25 de junio de 2023

'Alien Apocalypse': Bruce Campbell y Renée O'Connor contra las termitas espaciales

Si estáis familiarizados con el cine de bajo presupuesto, el nombre SyFy (antes Sci Fi Channel) debería sonaros. Si no, os bastará con echar un vistazo a los títulos en los que ha intervenido este compañía para haceros una idea de qué esperar de sus producciones: Chupacabra Terror, Man with the Screaming Brain, Lavalantula, Nazis at the Center of the Earth... Al menos no pretenden engañar a nadie. Si después de leer los títulos ves sus películas, es porque quieres.

En el caso de Alien Apocalypse, por si el título os despista, el argumento debería despejar cualquier resquicio de duda que pudierais albergar sobre la naturaleza de este telefilme: unos astronautas regresan a la Tierra después de un viaje de cuarenta años y se encuentran con que unas termitas del espacio han conquistado el planeta y esclavizado a la humanidad para hacerse con toda la madera. ¿Por qué? Principalmente, porque a los insectos les gusta la madera. Tiene sentido.

Con semejante argumento, nadie se esperaría que la peli se tomase en serio a sí misma ni tampoco que fuera buena, ¿verdad? Pues, efectivamente, es así. Aparte de lucir incluso peor que algunas teleseries de mediados de los noventa, los diálogos son nefastos; las interpretaciones, bochornosas; y los efectos especiales no eran pasables ni siquiera cinco años antes de su primera emisión.

Por lo tanto, quizá os estéis preguntando qué llevaría a una persona adulta y relativamente cuerda como yo a perder el tiempo viendo este esperpento y, por si eso fuera poco, a dedicarle una entrada en un blog que no se caracteriza precisamente por su alto ritmo de publicación.

Podría alegar locura transitoria, pero la realidad es que mi mayor motivación fueron los actores. Como en muchas producciones de baja estofa, el gancho comercial de Alien Apocalypse son los rostros conocidos del reparto, que generalmente pertenecen a viejas pequeñas glorias del cine o la televisión, o a actores que aún necesitan trabajar para pagar la hipoteca. En este caso, esos rostros conocidos son los de Bruce Campbell y Renée O'Connor, que deberán alzarse como héroes y liderar una rebelión contra los perversos insectos espaciales.

A mí me parece razón más que suficiente para repasar esta película. ¡Vamos allá!

1: Ya no estamos en Kansas

Nos trasladamos a un futuro en el que la Tierra ha dejado de ser el planeta azul y plácido que salía al principio de los dibujos animados de BRB Internacional, para convertirse en un lugar árido y contaminado, o sea, básicamente, en Almería. Este mundo postapocalíptico está gobernado por una raza de insectos alienígenas y la humanidad se ha visto obligada a elegir entre la servidumbre y la esclavitud. Es un poco como El planeta de los simios, pero con saltamontes del espacio en lugar de "monos asquerosos" (sic) y sin ninguna clase de mensaje social.

Una bola de fuego creada en diez minutos con el 3D Studio se estrella contra una montaña y levanta una densa polvareda.

Aunque los efectos especiales no son gran cosa, deducimos que la bola de fuego era una nave espacial, porque en la siguiente escena aparecen cuatro astronautas detrás de una loma caminando hacia la cámara. La nave, por supuesto, no la veremos nunca. Un derroche como ese habría agotado el presupuesto de siete dólares con el que contaba esta producción (dos dólares se invirtieron en barbas postizas y los cinco restantes en pagar diecisiete días de rodaje en Bulgaria).

Los astronautas son: Bruce Campbell, que interpreta a un médico osteópata; Renée O'Connor, que no parece tener claro si tomarse o no la peli en serio; un negro con más rastas que sentido común; y una morena irritante que lleva una pierna entablillada.

Dos de estos personajes morirán en los próximos diez minutos. Si adivináis cuáles son, participaréis en un sorteo para ganar un montón de nada. Os daré una pista: no son los actores a los que pagaron en bocadillos de mortadela.

Bien pensado, quizá esa no sea una buena pista. Tengo la impresión de que incluso Campbell y O'Connor estaban abiertos a animar fiestas de cumpleaños infantiles en aquel momento de su carrera.

¡Muérete de envidia, Charlton Heston!

