El spaghetti western es un género que siempre he sentido muy diferente del western norteamericano, lo que de pequeño conocía simplemente como "pelis de vaqueros". Por eso precisamente quiero dejar claro que, para mí, las cintas de Sergio Leone, y, en especial, su trilogía del dólar, nunca fueron cine de vaqueros. Eso era lo que ponían después de comer para que mi padre echara la siesta. Lo que hacía Leone era otra cosa; algo más descarnado y sucio; películas con hombres de puntería milagrosa y un carisma abrumador que colmaban la pantalla de una grandiosidad pulverulenta al son de la impresionante música de Ennio Morricone. Y cuando Clint Eastwood salía cabalgando por el desierto y mi padre decía "Eso es Almería" o "Ahí hemos estado", me quedaba embobado pensando en lo cerca que quedaba el lejano Oeste. Siete u ocho horas de coche como mucho.
Sergio Leone
Su padre quiso que estudiara Derecho, pero Leone tenía muy claro a qué quería dedicarse, así que dejó la carrera y se sirvió de los contactos de su padre para entrar en el mundillo del cine, trabajando detrás de las cámaras y también como extra en varios filmes italianos.
Con el tiempo, el joven cineasta romano llegó a ayudante de dirección, participando, entre otros muchos títulos, en tres superproducciones norteamericanas que se rodaron en los estudios romanos Cinecittà: Quo Vadis (1951), Helena de Troya (1956) y Ben-Hur (1959)
Su gran oportunidad se presentó con Los últimos días de Pompeya (1959), que protagonizaría el musculoso Steve Reeves, aún fresca su actuación en Hércules(1958) y Hércules encadenado (1959). Mario Bonnard, buen amigo del padre de Leone, iba a dirigir la película; pero cayó enfermo poco antes de comenzar el rodaje y Sergio Leone y Sergio Corbucci le reemplazaron.
Gracias al éxito de la cinta, a Leone le ofrecieron dirigir, esta vez en solitario, El coloso de Rodas (1961). Sin embargo, aunque su trabajo recibió buenas críticas, aún le quedaban algunos años por delante para que su nombre empezara a sonar entre el público.
Por fin, la pequeña productora Jolly Film, ante la paulatina decadencia del cine de romanos y tras hacer sus primeros pinitos en el western con la poco llamativa Gringo (1963), para la que, anecdóticamente, Morricone compuso la banda sonora, encargaron a Leone dirigir El magnífico extranjero, título provisional de Por un puñado de dólares.
El taquillazo de esta película cogió a todos por sorpresa, pero permitió a Leone crear un legado cuya influencia perdura hoy.
Ennio Morricone
Romano como Leone e hijo de un trompetista, Morricone comenzó ganándose la vida arreglando canciones de artistas populares y componiendo sintonías de programas de variedades. En el cine, trabajó como negro para compositores de mayor renombre. La primera banda sonora que firmó fue la El federal (1964). A partir de ese momento, Morricone se convirtió en un compositor prolijo.
Aunque Leone y Morricone fueron compañeros de colegio, no trabajaron juntos hasta Por un puñado de dólares, y esta colaboración ni siquiera fue ocurrencia de Leone, sino de los productores del filme, que conocían la eficacia de Morricone a la hora de componer. De hecho, Leone hubiera preferido seguir trabajando con Angel Francesco Lavagnino, que orquestó El coloso de Rodas. Por suerte, la productora se impuso, y para cuando comenzó la producción de La muerte tenía un precio, Leone ya planificaba sus secuencias sobre la base de la música de Morricone y no al revés; de ahí el intenso duelo final entre Mortimer y el Indio.
La música de Morricone para la trilogía del dólar se compone de silbidos, chasquidos de látigo, disparos, campanadas, coros, tañidos de guitarra... Un sonido muy característico que el tiempo ha colocado como representativo del subgénero. Es imposible disociar el western de Sergio Leone de la música de Ennio Morricone.
Clint Eastwood
Eastwood es el arquetipo de macho norteamericano, una criatura prácticamente extinta a la que, al paso que avanza este mundo, pronto solo veremos en los museos. La mayoría de los personajes que ha interpretado a lo largo de su dilatada carrera son hombres solitarios, casi insociables, tan flemáticos como cínicos, endurecidos y a veces embrutecidos por la vida, pero con un fuerte sentido de la justicia... antihéroes en el sentido estricto del término, como el avinagrado Walt Kowalski, un evidente compendio de todos los personajes que él mismo definió y, probablemente, el último saludo del Clint actor a sus seguidores.
