
El jueves pasado, después de contabilizar vuestros votos con mi fantástica tabla de Excel (que suma, multiplica y hasta me subraya en verde la opción más votada), estuve buscando libros que pudieran seros de ayuda en el curso de esta aventura. Encontré una obra de ensayo científico titulada Oráculo de la sabiduría para tomar decisiones en la vida, de Colette Baron-Reid, que, aparte de rimar, se vende con una baraja de 52 cartas adivinatorias.
Si decidís comprar ese libro para dejar vuestras decisiones vitales en manos de vendedores de humo, pasad a la sección de casos perdidos. Si no, seguid leyendo.
Sin perder de vista las huellas del participante individualista, tomáis el túnel que se dirige al este. Es alucinante lo bien que os orientáis a pesar de estar bajo tierra. Yo me pierdo incluso usando Google Maps por la calle (siempre tengo que echar a caminar para ver hacia dónde se mueve el muñeco), pero vosotros ni siquiera necesitáis una brújula para saber en qué dirección vais. Es como si tuvierais un sexto sentido para.. ¡Eh, cuidado con el charco!
"¡Mecagüen!", gritáis, demasiado tarde.
No pasa nada. Es el pie que ya teníais mojado. No os quejéis.
Al poco rato, os topáis con lo que el libro describe como "un gran obstáculo en el suelo del túnel". Digamos, por justificar esa descripción tan vaga, que la luz que emiten los cristales del techo es tan tenue que no os permite saber con exactitud de qué se trata (además, sois un poco miopes y tenéis principio de astigmatismo); pero, sea lo que sea, está obstruyendo el camino.
"¿Y no podemos acercarnos un poco más para averiguar qué es?", os preguntaréis.
Eso sería lo lógico, pero, en cambio, lo que propone el texto es que decidáis si seguís adelante, con una idea imprecisa de qué se interpone en vuestro camino, o, por el contrario, dais media vuelta y regresáis a la bifurcación, como si aquí no hubiera pasado nada.
No hace falta haber leído muchos librojuegos para suponer que esa es la clase de opción que el autor te ofrece por lástima cuando has elegido mal y vas derechito a una muerte atroz. "Uy, ¿de verdad quieres bajar al foso del que proviene ese olor nauseabundo de pilas de cadáveres de generaciones muertas? ¿Estás seguro de que no prefieres retroceder hasta la ruta alternativa que descartaste?".
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Esta es una cara que necesita creer en las segundas oportunidades. |
También cabe otra posibilidad: que el autor este jugando con vosotros para que os comáis la cabeza.
En general, apelar a las inseguridades del lector me parece cruel; pero me lo parece aún más en un librojuego como este, que tiene un 9% de secciones de fracaso inapelable. Me refiero a secciones a las que podríais llegar por abrir sin pensar una caja misteriosa en lugar de llamar a los TEDAX y que cuentan cómo un pobre ordenanza despega vuestros restos de las paredes con espátula.
Sea como fuere, a mí la opción de retroceder no me apaña. Esta experiencia debería ser divertida, pero también educativa, y la lección de hoy es que todo acto tiene su consecuencia. Dicho de otro modo, tenéis que aprender a apechugar con las decisiones tomadas. O con las que toma la mayoría.
En definitiva, que no voy a daros la opción de deshacer el camino andado.
"Jo, Tipo de la Brocha, pero yo no sabía que iba a encontrarme con un gran obstáculo en el suelo del túnel, no es justo".
¿Sabéis lo que no es justo? Que Netflix cancelase la serie GLOW a falta de una temporada para que acabase. Eso sí que es injusto.
Por cierto, el buzón de reclamaciones estaba en la bifurcación.

Sin más alternativa que seguir adelante, os acercáis al obstáculo para observarlo mejor. A primera vista, parece un pedrusco enorme. Es tan ancho como el propio túnel y bastante alto, aunque no llega hasta el techo. La buena noticia es que no parece que vaya a echar a rodar detrás de vosotros.