A favor de la cinta diré que Bruce Campbell suelta chascarrillos desde el minuto uno, lo que debería satisfacer a los fans del actor, y que Renée está más guapa de lo que recordaba, aunque aquí no vaya presumiendo de abdominales como hacía en Xena: La princesa guerrera

Para ahorrarme el esfuerzo de memorizar el nombre de sus personajes, a partir de ahora a Renée la llamaré Gabrielle, porque ese era el nombre de su personaje en la serie de Xena; y a Bruce Campbell le llamaré Ash, porque, aunque también interpretaba a un personaje recurrente en aquella serie (Autolycus, el ladrón con corazón de oro),en mi cabeza solo puede llamarse Ash o Bruce Campbell, y Ash es más corto.

La astronauta morena dice que en los cuarenta años que han pasado durmiendo, la civilización debe de haber sido destruida, ya que no han conseguido contactar con nadie durante el descenso. Como diría el Batman de los 60, esa es la única solución posible. La mujer también sospecha que hay "altos niveles de radiación" (¿?) y que todos van a morir. En esto último al menos sí que acierta en un 50 %.

Mientras caminan por un descampado en el que seguramente no hicieron falta permisos para rodar, la pista de música (compuesta por Joseph LoDuca, autor de las bandas sonoras de Hércules y Xena, porque el mundo es un pañuelo) cae en un silencio repentino.

Los astronautas, desconcertados, despegan la vista del suelo y contemplan pasmados lo que ya deberían haber visto hace un buen rato en medio de esta llanura baldía: una ciudad en ruinas.

Si no vieron las ruinas hasta el último segundo, fue porque se añadieron en posproducción.

Un cártel oportunamente colocado indica que la ciudad se trata de Portland.

―¿Portland no estaba rodeada de bosques? ―pregunta Ash.

¿Y tú no solías escoger un poco mejor tus películas?, le pregunto yo.

Supongo que la culpa es mía por esperar que diese un giro a su carera después de interpretar a Elvis Presley en Bubba Ho-tep.

El grupo oye un relincho y se oculta tras una hilera de rocas que hace un minuto no estaba ahí. Por el tamaño y forma de las rocas, sospecho que se trata del mismo tipo de rocas que aparecieron de pronto en la edición especial de La guerra de las galaxias para que R2-D2 pudiera esconderse de los moradores de las arenas. Son muy socorridas.

Desde su cobertura, los astronautas ven a dos hombres a caballo y a otro a pie, todo ellos armados, conduciendo a una fila de hippies andrajosos unidos por cadenas. Posiblemente se trate de esclavos o de extras forzados a trabajar en la película. Tal vez ambas cosas.

♪ Where there's a whip,
there's a way. ♪

Los recién llegados se huelen el peligro y, muy sensatamente, optan por ignorar a los esclavos y poner los pies en polvorosa. ¿Jugarse el pellejo por unos desconocidos zarrapastrosos? ¡No en el país de los libres! Sin embargo, nada más darse la vuelta, se topan con unas carabinas. Carabinas de las que disparan balas, no de las que acompañaban a señoritas en edad de casarse para defender su moral, o sea, para evitar que acabasen con las bragas por las rodillas.

Las armas están empuñadas por tres cazarrecompensas, unos hombres sin escrúpulos que cazan humanos para sus amos alienígenas y que, gracias a los innumerables fallos de racord, tienen el don de teletransportarse. No me lo invento. Hace un segundo, esos tres mismos tipos estaban vigilando a los esclavos. Ni siquiera Flash se mueve tan rápido.

Ese no es el único signo inequívoco de la calidad de esta cinta. Resulta obvio que al menos dos de los cazarrecompensas llevan peluca, probablemente confeccionada con pelo de asno, y uno de ellos tiene una barba postiza que no cumpliría los estándares de una obra de teatro infantil. Y no penséis que este tipo de disfraces son algo puntual. El pelo de pega es una constante en la película, y el hecho de que a veces concuerden los colores de la peluca y de la barba ya es un milagro.

Todas las personas que han visto esta película y han decidido beber un trago cada vez que salía una peluca o una barba postiza han acabado ingresadas en el hospital por intoxicación etílica.

Los cazarrecompensas amordazan a los astronautas y los obligan a unirse a la fila de esclavos. Por desgracia, la morena, que sigue coja, retrasa el ritmo del grupo, así que los cazarrecompensas le revientan las dos bolsitas de kétchup que llevaba en el mono, es decir, le pegan dos tiros.

