8 de marzo de 2012

Spartacus: Sangre y arena

Un hombre sabio dijo una vez: "No me gusta la arena. Es tosca, áspera e irritante, y se te mete por doquier".

Bueno, en realidad, no lo dijo un hombre sabio, sino Hayden Christensen en El ataque de los clones, y es una de las peores líneas de diálogo concebidas por George Lucas en su descenso al inframundo. La frase ni siquiera me sirve para apañar una introducción medio decente con la que empezar a hablar de la serie sobre la que trata esta entrada. Sinceramente, no sé en qué estaba pensando; quiero decir aparte de en arena y actores fracasados que confiaron en que alcanzarían la fama vistiendo de negro, cogiendo rabietas y haciendo pucheros.

Pero me estoy desviando del tema.

Spartacus: Sangre y arena es una de las series de televisión más entretenidas que he tenido el gusto de ver en el último año. Es cierto que no he visto más que tres o cuatro, porque gran parte de mi tiempo libre lo dedico a escribir estas y otras tonterías y a hacer malabares con mandarinas; pero lo importante aquí es que, mientras ordenaba las estanterías, se me ha caído la caja de la primera temporada de Spartacus en la cabeza. Indudablemente, se trata de una señal divina para que hable sobre esta producción de Starz. O quizá solo soy muy torpe; pero, vamos, no es que ningún dios en el que podáis creer tenga mejores cosas que hacer que dejarme caer un pack de DVD encima.

Spartacus, como podréis deducir de su nombre si no sufrís un retraso mental severo, está basada en la célebre historia de Espartaco, el esclavo que puso en jaque al Imperio romano durante la Tercera Guerra Servil, también conocida como la Guerra de los Gladiadores, la Guerra de Espartaco y Están Locos Esos Esclavos.

Tomando como punto de partida los pocos relatos que existen sobre Espartaco (principalmente los del historiador griego Plutarco, que también interpretaba las predicciones del Oráculo de Delfos y, por lo tanto, era un engañabobos del que no podemos fiarnos), Steven S. DeKnight, creador de la serie, va rellenando los huecos que dejaron los cronistas con desmembramientos, intriga, palabras malsonantes y sexo a raudales. Y debo añadir que es bastante explícita en eso del relleno.

Pues eso, explícita.

La historia arranca con la caída en desgracia del tracio Espartaco (Andy Whitfield) tras ser capturado y separado de su mujer (Erin Cummings) por orden del legado Cayo Claudio Glabro (Craig Parker), que le condena a la esclavitud.

A Glabro, pese a ser la némesis de nuestro héroe, no lo vemos mucho más después del piloto, lo cual es una lástima porque Craig Parker sobreactúa cosa fina y me parto de risa con él.

Igualmente, el personaje de Erin Cummings tampoco tiene mucho protagonismo, y su papel se reduce a aparecer en secuencias oníricas y flashbacks para darle a Espartaco mensajes poco claros sobre su destino. Al menos, y a pesar de que aquí la actriz texana no lleva uno de esos sujetadores prodigiosos que le arrejuntan los pechos haciéndolos parecer el doble de grandes (¿recordáis Bitch Slap?), la chica lo compensa saliendo en pelotas.

La feliz pareja en... Uy, ¿interrumpo algo?

Después de un sangriento asalto en la arena del circo de Capua al que Espartaco sobrevive de puro milagro, asistimos a su entrenamiento en el ludus de Léntulo Batiato y su ulterior ascenso a la gloria como gladiador; carrera en la que triunfa hasta el día en que le da un "flus" y decide rebelarse matando a todo quisque en una orgía de sangre y destrucción precedida de un espectacular salto a cámara lenta.

Y si pretendíais que pusiera un aviso de spoilers para no destriparos una historia que sucedió hace más de 2.000 años, vais listos.

Hay que ver lo que les gusta a algunos exhibirse...