Es cierto que a Eastwood se le ha criticado muchas veces por su hieratismo interpretativo. El propio Leone declaró que "Necesitaba más una máscara que un actor, y en aquel tiempo Eastwood solo tenía dos expresiones: con sombrero o sin él". Sin embargo, con un mínimo de gestos y una indumentaria adecuada, consiguió construir un personaje misterioso, moralmente ambiguo e inolvidable.
Por un puñado de dólares (1964)
Comentario: Tildada como la más floja de la trilogía, en mi opinión las únicas flaquezas respecto de sus sucesoras se deben a que esta película tuvo un presupuesto mucho más reducido. A pesar de ello, Leone exprimió cada centavo como si hubiera seguido un seminario de Chuck Garabedian, lidiando con reparto y equipo por los constantes retrasos en los pagos por parte de la productora y sacando lo mejor de lo que tenía a su disposición.
De hecho, sorprende ver que la cinta contiene ya todos los elementos que harían tan personales y distintivos los westerns de Leone: cercanísimos primeros planos, brutalidad llana y explícita (encuadrar al mismo tiempo a tirador y víctima era tabú en el cine norteamericano), largos silencios seguidos de estallidos de violencia, humor cínico...
A mi juicio, la única pega que puede ponérsele es quizá el villano principal del filme, Ramón Rojo, un personaje plano en el guión y que solo Gian Maria Volontè consigue levantar gracias a una interpretación salpicada de matices de esa locura maligna que el actor perfeccionaría en La muerte tenía un precio.
Mi escena favorita: Cuando el personaje de Eastwood llega al pueblo, algunos hombres de los Baxter espantan a tiros a su mula. Poco después, se dirige a ellos y les dice que a su montura no le ha gustado la broma. Los forajidos se ríen, pero el forastero descubre el revólver que oculta bajo su poncho, y, tras el inevitable cruce de miradas, cuatro cadáveres caen al suelo. Con esto no solo se demuestra su prodigiosa habilidad como tirador, sino que también queda claro que no le tiembla el pulso a la hora de matar. Y el "Quería decir cuatro cajas" es el broche de oro.
Tenéis la escena completa aquí.
Curiosidades:
- La película es una versión libre del Yojimbo de Akira Kurosawa en la que se sustituye el Japón del siglo XIX por el salvaje Oeste. Toho, la productora de Yojimbo, interpuso una demanda por plagio, y el asunto se cerró con un acuerdo: Kurosawa se quedaría con los beneficios que el filme obtuviese en Japón.
- Antes de ofrecerle el papel del Hombre Sin Nombre a Eastwood, hubo más candidatos: James Coburn, Charles Bronson, Richard Harrison, Frank Wolfe y Rory Calhoun. Sí, Rory Calhoun, la persona que según el señor Burns siempre está de pie y caminando.
- Para vender mejor la cinta en el mercado internacional, los nombres de equipo y actores se americanizaron. Por citar algunos, Sergio Leone es Bob Roberton (en claro homenaje a su padre, que firmaba como Roberto Roberti); Ennio Morricone, Dan Savio; y Gian Maria Volontè, John Wells o Johnny Wels.
- Los exteriores del filme se rodaron en Almería, España. Huelga decir que en 1964 no abundaban los hoteles de cinco estrellas, y las condiciones de rodaje eran bastante duras.
- Eastwood solo sabía decir ciao y arrivederci, y Leone no hablaba ni papa de inglés, así que solían entenderse por señas. De hecho, la película se dobló en posproducción, ya que durante la filmación, cada actor hablaba en su propio idioma.
- El personaje de Eastwood no recibe nombre hasta el final de la película, cuando el sepulturero le llama Joe. "Nada de nombres. Ni pasado, ni futuro, solo presente", decía Leone.
- La falta de moralidad del "héroe" llevó a que en la versión emitida por primera vez en la televisión estadounidense se rodase un prólogo en el que liberaban al Hombre Sin Nombre de la cárcel y le ofrecían un indulto a condición de que pusiese fin a la disputa de los Baxter y los Rojo; una forma ridícula de justificar innecesariamente sus acciones.
