El pasado 13 de junio, Plaza & Janés publicó la antología titulada Si te gusta la oscuridad, el último libro de Stephen King, una colección de doce relatos que "lo afianza, una vez más, como uno de los mejores narradores de nuestro tiempo".
Eso es al menos lo que dice el sitio web de Plaza & Janés. Pero, si algo ya estaba afianzado, ¿se puede afianzar "una vez más"? No me las quiero dar de listo, pero creo que la trayectoria de King como escritor no podría estar más firme y consolidada ni aunque la rociasen con almidón. Supongo que esta es la clase de reflexiones estúpidas que me separan de una brillante carrera como redactor de mensajes publicitarios.
Para los que bregamos por leernos algún día todos los libros del "escritor de Maine", quizá con la vana esperanza de que nos entreguen una chapa que diga "Me leí toda la obra de Stephen King y solo he conseguido esta estúpida chapa", la buena noticia es que, a fecha de hoy, aún no ha anunciado su próximo libro. ¿Quién sabe?, quizá incluso pueda terminar de leerme su saga de la Torre Oscura antes de que vuelva a publicar algo. Cruzaré los dedos. (Actualización a 11 de julio de 2024: Un día ha tardado Stephen King en anunciar que ya está trabajando en su próximo libro. ¡Un día! Lo hizo en el pódcast Talking Scared y será una secuela de la novela Holly. Este hombre no se puede estar quieto ni un instante).
Como suele ser habitual en este tipo de recopilatorios, la calidad de los relatos es oscilante: los hay realmente buenos, buenos y más corrientitos. Ahora bien, como King es un contador de historias nato, incluso los pocos que son más flojos ofrecen una narrativa sólida. Es cierto que al terminarlos te puedes quedar con cara de "Ah, ¿eso era todo?", pero sería raro que te retirases defraudado a mitad del camino, porque, como poco, mantienen latente tú interés.
A continuación tenéis una sinopsis de los relatos que componen la antología con mi reseña breve de cada uno de ellos. No encontraréis imágenes con subtítulos chistosos, porque me ha vencido la pereza. Opuse poca resistencia, lo reconozco.
Dos cabrones con talento: Dos buenos hombres, amigos de toda la vida, alcanzaron la fama pasados los cuarenta, uno como escritor, el otro como pintor. Cada año, durante unos días, se iban de caza al llamado Bosque de los Cincuenta Kilómetros. Era una ocasión para pasar tiempo juntos y ser ellos mismos (no hay connotaciones gays en esta frase…, aunque no tendría nada de malo). Por casualidad o no (ya os digo yo que no), fue después de una de aquellas salidas cuando ambos empezaron a destacar en sus respectivos campos creativos hasta hacerse relativamente célebres. ¿Se volvieron extraordinarios de golpe u ocurrió algo sobrenatural en el bosque que los cambió para siempre? El hijo del último amigo en fallecer lo descubrirá tras encontrar un manuscrito que podría ser algo más que mera ficción.
La obra de Stephen King ―como la de cualquier autor que merezca tal apelativo― está plagada de temas recurrentes. Mis propias entradas giran generalmente en torno al mismo tema: mi incontinencia cómica. En realidad, no es un tema. Es una tara que tengo. En fin, uno de los temas recurrentes en los libros de King es la propia escritura, también conocida como el método de autotortura intelectual definitivo. En algunas de sus obras, es uno de los temas centrales (La mitad oscura, Billy Summers), y en otras, se trata de forma más tangencial (El resplandor, Eso); pero casi siempre está presente en algún grado. De ahí que el ochenta y siete por ciento de sus protagonistas sean escritores o autores de otro tipo (el porcentaje es aleatorio y falso, pero seguro que son un porrón). Este relato de corte fantástico trata sobre el talento. ¡Cita al canto!
"En serio, ¿qué es? ¿Por qué sería yo el elegido cuando muchos otros se esfuerzan tanto y darían cualquier cosa por ser elegidos? ¿Por qué llegan tan pocos a lo alto de la pirámide? En teoría, la respuesta es el talento, pero ¿de dónde proviene y cómo se desarrolla? ¿Por qué se desarrolla?
