunta nada más ver a Wang-Ho o, en el peor de los casos y partiendo de que fuera un padre algo irresponsable, al final del relato. Si vas a cortar un discurso retrospectivo a la mitad, hazlo al menos para preguntar algún pormenor que haya obviado el narrador, no para salirte por la tangente y recuperar el relato en la viñeta siguiente como si la interrupción hubiera sido una pausa publicitaria.

Otra pega que le veo a esta suerte de flashback, si bien menor, es el uso de la palabra meteorito. "Bola de fuego" o "piedra caída del cielo" hubieran sido expresiones más apropiadas para referirse a este fenómeno, ya que el término meteorito no se acuñó hasta bien entrado el siglo XIX. Aquí no es cuestión de ser quisquilloso, es cuestión de saber ambientar la obra y darle cierto tono místico o supersiticioso.

Por otro lado, y desde el punto de vista artístico, menos viñetas es más cuando se trata de echar un vistazo al pasado. Mirad, por ejemplo, estas páginas de Avenger Origins: Luke Cage, en las que el famoso héroe de alquiler recuerda su juventud como delincuente:

Double splash page, cambio paleta de color y estilo de dibujo… Muy efectivo.

El Noveno Arte ha evolucionado mucho desde que Victor Mora y Ambrós publicaron el primer número de El Capitán Trueno, y en un mercado saturado de cómics excelentes, hay que saber buscar el equilibrio entre lo clásico y lo moderno para llegar a un público más amplio. Yo conozco el secreto, ¡preguntadme cómo!

Wang-Ho se sube al globo para guiar hasta su campamento a sus amigos españoles. Cuando ya están cerca, ven una columna de humo ascendiendo entre las montañas y, naturalmente, saltan todas las alarmas, porque el humo solo puede significar tres cosas: un ataque sorpresa, que los indios han cruzado el Pacífico, o que al cocinero se le ha quemado el pato laqueado. Afortunadamente es lo primero.

Con su último aliento plagado de puntos suspensivos, uno de lossupervivientes  les dice que el responsable de la masacre ha sido Tushe-Fu, un viejo conocido del Capitán que ha pasado de pirata a soldado y de soldado a general gracias a su fuerza bruta, algunas muertes "extrañas y oportunas" y el enchufe del adivino Guang-Mu-Tian. La verdad es que nos iría mucho mejor si cada uno se limitara a su profesión, y los piratas no se metieran a generales, ni los ladrones a políticos, ni los políticos a ladrones.

Menuda fiesta te has perdido. Hasta vino la policía…

Crispín encuentra una nota, pero como está en chino se la entrega a Wang-Ho para que la lea. ¡Gracias, Crispín, ya eres un miembro útil del equipo! En la nota, el villano amenaza con matar a Grune si no le entregan al emperador en el plazo de 15 días. A ver, ¿o sea que el emperador no estaba en el campamento? No, no lo estaba. Según descubrimos a continuación, el emperador ésta escondido a bordo una embarcación a las orillas del río Yangtsé, es decir, que en lugar de mantenerlo en un enclave secreto en las montañas protegido por sus guerreros más leales, Wang-Ho ha preferido ocultarlo en la principal ruta comercial de China sin guardia alguna. Al final, la decisión ha demostrado ser la correcta, pero eso solo se debe a que el guión lo ha escrito Ferrándiz y todo lo que ocurre es así de estúpido.

El Capitán traza un plan y parte a caballo con Wang-Ho para recoger al emperador mientras sus amigos se quedan vigilando el globo. Por la noche, unos cazadores de recompensas intentan sorprender al Capitán y Wang-Ho mientras duermen, pero el sentido arácnido del castellano les alerta a tiempo y en solo dos viñetas ya han acabado con el grueso de sus agresores.

