4 de abril de 2013

He-Man and the Masters of the Universe #5 – The Sword and the Sorceress

Nos acercamos al final de la colección principal de los Masters del Universo y voy a sincerarme con vosotros: acabo de visitar el trono, han cortado el agua en todo el edificio y no hay nada que pueda arrastrar eso cañerías abajo. Y por lo demás, menuda patata de colección.

He seguido religiosamente el relanzamiento de estos cómics y comentado cada uno de sus números en el blog, incluidos los minicómics y las historietas de los orígenes de Eternia (¡podéis verlo todo en la sección de grandes sagas! ¡y no os olvidéis de comprar un souvenir antes de salir!), y en contra de todo pronóstico, lo peor que he visto hasta la fecha ha sido la colección principal.

No necesito volver la vista atrás para recordar que la serie empezó de forma bastante prometedora, pero desde entonces ese enorme globo de posibilidades se ha ido deshinchando hasta llegar a un punto en el que me cuesta ver sus aspectos positivos, y me temo que si tuviera que responder a la pregunta "¿Leerías estos cómics si tuvieran otros protagonistas?", lo haría con un rotundo no. O con un NS/NC, que es más socorrido y jode las estadísticas. Lo que sea por hacer la puñeta.

La parte más triste es que DC no haya encontrado a ningún autor a la altura de una franquicia tan rica y variopinta como la que tenemos entre manos. Quizá por eso siempre he sido más fiel a Marvel, aunque su tan anunciado Age of Ultron tampoco es que sea la repanocha, todo hay que decirlo. En cambio, el Spectacular Spider-Man, que no veía yo nada claro que fuera a gustarme, chapó; me encanta por dónde ha llevado Dan Slott la serie desde aquel polémico The Amazing Spider-Man #700.

Pero yo no iba a hablaros de nada de eso. Dejad de rayarme.

En el número anterior, Evil-Lyn forzó a Adam y Teela a combatir medio en cueros sobre un caldero de fuego con la mala pata de que nuestro joven héroe acabó precipitándose hacia las llamas después de que Zoar, el halcón de combate y poderoso aliado de He-Man, le diese un inoportuno empujón.

La pregunta de cómo saldría Adam del apuro tenía pocas respuestas posibles (que Adam fuera un Pokémon tipo roca y el regreso de Superman a Eternia eran mis mejores apuestas), pero la que menos podía imaginarme es que las puñeteras llamas no quemasen.

Dejadme que os lo explique porque tiene tela.

Resulta que el Caldero de la MuerteTM, como la mitad de cementerios y hospitales que salen en Cuarto Milenio, está encantado. Sí, encantado, uuuuh... Y, por lo tanto, solo se calienta a medida que los contendientes se hacen pupita y derraman sangre sobre el fuego, para que así su muerte sea más lenta y dolorosa y Keith Giffen pueda pitorrearse de los lectores otro número más.

¡El Caldero de la Muerte tiene hambre esta noche! Que alguien traiga Almax.

O al menos esa es la manera en que lo percibe Evil-Lyn, que está chiflada y viste como una drag queen. Por el contrario, yo, que llevo la tira de años leyendo cómics de superhéroes y luzco un precioso saco de arpillera atado con una cuerda, solo veo en esta prueba del Caldero otra memez innecesaria para que los héroes tengan más oportunidades de escapar. Y, ¡qué sorpresa tan inesperada!, eso es precisamente lo que hacen Adam y Teela.

¿Que cómo escapan? Pues huyendo por un agujero que vio Adam cuando Zoar lo derribó sobre el caldero. Una vez más brilla la conveniencia en ausencia de un buen guión.

Las aves os observan.

Evil-Lyn ordena a Man-At-Arms que vaya en busca de los prisioneros y luego se marcha a sus aposentos para hacerse la manicura e informar a Skeletor, Lord de la Destrucción y socio del Foster's Hollywood, de su lamentable desliz. A pesar de todo, la Malvada Bruja del Oeste no se amilana frente a su señor e incluso le advierte que vigile su tono de voz. Está claro quién lleva los pantalones en la Montaña de la Serpiente, y eso que Evil-Lyn y Skeletor ni siquiera están casados y los pantalones no existen en Eternia.