Con mucho cuidado, arrimáis la mano a la que menos aprecio tenéis (la que no usáis para limpiaros el culo) y tocáis la superficie.
"¡Concho!", exclamáis sorprendidos.
El objeto no es duro y áspero como una roca, sino esponjoso y suave, como un albornoz lavado con Norit, el patrocinador de esta entrada (solo falta que se entere de que lo es para poder negociar mi estipendio).
"Parece bizcocho recién hecho", decís.
Seguís tocándolo.
"Bizcochito, je, je".
Parad ya, por favor.
¿Cómo queréis salvar este obstáculo?
- Trepáis por él, a sabiendas de que, al hacerlo, estaríais reconociendo como ciertas las teorías evolutivas que dicen que el hombre desciende de un animal inferior, probablemente la cabra.
- Lo rajáis con vuestra espada, porque no hay problema que no se resuelva con violencia, y si no se resuelve, es porque hay que aplicar más violencia.
Tenéis hasta el lunes 16 a las 12:00 CEST para votar. Podéis hacerlo en los comentarios o en Twitter.
A mí me han educado siempre en el respeto y el diálogo como opción saludable y socialmente aceptable para resolver los conflictos. Y, sinceramente, dado que comerse el bizcocho no parece una opción, y dado que trepar por el bizcocho tampoco parece que sea respetuoso para con el mismo, voy a dejar que la espada lleve el peso del diálogo respetuoso y razonado que resuelva el conflicto.
ResponderEliminarEse es el secreto del acero.
Eliminar"¿Utilizar la violencia de forma totalmente gratuita e innecesaria? ¿Qué puede salir mal?" Dijo un aventurero random antes de ser pasto de los orcos/giaks/gobblins...
ResponderEliminarComo no queremos ser ese tipo de aventurero mejor trepamos, porque la cabra siempre tira hacia (trepar) el monte.
¿Cómo va a salir algo mal en el Laberinto Mortal? El nombre solo es un reclamo publicitario.
EliminarDejo que hable el filo de mi espada por mi
ResponderEliminarEse nombre tuyo... ¿es del sudeste asiático? Siento curiosidad.
Eliminar¿Qué tan ducho somo en el conocimiento de la fauna local? Porque suena a un obstáculo del tipo Snorlax. Y si bien nunca he jugado al "Pokemono" en mi vida, me parece que es el tipo de situación en la que hay que darle la razón a Gandhi. En lo de la no violencia, no lo del racismo. Así que pongamos a prueba nuestras dotes de Spiderman y a trepar.
ResponderEliminarCero duchos sois en fauna local. Al menos hasta que me olvide de haberlo escrito y/o me convenga que lo seáis.
EliminarSi asumimos que quien pasó antes escaló al no haber rastros de lucha alguna, y si nos guiara algo parecido a la sensatez probablemente haría lo mismo. Por otra parte no hay que subestimar las bien elaboradas trampas del barón y francamente no tengo ganas de ponerme a trepar una esponja. A espadazos limpios y si resulta ser bizcocho ya tenemos con qué acompañar el desayuno. Todo ganancia
ResponderEliminarApenas habría rastros de lucha si este cuerpo extraño estuviera vivo y fuera una imitación del cubo gelatinoso de Dungeons & Dragons, lo que también apoyaría tu decisión. Pero ¿es la decisión correcta? Lo sabremos próximamente.
Eliminar¿Otro librojuegos por fascículos? ¡Genial! Con lo bien que nos lo pasamos con el de la Mansión Infernal. ¡Y lo bien que se nos dio!
ResponderEliminarYo a este sí he jugado, pero recuerdo perfectamente haber muerto en todas y cada una de las veces que lo intenté. Hasta el punto de dejarlo por imposible; no sé cómo acaba (bien).
Así pues, con este maravilloso currículum, yo digo que espadazo y tentetieso. Ya sería mala suerte que fuera una especie de globo lleno de material inflamable, jajajaja.
Espero que no recuerdes mucho del libro, más allá del trauma de morir una y otra vez. En cualquier caso, siempre puedes crear nuevos malos recuerdos en grupo.