Obviando que Ferrándiz no sabe dibujar escenas de acción (por Dios, que alguien busque el teléfono de Luis Bermejo), merece la pena mencionar el momento en que el último de los asaltantes intenta huir y Wang-Ho, a pesar de la opinión enfrentada del Capitán, le dispara por la espalda para evitar que avise a Tushe-Fu. El Capitán Trueno ha matado antes en combate, ya fueran moros o cristianos, zurdos o diestros; pero matar a un adversario que huye es una línea que no está dispuesto a cruzar.

Este examen introspectivo del Capitán está bien, porque habla al lector de los valores del personaje, pero sabe a poco. Con un texto de apoyo al estilo de los cómics de Conan el Bárbaro hubiera quedado mejor. Mi propuesta es la siguiente:

"El Capitán Trueno comprende los motivos que empujan a Wang-Ho a cobrarse la vida del bandido e incluso los respeta. Pero eso no significa que le guste. Cabizbajo, da la espalda a su aliado, sumiéndose en pensamientos profundos y melancólicos…".

Ediciones B debería contratarme.

A enemigo que huye... flechazo en la columna.

A las orillas del Yangtsé, les espera una embarcación, y en su cubierta el Capitán descubre tan atónito como el lector que la persona que ha estado ocultando al joven emperador mientras Wang-Ho y sus soldados se emborrachaban y violaban cabras en el monte ha sido su vieja amiga Singhi-Lay, la mujer pirata. Ya solo falta que aparezcan Gundar y Zaida haciendo turismo y podrán celebrar la primera reunión de amigos del Capitán Trueno en China. ¡Yo llevo los gusanitos y las medianoches!

El Capitán ordena a Wang-Ho que regrese con el emperador al refugio en las montañas (un emplazamiento que, recordemos, su enemigo conoce perfectamente) mientras él mismo se dirige con Singhi-Lay al palacio imperial para liberar a Grune. Prefiero no entrar a calificar este plan. Requeriría demasiado tiempo e insultos que probablemente aún no conozco.

¡Psst, psst! ¡Chi-chinita! Chinita, chinita, ven aquí, ven aquí… ¿Qué mierda es esta?

Al anochecer, Wang-Ho y el emperador alcanzan las montañas, donde son emboscados por los hombres de Tushe-Fu, de lo que deduzco, por otra parte, que China no puede ser tan grande como la pintan si al final todo el mundo acaba encontrándose.

En su primer momento de gloria en este tebeo, Goliath nos recuerda por qué le llaman Cascanueces salvando al emperador de los villanos con su pericia habitual.

Crispín, en cambio, seguirá siendo un elemento puramente decorativo de la historia hasta que el Capitán necesite a alguien igual de canijo que el emperador para hacerse pasar por él. Os lo cuento ahora y me lo ahorro luego.

Goliath debería ser un personaje seleccionable en el próximo Dynasty Warriors.

El Capitán y Singhi-Lay se infiltran en el palacio imperial utilizando el cliché número 1 del Manual del héroe ("Soy la hija de Li-Quan, él está enfermo y traigo la harina como cada día") y, moviéndose sigilosamente entre las sombras, acaban cruzándose con el adivino Guang-Mu-Tian y el bruto Tushe-Fu, que traman un complot para asesinar al regente. Lo que ninguno sabe es que el regente también les espía y, cuando a éste ya no le quedan dudas de la conspiración que se cierne sobre él, sale de su escondite y mata al adivino con la espada del invencible.

¿Ya está? ¿Eso es todo lo que hace Guang-Mu-Tian, "el que lo ve todo"?, ¿hablar hasta que lo matan? Con lo siniestro que era este tipejo, suponía que al menos encerraría a Trueno en una mazmorra para torturarlo o le obligaría a enfrentarse a alguna trampa mortal, como un pulpo gigante o una antología de Shakira. No esperaba que acabase fiambre a la primera de cambio. ¡Si ni siquiera ha tenido tiempo de reírse diabólicamente!

Villano interesante... desaprovechado. Buen trabajo, Ferrándiz.

Eso le enseñará a no maquinar la muerte de nadie al aire libre.

