La votación anterior fue muy reñida y, por tanto, interesante. Esta última, no tanto. El 81 % prefiere la pizza sin piña, y solo el 19 % restante tiene el sentido del gusto atrofiado y se comería incluso una ensalada de medusa.
Esperad, me he equivocado de encuesta.
El 87% de vosotros no quiere saber nada del conducto en el que os metisteis en la última entrada, y de esa inmensa mayoría, casi la mitad nunca quiso entrar. La decisión ha sido clara y contundente.
Una negrura densa os envuelve. Os halláis en un vasto abismo de oscuridad insondable. Dicho de otra manera: no veis tres en un burro. El contacto de vuestras extremidades contra las paredes y el suelo del conducto es lo único que os ancla a una realidad palpable. Pero esa realidad es un espacio angosto por el que solo podéis arrastraros a tientas, chapoteando en el légamo viscoso que lo recubre todo. El único sonido que oís es el de vuestra propia respiración, rápida y jadeante. Sentís los latidos agitados de vuestro tembloroso corazón y, aunque no pueda ser verdad, os da la impresión de que las vibraciones se transmiten al metal del conducto.
"¡Qué agobio!", gritáis. "¡Se acabó! ¡Me piro!".
Supongo que ya habéis tenido conducto limoso de sobra. No me extraña.
Intentáis daros media vuelta, pero resbaláis en la sustancia que recubre la superficie del conducto, y os sacudís una buena morrada.
"¡Mecagüen...!".
Perdéis 1 punto de Dignidad (no hace falta que llevéis la cuenta, estáis por debajo de cero).
Puede que girarse no sea tan fácil como pensabais, sobre todo ahora que estáis más pringosos que el dulce de leche.
"Diantre", farfulláis, tendidos de costado sobre el metal, en una posición incómoda.
Os incorporáis con cuidado hasta poneros a gatas, como si fuerais un bebé. Un bebé grande vestido de cuero tachonado y cada vez más harto de la vida.
Os obligáis a respirar hondo, procurando mantener la calma, y empezáis a recular. Despacio, muy despacio.
PI-PI-PI-PI-PI-PI-PI...
No os preocupéis. Ese es el pitido de la marcha atrás, y solo lo he escrito porque me apetecía. No lo estáis oyendo.
Al cabo de una eternidad, empezáis a distinguir vuestros propias manos; luego, las paredes del conducto. La luz que os llega es mínima, pero vuestros ojos se han acostumbrado a la oscuridad y cualquier atisbo de luminosidad supone una gran diferencia. Apretáis el paso hasta que vuestros pies patean el aire. Os invade una excitación nerviosa como la que solo puede preceder a un gran alivio.
Y entonces sentís es una ligera palmada en el culo. Pero no os sobresaltáis, sino que sonreís.
"El collar, claro", decís, con un asomo de risa nerviosa. "Eso que se lleva".
No muy lejos de allí, un prisionero manco siente un ligero cosquilleo en el vientre.
Salís del conducto a trompicones, y os tambaleáis hacia atrás al pisar el suelo firme del pasadizo, pero conseguís mantener el equilibrio.
Ya estáis fuera. ¡Fuera por fin!
Podéis celebrarlo si queréis, pero presiento que este ha sido el comienzo de una hermosa claustrofobia.
Os estiráis para desentumecer los músculos y os llenáis los pulmones de aire. Incluso el ambiente viciado del pasadizo os resulta confortable comparado con el del oscuro conducto.
Pero no hay tiempo para descansar. Además, si no hacéis nada, me aburro.
Dejáis vuestro morral en el suelo y rebuscáis entre los objetos que habéis encontrado a lo largo de vuestro periplo por el Laberinto hasta que dais con vuestro hallazgo más reciente. Tal y como suponíais, se trata de una caja de madera. La examináis concienzudamente. Es pequeña y no tiene cerradura, solo una tapa. Tampoco veis adornos ni inscripciones. Es tan simple como puede serlo una caja.
Y solo hay una manera de saber lo que contiene.
Pero ¿y si lo que contiene es una trampa? Podría haber un escorpión dentro o un mecanismo que os dispare un dardo envenen... Ah, que ya habéis levantado la tapa. Pues no digo nada.
Dentro de la caja hay dos objetos: una llave de hierro y...