Bueno, me digo, lo llamamos don y nos consideramos dotados, pero de hecho los dones nunca se ganan, ¿no? Solo se reciben. El talento es una bendición que se hace visible".
Si este tema despierta en vosotros la misma inquietud intelectual que despierta en su autor, conectaréis con el relato como si fuera vuestra media naranja. Si no, siempre os quedará una historia bien narrada y con un toque de melancolía.
A sus setenta y seis años, creo que estamos en condiciones de afirmar que King ya no es un chaval. Él mismo es consciente de su mortalidad, y sus textos lo reflejan. Deberíamos ir trabajando en la forma de preservar su cerebro. Veo salmuera y electrodos en su futuro.
Valoración: ★★★★
El Quinto Paso: Un hombre jubilado se sienta en el parque a leer el periódico como hace todas las mañanas y un desconocido se sienta a su lado en busca de ayuda. Es un alcohólico que está siguiendo el programa de los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos y le dice que va por el quinto paso, que consiste en admitir "ante Dios, ante nosotros mismos y antes otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros defectos".
¿Recordáis lo que os decían vuestros padres de no hablar con desconocidos? Esta es la lectura recomendada para esa parte del temario.
King, como de costumbre, habla de lo que conoce (en su día, se bebía hasta el enjuague bucal), y aquí trabaja sobre una idea sencilla, pero efectiva. El relato se lee en un suspiro y, aun así, tiene la extensión suficiente para que, en el instante del giro, la sangre se te vuelva granizado de sandía. Impactante.
Valoración: ★★★★
Willie el Friki: Willie es un niño de diez años con necesidades especiales (los eufemismos son el gran consuelo de la vida moderna) y que tiene una inquietante fijación con la muerte. Su único amigo es su abuelo, un hombre muy mayor que vive con la familia y con el que se sienta durante horas para que le cuente historias del pasado, por ejemplo de cuando combatió en la batalla de Gettysburg o cuando le vio las tetas a Cleopatra. Un día, el abuelo se pone muy pocho, y la fascinación de Willie lo acerca todavía más a él.
Otro relato cortísimo basado en una propuesta sólida. El desenlace no es tan chocante como el del relato anterior, pero la construcción es impecable. Y el crío da un repelús de agárrate y no te menees.
Valoración: ★★★
El mal sueño de Danny Coughlin: Danny Coughlin, un tipo corriente, tiene un momento de clarividencia en el que sueña con una gasolinera abandonada. Detrás de la gasolinera, está semienterrado el cadáver de una chica. Aunque los sueños suelen esfumarse tan pronto como uno se despierta (lástima, porque son el único reducto de erotismo en la vida de muchas personas), este sueño en particular sigue siendo igual de vívido tras despertarse. Después de comprobar que lo que soñó es real, Danny hace una denuncia anónima a la policía, con tan mala pata que acaban identificándolo y se convierte en el blanco de un inspector obsesivo, que lo considera el principal y único sospechoso del asesinato de la chica.
Voy a ser claro meridiano: aunque el resto de esta antología fuera una castaña, merecería la pena comprarla para leer esta historia. Sí, es así de buena. Palabra de boy scout. Uno que me encontré ayer por la calle. O al menos lo parecía. No sé por qué salió corriendo.
Para empezar, habida cuenta de su extensión, es más una novela corta que un relato. Eso permite desarrollar personajes, tramas e ideas con el empaque al que el autor nos tiene acostumbrados.
El tema principal de este relato es el mismo que el de la también reciente El visitante, que King publicó hace apenas seis años. Ambas obras se sirven de la historia de un sospechoso que es inocente para reflexionar sobre lo difícil que es creer, en particular creer en lo que toda persona con dos dedos de frente consideraría inexplicable (esto excluye a Fox Mulder y a los conspiranoicos cum laude). Ahora bien, donde aquella novela hacía aguas, este relato consigue cuadrar el círculo. King se sabe todos los trucos del oficio para mantenerte en vilo, y la trama está hilvanada a conciencia para crearte la necesidad persistente de saber qué pasará a continuación. Dejar de leer es un reto.
