Entre 1972 y 1979, después de que la Comics Code Authority relajara sus restricciones en el mercado del cómic norteamericano y dejase de prohibir, entre otras muchas gazmoñerías, mostrar vampiros en los tebeos, Marvel se subió al carro de las historietas de terror y publicó la serie La tumba de Drácula. Ni siquiera tuvo que pagar por utilizar al infame conde transilvano, porque la obra de Bram Stoker ya era de dominio público. Bien está lo que poco cuesta. La colección alcanzó la nada desdeñable cifra de setenta números, a los que habría que sumar los correspondientes a Dracula lives! y Giant-Size Dracula, colecciones complementarias de aquella.
¡Pero basta de datos! Hablemos del tema que de verdad nos importa a todos: yo y mi mismidad.
Hace uno o dos años, o quizá cinco (el tiempo transcurre a supervelocidad cuando te haces mayor; es un hecho demostrado), espoleado por la falta de espacio en mis estanterías, regalé, doné y sacrifiqué a los dioses primigenios un porrón de tebeos, entre ellos, con no poco y temprano arrepentimiento, los dos tomos en blanco y negro de La tumba de Drácula que publicó Panini allá por finales de los 2000. Por lo tanto, cuando vi que la edición digital de la Biblioteca Drácula, con sus diez tomos a todo color, se vendía por el módico precio de 18,30 euros, supe que esa era una oferta que no podía rechazar. Ojalá no hubiera pensado lo mismo de los cuatro ómnibus de la saga del clon de Spiderman, pero esa es otra cuestión (una cuestión, eso sí, que explica por qué ahora tengo un riñón menos y trapicheo con cromos de la Liga de fútbol 1994-1995).
Para los que no estéis familiarizados con la serie estrella de Marv Wolfman y Gene Colan, y queráis descubrirla por vosotros mismos, os advierto que esta entrada se centra en el contenido de los volúmenes, por lo que, a pesar de la falta de detalles, destripo muchas historietas. Además, hay poco de análisis o reseña. Al tratarse mayormente de una obra de autor (o autores), la calidad de la serie rara vez se resiente y, aunque no está libre de altibajos, reseñar cada volumen como si fuera totalmente diferente del anterior tiene tanto sentido como ser vampiro, mudarse a Arizona y ponerse el despertador a las ocho de la mañana en verano.
Sin embargo, este repaso tampoco pretende ser una guía pormenorizada de cada número individual de La tumba de Drácula, sino un resumen con el que cualquier interesado pueda hacerse una idea rápida de qué historias encontrará en cada volumen de la edición de Panini. ¿Cuánta utilidad tiene eso? No lo sé, pero la mayor parte de lo que leeréis en esta entrada ya lo había publicado en Goodreads y, aunque me cerré la cuenta de esta plataforma, no quería que se perdiera ese trabajo. Tampoco quería perder el tiempo editándolo y ampliándolo, pero eso es superior a mis fuerzas. Aquí tenéis el resultado.
Volumen 1: ¡Drácula vive!
Sinopsis: La serie comienza con la resurrección accidental de Drácula en el "presente" (1972) e inmediatamente establece la atmósfera lóbrega, neblinosa y sensual que gobernará las viñetas de aquí a que se acabe el baile. El baile de los vampiros, para más señas.
Este primer volumen también sirve obviamente de carta de presentación de Drácula, villano y auténtico protagonista de la serie, y del elenco personajes secundarios que, arrogándose el título de cazadores de vampiros, lo acosarán con frecuencia, pero poco éxito. Entre los segundos, y por orden de aparición, tenemos a Frank Drake, el último descendiente vivo del conde y que, pese a sus problemas de autoestima, jamás cejará en el empeño de patear el culo de su antepasado de vuelta a la tumba; a Rachel van Helsing, bisnieta del legendario cazavampiros Abraham van Helsing, que nunca sale de casa sin su ballesta favorita y que siempre va acompañada de su fiel guardaespaldas Taj (mudo e indio, para más señas); y, por último, al anciano Quincy Harker, que se desplaza en una silla de ruedas con más trucos que el coche de James Bond, tiene un perro y es el hijo huérfano de Jonathan y Mina Harker, protagonistas de la novela de Bram Stoker y precursores del trabajo a medio hacer.