A nadie parece importarle un pimiento que la chica espiche, excepto, quizá, al astronauta negro, y este procura que no se le note mucho. Es muy buen actor.

2: Lo que daría por un bote de Raid®

El paseo culmina en un aserradero ubicado en medio de uno de los pocos bosques que han sobrevivido a la imparable deforestación. del planeta Allí los esclavos preparan la madera con maquinaria que se inventó en siglo XIX para ponerla a disposición de sus crueles amos insectoides. El futuro es exactamente como me imaginaba que sería.

A los recién llegados les asignan el sector de carga, por lo que su trabajo consistirá en coger maderos de una pila y colocarlos en un carro. A cambio recibirán un plato de comida caliente al día y tendrán un lecho donde dormir. Si los insectos espaciales también ofreciesen conexión gratis a internet, yo me plantearía prestarme voluntario.

"¡Traed madera! ¡Traed madera! ¡Es la guerra!".

Los astronautas aún no han tocado el segundo madero cuando uno de los cazarrecompensas los interrumpe para conducirlos hasta un edificio parecido a una colmena. Dentro, las puertas son automáticas, pero, curiosamente, tienen tirador. Empiezo a notar como cojea mi inmersión en esta fantástica historia de ciencia ficción.

El cazarrecompensas conduce a los prisioneros hasta una sala en la que les reciben tres alienígenas con aspecto de termitas sobredimensionadas.

Ahora imaginaos que entráis en vuestro dormitorio y todo está como debería estar. No veis nada raro ni que os llame la atención. Pues la cara que tendríais reflejaría más incredulidad y asombro que la que ponen nuestros "héroes" ante su primer encuentro con seres extraterrestres.

Supongo que cuando has viajado al espacio y probado comida de un tubo de dentífrico, los saltamontes de dos metros de altura no te impresionan demasiado.

Siempre a favor de las reuniones en las que sirven tentempiés.

El insecto jefe pregunta a los prisioneros quiénes son, a lo que el astronauta negro, experto en diplomacia, replica que quién es él. Desde luego no se le nota muy impresionado por la existencia de vida extraterrestre inteligente.

Tras un breve toma y daca, la termita espacial contesta que es el líder del distrito de Oregón.

―¿Líder? ¡Ni siquiera eres humano! ―exclama el astronauta.

Oh, oh, fatídica elección de palabras.

A una orden de su cabecilla, uno de los soldados agarra al astronauta para que no se mueva (¿podría ser esta la peor interacción entre un actor y un personaje digital de la historia?) y el otro le atiza en el estómago y, ¡ÑACA!, le arranca la cabeza de un bocado.

Esto es lo que pasa cuando chinchas a las chinches.

El insecto jefe explica que las cabezas humanas son el plato favorito de su especie, solo por detrás de la madera. Luego, como quien no quiere la cosa, repite su pregunta.

Gabrielle, más espabilada que su difunto compañero, le responde que son astronautas y que han pasado cuarenta años planchando la oreja en una base espacial. A Ferdy le suena haber visto la base de pasada cuando llegaron a la Tierra hace veinte años y les asegura que ahora su única alternativa a la muerte es trabajar bien.

Voy a ignorar esa imagen tan precisa de mi vida laboral para centrarme en la cifra de veinte años, porque, según la película, ese es el tiempo que la humanidad ha tardado en olvidarse de qué es una televisión, a qué se dedica un médico o el significado de estrechar la mano. Será cosa de la radiación.

Fuera del edificio-colmena, los cazarrecompensas arrojan a Ash y Gabrielle a un zulo construido bajo tierra. En este habitáculo subterráneo, a la luz de una fogata, un esclavo en edad de jubilarse les explica algunos aspectos relevantes de la trama. Os los resumo para que estemos todos en la misma página:

  1. Para los alienígenas, la madera es tan valiosa como el oro o los diamantes, y es objeto de comercio intergaláctico.
  2. La madera también es su fuente principal de alimento. Ni el café con berberechos ni los yogures desnatados. La madera.
  3. A pesar de que esta especie insectoide depende en gran medida de la madera para subsistir, no se molesta en plantar árboles nuevos después de cada deforestación. Esto demuestra que la vida extraterrestre es tan inteligente como la terrestre.
  4. Cuando un esclavo escapa y lo atrapan, le cortan un dedo como castigo, que para las termitas espaciales son como las pipas. Y cuando a un esclavo se le acaban los deditos, lo liquidan.
  5. El presidente de los Estados Unidos sigue vivo, y los esclavos llevan veinte años esperando a que lidere una rebelión. Es el mandato más largo de la historia de la democracia estadounidense.