Citas:
Joe: Los Baxter a un lado, los Rojo a otro, y yo en medio.
Joe: ¿Qué demonios llevarán en esa diligencia?
Silvanito: Hombre, eso es fácil de averiguar. Te acercas como si fueras a echar un vistazo dentro; si la emprenden a tiros, es oro.
Joe: Mira, los muertos pueden ser muy útiles. A mí, personalmente, me han resuelto situaciones difíciles más de una vez. Primero, porque no hablan. Segundo, porque colocándolos bien, pueden parecer vivos. Y tercero, porque si les disparan, no sucede nada, ya que como mucho deberían morir, pero como están muertos...
Consuelo Baxter: Soy lo bastante rica para apreciar a los hombres que se pueden comprar.
Joe: Apunta bien al corazón. Cuando se quiere matar a un hombre, hay que darle en el corazón. ¡Son tus palabras!
Tema principal:
La muerte tenía un precio (1965)
Comentario: Leone repite el esquema de Por un puñado de dólares con el doble de presupuesto y consigue superar su filme anterior en todos los aspectos.
La puesta en escena es espléndida y ofrece una recreación más lograda y detallada del lejano Oeste, con mayor variedad de escenarios, y un atrezzo y vestuario más cuidados; elementos que terminarían de pulirse en El bueno, el feo y el malo.
Los protagonistas también se empapan de esa mayor complejidad, especialmente el villano. Aquí Ramón Rojo se transforma en el Indio, un bandido adicto a la marihuana al que persiguen los fantasmas del pasado. Volontè dota al personaje de una credibilidad asombrosa, levantando un aura de peligro e incertidumbre a su alrededor que produce verdadero desasosiego. A su vez, Van Cleef despierta de su letargo interpretativo dando vida al templado coronel Mortimer, mientras que Eastwood retoma su papel del Hombre Sin Nombre, al que aquí llaman "el Manco" porque sólo utiliza la mano derecha para disparar.
Mi escena favorita: La muerte tenía un precio es una película redonda con muchos grandes pequeños momentos dispersos aquí y allá, pero la escena que se lleva la palma es el duelo entre Mortimer y el Indio, con la música del reloj anunciando una muerte inminente y la intervención del Manco dando una nueva oportunidad a una venganza frustrada.
Curiosidades:
- El título italiano del filme es Per qualche dollaro in più, esto es, Por unos pocos dólares más.
- Cuando ofrecieron el papel a Lee Van Cleef, éste era un actor malogrado por los problemas con la bebida que acababa de someterse a una terapia de desintoxicación y no tenía dinero ni para pipas. El coronel Mortimer le regaló veinte años más de dignidad y estrellato.
- Clint Eastwood continuó usando el mismo poncho que en Por un puñado de dólares y que se pondría igualmente para el último acto de El bueno, el feo y el malo. Incluso se pueden ver los zurcidos con los que taparon los agujeros de bala del filme anterior.
- En el doblaje español se dice que la muchacha que se suicida en el flashback del Indio es la hija de Mortimer, un dato que no está en la versión italiana. Los libros suelen identificar a la mujer como la hermana del coronel y así aparece en la ficha de la IMDb.
Citas:
"Baby" Cavanaugh Rojo: [tras perder una partida de póquer] ¿Qué nos jugábamos?
Manco: El pellejo.
Wild: Te acuerdas de mí, ¿verdad?
[El coronel Mortimer niega con la cabeza y sigue comiendo tranquilamente]
Wild: Sí, del Paso.
Mortimer: El mundo es un pañuelo.
Wild: Sí, y puede ser una mortaja. [ofreciéndole la joroba] Prueba ahora a encender una cerilla.
Mortimer: Normalmente no fumo hasta después de la comida. ¿Por qué no vuelves dentro de diez minutos?
Manco: [sumando las recompensas de los hombres que han matado el coronel y él] Diez mil... doce mil... quince... diecinueve... veintiuno... veinticinco...
[Un último bandido se le acerca por la espalda. El Manco se da la vuelta y lo mata de un tiro]
Manco: ... y cuatro, veintinueve.
Mortimer: ¿Qué te pasa, muchacho?
Manco: Nada, viejo, que no me salía la cuenta. Ahora está bien.