Pero que nadie piense que la serie se anda por las ramas, porque entre lugareña y lugareña espatarrada en medio de la calle con menos sangre que un papel de lija, Drácula se hace con un espejo mágico, retrocede provisionalmente a la Transilvania del siglo pasado, recupera a una vieja novia que tenía embotellada para casos de emergencia, se enfrenta al Monstruo de las Ciénagas (o al menos eso promete la portada, porque luego ni se cruzan), hipnotiza a unos niños para convertirlos en sus "legiones de la muerte" y utiliza un aparato para engrosar sus filas de soldados no muertos hasta que se lo rompen. ¿Qué duda cabe que este muerto está muy vivo? Ninguna, creo yo.
Comentario del librero: Este cómic te gustará si te gustan el terror gótico y los seriales pulp. Si además eres aficionado a las producciones de la Hammer de finales de los cincuenta y principios de los setenta, te sentirás como en casa. Y aunque los primeros números de la serie adolecen de una dirección clara (hasta la entrada de Marv Wolfman en el número 7, los guionistas duraban menos que un zapato de diez euros), el dinamismo de las historietas es indiscutible, y el arte de Gene Colan, incluso coloreado con plastidecor, es tremendamente evocador.
Valoración: ★★★
Volumen 2: ¡Blade, el cazavampiros!
Sinopsis: En estos números, Drácula y el grupo de cazavampiros organizado en torno a su descendiente Frank Drake continúan jugando al pilla-pilla de un lado para otro del globo. Ahora bien, para que no pienses que las historietas se repiten, ahora Wolfman y Colan añaden una pizca de blaxploitation a la fórmula con la incorporación de Blade a las fuerzas defensoras del bien. Sí, el mismo Blade al que interpretó Wesley Snipes a finales de los noventa y principios de los 2000 en una trilogía de películas que sin duda son películas, y al que Marvel Studios lleva intentando encajar en el Universo Cinematográfico Marvel desde 2019.
No obstante, el conde transilvano empieza a estar frito de esta cacería incesante, así que de vez en cuando se dedica a otros menesteres, como vengarse de una banda de moteros que le dio una somanta de palos en plena flojera anémica o enfrentarse a un esqueleto viviente que solo quiere echar la siesta eterna en paz.
Comentario del librero: Si disfrutaste del volumen anterior, este también debería gustarte. Marv Wolfman no daba un duro por la serie cuando se la asignaron. De hecho, asumió que la única razón por la que La tumba de Drácula llegó a sus manos fue porque el editor la daba por muerta y él no podía hacerle más daño. Sin embargo, tuvo libertad para escribir lo que le viniera en gana y, sabiendo que nunca antes había habido una serie de terror como esta, la aprovechó para dar rienda suelta a sus ideas, por locas o ridículas que fueran.
En ese sentido, La tumba de Drácula tiene un poco de álbum europeo, ya que, a salvo de unos pocos números, es la obra de tres autores: Wolfman como guionista, Colan como dibujante, y Tom Palmer como entintador. Es cierto que el formato serializado y los plazos de publicación propios de Marvel alejaron el cómic de la altura creativa que podría haber alcanzado en un entorno editorial diferente, pero hay un núcleo creativo sólido y eso se nota.
Valoración: ★★★
Volumen 3: ¡Contra el Hombre Lobo!
Sinopsis: Después de pasarse diecisiete números jugando al gato y al ratón con los cazavampiros habituales, Drácula está más requemado que una colilla, así que regresa a casa para que dejen de atosigarle y tener la fiesta en paz.
Por desgracia, no hay paz para los malvados. Lo que sí hay es una serie de sucesos increíbles y horripilantes: un tête à tête con el pulgoso Hombre Lobo, una excursión improvisada por los Alpes transilvanos, una transferencia de recuerdos auspiciada por un cerebro viviente conectado a un computador, una intervención en un conflicto matrimonial entre un vampiro ruso pirómano y su esposa, un reencuentro con una hija muy diva, una mudanza frustrada por culpa de un espectro digno de una novela de Shirley Jackson, y, por último, una confrontación contra una tríada de engendros lovecraftianos para salvar a la que podría ser la reencarnación de la única mujer a la que amó...