¿Todo claro? Si os quedan dudas, releed esos puntos. No pasa nada por que os toméis vuestro tiempo; sé que es un trasfondo complejo. Si no lo fuera, la película no dedicaría cinco largos minutos de cháchara insulsa para explicarlo.

¿Ya? Sigamos.

Que no os engañen: la magia del cine radica en contarlo todo con palabras, no con imágenes.

3: Plan de escape o algo así

A la vista del desesperanzador panorama, Ash y Gabrielle deciden cavar un túnel con los cucharones que les han dado para comer para huir del aserradero. Pero que nadie se espere una escapada al estilo de Cadena perpetua, Fuga de Alcatraz o La gran evasión, porque aquí no hay suspense ni planificación alguna. Ni siquiera se molestan en tapar el agujero cuando no trabajan en él porque los únicos que bajan al zulo son los esclavos. La pareja podría continuar cavando hasta Disney World Orlando y nadie se pisparía hasta que recibiese una postal de Mickey Mouse. De todos modos, tampoco importa, porque nunca utilizarán el dichoso túnel. Solo es una forma de alargar el metraje.

A medida que pasa el tiempo, la camaradería entre Ash y Gabrielle se convierte en cariño, pero, como durante el día están amordazados y lo tienen complicado para expresar sus sentimientos, tienen que recurrir a la forma más baja de comunicarse: la mímica.

Esto nos lleva a una escena bastante cursi (o estúpida, según quien la vea) en la que Ash apunta a Gabrielle con el dedo, luego finge que conduce, después se señala a sí mismo, y, por último, gira el dedo alrededor de su oreja. Es mejor que lo veáis:

¿Querrá decirle que la va a atropellar porque está muy loco?

Por suerte, pude descargarme el guion de la página oficial del director para descifrar este enigma gestual, y lo que Ash está diciéndole es: "You drive me crazy" (me vuelves loco). Estoy sorprendido de que tenga tanto sentido.

A medida que pasa el tiempo, entre un madero y otro, el amor florece entre Ash y Gabrielle, que es mi manera ñoña de decir que una noche ella está muy cachonda y los dos acaban montándoselo sin prestar demasiada atención a la caterva de esclavos piojosos que duermen con ellos.

Por desgracia, el amor no trae más que problemas. A veces son inseguridades; a veces es una enfermedad venérea; y otras veces... otras veces, un esbirro de las termitas espaciales te pilla tonteando con tu media naranja y te cuelga de unos postes con forma de "Y" para darte un escarmiento.

¿Oís el chasquido del látigo? Rawhide!

Esta película tiene demasiado buen gusto. Lo normal sería que ella estuviese en bikini.

Al ver a Gabrielle en esta situación, Ash se arranca la mordaza, grita "¡NOOOOO!" con toda la fuerza de sus pulmones y estampa la cabeza de un capataz contra los maderos. Gabrielle aprovecha la distracción y levanta las piernas de golpe para derribar a los dos hombres que tiene delante.

Antes de que los capataces se recuperen, Ash aprieta a correr para liberar a su compañera y juntos dejan fuera de combate a los tipos a los que Gabrielle había sacudido en el hipogastrio. Luego se arman con las herramientas que tienen más a mano: él, con una mecha de taladro, y ella, con un bate de béisbol.

―¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! ―grita Ash, dejándose llevar por el momento.

Los esclavos se quedan mirándolo durante unos segundos y luego siguen trabajando como si no hubiera pasado nada. Hacerse el longuis es una buena manera de no cabrear a tus amos alienígenas, y además necesitarán todos sus dedos cuando retomen las clases de piano.

Solo un chaval llamado Alex se une a los astronautas en su huida. Quizá debería haberos dicho antes que ese chaval es el narrador de la historia, pero me estoy saltando tantos detalles por el bien de mi salud mental que uno más me parecía irrelevante.

Alex podría ser el hijo que Messi y el batería de los Teleñecos nunca tuvieron.