Ahora bien, aunque la serie se promocionó apelando a sus altas dosis de violencia y pornografía, la única razón por la que me interesé inicialmente por ella es porque el equipo que hay tras las cámaras y, en menor medida, delante de ellas está integrado por la misma gente que trabajó en Hércules: Sus viajes legendarios y Xena: La princesa guerrera; entre otros, Rob Tapert, Sam Raimi, Chloe Smitdh y Joseph LoDuca. Incluso Michael Hurst dirigió algunos episodios.

¿No sabéis quién es Michael Hurst? ¡Pero si hasta lo tengo etiquetado en el blog!

Es este tipo:

Iolaus en Hércules, para más señas.

Entre los actores, como decía, también tenemos algunos viejos amigos. El rostro más conocido probablemente sea el de Lucy Lawless, que aquí interpreta a la MQMF Lucrecia (la primera M es de "malvada"), un personaje que dista mucho de su Princesa Guerrera y que, entre polvo y polvo con su gladiador favorito, se dedica a maquinar y cortejar a ricas romanas para acrecentar la fortuna y poder de la casa de su marido Batiato, interpretado por un magnífico John Hannah (el hermano pardillo de Rachel Weisz en La momia), un cabronazo ambicioso con una mente maquiavélica al que es imposible no querer.

Otro rostro familiar, aunque menos, es el de Manu Bennet, que precisamente coincidió con Lucy Lawless en Xena, conquistando a la Princesa Guerrera como Marco Antonio sin saber que años después haría lo mismo en Spartacus como el gladiador galo Crixo, aquí reconvertido a guido de Jersey Shore.

Estos dos se ven más desnudos que vestidos.

Pero incluso personajes como Crixo, que parece un actor porno gay con el cociente intelectual del tope de una puerta, están bien escritos, lo que hace fácil empatizar con ellos.

También hay que destacar que no hay buenos-buenos, ni malos-malos. El héroe no siempre se comporta con honestidad y a veces toma decisiones equivocadas; y los villanos, aunque sean egoístas y cometan verdaderas atrocidades, también tienen cualidades positivas y actúan bajo motivaciones comprensibles. Supongo que lo que quiero decir es que, excepto por esos músculos abdominales perfectamente delineados y los pechos firmes y voluminosos, todos los personajes son bastante humanos.

Excepto Doctore (Peter Mensah), que es un dios de ébano.

Como adelantaba más arriba, tanto la violencia como el sexo se muestran de manera muy gráfica y llamativa, con planos que tratan de imitar el aspecto de un cómic y que es inevitable comparar con los de la película 300, ya que, para reducir costes de producción, casi todas las escenas están rodadas con pantalla verde, sustituyendo fondos y decorados con imágenes por ordenador que les dan un aire entre cutre y surrealista.

De hecho, algunos dirán, y no sin razón, que Spartacus es una copia del filme de Zack Snyder con otro guión y menos presupuesto; pero esto solo es cierto respecto de la fotografía, porque Spartacus se distancia de 300 con sus múltiples giros inesperados y la mayor profundidad de sus personajes. En esto copia más a Roma, la serie de la BBC. ¡Pastiche al canto!

Leónidas despidiéndose de su esposa antes de la batalla...O quizá no.

Como punto en contra, debo señalar que la serie comienza tan floja que me costó seguirla después de haber visto el piloto; pero a partir del tercer o cuarto episodio, mejora a pasos agigantados y engancha una barbaridad.

En conclusión, aunque Spartacus no es ni mucho menos perfecta y, personalmente, estoy convencido de que podría haber vivido sin ver tanto pajarito al aire, cada episodio te deja con ganas de más, y sus secuencias de acción son lo suficientemente espectaculares e impactantes como para golpearse el pecho a dos manos e imitar a los gorilas. Apela a los bajos instintos y se desahoga uno viéndola. Hay días en los que no pido más.