¿Quién dijo que la inmortalidad era aburrida?
Comentario del librero: ¿Disfrutaste del volumen anterior? Lo harás de este. Wolfman se sabía todos los trucos para que el protagonista fuera un villano y, aun así, te pusieras de su lado. Y por "todos los trucos" me refiero fundamentalmente a enfrentarlo a otros villanos tan malos o incluso peores que él. Un maestro en su arte.
Valoración: ★★★
Volumen 4: ¡Drácula desatado!
Sinopsis: A una noche dura para vampiros y cazavampiros le suceden el caso de un detective privado llamado Hannibal King, cuyo camino se cruza con el del perverso conde transilvano; la disputa por una figurilla de coleccionista de los tiempos de Atlantis, con referencia incluida al rey Kull; y la confrontación con una hechicera sarracena que renunció a su alma a cambio de la inmortalidad, porque la venganza es un plato que se sirve frío. Y, entre unas historietas y otras, acompañamos a Taj en su regreso a la India, donde se nos revela el trágico pasado familiar del cazavampiros mudo. Ah, sí, y Drácula revive sus tiempos de quinceañera escribiendo en su diario para autoflagelarse.
Con todo, lo mejor de este volumen es el retrato desprovisto de sutileza que Wolfman realiza del abuso emocional a través del personaje de Shiela Whittier. Ahí, en el drama y en la tragedia, está la auténtica calidad.
Comentario del librero: Si te gustaron los tres volúmenes anteriores, también te gustará este, especialmente si consideras que la ambivalencia de Drácula es una de las virtudes de la serie y no un rasgo arbitrario de este megalómano con colmillos. La serie, lejos de decaer, mejora. Y eso solo puede significar una cosa: que ahora tiene que empeorar.
Valoración: ★★★★
Volumen 5: ¡El arte de morir!
Sinopsis: El volumen comienza cerrando la subtrama de Taj en la India en tanto Drácula, al que ahora aparentemente le quedan dos semanas de vida (son cosas que pasan... y luego se olvidan), lucha a muerte por enésima vez contra el cazavampiros Quincy Harker y contra un rival tan invencible como inamovible: el statu quo.
Mientras Scotland Yard acosa al cada vez más debilitado conde, empujándolo a trabajar brevemente en el sector de la moda, su descendiente Frank Drake se cruza en Brasil con el Hermano Vudú (un superhéroe nacido, al igual que Blade, en el seno de la blaxploitation) y luchan juntos contra una horda de zombis. Como dijo el ínclito Tarman en El regreso de los muertos vivientes: "Más cereeebrooos".
Después, Drácula viaja a las Américas en busca de una influencia maligna y palpitante que, por alguna razón, cree que podría interponerse en esos planes imprecisos suyos de los que siempre habla. El caso es que debía de tener puntos acumulados en la tarjeta Travel Club, porque, en el número inmediatamente siguiente, ya está de vuelta en Europa acosando a un agente secreto francés que frustró sus planes (más específicos, pero igualmente imprecisos) para conquistar el país de los gabachos, y ambos acaban en un zepelín que sobrevuela los Alpes suizos e inmiscuyéndose en una trama ajena protagonizada por un ricacho bipolar.
Y, por fin, en el último número del volumen, Drácula y Spiderman comparten buque e historieta, pero, en un juego propio de una comedia de enredos, ni siquiera llegan a cruzarse.
Comentario del librero: Te gustará si te gustaron los volúmenes anteriores y no te espanta la deriva que representa la discreta entrada de los superhéroes de Marvel en el microcosmos de La tumba de Drácula. Pero si te da la sensación de que la colección ha perdido un poco el rumbo, tranquilo, no es cosa tuya. Tienes motivos.
Valoración: ★★
Volumen 6: ¡La muerte de Drácula!
Sinopsis: El volumen comienza con Drácula viajando a los Estados Unidos para desafiar a la sesera en salmuera conocida como el Doctor Sol, responsable de la aflicción mortal de la que el conde aparentemente se había olvidado en los números anteriores.