Cara a cara con el regente, Tushe-Fu le revela que le dio el cambiazo cuando forjaron su espada y que es él quien posee la verdadera espada del invencible. El coloso de ojos rasgados desarma al regente y se dispone a ensartarlo como a una vulgar aceituna, pero , por suerte, el Capitán interviene con presteza y desafía a su viejo enemigo.

El duelo, sin embargo, no dura mucho, porque en cuanto Tushe-Fu ve que su habilidad no rivaliza con la de su adversario, arroja un puñado de arena al Capitán a la cara y aprovecha su pérdida momentánea de visibilidad para rebanarle el pescuezo. ¡Zàijiàn, Capitán Trueno!

No, esperad, eso tendría sentido. En realidad, lo que hace Tushe-Fu es tomarse su tiempo después de cegar al Capitán y empujar una estatua enorme para aplastarlo. Naturalmente, nuestro valeroso héroe esquiva la estatua en el último segundo.

En defensa del malo diré que es medio mongolo.

Con la guardia imperial cada vez más cerca, Tushe-Fu no tiene más remedio que emprender la huida, pero, antes de marcharse, amenaza de nuevo con matar a Grune si no le entregan al emperador en el monasterio de Heng-Shan. A modo de despedida, el coloso asiático asesina al regente clavándole una estrella ninja en la frente. ¡Compre ahora un set de cuatro estrellas chinas por 15,99$ en BlackBeltShop.com y llévese este magnífico porta-estrellas de regalo!

Por algún extraño motivo, los guardias deciden perseguir al Capitán y a Singhi-Lay en lugar de al bruto despiadado que ha asesinado a su jefe delante de sus narices. Así pues, con los guardias pisándoles los talones, nuestros héroes escapan hacia los aposentos del regente.

Y ahora veamos cómo Ferrándiz confirma su escasez de talento desperdiciando una ocasión que le venía que ni pintada para crear un poco de suspense y emoción.

En los aposentos del regente hay una hilera de arqueros mecanizados que disparan flechas automáticamente al pisar un resorte disimulado en las baldosas del suelo. No voy a entrar en lo absurdo que es colocar una trampa mortal en tu propio dormitorio, porque al regente le faltaba un tornillo y podría estar justificado; pero sí que quiero reprochar a Ferrándiz su incapacidad para componer una escena medianamente dramática que transmita al lector la sensación de peligro y aventura que debería caracterizar a este tipo de cómic.

¡Santa flecha sorpresa!

Lo que veis arriba es todo que hay, dos viñetas mal contadas que no puedo calificar sino de chapuza apresurada.

Si Ferrándiz tuviera alguna idea de lo que hace, que no es el caso, antes de soltar la trampa sin más, tendría que haber creado la atmósfera adecuada. Los guardias, por ejemplo, podrían haberse detenido al ver entrar al Capitán y Singhi-Lay en los aposentos del regente. Al advertirlo, y temiéndose algún peligro, el Capitán avanzaría con cautela y el lector estaría sobre aviso de que algo se cuece. Atmósfera, insisto.

Luego pasaríamos ya al interior de los aposentos, que deberían estar casi totalmente a oscuras, porque es de noche, no hay ninguna vela encendida y Edison aún no había inventado la bombilla. La pareja se adentraría por un pasillo vagamente iluminado por la luz de la luna y, de pronto, unas siluetas amenazantes aparecerían entre las sombras. Singhi-Lay chillaría sobresaltada y se abrazaría al Capitán para crear un poco de tensión sexual, que tampoco viene mal sabiendo que el cruzado español tiene a su esposa a kilómetros de distancia. El Capitán, curtido tras años de aventuras, enseguida se daría cuenta de que solo son ingenios mecánicos y tranquilizaría a la mujer. No es machismo, muñeca, la vida es así. Los dos seguirían adelante y solo entonces, al pisar la baldosa equivocada, se activaría la trampa. Cuidado, al suelo y a salvo.

Y así, amigos, es cómo se escribe un cómic de aventuras.