Tan pronto como Skeletor se entera de que Zoar intervino en la huida, llega a la conclusión de que la Hechicera le ha estado tomando el pelo todo este tiempo (lo del pelo es un decir) y corre hecho un basilisco a su mazmorra para preguntarle cómo se las ha apañado para ayudar al principito y a su amiga, si la única manera de saber dónde estaban era metiéndose en su mente.

La Hechicera, que está hecha un cromo, le responde que se había ocultado en uno de esos recuerdos felices que Skeletor tan pocas veces revisita. No sabía que Skeletor, un tipo al que se le derritió la cara cuando aún estaba en edad de merecer, tuviera buenos recuerdos. No sé, quizá la Hechicera se refiera a cuando le tocó el muñeco de Bob Esponja en un Huevo Kinder .

Sea como sea, Skeletor se coge un rebote de cuidado y, en un acto de maldad sin precedentes en su trayectoria profesional, practica el Darth Vader con la Hechicera.

Y ahora, un par de preguntas para vosotros: ¿"SNAKT" os suena a cuello roto o solo a ligera contractura muscular? ¿Ha matado Skeletor a la Hechicera o simplemente le ha garantizado quince visitas al fisioterapeuta? Son cuestiones que se resolverán en el próximo número. Tampoco importa, porque aquí viene... ¡un plano gratuito de culo estupendo!

La Hechicera no deja de hacer pilates ni aun estando encerrada en una mazmorra.

Adam y Teela descienden bajo la montaña por una escalera de caracol hasta llegar frente a una puerta circular decorada al estilo azteca. O más que azteca, maya. Por el uso de jeroglíficos, digo. Lo sé, flipáis con la cultura que tengo. Qué pena que toda sea inventada.

Teela aún está intentando averiguar cómo franquear este nuevo obstáculo cuando Adam toca la puerta y ésta se abre mágicamente, conduciendo a nuestros heróes a una sala donde encuentran la Espada del Poder clavada en una roca cual Excalibur.

Quiero suponer que quien ha escondido aquí la espada es la Hechicera, porque ni siquiera Skeletor puede ser tan idiota como para guardar el instrumento de su derrota en un lugar en el que solo puede entrar su mayor enemigo.

No, esperad, seguro que fue Skeletor. Es justo así de idiota.

Música de Vangelis en 3, 2...

Lo único que se interpone ahora entre Adam y la Espada del Poder es lo que al principio parece un felpudo viejo sobre el que han vomitado demasiadas veces, pero en realidad es ¡Cringer, el Tigre de Combate!, que desde que le borraron la memoria, ya no necesita visitar al Mago de Oz para que le dé valor, porque se ha asilvestrado completamente.

Su enfrentamiento con Adam, eso sí, roza lo ridículo. Para muestra un botón:

Me pareció ver un lindo gatito.

Al rato, Man-At-Arms y sus hombres, que habían parado a comprar shawarma, llegan al lugar del enfrentamiento y apresan a Teela. Sin embargo, no todo está perdido, porque Cringer, a pesar de sus esfuerzos, no logra impedir que Adam "desenroque" su espada mágica y grite:

"¡Thunder! ¡Thunder! ¡Thunder! ¡Thundercats! ¡Ooooh!".

Perdón, me equivoqué de serie. Por el Poder de Grayskull y todo eso.

Sí que tiene el Poder, sí… Se llama SuperPump Max y lo venden en botes de 640 gramos.

Esa viñeta de ahí arriba es la única con la que me he emocionado mínimamente leyendo este número, y debo añadir que suelo sentir mayor excitación cuando consigo abrir un bote de mostaza con mis manos desnudas y sin golpearlo contra la encimera. Además, que me guste esa viñeta ni siquiera es algo que pueda agradecer a los autores. Yo lo achaco más bien a haber seguido durante medio año una colección en la que las apariciones del héroe principal han sido casi anecdóticas.