12 comentarios

  1. Completamente de acuerdo en todo lo de la reseña. Una orgía de excesos tremendamente disfrutable y...

    a) John Hannah se come la serie el cabrón, impresiona ver como el tio enanín y poquilla cosa tiene más presencia que todos los armarios de 2x2 que le rodean... salvo Peter Mensah, que le sostiene el tipo (Doctore es el único gladiador que no parece idiota perdido casi todo el tiempo)

    b) Por fin encuentro en la blogosfera otro fan de Craig Parker. Es descojonante ver a este tio actuar... lo que me jode que cancelaran la leyenda del buscador XD

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  2. Gran serie! Divertidísima. No se me ocurre mejor manera de rellenar huecos que con violencia y sexo explícitos, es la ostia.

    Decir que la segunda temporada, que es una precuela compuesta por 6 capítulos, para mi gusto es mejor que la primera, dejándonos en el último capítulo una batalla cojonudisísima.

    Muy recomendada!

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  3. Sereldotar8/3/12 10:53

    La tenia pendiente pero ahora la tengo que ver sin falta...!

    Ah...para frase de Anakin, mi voto va por... "hay algo dentro de mi...y cuanto más me acerco a tí, más crece". El día del estreno todo el cine se descojonó. Menos yo, que estaba indignado con la mierda de guión. Ahora ya me río...

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  4. La anoto para verla, tanta destrucción debe estar agendada para mirarse. ¿Por qué hay series que empiezan flojas y maduran para mejor? ¿Cuántas series buenas me habré perdido por unos horripilantes primeros capítulos?

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  5. Una vez la encontré haciendo zapping, y todo lo que vi fue sangre y tetas. Lo cual no está nada mal, supongo.

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  6. Muy ricas las tetas de Lucy...

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  7. Anónimo8/3/12 18:51

    Buena serie, una pena que Andy Whitfield no pudiera continuarla debido a su cancer que provoco su muerte. Descansa en paz, estes donde estes.

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  8. eter: John Hannah es lo que tiene, que sabe actuar. Por eso puede interpretar a un tío que da canguelo o a un pusilánime.

    Parker es la monda incluso vestido de elfo. Y acabo de recordar que también salía en Xena.

    Agorer: Todavía no he visto la precuela. A ver si la sacan a la venta de una condenada vez. La pediría fuera, pero viene sin subtítulos de ninguna clase.

    Sereldotar: Sí, esa es otra frase que, tratándose de otro escritor, me hubiera planteado el que estuviera puesta aposta.

    LacraESECEFE: Son casi peores las series que empiezan bien, te enganchan y luego empeoran cuando ya no puedes dejarlas. Es lo mismo que ocurre cuando uno se casa.

    D: No creas, la intriga y los personajes tridimensionales son lo que evita que la serie sea una mierda.

    Critical+: Pues no sé qué decir. La mujer es guapa, pero va teniendo una edad y la gravedad es la gravedad.

    Anónimo: Es una lástima, sí. Tenía un rostro y un saber estar muy de protagonista de serie. Además, en las entrevistas y documentales parecía majo.

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  9. Buena serie, engancha con un par de capítulos.

    Una lástima lo del Andy Whitfield, lo hacía bien.

    Por cierto el personaje no se llama originalmente Espartaco, los romanos lo llaman Espartaco, pero su nombre real no se sabe.

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  10. El resumen es: mujeres y sangre

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  11. Una de mis series preferidas de los últimos años, y es como tú dices, apela a los bajos instintos, pero que más da, los minutos de diversión que me ha dado esta serie no los cambio por nada. Espero que la nueva temporada mantenga el nivel.

    Saludos.

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  12. Recuerdo estar viendo justamente el penúltimo episodio de la serie cuando me petó el ordenador. Y desde entonces no sé cómo termina. Al principio es como cuando ves Águila Roja por primera vez, piensas "menuda cutrez", pero luego te engancha de tal manera que no puedes estar un día sin verla.

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