Tema principal:
El bueno, el feo y el malo (1966)
Comentario: Aunque preferiría no hacer nunca una lista de mis diez películas favoritas, esta ocuparía con toda seguridad uno de los primeros puestos.
Para el que suscribe, El bueno, el feo y el malo es el epítome del spaghetti western, y la mejor película de Leone, superior a la lenta Hasta que llegó su hora y desde luego más entretenida que aquel par de títulos protagonizados por Terence Hill que Leone dirigió pero no firmó. Incluso se puede leer en ella un mensaje acerca de la imposibilidad de racionalizar la violencia y la futilidad de la guerra. No es que me importe, pero debéis mencionarlo si queréis entrar en el club de los cinéfilos pedantes.
Todo lo visto en las cintas anteriores se pronuncia y perfecciona en esta. Los primeros planos son más largos e intensos, la fotografía es excelente, los decorados están cuidados al detalle, las imágenes son ya completamente inseparables de la música de Morricone..
Y una vez más, Leone también dio en el clavo con el reparto. Las personalidades de Tuco y Rubio se complementan perfectamente y forman una pareja muy singular, pese al justificado temor de Eastwood de que Wallach le robara protagonismo. Lamentablemente, el malvado Sentencia, tras su magnífica presentación, queda relegado a un segundo plano casi hasta el desenlace; pero Lee Van Cleef brilla igualmente en su papel, con esa mirada suya que hiela el Infierno y que le pega mucho más que la imagen paternalista del filme anterior.
Aunque la cinta dura dos horas y media, es una experiencia en la que uno se embarca sin importarle cuándo termine.
Mi escena favorita: Diría que toda la película, pero si tuviera que elegir entre el triello final y Tuco corriendo en círculos por el cementerio mientras suena L'estasi dell'oro..., me quedaría con la secuencia en la que Tuco y Rubio acaban con los cinco hombres de Sentencia. El momento en el que Rubio dice aquello de "¿Quieres morir solo, Tuco?" y ambos salen a la calle principal a la vez que detona el Due contro cinque me pone la piel de gallina.
Curiosidades:
- El papel de Tuco se ofreció en primer lugar a Gian Maria Volontè, que lo rechazó. A Eli Wallach la idea no le convenció de entrada, pero aceptó tan pronto como vio los dos filmes anteriores.
- Esta fue la única película de la trilogía en la que Leone hizo cortes por puras razones comerciales, siguiendo el consejo de la productora, que pensaba que era demasiado larga.
- En Inglaterra se censuró la escena en la que Tuco monta su arma, supongo que por la misma razón que Michaelangelo no podía utilizar sus nunchakus en Las Tortugas Ninja. Están locos estos ingleses.
- Rubio y Tuco acaban como prisioneros en un campo unionista. Hasta entonces, en el cine únicamente se habían mostrado los campos de prisioneros de los confederados, "los malvados partidarios de la esclavitud".
- En la voladura del puente, los problemas de comunicación entre el equipo italiano y el español provocaron que explosión sucediera antes de que las cámaras estuvieran rodando, por lo que hubo que reconstruir el puente y repetir la escena, probablemente la más cara de la película.
- Desde 1983, Metallica abre sus conciertos con L'estasi dell'oro. Pinchad aquí para escuchar su versión. El tema Lone Bird in the Shire, del juego Wild Arms de PlayStation, también contiene algunas notas de esa misma melodía.
Citas:
Sentencia: Cuando uno me paga, siempre termino mi trabajo.
Cazarrecompensas: [dirigiéndose a Tuco] ¡Eh, oye! ¿Sabes que tu cara se parece a la de uno que vale dos mil dólares?
Rubio: [a su espalda] Sí, pero tú no te pareces al que los va a cobrar.
Tuco: Miren, le da el dinero. ¡Judas! ¡Has vendido mi pellejo! Pero no te aprovechará, ¿sabes?, no, de verdad que no. Si hay justicia en este mundo, ¡en medicinas lo vas a gastar! ¡Todo en medicinas, hasta el último centavo!, porque te va a dar la tiña y la viruela. Tú no lo sabes, pero eres un bastardo. Eres hijo de mil padres, todos tan bastardos como tú. Y por si no lo sabes, tu madre es una p... ¡Eres un bastardo!
Tuco: El mundo está dividido en dos partes, amigo: los que tienen la soga al cuello y los que la cortan. Solo que el cuello que hay dentro de la cuerda es el mío. El que se la juega soy yo. Por eso la próxima vez quiero más de la mitad.