EliminarSolo recuerdo que en una ocasión me metí por un pasillo y apareció un bicho tirando un muro y me mató sin tirada ni nada. Y ahí dejé de jugar.
EliminarGajes del oficio.
EliminarMi experiencia en juegos de rol dice que lo mejor que se puede hacer con cualquier elemento que no sea claramente hostil es:
ResponderEliminar1° Tratar de comerciar.
2° Ignorarlo.
3° Comérselo.
Como nuestro Amo del Calabrocho no nos ofrece la primera ni la tercera opción, mi voto es que lo escalemos tocándolo lo menos posible y sigamos adelante.
A mí la segunda opción me gusta. Es difícil sobrevivir al Paseo si no se ignoran ciertas cosas.
EliminarNo hay rastro de los otros pringaos... No me extrañaría que esto sea algo parecido a un cubo gelatinoso y los haya digerido... Opto por la opción más razonable y ponderada... Espadazo y a ver qué pasa.
ResponderEliminarEl primo provinciano del cubo gelatinoso. No es transparente, pero te engulle igual.
Eliminar¿Para qué hemos escogido un 12 de Destreza si no es para usarlo? Voto por rajar el obstáculo con nuestra espada. Si esa cosa es tan blandita como parece no tiene pinta que la espada se vaya a romper al golpear y si resulta finalmente ser una criatura agresiva, pues es mejor ser los primeros en atacar que acercar nuestro cuerpo a un posible enemigo sin haber desenvainado el arma siquiera.
ResponderEliminarEs posible que el participante que pasó por aquí antes que nosotros esté debajo de lo que sea que obstruye el paso, aplastado cual coyote que persiguiera al correcaminos y al que le ha caído una gran roca.
En un mundo ideal, este obstáculo es efectivamente una criatura y le infligís daño antes de empezar el combate, partiendo pues con ventaja. Repito: en un mundo ideal.
EliminarNi caso a Bulwer-Lytton, lo más poderoso es una espada 🤺 ahí va esa bizcochitoooo🎯
ResponderEliminarEmpiezo a pensar que utilizar la palabra bizcocho para describir la esponjosidad de este elemento extraño, cuando lleváis un cuchillo grande, no ha sido buena idea.
Eliminar😉👌o una pista
EliminarVeremos🧐
Yo elegiria la espada, en el caso de que sea un blandiblub corrosivo mejor que sea la espada quien lo pruebe primero y en el caso de que sea una criatura que se iba a poner agresiva cuando empezaramos a trepar por ella, mejor empezar el combate con un cuarto de acero entre los higadillos a nuestro favor, ademas, pega con nuestro personaje, no olvidemos que es un vagabundo sociopata a quien la idea de meterse en un calabozo lleno de trampas mortales del cual nadie ha salido jamas con vida le parecia lo mas razonable del mundo.
ResponderEliminarOjo, que si perdéis la espada, perdéis puntos de Destreza. Os convertiríais en un vagabundo sociópata ineficaz.
EliminarA ver... Si llevamos una espada será para usarla, digo yo...
ResponderEliminarPor otra parte, usarla en cualquier ocasión nos convierte en unos descerebrados...
Bueno, tampoco he destacado nunca por mi inteligencia.
Veamos... Recapitulemos usando el viejo arte de lanzar una moneda: cara, trepo; cruz, espadeo. Y... La moneda de 1 euros que tenía a mano size que cara. Pues trepo. Recordadme xomo
Recordadme como una conciliadora cabeza chorlito
ResponderEliminar(se cortó el comentario anterior... Perdón)
No sé si podremos perdonarte. Somos bastante rigurosos con los comentarios.
Eliminar¿Por qué narices hablo en plural?
Después de tantos que han pasado por mi boca, ¿acabará mi vida convertido en el postre de un bizcocho?
ResponderEliminar"¡Noooooo!", espadazo.
¿Y la justicia poética qué? ¿Es que nadie piensa en la justicia poética?