"¡Una gema!", exclamáis. "¡Toma ya!".
Sí, es una piedra preciosa. No os cortéis en interrumpirme. Concretamente es un zafiro, por si queréis anotarlo junto a la esmeralda y el rubí que habéis mangado en entradas anteriores. Y no hace falta que os recuerde lo importantes que son todas estas gemas, ¿verdad?
Recuperáis 1 punto de Suerte:
- Destreza: 12 sobre 13
- Resistencia: 16 sobre 18
- Suerte: 9 sobre 10
Distraídos por vuestro descubrimiento, tardáis unos segundos en daros cuenta de que hay una lámina rectangular pegada al fondo de la caja. Tiene algo escrito. Podría ser una pista, quizá otra advertencia en forma de poema o incluso una carta del Monopoly. Pero no es ninguna de esas cosas. Es una tarjeta de fidelización de la cadena de tabernas Los Tres Dedos Rotos. Cada vez que comes en uno de sus locales te ponen un sello, y al llegar a diez te sirven un potaje de bellotas gratis.
Guardáis la tarjeta por si salís vivos de aquí.
El pasadizo se bifurca. Podéis seguir recto, hacia el norte, o girar a mano izquierda, hacia el oeste. Delante de vosotros, aproximadamente a una docena de metros, distinguís dos cuerpos tendidos en el suelo, inmóviles. En el túnel que se dirige al oeste no hay nada que llame vuestra atención. Ni monstruos ni puertas hasta donde os alcanza la vista. Menudo muermo.
Hay decisiones que se toman solas. Desenvaináis la espada y seguís de frente.
Os detenéis a unos pocos pasos de los cuerpos. Son dos orcos. O, para ser precisos, eran dos orcos. Ahora son dos orcos muertos. No necesitáis ver su certificado de defunción para confirmar que ya lucharon su último combate. A uno de ellos le han cortado el pelo a la navaja a la altura de la nuez, y el otro tiene catorce ombligos. Quien quiera que se cruzase en su camino, no se contuvo.
"O mora, o tempore", decís, que en latín quiere decir tiempo de moras.
¿Creéis que el autor de este estropicio habrá sido uno de vuestros rivales? Eso significaría que al menos uno de ellos os lleva la delantera. Pero ¿quién? Dos ya están muertos, así que solo pueden ser el ninja, la elfa o el bárbaro. La falta de sutileza apunta con claridad a uno de ellos, pero, en estos tiempos, nunca se sabe.
Los cuerpos de los orcos aún están calientes. Quienquiera que los haya apiolado, no pueda andar muy lejos. Quizá si dejáis de sacaros mocos y movéis el cucu, os encontréis pronto con él. O ella.
"Pero antes...", murmuráis.
Registráis los cadáveres rápidamente. No llevan oro y sus armas parecen peores que las vuestras, pero el orco-escurridera lleva un collar de dientes. Parecen dientes humanos. Probablemente lo sean. Nadie se molestó en lavarlos después de extraerlos.
¿Qué queréis hacer?
- Poneros el collar: Lo único mejor que un collar macabro, son dos collares macabros.
- Dejar el collar y seguir caminando: Ya basta de recoger porquerías.
Tenéis hasta el jueves 13 a las 12:00 CEST para votar. En Twitter podéis hacerlo aquí.
Ole!!!
ResponderEliminarLa cosa va saliendo bien y mejorando.
Y ya que llevamos a Manita Manicuras colgada del cuello no veo ningún impedimento a seguir emperifollándonos con Dientecitos Mordedores.
Cuando salgamos propongo convertirnos en influencers de moda.
Cierto. Podríais ceder vuestros derechos de imagen para comercializar toda una gama de productos macabros y forraros sin pegar un palo al agua. Pero antes tenéis que superar la Prueba de los Campeones, claro.
EliminarMe suena a decisión cantada, así que voy a poner posiblemente la nota discordante y dejar el collar. Que está claro que nuestro predecesor ya se encargó de llevarse todo lo que vale la pena y si el collar no le sedujo es porque no lo vale. Lo de juntar cuerpos en abonos se lo dejo a Frankenstein Ph. D.
ResponderEliminarY me queda la duda, si las gemas son esenciales para triunfar ¿hay suficientes para todos los competidores o habrá que írselas peleando entre todos?
