30 de abril de 2024

'Conan: Lethal Consignment', de Shaun Hamill (2024)

Aunque mis entradas sobre Conan el bárbaro tienen menos poder de convocatoria que un cine al aire libre en Siberia, hoy echaremos un vistazo al quinto relato de Conan publicado bajo el sello The Heroic Legends, titulado Lethal Consignment, o sea, Consignación letal. Supongo que también podría traducirse como Depósito letal, pero lo cierto es que ninguno de esos títulos suena ni remotamente apropiado para una aventura de espada y brujería. ¿Qué será lo próximo?, ¿Espadas y tasas aduaneras?, ¿El hacedor de letras de cambio?... Al menos la palabra "letal" lleva implícita una promesa de violencia. Algo es algo.

El autor, Shaun Hamill, comparte apellido con Mark Hamill, el actor que interpretó a Luke Skywalker en las películas de la Guerra de las Galaxias, y eso es todo lo que podría decir de él si no hubiera visitado su sitio web y descubierto que en 2019 publicó la novela A Cosmology of Monsters. Este título no me es familiar, pero Stephen King dijo que "si John Irving hubiera escrito una novela de terror, habría sido algo parecido a esta". Y, en esta casa, respetamos la opinión de Stephen King y las referencias a John Irving.

Dentro de la cronología de Conan, este relato se desarrolla antes de La Torre del Elefante, que es la primera aventura del cimmerio en el canon howardiano. Esto significa que Conan aún es un pipiolo. Un pipiolo de un metro noventa de altura y con la masa muscular de un buey almizclero.

La historia comienza en Kordava, la capital del reino de Zingara. Para crear el mundo hyborio, Robert E. Howard se inspiró en distintas culturas de nuestro pasado histórico, y no es coincidencia que Kordava suene parecido a Córdoba, ya que Zingara viene a ser una península Ibérica medieval con pinceladas gitanas. Por la misma razón, tampoco es de extrañar que el primer personaje al que se nombra en el texto se llame Mugido. En definitiva, si, para crear ambiente, leéis este relato mientras escucháis un recopilatorio de los grandes éxitos de Camarón de la Isla, nadie podrá echaros nada en cara.

Flavio de Palma, primer oficial del navío mercante el Amanecer de la Fortuna, encuentra a Conan bebiendo cerveza en una taberna y, como tiene pinta de que el muchacho podría partir nueces con el ombligo, le ofrece trabajo como vigilante de seguridad.

¿Existe un cliché más manido que arrancar la historia en una taberna? No, pero nueve de cada diez aficionados a la ficción fantástica consideran probada su eficacia.

El trabajo de Conan consistirá en proteger la embarcación y su valioso cargamento hasta Aquilonia, ya que la travesía los llevará por aguas infestadas de piratas. Aunque, dentro de unos años, Conan surcará la Costa Negra junto a la pirata Bêlit y se ganará el nombre de Amra el León, en el momento en el que transcurre esta historia no ha pisado un barco en su vida. Afortunadamente no es de los que se marean en alta mar, porque se dejó la biodramina en el otro taparrabos. Además, navegan por un río.

Una noche, uno de los marineros aparece fiambre en cubierta, con la garganta descuajeringada, y, al poco que Conan indaga en el asunto, se entera que no es el primer tripulante que la diña en circunstancias extrañas. Las primeras bajas ocurrieron antes de que él subiera a bordo, casualmente después de que el barco recogiera un sarcófago negro en Estigia.

Seamos claros: tratándose de un souvenir estigio, lo menos malo que podría haber dentro son serpientes constrictoras y/o venenosas. Lo que encierra es mucho peor.

Desconozco si el autor tendría en mente a cierto conde transilvano cuando escribió este relato, pero es imposible leerlo y no pensar en la travesía del Deméter. Imposible, quiero decir, si ya has leído antes el clásico literario Drácula, de Bram Stoker, o has visto cualquiera de sus adaptaciones cinematográficas (me refiero a las buenas, no a bostas de caballo como Drácula 3000 o Drácula 3D). Sin embargo, a bordo del Deméter no viajaba ningún bárbaro de "gigantescas melancolías y gigantescos pesares", porque, de lo contrario, lo más probable es que el príncipe de los vampiros hubiera acabado con un trozo de mástil incrustado en el pecho.

El relato es corto (tiene apenas treinta páginas), más sencillo que la receta del pan, y va directo al grano. No es una aventura de espada y brujería hecha para recordar, sino para entretenerse un rato y "a otra cosa, mariposa". Además, como la mayoría de las historias de Conan, no necesitas conocer al personaje ni el mundo hyborio para disfrutarla; basta con que te guste la fantasía heroica. Da lo que se espera de esta colección, ni más ni menos.

Valoración: ★★★

12 comentarios

  1. Me mola que Conan sea la versión fantástica de Blade pero más musculoso, bronceado y escaso de ropa. XD

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    1. Me gustaría aclarar que el bicho de la caja tiene colmillos, pero no es un vampiro. En todo caso, las similitudes siguen estando presentes.

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  2. El título suena a película de James Bond. Y ahora me apetece ese crossover.

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    1. ¿Conan y James Bond? Podría ser. En peores plazas (crossovers) ha toreado el cimmerio.

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  3. Qué entretenido 😊👏

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  4. Quizás los títulos evitan lo de las tasas, aduanas y prestamos hipotecarios, no tanto por sonar inapropiados, como porque podrían sugerir que el monstruo a combatir es el Capitalismo. Y no creo que haya nacido héroe alguno capaz de abatir semejante bestia.

    Ciertamente las entradas de esta serie no han pegado tanto entre los lectores del blog, pero yo agradezco la actualización de lo más reciente porque había hecho amago de adquirir las últimas dos, después de tus reseñas y... se me fue de la mente. Ahora las he adquirido antes de comentar, y así sumar una victoria al monstruo del Capitalismo.

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    1. Fomentar la decadencia socioeconómica es mi pasión.

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  5. Noto cierta fascinación hacia los cuerpos fornidos en taparrabos en este blog, ¿o solo es mi percepción? Es corto tiene tres estrellas y hay piratas, merece una ojeada.

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  6. No me lo digas, al final Conan mata al ocupante del sarcófago, si es que se puede matar lo que ya está muerto

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    1. ¿Te puedes creer que ya me he olvidado de cómo acaba?

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