Eso sí, para gestionar las expectativas, conviene tener presente que esta la historia no va de descubrir al verdadero culpable. Si os esperáis eso, aparte de estar leyendo mal, acabaréis defraudados. Probablemente eso será en lo que se centre la película o miniserie cuando la hagan.
Valoración: ★★★★★
Finn: Desde el mismo día en que nació, Finn Murrie siempre ha sufrido accidentes desafortunados. Su abuela dice que eso significa que Dios está en deuda con él, pero eso no acaba de convencerle, sobre todo cuando lo secuestran por error.
Este es un relato difícil de calificar. Por un lado, me da la impresión de que el tono que busca es el de una comedia negra; pero, si es así, la historia se pone tan oscura que acaba perdiendo toda la gracia. Por otro lado, no tengo ningún reparo en reconocer que no sé de qué narices quiere hablarme. Quizá el relato trata sobre la capacidad para distinguir qué es real de lo que no, pero si os dijese que va sobre la seguridad en el uso de toboganes, probablemente andaría igual de bien encaminado. La premisa es curiosa, eso se lo concedo.
Valoración: ★★
En la carretera de Slide Inn: Una familia viaja en un viejo Buick por una carretera perdida de la mano de Dios. El coche sufre un accidente, y al accidente le sucede un encuentro fortuito y poco afortunado.
Stephen King es un maestro de la anticipación y de la tensión, pero en este relato no hay ideas nuevas ni tampoco sorpresas. El personaje del abuelo es gracioso, pero la historia necesitaba un empujoncito.
Valoración: ★★
La pantalla roja: Un inspector de policía interroga a un tipo corriente que ha asesinado a su mujer. Aunque el asesino confeso no parece estar sonado, él dice que no era su mujer, sino un alienígena. ¡Ya están aquí y solo hay una manera de distinguirlos!
En apenas unas páginas, el relato suelta una pregunta inquietante a la que no responde y consigue lo que se propone: sembrar la duda en el lector. Ambigüedad de la buena para no pegar ojo.
Valoración: ★★★
El experto en turbulencias: Un hombre recibe una llamada de su "facilitador" para que suba a un avión. Aunque, estadísticamente, volar sea el modo más seguro de viajar, un "experto en turbulencias" nunca sobra.
No sabéis de qué porras os hablo, ¿verdad? Pues no puedo resumir mejor este relato sin reventaros la historia. Admito que estoy tentado de hacerlo, porque la idea no pasa de ser una mera ocurrencia que quizá un escritor con menos incontinencia literaria que King hubiera descartado. De hecho, estoy convencido de que si existiera un número infinito de universos paralelos y, en la mitad de ellos (echad vosotros mismos las cuentas), Rod Serling hubiera tenido que elegir entre este relato y Pesadilla a 20.000 pies para adaptarlo en su serie La dimensión desconocida, no habría ningún universo en el que hubiera escogido este relato. ¡Siguiente!
Valoración: ★★
Laurie: A un jubilado viudo y refunfuñón le regalan una perrita para que le haga compañía y no se deje arrastrar por la apatía y el aislamiento.
Si algo destaca de King es que conoce lo bastante a las personas para que sus personajes se sientan reales. Por eso, la mayor parte de su obra habla de la vida desde un punto de vista creíble y cotidiano, donde "detalles" como los dobles malvados, los payasos de otra galaxia o los viajes en el tiempo son solo la sal de la ficción. En ese sentido, esta es una historia tierna y esperanzadora que arroja un rayo de luz sobre la oscuridad a la que puede empujarnos la soledad. O al menos lo es hasta que King enseña los dientes y el relato se convierte en el prólogo de Mandíbulas 5: Un nuevo comienzo.
Valoración: ★★★★
Serpientes de cascabel: ¡La secuela tardía de Cujo! Vic Trenton, el marido publicista de la novela del sambernardo rabioso, es ahora un viejales y se ha mudado a la casa de la playa de un amigo para pasar una temporada con sus penas. Allí conoce a la señora Bell, una vecina, también talludita, que perdió a sus hijos durante la famosa invasión de las serpientes de cascabel de 1982 u 83, y que aún pasea a las versiones imaginarias de su progenie en un cochecito.