Pero de momento, y mientras Ferrándiz siga al timón de la colección, nos tendremos que conformar con ver una viñeta decente cada diez páginas.

¿Sabéis que es también muy bonito? El álbum de fotos de mi viaje a Tailandia.

Finalmente, el grupo de Trueno llega al monasterio de Heng-Shan para el desenlace de este triste tebeo. Para mi sorpresa y, a estas alturas, supongo que la vuestra, incluso hay un par de momentos de acción que funcionan a pesar de los constantes sinsentidos y oportunidades desaprovechadas.

Supongo que es lo que tiene "inspirarse" en películas como Indiana Jones y el templo maldito. Juzgadlo por vosotros mismos.

Agárrate, señora. Vamos de viaje.

La batalla entre ambos bandos concluye con un mano a mano entre Goliath y Tushe-Fu, un encontronazo entre dos pesos pesados que ocupa casi tres páginas y que, en comparación con la mayoría del cómic, resulta hasta entretenido, aunque siga pecando de previsible.

De todos modos, esto es a lo que se denomina fan service, porque el gigante tuerto y microcéfalo es el personaje favorito de los lectores de El Capitán Trueno, sobre todo de los más jóvenes, y convertirlo en el héroe de la historia es hacer trampa.

Clash of the Titans.

Con el imperio chino a salvo, el Capitán Trueno y sus compañeros se despiden de China y ponen rumbo a Aragón para dejar al mago Morgano en su castillo y llenar el buche con pollo al chilindrón y vino de la región antes de continuar su travesía hasta las islas del norte.

¿Qué sorpresa les aguarda en Thule? ¿Estará todo en orden o habrán embargado su castillo por olvidarse de pagar la hipoteca? Nada de eso. En el tiempo que su marido ha pasado de juerga con sus amigotes, Sigrid ha estado muy ocupada superando un embarazo y dando a luz a un hijo rubio y rubicundo de nombre Sigurd, que significa leche fermentada en sueco.

¿Sorprendidos? Yo no. Añadid "bebés" a la lista de cosas que Ferrándiz no sabe dibujar.

Ho ho ho! Ya koo tocha ka poonoo nee sok nyee.

Y así, con un nuevo punto de inflexión en la historia del personaje creado por Víctor Mora y Ambrós, termina este tebeo. ¿Queréis saber cómo podéis confirmar que es un asco? Buscándolo en internet. Si nadie se ha molestado todavía en escanearlo, es por una buena razón, y esa razón es que solo los seguidores del cómic lo querrían en su estantería.

¿Habrá más Trueno dentro de un año? Supongo que depende de lo bien que se venda este último álbum; pero si lo hay, sé que mi padre acabará comprándoselo y que yo lo leeré por malo que sea. Es nuestro sino.

18 comentarios

  1. Mira que cuando has puesto que Sigrid habla de atender asuntos de estado, me ha venido a la mente el estado de buena esperanza, y luego leo lo del embarazo. Si resulta que soy adivino.
    Lo de una espada hecha con meteorito, me suena a los dibujos animados de Conan, ¿a ti no? Eso sí, sin híbridos serpiente-hombre.

    ¿Por qué las dos viñetas de Crispin (clander) y Goliath juntos que has puesto tienen una especie de connotación homoerótica? Ahí hay temita..

    ResponderEliminar
  2. Maldita sea, han violado mi infancia. Bueno, si la hubiera tenido claro. Y si hubiera dedicado mi tiempo a leer tebeos del Capitán Trueno, que no es el caso. Lo que he visto me ha gustado, ya lo creo que sí. Ese tono adulto y a la vez ñoño, ese villano empujando estatuas para hacer un "epic win" en toda regla, esa relación tebana entre Crispin Klander y Goliath, ese niño rubicundo cuando Trueno es moreno como un habitante de las Tres Mil viviendas (esta comprobado que en una relación sueca-español, el niño es morenazo y esto es un hecho científico, eh, científico). ¿Y dices que todo esto SOLO vale quince euros? Pero si es un cómic que dignificaría mis estanterías, lo pondré entre la colección completa de la Dragonlance y el temario de las Oposiciones, es decir, en el mejor sitio de todos.