Concretamente en Boston, Drácula conoce por accidente a dos alivios cómicos: Harold H. Harold, un gacetillero patoso inspirado en Woody Allen, y Aurora Rabinowitz, la atractiva pero "justita" secretaria de su editor. Sin embargo, el Señor de los Vampiros no está para muchos trotes y, tal y como como prometía el subtítulo del volumen, Drácula muere. De verdad, esta muerte es definitiva, no como las treinta y siete anteriores. O al menos lo es hasta que Drácula regresa de la tumba dos números después con más facilidad de la que algunos se levantan de la siesta. El conde forma una alianza fugaz con los cazavampiros (a los que se han unido Harold y Aurora para restarle peso dramático a la historia) y se venga del Doctor Sol, cuyo arco argumental concluye con un cliffhanger en el que Blade exige a Drácula que colabore con él en la cacería del "vampiro del pelo blanco". Por supuesto, y como viene siendo ya costumbre de la casa, en el número inmediatamente siguiente, la trama vuelve a cambiar de rumbo y ni se menciona el asunto.
El volumen se cierra con un enfrentamiento entre Drácula y el Doctor Extraño del que solo uno saldrá vivo; pero, visto lo visto, no es esperable que las consecuencias del desenlace de esa historieta, por mortales que sean, duren más de cuatro páginas.
Comentario del librero: Te gustará si disfrutaste del volumen anterior y, a estas alturas, ya te trae sin cuidado que Wolfman dé volantazos constantes al argumento o que el terror gótico ceda terreno a la comedia.
Valoración: ★★
Volumen 7: ¡Rito de muerte!
Sinopsis: ¿Te acuerdas de que el Doctor Extraño dio pasaporte a Drácula al final del número anterior? Pues no iba en serio; el conde solo estaba haciéndose el muerto. De hecho, se levanta mejor que nunca, con ganas de retomar sus planes de dominio global y fundar su propia religión. Con esa idea, lanza una opa hostil sobre la secta satánica de Anton Lupeski.
Pero la violencia es innecesaria, porque los satanistas lo confunden con su señor Satán y lo reciben con los brazos abiertos; incluso le encuentran esposa en la hermosa e inalterable Domini, que ejerce un inexplicable influjo sobre el conde.
Tras un paréntesis en el que el camino del Señor de los Vampiros se cruza con el de un sucedáneo del Vengador Tóxico y cuya subtrama es digna de la revista Creepy, Drácula y Domini engendran un hijo en presencia de los sectarios, porque son sus costumbres y hay que respetarlas. Después, marido y esposa escuchan el relato trágico de una vampira que se ha cruzado con Drácula en repetidas ocasiones desde que era una niña corriente y que, a falta de una hoja de reclamaciones, quiere paz.
Sin embargo, este regreso a las raíces góticas de la colección se trastoca cuando una fuerza sobrenatural arrastra a Drácula a una casa en la que los seres de ficción cobran vida, y el Señor de los Vampiros acaba zurrándose con D'Artagnan, Robin Hood, el monstruo de Frankenstein y el Zorro. Pero las celebridades literarias no son nada en comparación con el poder cósmico de Estela Plateada, al que Anton Lupeski invoca para que despache a su líder.
Mientras tanto, Blade forma equipo con el detective Hannibal King para dar caza a Deacon Frost, el "vampiro de pelo blanco", responsable de matar a la madre de Blade y vampirizar al propio King. Blade lucha contra su doppelgänger vampírico con resultados fatales; pero, por suerte, la intervención de Daimon Hellstrom, el mismísimo Hijo de Satán, permite al cazavampiros regresar a tiempo de reunirse con King para acabar con Frost y su legión de dobles chupasangres.
Por último, a un mes de que nazca su hijo, Drácula encuentra la horma de su zapato en un ser de piel dorada que confunde con un enviado de Satán, pero que parece tener un origen de orden más celestial. La trama se complica…
Comentario del librero: Si los primeros volúmenes te gustaron más que los dos anteriores, estás de enhorabuena, porque el peso de los alivios cómicos se reduce y la participación de los superhéroes de Marvel es casi anecdótica.