Rubio: Sí, es verdad que tú te expones, pero yo soy el que corta. Y si tú me rebajas el porcentaje, [ofreciéndole un cigarro] ¿quieres?, bueno, yo podría fallar la puntería.
Tuco: Pero si fallas, falla de verdad, Rubio. Porque el que me engaña y luego no me mata quiere decir que no sabe nada de Tuco. ¡Nada!
Rubio: El mundo se divide en dos categorías: los que tienen el revólver cargado y los que cavan. Tú cavas.
Tuco: [gritando] ¡Rubio! ¿Sabes de quién eres hijo? ¡Eres un hijo de mil padres!
Tema principal:
Fuentes: Biografía Clint Eastwood, de Patrick McGilligan; La trilogía del dólar. Sergio Leone o la revolución del western, de Rafael de España.
Gran artículo para una trilogía inmejorable. Chapó.
ResponderEliminarUn artículo muy interesante y exhaustivo.
ResponderEliminarMe gusta el spaghetti western (aunque mi conocimiento de este género se limita casi exculsivamente a Sergio Leone) pero opino que no resiste comparación con las mejores obras de Ford o Hawks (las de vaqueros en la sobremesa de Tve1 como bien comentas).
Por cierto en la foto de Sergio Leone que has puesto parece un híbrido entre líder de la secta de los hombres topo y profe de gimnasia pasado de peso de serie americana (le falta la visera y el colgante debería ser un silbato) xD
P.d. Mi película favorita de Sergio Leone es la primera mitad de (y enlazo con el título de tu anterior artículo) "Érase una vez en América" (hasta que los protagonistas se hacen adultos es una obra maestra absoluta)
Hace nada pude ver el final de Por un Ouñado en la 2, que lo pillé así por casualidad y mi mujer tuvo que sufrir cómo le comentaba cada plano y cada pausa.
ResponderEliminarGran post, sí señor.
Si llevara sombrero me lo quitaría ante tu pedazo de artículo.
ResponderEliminarPor cierto, peliculones todos y no la mierda de westerns que hacen hoy día.
Impecable! Yo tengo una edición especial de la trilogía con un montón de extras. Me encantan estas pelis!
ResponderEliminarOtra crítica de Harry el Sucio!
y fueron una fuente de isnpiración para Marty McFly jejeje
ResponderEliminargenial artículo!
Excelente post, Tipodelabrocha. Junto con "Wild bunch" de Peckimpah, mis westerns favoritos.
ResponderEliminar"Afina el oido capitán, vamos a hacer un poco de ruido."
Se me olvidaba comentar una curiosidad. Para su siguiente película ("Hasta que llegó su hora"), Leone quiso matar a los tres protagonistas de "El bueno, el feo y el malo" en la flamante escena inicial y así dar por finalizada la trilogía del dólar. Pero Eastwood se negó. Hubiera sido todo un puntazo.
ResponderEliminar@Descastado: Coincido contigo en lo de Érase una vez en América. A partir de que se hacen adultos, es un pichiliote mal llevado.
ResponderEliminar@svodoba: No es mala idea lo de Harry el Sucio, pero hay que sentarse a verlas, buscar información... Suena a mucho trabajo. Ya veremos.
@Critical+: Grupo salvaje tiene un final apoteósico. Incluso Stallone tomó algo de esa cinta para sus Mercenarios.
Qué grande eres Tipo de la Brocha!!
ResponderEliminarMagnífico artículo de un género a veces despreciado, pero que para mí fue toda una revolución dentro del género del western! creo que las películas actuales (Open Range, Valor de Ley, etc) beben más de éste género que no de los pulcros y bienhablados vaqueros de la edad dorada de Hollywood (sin despreciar en absoluto los clásicos de John Ford o John Wayne).
Por cierto, mi despertador suena cada mañana a las 7 con el tema de "Por un puñado de dólares"
Solo por si alguien tiene alguna duda: me encanta John Wayne y tengo varios packs con sus pelis del Oeste; pero disfruto más con el spaghetti.
ResponderEliminarTuco:
ResponderEliminar-Se va un cornudo y llega otro.
Epic frase !!!