    ResponderEliminar
  3. Terminento6/5/13 12:21

    La referencia a Jabba me ha mata'o

    ResponderEliminar
  4. Sereldotar6/5/13 12:55

    Nefasto como poco... qué dolor, con lo bien que me lo pasaba yo de crío con el Trueno Color...

    En cuanto a las horas de trabajo, imprescindible este artículo... no tiene desperdicio. http://www.rtve.es/noticias/20111009/ricard-ferrandiz-capitan-trueno-sigrid-se-casan-fin-despues-55-anos-noviazgo/466706.shtml

    ResponderEliminar
  5. Victor: ¡Toma!, claro que me suena eso de la espada construida con un meteorito, de aquellos dibujos animados de Conan que emitieron en los noventa. Qué pena no haber caído antes para comentarlo.

    David: Relación tebana... Cómo me gusta esa expresión. Puede que la use.

    Terminento: Me encanta cuando pilláis esas referencias. No siempre lo pongo fácil.

    Sereldotar: ¡¿Cuatro meses?! ¡¿16 horas diarias?! Y aún habrá quien piense que el trabajo duro puede suplir la falta de talento...

    ResponderEliminar
  6. Anónimo7/5/13 04:04

    Se nota que la pasaste mal leyend esto.

    Este entrada esta escrita con odio puro

    ResponderEliminar
  7. Jajajaja, el implacable Tipo de la Brocha abofeteando con guante blanco la ineptitud, eso es admirable.

    De por sí las revistas con ese tipo de dibujo y escritas todo con mayúsculas siempre me aburren(y más cuando son letras a máquina de escribir).

    Esa es la ventaja de hacer historias con mundos paralelos en donde en ningún momento se intenta emparejar la vida real con los hechos de la historia.

    Como que "el autor" plasma lo primero que le viene a la mente y lo deja en borrador.

    A mi me vino a la mente Thundar el Bárbaro de los ochentas. Esos dibujos(incluída la de Spiderwoman ochentera) carecen de secuencia, lógica, no empalman con los hechos reales y todo se lo sacan de la manga(a ver cuando reunimos los suficientes votos para que nos tomes la sugerencia de hacer una entrada con esos dibujillos animados).

    Excelente reseña y el piso rechinando de limpio con la barrida que le pones al buen Ferrándiz.

    ResponderEliminar
  8. O tal vez de Safari, of Claudio Tinoco. Armas construidas de la piedra de Alá, meteorito que cayó en el desierto.

    Me hago fan de Ferrandiz ya, esos pájaros en la viñeta tan bonica parecen pintados en la roca.

    ResponderEliminar
  9. Anónimo7/5/13 22:25

    Señor de la brocha..puede que le interese esto..
    http://thenewguardians.blogspot.com.es/2013/05/he-man-and-masters-of-universe-01.html

    ResponderEliminar
  10. Anónimo: ¿Hasta allí se huele la bilis?

    M@nchitas: El concepto y diseño de Thundarr el Bárbaro me encantan, pero nunca vi la serie. Me lo apunto igualmente.

    kei: Nunca he leído Safari. ¡Es verdad que los pájaros parecen grafitis!

    Anónimo: Puedes imaginar que después de comentar tantos cómics, estoy muy al tanto de esta colección. La sigo. Pero gracias.

    ResponderEliminar
  11. "... Los niños solo son tan idiotas como nosotros queramos que sean. ...", esa sola frase contiene más sabiduría que todo esta historia.

    Parece mentira que haya llevado tanto tiempo hacer este cómic. La mayoría de lectores de esta web lo podríamos haber escrito (no dibujado) una aventura mucho mejor

    ResponderEliminar
  12. LOL

    El niño es... hermoso...