Valoración: ★★★
Volumen 8: ¡La ira de Drácula!
Sinopsis: El volumen comienza fuerte: es Nochebuena y ha nacido un chiquirritín metidito entre paja, ay del chiquirritín, chiquirriquitín queridín, queridito de Drácula. En efecto, el conde y su esposa son padres de un niño, que, por supuesto, no es normal. Tiene los ojos de color rojo candente, la piel dorada y nunca vemos cómo le cambian los pañales. Con la llegada de este supuesto mesías satánico, el conflicto por el poder en la Iglesia Negra está servido.
Sin embargo, antes de que la cosa se ponga interesante, es aparentemente necesario hacer un paréntesis para que el patoso Harold H. Harold nos cuente la historia de cómo él y sus "asesinos sobrenaturales" (pero principalmente él) derrotaron a Satán y a Drácula en una misma noche. Su novela se titula La conspiración del vampiro. La ficción dentro de ficción es un recurso que no siempre funciona, pero aquí tiene su gracia.
Mientras el complot de Anton Lupeski para derrocar a Drácula como líder del culto satánico sigue adelante, nuestro villano favorito se cruza en el camino del Hombre Eterno, a cuyo ciclo de reencarnaciones podría poner fin, y Blade ayuda a un colega a liberar a su esposa de una simbiosis vampírica. ¡Si será por ideas!
Un número después, Lupeski convence a los cazavampiros para que le ayuden a descuajaringar al conde durante un banquete en honor de su hijo recién nacido, pero, por desgracia, el plan se cobra la vida más inocente. El parte meteorológico no previó chaparrones acompañados de fuertes vientos y un largo soliloquio, pero Drácula está muy enfadado y se le calienta fácilmente la lengua.
Una resurrección anunciada y el regreso del "demonio" dorado al que Drácula de enfrentó en el volumen anterior preceden al reencuentro del vampiro con Topaz (la de la colección del Hombre Lobo) en una mansión ubicada sobre la Colina de Satán, preámbulo a su vez de una confrontación que se desarrollará en el siguiente volumen.
Comentario del librero: Te gustará si tus ansias de historietas vampíricas aún no han quedado satisfechas y te interesa que la serie ahonde en la faceta más trágica del Señor de los Vampiros.
El extra de este tomo es un artículo de Antoni Guiral de especial interés para los aficionados al cómic de terror, ya que repasa los inicios del género en España y las distintas publicaciones que ha tenido La tumba de Drácula en nuestro país, desde la primera edición de Vértice hasta nuestros días. Si ya estás en edad de hacerte revisiones de próstata, es probable que recuerdes algunas de esas ediciones.
Valoración: ★★★
Volumen 9: ¡Regreso a... Transilvania!
Sinopsis: La historia continúa desde el cliffhanger del volumen anterior, con Drácula, su hijo Janus, Drake y Topaz atrapados en una mansión endemoniada y sometidos al juego cruel de un engendro de Satán que estaría de rechupete con pimentón y patatitas panaderas. Este conflicto tentacular desemboca en el descenso de Drácula y Topaz al Infierno, donde Satán los recibe en persona para cantarles las cuarenta.
Despojado de sus poderes vampíricos, el conde regresa al plano terrenal y busca a su hija Lilith en Nueva York para que lo revampirice, no vaya a ser que le coja el gusto a la vitamina D. ¿Inconvenientes? Su hija le tiene tirria por aquella menudencia de que mató a su madre. Tras el previsible fracaso de este plan, su hijo Janus lo devuelve a su hogar ancestral, ¡a Transilvania! (hay que pronunciarlo con un marcado acento rumano), donde, lejos de hallar un poco de tranquilidad, el conde se reencuentra con sus cazadores habituales y, lo que es peor, con sus víctimas pasadas, que tienen un nuevo amo y han desarrollado una rabiosa manía persecutoria.