@Tipo: Oye, pues menudo finde te pegarás viendo pelis, no? Hay también un pack buenísimo con un montón de extras sobre Harry el Sucio (viene hasta con la plaquita de policía :-D) y muchos datos curiosos. Frases épicas, las que quieras (la de si se pregunta si es la última bala, la de alégrame el día...). El personaje, vale, es un poco más de lo mismo, pero esa es la gracia, no?
ResponderEliminarBueno es una sugerencia y lo pasarás genial destripándolas, ojo!! y si no: Los siete magníficos y las secuelas. Historia para contar tienes un rato también....
Dixit. :-)
Un artículo magnífico.
ResponderEliminarLo mejor es la suciedad y la crudeza con la que se refleja el salvaje Oeste. Lo único malo era que a Clint no le doblaba Constantino Romero.
Mando un saludo.
ResponderEliminarEn verdad genial la trilogía del Dólar, és de los mejores western que he visto en mi vida. A veces, quizá una vez por año, o quiza cada 2, invierto algo de mi tiempo en disfrutarlas, más la de "Había una ves en el Oeste".
Tengo una duda, de entrada se comprende que Ramón e Indio son el mismo actor, pero no el mismo personaje, pero hay detalles en la segunda parte que me hacen pensar que "Indio" es "Ramón Rojo".
1.- Cuando aparece por primera vez recostado en la prisión, se levanta el sombrero y al mostrar el rostro se percibe el tipíco golpe sordo de "el villano conocido"
2.- "Niño", aparece con una marca en el rostro, quiza a causa del barril que le golpeó en la primera película.
3.- Cuando "Manco" vé el cartel de "se busca" de "Indio", antes se vé un acercamiento de su mano, malograda por el pié de "Niño" tras una tremenda golpiza ordenada por "Ramón".
4.- Cuando "Manco" y "Coronel" roban el dinero y afuera los esperan "Indio" y "Niño", lo primero que hace "Indio" es quitarle a "Manco" su protección de piel de su mano derecha y la mira con actitud de "Ya te recuerdo" mientras agrega: "póntelo" y se la entrega.
Y 5.- Cuando "Niño" libera a "Coronel" y a "Manco" le pregunta el porqué a "Indio" y este le dice que: "sabía que era caza recompensas desde que lo vió entrar".
Entonces, Ramón Rojo e Indio son el mismo. Ustedes qué piensan????
Ramón murió en la primera película, no puede ser el mismo personaje. Por otra parte, muchas veces me he imaginado que el hombre sin nombre es el mismo personaje en las tres películas, y que de alguna forma las tres siguen un orden cronológico. Se comenta la teoría de que la acción de El bueno, el feo y el malo, es anterior a las otras dos, por lo de que Clint encuentra el ponche al final de la película. De todas formas, el hecho de que repitan actores que encarnan a personajes distintos, como Le Van Cleef o Gian María Volonté, hace que uno no lo tenga tan claro. En mi opinión las tres son grandes películas, aunque al parecer tiene más fama la última. No obstante pienso que la que mejor define este género es la de La muerte tenía un precio.
ResponderEliminarNo obstante, pienso que el mejor western de Leone es "Hasta que llegó su hora", una auténtica obra maestra. Su trilogía del dolar es grandiosa, pero su último western es verdaderamente brillante y de una belleza pasmosa.
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Me parece la mejor de esas tres: La muerte tenia un precio. Sergio Leone bastante sobrevalorado, aunque tomó buena nota de Kurosawa. Abusa de la pausa, me gustan mas los hermanos Romero Marchent, mucho mas cercanos al western americano con grandes coreografías. A base de ver spaguetti westerns me he dado cuenta que no es para tanto esta trilogía del dolar, son buenas películas, especialmente las dos primeras, pero hay mucha mitomanía al respecto. Fueron taquillazos, gustaron a la crítica y llegaron en el momento que empezaba a despegar el tema, pero no son ni mucho menos los primeros westerns en europa, ya se habían hecho de muy buenos.
ResponderEliminarHola. Comentar que la provincia de Burgos acumula más minutos de metraje en "El bueno, el feo y el malo" que la de Almería. De hecho, dos de las fotos que aparecen aqui corresponden a Burgos.
ResponderEliminarAl igual que la zona de Colmenar Viejo, donde se rodó prácticamente en su totalidad "Por un puñado de dólares", ha sido también muy injustamente olvidada...
Saludos!