La decisión cantada parece que no lo es tanto. Y no, no hay gemas "repes" para que podáis repartíroslas. Pero yo no me preocuparía por eso. Aún.
EliminarPero señor Brocha, ¿no era usted el que estaba hasta las narices de las votaciones cantadas? Obviamente vamos a ponernos un collar de dientes humanos al cuello, dicen que es lo que se lleva ahora.
ResponderEliminarY oye, quién sabe, igual luego nos encontramos con el ratoncito Pérez o con un viejo desdentao y vamos a poder vender los dientes a precio de oro.
Como le dije a gt7h1, de cantada nada. Hay más de una voz en contra de ponerse este precioso collar.
EliminarObviamente el collar hay que llevárselo, hay que estar a la moda. Nos falta solamente encontrar unas gambas para ponernos las cabecitas en los dedos a modo de uñas postizas...
ResponderEliminarTodo tiene un límite. Tú has dado con el mío. ¡Nada de cabecitas de gambas en los dedos!
EliminarZafiro, Rubi y Esmeralda. ¿Coleccionamos joyas o entregas de Pokémon?
ResponderEliminarEntre la mano mohosa y los dientes nos pueden confundir por una orca (¿o sería orquesa? No sé como se llama a las féminas de orco), por lo que mejor lo dejamos donde está y tiramos para delante.
Además, menos peso, más cómodo para huir/luchar.
Yo me quedé en el Pokémon Amarillo. Los dientes no pesan nada. Se pueden llevar cómodamente y con estilo.
EliminarEsta noche pensaba ver The Tube, pero la claustrofóbica descripción del proncipio me ha quitado las ganas. Por otro lado, ahora tengo antojo de pizza hawaiana. Respecto al collar, una de las muertes directas más evitables es no ponerse en el cuello nada que nos hayamos encontrado en una mazmorra (y no hayamos fabricado nosotros). El bonus de estilo no compensa el riesgo de asfixia.
ResponderEliminarEs cierto que en estos librojuegos hay mucho objeto maldito por ahí tirado, pero no lo es menos que también hay objetos mágicos que otorgan fabulosas ventajas. Y luego está la basura que solo ocupa espacio.
Eliminar¡Bien, más piedrecitas!
ResponderEliminarCenando pizza con atún y beicon 😃
Yo dejaría ahí el collar, qué asquito...
Mientras la pizza no lleve piña, podemos llevarnos bien.
EliminarLlevamos puesto un collar de mano putrefacta, adoptamos en el pasado una larva apestosa de mosca, unos dientes no nos van a intimidar, así que tomamos el collar de dientes y lo usamos, que es lo peor que pueda pasar (bueno supongo podría ser que la familia del desafortunado dueño original de los dientes nos encuentre usando de trofeo los restos de su parentela y la agarre contra nosotros, pero un collar lleno de caries bien vale la pena)
ResponderEliminarSi alguien os pregunta de dónde habéis sacado ese collar, contestad que se lo estáis guardando a un amigo.
Eliminar- Poneros el collar.
ResponderEliminarAl principio pensé que mejor no cogerlo, no sea que algún amiguete nos reconozca y nos pida explicaciones de porque tenemos su collar. Pero, esto no debe estar en el libro original, así que, es locura del señor de la brocha, por lo tanto para la saca.
Coleccionismo máximo.
Locura o no, esto del collar de dientes no me lo estoy inventando.
EliminarLo primero que tengo que decir es que los momentos de la mano putrefacta explorando "involuntariamente" nuestro trasero, han sido las hazañas más estrambóticas (a la par que estomagantes) que he vivido por ahora. Dicho esto, está claro que con el gusto tan particular que tenemos, dejar pasar la oportunidad de ponernos un collar fabricado con dientes no es una opción. Quizá en un futuro encuentro con un ogro nos dé un +10 carisma, quizá según nos lo pongamos se cierre sobre nuesto cuello como una trampa de la pelis de Saw... en cualquier riesgo merece la pena arriesgar porque antes muerta que sencilla.
ResponderEliminarEl estilo lo es todo.
Eliminar¿No nos contarás qué había al final del conducto? No te preocupes, no volveremos a entrar. Por cierto, será suficiente con tres gemas para salir o necesitamos más? ¿Cuatro? ¿Cinco? 27? Al final del conducto había 1000 piedras preciosas?