Tras un giro inesperado de los acontecimientos con tintes existencialistas (o, según se mire, una excusa arbitraria para devolver al villano sus colmillos), Drácula desafía a Torgo, el nuevo Señor de los Vampiros, para recuperar su puesto y los privilegios que este trae consigo, como es reinar sobre una masa de escoria vampírica de higiene cuestionable. ¿Cómo acaba el combate? Lo diré de esta forma: Drácula es supremo. Sin embargo, no se puede dormir en los laurales, y el clímax de la historia le espera la vuelta de la esquina. El último duelo con Quincy Harker y un sentido (aunque precipitado) epílogo ponen fin a la serie original de La tumba de Drácula.
"Drácula fue un hombre... y eso nunca debería olvidarse".
Comentario del librero: La serie tiene picos y valles, pero, si has llegado hasta aquí, es improbable que el final te decepcione o deje indiferente. A pesar de lo apresurado, es bueno.
Valoración: ★★★★
Volumen 10: ¡Hijos de la noche!
Sinopsis: Finalizada la etapa de Marv Wolfman y Gene Colan en La tumba de Drácula, y comenzada la década de 1980, Marvel recuperó al Señor de los Vampiros... a su manera. El conde pasó de ser el protagonista indiscutible y multidimensional de su propia serie a un villano de opereta que actuaba como estrella invitada en series ajenas. ¡Y ya ni siquiera se parecía a Jack Palance!
En los dos primeros números del volumen, la Patrulla-X se enfrenta a Drácula en dos aventuras diferentes: primero, el conde se encapricha de Tormenta y la convierte en su concubina, y después se propone robar el libro arcano conocido como el Darkhold para que nadie utilice la fórmula Montesi contra él y lo convierta en una mancha polvorienta en el suelo. Es en esta segunda aventura en la que Rachel van Helsing, profesora y cazadora de vampiros a tiempo parcial, tiene un pequeño papel; pero, si eres fan del personaje, probablemente preferirías que se hubiera quedado en casa afilando la munición de su ballesta.
Tras estos encuentros con los mutantes, pasamos a una historia de cinco números del Dr. Extraño en la que el Hechicero Supremo se alía con el detective vampiro Hannibal King para evitar que Drácula y su nueva secta se hagan con el Darkhold de marras. Wong, la Bruja Escarlata, la Capitana Marvel, Frank Drake y Blade también andan por ahí. Pero lo más importante es que el final de esta trama marca la desaparición definitiva de los chupasangres de los cómics de Marvel. Hasta nuevo aviso, claro.
Comentario del librero: Si disfrutaste de los volúmenes anteriores y te convenció su conclusión, quizá prefieras conservar en tu memoria el final que se le da a Drácula en aquellas páginas. No obstante, si solo quieres leer más historietas en las que aparezca el bueno del conde, este volumen te gustará si te gustan los cómics de superhéroes de principios de los ochenta, sobre todo si eres fan de la Patrulla-X de Chris Claremont o del Dr. Extraño de Roger Stern.
Valoración: ★★★
Siempre tuve mogollón de curiosidad por saber de qué iban estos cómics. Con tus reseñas se me han aclarado muchas dudas (básicamente dos: de qué van estos cómics y si debería leerlos o ahorrar para los nuevos de Transformers). En cualquier caso, ¡gracias!
ResponderEliminarEstá mal que yo lo diga precisamente en los comentarios de esta entrada, pero... Transformers. De cabeza. A no ser, claro, que te fascinen los cómics de los setenta y las historias de vampiros al estilo Marvel. En este segundo caso, compraría ambas series.
EliminarRecuerdo leer un par de tomos y me llamó especialmente la atención por ideas de bombero:
ResponderEliminarA) Drácula va por el monte y UNA CABRA LE DA UNA PALIZA.
B) La hija de Drácula se convierte en murciélago y, por no ponerle tetas, tiene EL PELO LARGO.
Todo ello habla de su alta altura creativa.