Cerca de la salida del aserradero, los fugitivos se dan de bruces con un alienígena que estaba patrullando el perímetro. Antes de que la hormiga Ferdy tenga tiempo de reaccionar, Ash le perfora el tórax con la mecha de taladro. Un chorro de slime de Nickelodeon mancha el mono del astronauta. Rápidamente, Gabrielle remata al bicho atizándole en la enorme cocorota con el bate, como si fuera una piñata.

Los esclavos se quedan pasmados. ¡No sabían que las termitas espaciales pudieran morir! Me gustaría saber qué clase de resistencia opuso la humanidad al comienzo de la invasión para haber llegado a una conclusión tan estúpida.

―Mueren como todos, solo que gritan más y les sale una cosa verde.

Pura poesía.

La "cosa verde" tiene pinta de ser más cancerígena que el amianto.

Los cazarrecompensas salen por fin de sus cabañas, intrigados por este alboroto, y se quedan paralizados al ver el cadáver del insectoide. ¿Es que nadie ha visto nunca una cucaracha muerta?

Sin parar de correr hacia la salida, Gabrielle arroja su bate y acierta al cazarrecompensas que vigila las puertas en la azotea, noqueándolo con un sonoro "CLONC". Espero que luego también haya una escena en la que nuestros protagonistas dibujen un túnel en una montaña y los malos se estampen contra la pared.

Antes de cruzar las puertas, Gabrielle recoge la carabina del guardia al que ha derribado, cuyo cuerpo se ha desvanecido del plano por arte de magia. Hacer películas no es fácil.

Para dividir a sus perseguidores, los fugitivos deciden separarse e ir en direcciones opuestas: Gabrielle por un lado, y Ash y Alex por otro.

La astronauta sale del bosque y corre campo a través con cuatro cazarrecompensas a caballo pisándole los talones. ¡BANG! ¡BANG! Dos cazarrecompensas caen abatidos por sus disparos. Pero es pronto para cantar victoria. Otro de sus perseguidores coloca un lanzagranadas en su carabina (nunca sale de casa sin él) y el pepinazo subsiguiente pone fin a la huida.

Lo último que ve Gabrielle antes de desmayarse son pelucas y barbas postizas. A pesar de que sufro parálisis del sueño, no puedo imaginarme nada más espantoso.

Bendita inconsciencia.

Con poco más fortuna que su compañera, Ash y Alex huyen colina arriba hasta lo alto de un acantilado y, por accidente, acaban cayéndose al lago que hay más abajo.

Naturalmente, los cazarrecompensas los dan por muertos.

―Están muertos ―dice uno de ellos―. No hay duda.

¿Qué hora es?,¿las seis de la tarde? Sí, no hay duda de que están muertos. En este país, nadie quiere trabajar.

2/3 de los Bee Gees.

4: En busca del Valle de los Hippies

Esta parte de la película es algo más lenta y tiene menos chicha, así que la resumiré todo lo que pueda para llegar lo antes posible al "emocionante" desenlace.

¿Habéis reparado en mi uso de las comillas? No ha sido gratuito.

Ash y Alex salen del lago y, en una cueva diminuta que hay junto a la orilla, se topan con una imitadora de Raquel Welch a la que es evidente que no contrataron por su amplio registro interpretativo (a no ser que tener cuerpo de modelo de lencería y poner morritos pueda considerarse un amplio registro interpretativo).

¿Es un ventilador gigante eso que se ve al fondo a la izquierda?

La muchacha, a la que llamaré No-Raquel Welch porque no me quedé con su nombre, conduce a Ash y Alex hasta el Valle de la Libertad, un campamento de chabolas donde vive una minúscula comunidad de esclavos fugados.

Ash ignora el olor a pelo sucio y porros, y se adelanta para hablar con el líder del Valle, que responde al nombre bíblico de Isaac. 

―Soy médico osteópata ―le dice el astronauta.

―¿Eso significa que eres médico de animales o de humanos? ―pregunta Isaac, que es más tonto que un ajo.

―La osteopatía es el estudio de las babosas y sus hábitos de apareamiento ―responde Ash, sarcástico.

―¿En serio? Siempre me han interesado las babosas. ¿Cómo se aparean?

―Con mucho cuidado.

―Ah.

―¡Estaba bromeando!

Mientras tanto, a Gabrielle le cortan un dedo como castigo por fugarse.

Realmente no hay nada que pueda añadir a esto, salvo que no entiendo por qué Alien Apocalypse no estuvo nominada a los Oscar de 2005. ¿Tan dura era la competencia ese año?