ResponderEliminar¿Y luego qué? ¿Lo único mejor que dos collares macabros, son tres collares macabros? Con este pensamiento vamos a acabar como Mr. T. Además, un collar de dientes humanos no me parece un buen complemento, tengo la sensación que podríamos encontrarnos a alguien susceptible que no le gustase vernos con eso, por ejemplo mi madre, a mi madre no le gustaría verme con un collar de dientes.
Al final del conducto hay una caída de cincuenta metros, todos para abajo. ¡Muerte por defenestración! En cuanto a las gemas, solo diré una cosa: cuantas más tengáis, mejor. ¿Y qué tiene de malo ir como Mr. T?
Eliminaryo voto por llevar el collar de dientes y asi parecer mas intimidatorio aun, me gustaría mas un collar de orejas como Dolph Lundgrend en soldado universal, pero bueno, teniendo en cuenta la ambientación en la que estamos, también puede acabar cayendo.
ResponderEliminarYa lleváis un trozo de carne colgado del cuello. Los dientes al menos dan variedad; las orejas, solo asco.
Eliminar"Ante la adversidad lleva siempre puesta tu mejor sonrisa o, en su defecto, la sonrisa de otro hecha collar" será la frase con la que encarguemos la taza al Mr. Sukumvitful.
ResponderEliminarViendo la clase de gente que habita por aquí no creo que ninguno nos juzgue negativamente por nuestro gusto por la bisutería dental. Puede que alguno de los otros participantes nos mire con desconfianza, pero eso habla peor de sus prejuicios que de nosotros. Además, si conseguimos salir con vida, podremos guardarlo bajo la almohada y conseguir unas monedas extra.
Con los golpes que recibís, tampoco os vienen mal unos dientes de repuesto.
EliminarMenos mal que hemos salido de ese agujero horrible! Se me estaba atragantando el café con galletas.
ResponderEliminarModa y orco es un oximoron así que como queremos salir guapa en la foto finish del concurso yo voto no ponérnoslo. Eso si, el
colgante que llevamos que haga una peineta.
No es mala idea ponerse la mano como peineta. El problema es que está algo descompuesta y parecería que os habéis echado comida para peces en el pelo.
EliminarMe da mal rollo ese collar de dientes humanos. Ya sé que llevamos una mano muerte colgada al.cuello, pero mi tope de artículos de bisutería gore ya está cubierto. Voto por ignorarlo y seguir adelante.
ResponderEliminarY tú eres mi tope de anónimos. ¿Cómo puedo saber que no eres el mismo anónimo de antes, ahora votando en su propia contra?
EliminarUna vez conseguida la tercera generación de Pokémon completa, habrá que ir pensando en completar la colección Salvat del cuerpo humano, el collar se queda. La mazmorra es una metáfora del comportamiento humano sobre sus ansias completistas.
ResponderEliminarDebería haber implementado logros para incrementar vuestra sensación de satisfacción.
EliminarSi algo nos han enseñado las aventuras gráficas es que no hay un tope para objetos en el inventario y que hay que recoger absolutamente todo, por raro que parezca. Igual en el futuro con una extraña combinación con otros objetos termina siendo vital para completar la aventura.
ResponderEliminarAsí que seleccionamos "Coger collar de dientes".
Eso en las aventuras gráficas. En los juegos de rol suele haber una carga máxima e incluso penalizaciones en función del peso cargado. Pero eso es aburrido. ¡A cargar, a cargar!
Eliminar¡¡Nooooo!! ¡¡¡Se me pasó el plazoooooo!!!
ResponderEliminarBueno, al menos no es una decisión tan importante. Por si aún pescas el voto, yo digo que nos lo pongamos, nos encantan los abalorios extravagantes y para prueba el collar de la mano pocha. El de dientes podrá ser nuestro segundo favorito.
Además, cabe la posibilidad de que alguno sea de oro y podamos hasta sacarle beneficio. Me parece una votación un tanto absurda, ¿qué es lo peor que podría pasar por sólo ponernos un collar de dudoso gusto? ¿Que nos incluyan en la sección de peor vestidas es una revista de marujas?
Voy a contar el voto. Total, no es que afecte al resultado.
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