    Buen artículo! Dios, al menos me ahorro 15 euros juajuajua

    ResponderEliminar
  13. Ya que hablamos de espadas de hierro meteórico, no olvidarse de la forjada por Eöl, el elfo oscuro, en el Silmarillion.

    O ya en la vida real, creo que Michael Moorcock también se forjó una.

    TDLB, me sorprenden gratamente sus conocimientos de composición de viñetas.

    ResponderEliminar
  14. "En defensa del malo diré que es medio mongolo" esa sola frase engloba más ingenio y originalidad que todo el comic de Ferrandiz.
    Los asiáticos realmente forjaban espadas y cuchillos con el hierro de los meteoritos, lo vi en un documental hace unos años (podría escribir "espadas hechas de meteorito" en Google para corroborar mis palabras, pero estoy en un departamento de mala muerte en medio de una selva sudamericana y son las diez y media de una mañana de sábado, así que mejor no).
    Como de costumbre, ha hecho una excelente reseña señor Brocha.

    ResponderEliminar
  15. Coincido con la mayor parte de la "crónica". Siendo fan y coleccionista de Trueno no entiendo como se le maltrata tanto editorialmente. Mala política de Ed.B, escasez de pasta para pagar a Redondo... ay!
    Yo hace tiempo que decidí meter los "3 Ferrandizs" en el cajón de los fancomics

    ResponderEliminar
  16. Mixtli19845/7/13 12:01

    Joder, entre las viñetas que se ven de un color horrible, ¿es el escaner o están así de mal coloreadas?, y el por lo que dices el guíon hace aguas por todas partes no me acerco a esta colección ni de broma. Unos euros que me ahorro.

    ResponderEliminar
  17. Lástima que no te haya leído antes, así me habría ahorrado los 15 euros. Lo compre ayer y tras leerlo me ha parecido infame. Por contrastar mi punto de vista, he querido leer la opinión de expertos en el tema
    como tu y al menos me queda el consuelo de que no son sólo mis impresiones. Esto es una manera de cargarse el personaje, es una pena que hagan esto. Gracias por este post esta súper bien expuesto y además, das una serie de datos muy bien argumentarlos que a mi se me pasan por alto (como por ejemplo, hablar del concepto estado) Espero que Ferrandiz no siga. La pregunta puñetera es por que después de estos fiascos sigue. Desde luego que Ediciones B debería de contratarte, tienes mil veces mejores ideas. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  18. Anónimo1/3/20 08:09

    Yo he leído los tres cómics este Ferrándiz estos días atrás y me han parecido terriblemente malos(el de La Espada Invencible,el peor). El más pasable de todos es el del "último combate", pero sólo se vuelve pasable si se la añade la última página del final alternativo que le dibujó expresamente M. Díaz,que está en Internet, en la que transforma todos los acontecimientos de la historia en un sueño de Goliath. Sea o no sea un recurso gastado lo del sueño,lo cierto es que consigue dar una explicación a los acontecimientos "mágicos" de la historia y se neutraliza la tragedia. Yo ya he coloreado y pegado esta página a mi tebeo, para salvarlo. Por último quiero añadir estoy de acuerdo con todas las críticas vertidas sobre estos tebeos, y añadir decir que en Atlántida Atlántida, el capitán vence a un enemigo que intenta abordarlos, y éste cae muerto al mar, PERO el Capitán no hace ademán de sacarlo del agua para comprobar su estado ni pensando en darle sepultura. Y ESE NO ES EL CAPITÁN TRUENO.

    ResponderEliminar

LEE ESTO ANTES DE COMENTAR: Al autor del blog le chifla recibir comentarios, pero todo tiene un límite. Con carácter general, los siguientes comentarios se eliminarán de la faz de la red: 1) los que no tengan un carajo que ver con la entrada, 2) los que falten el respeto sin ninguna gracia ni elegancia, y 3) los que puedan considerarse spam o sean más largos que un día sin pan (en principio, los que superen 300 palabras, ya sea individualmente o de forma concatenada).