Resumiendo, que es gerundio: al transformarse en He-Man, Adam rompe el hechizo de la Calavera de Poder y los Guerreros Heroicos recuperan sus recuerdos. ¿Por qué sucede esto? Porque sí y punto. Solo queda un número por delante y no hay tiempo para andarse con explicaciones. Ha llegado la hora de patear glúteos firmes y tonificados, y el de Skeletor es el primero en la lista.

You wanna piece of me?

Y ahora, hagamos memoria. La historia inicialmente escrita por James Robinson empezó con buen pie gracias a un planteamiento interesante: la creación de una nueva realidad en la que Skeletor dominaba Eternia y los Guerreros Heroicos no guardaban recuerdo alguno de su pasado. Esta idea ofrecía grandes posibilidades en manos de buenos guionistas, pero su desarrollo ha sido repetitivo y muy poco original. Además, por culpa de Keith Giffen, ahora no puedo quitarme de la cabeza a Adam preguntando a Teela si besa a su padre con esa boquita después de que ella suelte un taco (para ser precisos: "@#$&%#"). En comparación, incluso las historias cortas de los minicómics digitales son brillantes, en especial los números escritos por Mike Costa.

Además, aunque os he evitado las peores viñetas, la mitad del cómic está dibujada con el ojete, y creo que es la mitad que dibujó Pop Mhan, algo bastante extraño porque, descontando aquel brazo elástico de la Hechicera, el tipo hizo un trabajo bastante resultón en el minicómic de Man-At-Arms. En cambio, las viñetas decentes, a juzgar por los números anteriores, diría que son obra de Philip Tan, que sigue su línea habitual.

En cuanto a la calidad del dibujo de Mhan, algunos defenderán que es cuestión de gustos, pero no me negaréis que deja de serlo cuando Adam y Teela tienen estas pintas:

Los Mortadelos gozan de mayor nivel de detalle.

Y, en cualquier caso, no sé a cuento de qué viene que en un mismo número participen dos dibujantes distintos, sobre todo cuando sus estilos son como la noche y el día. ¿Tanto le cuesta a un profesional dibujar 20 páginas en un mes? Vamos, cómo para poner a estos dibujantes a cargo de un manga. Ni encadenándolos a la mesa hacen el trabajo.

La buena noticia es que ya solo nos falta un número para llegar al final.

6 comentarios

  1. Habría tenido sentido poner 2 dibujantes distintos si uno (el peor) fuese para antes de que se disipase el hechizo de Skeletor y el bueno para después, cuando Adam es He-Man, habría remarcado el hecho de que la realidad creada por Skeletor era falsa.

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  2. Menuda mierda de comic.

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  3. Me da una PENAZA el ver esa calidad de dibujo pues considerando sus trabajos anteriores (Tan y Mhan) pienso que les importa un bledo la serie. O los raptaron alienígenas que odian brutalmente a He-Man. No estoy seguro.

    Muy a la «¡Mierda! ¿Teníamos que contar una historia? ¿Cuántos números quedan?». Fijo que la siguiente es el comienzo de la batalla épica, funde a negro y algún abuelo nos relatará las grandes historias de He-Man, el que murió en aquella cruenta pelea.

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  4. Esperemos que el ultimo numero arregle algo.

    Pobre He-Man lleva la negra en relazamientos. Y yo me pregunto, ¿como si es tan horrible esta limited consiguió un volumen 2 en forma de serie regular?

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  5. Anonimatus: Una idea demasiado buena para esta colección.

    Jeral: Sinopsis.

    LacraESECEFE: Esta serie le importa un pito a mucha gente, pero no a la suficiente como para que la cancelen.

    Vladek: El último número algo arregla, porque está cargado de acción y He-Man y Skeletor son los protagonistas absolutos, pero tampoco es nada del otro mundo. La culpa es de los fans, que se compran cualquier cosa.

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  6. Mixtli198415/4/13 14:44

    Los detalles en el dibujo se los pasan por el arco del triunfo, yo creo que los dibujantes estuvieron tocandose los huevos hasta el ultimo dia que fue cuando se pusieron a dibujar como locos lo que no habian hecho. Es que mira que son pocas páginas de cómic y ni aun asi pueden currar un poquito.

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