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues yo era partidario del espadazo y tentetieso, pero después de nuestra "triunfal" actuación en la Mansión del terror he decidido interpretar las indirectas de nuestro anfitrión antes de tomar una decisión, y casi que mejor lo escalamos. Ya habrá tiempo de sacar nuestra habilidad en el combate a pasear.
ResponderEliminarAunque es la monda ver cómo le dais vueltas a cada bobada que escribo en busca de la pista definitiva, te aseguro que, de momento, no estoy intentando salvaros el pescuezo con indirectas.
EliminarTal y como yo lo veo podría tratarse de un monstruo lovecraftiano o podría ser un montón de ropa encima de una silla. El barón al fin y al cabo es humano, mientras no se diga lo contrario, y colgar la ropa en el armario da mucha pereza.
ResponderEliminarSea una o otra opción nos veo escalando, teniendo un resbalón tonto, cayendo y golpeándonos el colodrillo. Misma situación que al principio pero con menos puntos de resistencia y más puntos de sutura.
Por tanto mejor espadazo, que el que saca la espada para no dispararla es un parguelas. Sólo espero que el barón tenga más mudas limpias.
Hay un enorme montón de ropa en el suelo de mi dormitorio que apoya tu teoría.
EliminarLa cabra, la cabra!
ResponderEliminar¿Y ahora cómo me quito yo la canción de la cabeza?
Eliminar¡MATAR! ¡ACUCHILLAR! ¡DESTRUIR! ¡HACER CACA EN EL SUELO Y ESCRIBIR EN LA PARED CON ELLA!
ResponderEliminar(Voto por la segunda opción si a Herr Brocha le parece bien y no es molestia. No, gracias, no más café para mí)
Lo de pintar las paredes con caca mejor lo dejamos para otro día. Lo de acuchillar me parece bien. Desde luego es una opción.
EliminarPues yo voto por la opción 1: trepar por encima.
ResponderEliminar¿Que por qué voto por algo que a priori es tan estúpido?
Porque el sujeto que ha venido antes que nosotros ha tenido sí o sí que tomar la misma decisión: trepar o luchar. Y como no hay cadáver en el suelo y el bicho sigue vivo, es lógico pensar que el otro concursante de los juegos del hambre tomó la opción no violenta y le salió bien.
O se lo han comido vivo y no han quedado ni migajas.
Eliminar¿Es esto el moho asesino de mil hogazas de pan? ¿Es la mancha voraz? ¿Es una parte esponjocita del monstruo que vive debajo y no paga suficiente renta? Lo importante es que cuando lo abrazamos no hubo convulsión alguna, por lo que sugiero trepar, pero estar calmados y alertas, como gatitos preocupados. Y en Twitter... ya sabe...
ResponderEliminarQue sea achuchable siempre es buena señal. A menos que sea una criatura con parte de gato, porque entonces podría revolverse cuando menos te lo esperas y arrancarte la cara de un zarpazo.
EliminarMi teoría es que esa cosa bizcohil es algo vivo, que cuando subamos por él, se va a enfadar y nos va a atacar. En cambio, si lo rajamos con la espada se va a enfadar todavía más y también nos va a atacar, por lo tanto, hagamos lo que hagamos, estamos muertos, en definitiva, ha estado bien esta aventura, pero un poco corta, ¿no? Cuando uno solo tiene un martillo todo lo que ve son clavos, pues como prácticamente solo llevamos una espada, todo es... rajable, además, como el primero que pega, pega dos veces, pues me decanto por rajar con la espada.
ResponderEliminarYo tengo fe en vuestra supervivencia. Por tiempo limitado.
EliminarHay que catar ese cizcochil!! La espada!! ricooo ricoooo
ResponderEliminarDefinitivamente me equivoqué al comparar la cosa con un bizcocho.
Eliminarsaja rajaaaa
ResponderEliminarSe me olvidó por completo votar pero bueno, supongo que da igual. Aquí el amigo decía de escalarlo y yo soy más de utilizar la violencia, así que como un voto anula al otro pues no hay diferencia jeje
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