Alien Apocalypse es uno de los filmes más bellos, cautivadores e hipnóticos de la historia del cine.

Ash anuncia que irá buscar al presidente a las montañas, para iniciar una rebelión y rescatar a Gabrielle. Pero en el Valle de la Libertad se vive muy bien (no hay termitas antropófagas en kilómetros a la redonda), y nadie se apunta a la excursión. La única que se une al dúo de prófugos es No-Raquel Welch, porque alguien tiene que lucir palmito.

A pesar de este contratiempo, contratar figurantes en Bulgaria es más barato que una cena en el KFC, así que otros desarrapados acaban uniéndoseles por el camino.

Una noche, alrededor del fuego, Ash se emborracha con licor casero y suelta un soliloquio acerca de las cosas que daba por sentadas y que ahora han desaparecido:

―Bueno, tenían esos restaurantes. La gente los llamaba "cucharas grasientas" y podías ir allí y pedir huevos, tostada, patatas fritas y café por nueve, noventa y nueve, y la camarera venía cuatro veces a preguntarte si todo estaba bien, y luego se olvidaba de traerte el café. Y... mover el dial de la radio buscando una buena canción, para encontrar solo las que no te gustaban, ya sabéis. ¡Y el baloncesto!, aunque mi equipo nunca llegó a la final. Y los programas malos de televisión...

Y se queda roque sin terminar la frase.

Os diré lo que nunca echaría yo de menos en un mundo postapocalíptico: esta película.

"¿Recordáis Las aventuras de Brisco County Jr.? Yo sí". *Llora*

5: Los hombres del presidente

Finalmente, el grupo llega al refugio en el que el presidente y los senadores se han ocultado durante los últimos veinte años.

Aunque los esclavos vestían como si fueran extras de Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra, los políticos no se han cambiado de ropa desde el día de la invasión. Algunos ni siquiera se han quitado la corbata. Eso puedo respetarlo. Nada nos acerca más a la civilización que llevar un trozo de tela colgado del cuello.

Por desgracia, enseguida descubren que el presidente no tiene ningún ejército. El comandante en jefe de los Estados Unidos ni siquiera estaba al tanto de las esperanzas que los esclavos habían depositado en él.

Creo que podemos dar por hecho que el presidente hará una entrada triunfal en el momento crítico de la batalla contra los alienígenas. Aun así, por favor fingid sorpresa cuando ocurra para no desilusionar al director de la cinta. El resultado es una castaña, pero seguro que él le puso cariño.

No podía faltar la bandera. ¿Qué sería de los Estados Unidos sin sus barras y estrellas?

Ash asume su rol de libertador y decide que, si el presidente no va a ayudarles, él mismo liderará la rebelión, porque alguien tiene que hacerlo para que esta película acabe. Y estaréis conmigo en que esa es una prioridad absoluta. Así pues, el grupo emprende el camino de vuelta al aserradero.

Por la noche, un cazarrecompensas que se había unido al grupo se encapricha de No-Raquel Welch e intenta violarla, lo cual encaja perfectamente con el tono chanante de la película. Alex, que está enamorado de la chica, se lo impide, y después Ash le exige una explicación. Al cazarrecompensas, quiero decir, no a Alex, aunque, con el panorama social que vivimos, me aparece oportuno aclararlo.

El cazarrecompensas manda a Ash a freír espárragos y dice que va a adelantarse hasta el aserradero para delatar a los rebeldes. Debe de ser muy optimista si piensa que lo van a dejar marcharse después de manifestar su intención de traicionarlos. Optimista o terriblemente estúpido.

Ash le dispara una saeta en el pecho.

―D-dijiste que eras doctor ―protesta el cazarrecompensas―. Se supone que curas a la gente.

―Lo soy. Tu estupidez es terminal. Ahora estás curado.

Hasta una película tan cutre como esta tiene sus momentos. Pocos, pero los tiene.

"Groovy".

6: Devolvedme mi dinero

En el clímax de la película, los esclavos atacan el aserradero.

Por suerte para ellos, ni siquiera el armamento alienígena más avanzado puede hacer frente a arcos y flechas cuando se empuñan para defender la libertad y el estilo de vida natural. O al menos eso es lo que aprendí de los ewoks cuando vi El retorno del jedi.