EliminarAy, sr. Brocha, muchas gracias por otra entrada inolvidable de este magno blog, que tiene además otras dos grandes virtudes: 1) es de una de las cosas que más me gustan del mundo mundial, que son los vampiros; y 2) me da una buena visión de conjunto de otra cosa en la que probablemente no voy a profundizar en la vida y que conozco sólo de refilón. Curiosamente, mis dos primeras experiencias draculeras fueron aquel suntuoso telefilme de Dan Curtis protagonizado por Jack Palance, estrenado algún tiempo después que esta eximia colección y que se adelantó algunos años al rayadito de Coppola y su Drácula con mal de amores, y aquella cosa bizarrísima salida de aquel connubio entre la Marvel y la Toei, al igual que aquel memorable Spiderman japonés y que ya tuvo su memorable entrada en este eximio rincón. Fui de aquellos críos que quedaron traumatizados por aquel Drácula en el que salían bebés muertos que resucitaban, un pueblo entero convertido en vampiros y el mismísimo Satán como estrella invitada. Luego ya nos hicimos mayores, conocimos por primera vez la obra inmarcesible de Stoker, supimos que aquella película la habían sacado de esta historieta, llegaron las revisiones, y pensamos que nuestro buen Conde no podía caer más bajo que cuando atraca a un mindundi para comer una hamburguesa...Luego, claro, vimos aquella cosa que aquí se tituló Drácula, la leyenda jamás contada, y tuvimos que revisar nuestras percepciones.
ResponderEliminarVanpiro esiten.
Acabo de aprender la palabra "inmarcesible". No la había oído ni leído nunca. ¡Y me chifla! Gracias.
EliminarYo te regalo (si no la conoces) arrebol
EliminarEsa sí que me la sabía. Buena también.
EliminarComo siempre, excelente entrada. Recuerdo haber leído muchos de esos comics de manera suelta y perderme tramas que parecían interesantes ( o no, visto lo visto). Me ha picado el gusanillo de echarles un vistazo...
ResponderEliminarGracias. Hay tramas mejores que otras, pero la mayoría son interesantes o, cuando menos, curiosas.
EliminarMuchas gracias por los repasos, como en otro de los mensajes de este post, tampoco he tenido claro nunca de qué iba o cómo se relacionaba esto con el Universo Marvel... me ha picado la curiosidad, echaré un ojo al primer tomo
ResponderEliminarCuanto más alejado está Drácula del resto del universo Marvel, mejor. Por suerte, durante la mayor parte de la serie fue así.
EliminarA propósito, ¿cuántas veces por número amenazaba Drácula con desatar su IRA? Porque eso también era algo vago y recurrente...
ResponderEliminarMás de las que muere "definitivamente", pero no por mucho.
EliminarMuy interesante 😃👌
ResponderEliminarMuy gracias.
EliminarCuriosamente el anime de Toei inspirado en "La tumba de Drácula"
ResponderEliminarse inspiro en los últimos números de la serie, concretamente los volúmenes 7 y 9, también que esta película tenia grandes momentos como Drácula comiendo una hamburguesa y su homenaje nada disimulado a Batman.
Creo que fue el año pasado, en octubre, cuando utilicé la imagen de Drácula merendándose una hamburguesa como foto de perfil en Twitter. Un clásico.
EliminarTambién que desde la propia editorial han rediseñado a Drácula y luce más o menos así:
ResponderEliminarhttps://static.wikia.nocookie.net/howstrongis/images/2/2f/Modern_age_dracula.png/revision/latest/scale-to-width-down/200?cb=20181031172542
Estoy familiarizado con el aspecto actual de Drácula en Marvel. No tengo nada en contra, pero personalmente no me gusta.
EliminarP. D.: He eliminado los dos comentarios posteriores. Creo que todo el mundo sabe cómo funciona un enlace. 😅
En el colegio me compraron un tomo retapado de esta serie con los 4 ó 5 primeros números y me obsesionó a tal nivel que hice un fanzine que vendía a 25 pesetas.
ResponderEliminarTodavía conservo el tomo y gracias a Panini pillé los 10 tomos que reseña Brocha y pude seguir las andanzas del señor de la noche (a veces para bien a veces para WTF) pero le tengo un cariño brutal a la serie. Hace poco me pillé el Blu-ray de la peli de Toei que lo han editado los punkys de Miskatonic Videos pero aún no lo he visto.
Lo que más me fascina es que en América se editara una serie tan larga protagonizada por un villano. Respect.
Fans no le faltan al señor conde, eso seguro.
EliminarQué buenos los retapados. Si no fuera por ellos, creo que muy pocas veces habría leído más de dos números seguidos.