El segundo relato más largo de la antología evoca imágenes (¡y sonidos!) espeluznantes y trata sobre el dolor. Pero no me refiero a la clase de dolor que provoca golpearse un dedo del pie con la mesa, sino el que se lleva por dentro y puede acabar contigo si no sabes gestionarlo. El relato responde a la pregunta de qué fue de la familia Trenton después de los terribles eventos narrados en Cujo, pero, al igual que Doctor Sueño, cuenta su propia historia, en esta ocasión de terror sobrenatural, no animal.
Como curiosidad extra, el relato también se hace eco del desenlace de otra novela de King: Duma Key. No tenéis que leer ninguna de estas dos novelas para entender el relato, pero, por si os preocupan los destripes, la trama de Cujo la revienta entera, y de Duma Key te cuenta lo que fue de la isla homónima tras su conclusión.
Valoración: ★★★★
Los soñadores: Un excombatiente de Vietnam y experto en taquigrafía comienza a colaborar con un "caballero científico" que quiere pasar por debajo del muro de los sueños.
Los reflejos de la obra de H. P. Lovecraft que están presentes en este relato (Al otro lado de la barrera del sueño y Del más allá son las obras con las que se codea de forma más evidente) deberían bastar para encandilar a cualquier fan del creador de los mitos del pulpo narcoléptico. Sin embargo, a pesar de lo prometedor de la premisa, el horror acaba siendo un poco de pacotilla. Si queréis leer una historia de King con un desenlace que da auténtico pavor cósmico, os recomiendo su novela Revival.
Valoración: ★★★
Hombre Respuesta: ¿Y si existiera un hombre que tuviera las respuestas a todas las preguntas? A lo largo de su vida, Phil Parker se encuentra tres veces con ese hombre: en 1937, en 1960 y 1995.
Esta historia trata sobre el destino, las preguntas adecuadas y el qué habrá después de la vida. Por lo tanto, va de suyo que tenga una carga melancólica de aúpa. El elemento paranormal es llamativo, pero, como en toda buena obra de fantasía, se trata básicamente de una excusa interesante para que King haga una vez más lo que mejor se le da: hablar de las Cosas Importantes™. ¿Pensabais que iba a decir "provocarte flojera intestinal a base de sustos"? Nada más lejos de la realidad. Este relato va directo a la patata.
Valoración: ★★★★
Muy buena entrada. Dan ganas de leer el libro. El único que he leído de Stephen King es "La caja de botones de Wendy". Lo intenté con It y no pude pasar de las primeras páginas, no por qué no me gustará, sino porque se me hacía cuesta arriba la longitud. Siempre he sido de leer "tochos" pero últimamente leo cosas más breves. Por eso también pienso que está colección de relatos es una buena opción. Gracias por la reseña, Sr Brocha!
ResponderEliminarPero el mejor relato es el largo. ¡Muajajajaja!
EliminarPues pinta curioso el libro.
ResponderEliminarYo aún diría más: el libro pinta curioso.
Eliminar¿11 de noviembre?
ResponderEliminar¿12 de octubre?
Eliminar¡San Fermín!
EliminarHace un tiempo me topé con este libro en el Alcampo y me llamaron la atención varios de los relatos. De King me he leído algunos libros, no demasiados, y todavía me quedan varios de sus clásicos (It, El resplandor, Carrie, etc), pero me da cierta pereza ponerme con ellos. Sin embargo, esta antología de relatos cortos puede estar muy bien, mas después de leer tus reseñas.
ResponderEliminarFantastico articulo, como todos los que escribes. Me ha encantado.
Qué cosas me dices. Si me llega a pillar despistado, hasta podría haberme sonrojado
EliminarEspero que te animes a leer el libro.
La estoy leyendo. Acabo de terminar el del mal sueño
ResponderEliminarLo he pasado mal por el prota. Este hombre consigue que te involucres mucho en las historias.
Te mete de lleno, sí. Y no en lugares a los que llevarías a tu abuela.
EliminarEs el más grande.
ResponderEliminarY tú tampoco estás mal, compañero.
Hago lo que puedo con lo que la naturaleza me ha dado.
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