Estos son algunos de los momentos destacados de la batalla:

  • Ash se reencuentra con Gabrielle y, al darse cuenta de que le falta un dedo, pone cara de "No sé si me gustas tanto con un dedo menos". Supongo que pretendía transmitir lástima, pero su expresión es ambigua. Aun así, yo no me preocuparía mucho por un dedo que aparece y desaparece arbitrariamente de un plano para otro.
  • Las pilas de madera no solo son inflamables, sino tremendamente volátiles. Es un hecho contrastado.
  • Antes de que el presidente llegue con los refuerzos, las termitas consiguen reducir a los rebeldes y les interrogan para descubrir quién es su líder. Uno a uno, los humanos dan un paso al frente y dicen que ellos son Ash para evitar que ejecuten a nuestro héroe. Este homenaje a la película Espartaco hizo llorar a Stanley Kubrick. Y el director llevaba seis años muerto.
  • Esto:

Cuando Martin Scorsese dijo que "las películas tocan nuestros corazones, despiertan nuestra visión, y cambian nuestra forma de ver las cosas; nos llevan a otros lugares; nos abren las puertas y las mentes; las películas son los recuerdos de nuestra vida", estaba pensando en Alien Apocalypse.

Tras la predecible victoria, Ash encabeza una cruzada por los aserraderos del mundo para liberar a los humanos. Pero, como suele decirse, esa ya es otra historia. ¡Puede que incluso peor que esta!

Fin.

La cara de gustirrinín no viene a cuento.

Como persona prácticamente abstemia, siempre me ha sido fácil recomendar el consumo moderado de alcohol. Pero, si os planteaseis ver esta película, estaría dispuesto a hacer una excepción.

14 comentarios

  1. Perdona, pero he releído la entrada unas cuantas veces (o lo he buscado con F3, no lo recuerdo bien) y no se me ha quedado claro si le ponías cinco estrellas a la película o cuatro.

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  2. No sé por qué, al principio creía que la peli era actual y he pensado, "joer se conservan estupendanente Ash y Gabrielle".

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  3. Vaya. El señor brocha creándome necesidades otra vez. A este paso no me acabaré el Tears of the Kingdom en la vida! Me he quedado con ganas de ver alguna foto nítida de Gabrielle en este "film". (Nótese el uso de las comillas)...

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    1. A mí me habría gustado ver algún fotograma nítido en general. ¿Qué tal el Tears of the Kingdom? Espero que disfrutón.

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  4. Voy a tomarme este film como canon en la biografías de Ash y Gabrielle. Cosas igual o más locas han vivido.

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  5. Tres apuntes al azar que he tomado por qué sí.
    1) Que necesidad había de usar barbas y pelucas postizas? No hay tijeras en este mundo?
    2) Las puertas automáticas tienen tirador por qué se averían a menudo.
    3) Por qué tiene que ser el presidente el que lidere la rebelión? ¿Ves capaz a Biden de liderar alguna rebelión? Pobre hombre, si casi no puede andar.

    No me hace falta ver la película por qué con tu resumen es mejor que si la hubiera visto. Gracias.

    PS: ¿Por qué tienes tan pocos comentarios si la entrada es de las divertidas?

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    1. La pregunta sobre el número de comentarios se la devuelvo a mis lectores, pero supongo que las respuestas más comunes serán "No se me ocurre nada que decir" y "Me da pereza".

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  6. Llevo tiempo sin pasarme por el blog (sorry...) y cruzarme con una de tus maravillosas reseñas me ha alegrado muchisimo el dia. Encima si la peli reseñada es un subproducto de serie B con Bruce Campbell y Reene O'Connor contra los descartes de Starship Troopers mientras vemos muchas barbas postizas, inconsistencias continuas, patriotismo barato y a Ash soltando chascarrillos, mejor que mejor...para mi por leer la reseña, claro. A ti la experiencia se ha notado que muy grata no ha sido XD En fin, procuraré pasarme mas por aquí para apoyar tu causa y muchas gracias por hacerme pasar un buen rato. Un saludo bien grande.

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    1. Puedes pasarte siempre que quieras, al menos hasta que cambie los permisos de lectura del blog.

      ¡Gracias!

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  7. Bueno, llego un poco tarde, pero para el que pregunta por los comentarios acá dejo uno. Fiel lector de este tipo de entradas aunque no comente.

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    1. Los comentarios son la gasolina del blog. ¡Que no decaigan!

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