22 de marzo de 2021

La Liga de la Justicia de Zack Snyder: 1ª parte - No cuentes con ello, Batman

No sé si tendré fuerzas para llegar hasta el epílogo de este gran viaje del ego. Pero aquí estoy, a pesar de mi instinto de supervivencia y de mi sentido común, embarcado en una aventura que tal vez solo me traiga disgustos.

¿Por qué me hago esto? ¿Es por aburrimiento? No, pero me gustaría aburrirme alguna vez. ¿Es para demostrarle algo a alguien? ¡Ja, qué bueno! No. ¿Es por amor? No, ni siquiera Jaime Lannister hace cosas tan terribles por amor.

Supongo que lo hago porque puedo. No soy el bloguero que os merecéis ni el que necesitáis, pero soy el que tenéis.

A estas alturas, nadie necesita leer o escuchar ni una sola opinión más sobre el Snyder Cut. Y no me refiero a la película en sí, sino a ese fenómeno de redes que surgió tras la templada acogida que tuvo La Liga de la Justicia en el momento de su estreno. Un fenómeno que nació en Twitter bajo el hashtag #ReleaseTheSnyderCut y que se mantuvo vivo por un grupo de fans machacones e incansables con prioridades vitales discutibles.

Personalmente, aquel lema siempre me trajo a la cabeza la frase "liberad al kraken", de la tercera parte de Piratas del Caribe. No tanto porque anunciase un horror abisal que amenazaba con arrastrar a la humanidad a las oscuras profundidades oceánicas (que también), como porque el montaje del director era en aquel momento una criatura tan mitológica como el propio kraken. Dicho de otra manera: Warner no habría tenido que invertir 70 millones de dólares si la supuesta película hubiera existido en algún otro sitio que no fuera la cabeza del propio director Zack Snyder (o, de forma más difusa, en la imaginación de sus seguidores más acérrimos). Puede que la producción estuviera casi terminada, pero la postproducción es clave en un blockbuster de este nivel. Eso sí, reconozco que "financiad la película que pretendía hacer Zack Snyder para que pueda terminarla a su manera" es una mierda de eslogan. Lo importante era la idea.

Aun así, el mal no solo aguarda, como dice la reina Hipólita, sino que siempre se supera a sí mismo. Por eso ya hay un nuevo eslogan, más lamentable si cabe, recorriendo Twitter: #RestoreTheSnyderVerse. ¿No os cansáis de ver a Superman con el ceño fruncido y ganas de partirle la columna vertebral a la gente?

Dicho lo anterior, me alegro de que Snyder haya podido terminar la película que tenía pensada, sobre todo conociendo las circunstancias que le llevaron a abandonar el rodaje. Sus películas pueden provocarme bochorno, risa y lesiones cerebrales irreparables; pero, cuando me olvido de que es un fanboy de Ayn Rand con el ego de un tiranosaurio, no tengo nada en contra de él como persona, así que ¡bien por Zack!

También lo celebro por todas las personas que aman el cine de este señor y que, a base de dar por culo, han conseguido lo que se propusieron hace casi cuatro años. Sois cansinos de cojones, pero enhorabuena. Muchos niños chillan y lloran en supermercados y jugueterías para conseguir lo que quieren y sus pataletas caen en saco roto; pero Warner ha sido un progenitor débil y ha cedido a vuestras peticiones. No os desengañéis pensando que el estudio ha financiado el Snyder Cut solo porque hay una pandemia y le salía a cuenta. Vuestra "lucha" importa.

Por último, como aficionado al cine, me es imposible no sentir curiosidad por el resultado de este nuevo montaje. No todos los días ve uno dos versiones de la misma película, cada una firmada por un director, pero partiendo de material común. Lo más parecido que recuerdo es el montaje de Richard Donner de Superman II. Y no quisiera comparar a Donner con Snyder.

En cualquier caso, antes de recapitular y analizar en detalle este grandilocuente monumento a la épica mal entendida, debería hacer una advertencia a todo aquel que vea en Snyder a un genio incomprendido: si os gusta esta película, y muy especialmente si llevabais esperándola como agua de mayo desde 2017 y ahora estáis buscando un lugar donde poder casaros con ella sin ser juzgados, me parece estupendo; pero por favor no tratéis de convencerme de que es una obra maestra, porque perdéis toda credibilidad. Ni la versión estrenada en cines era una obra maestra ni esta lo es. Lo que tenemos aquí es básicamente una edición extendida y reconstruida de un producto de entretenimiento pasable con la profundidad de un episodio de Los superamigos.

¿No veis el parecido?

Esperad, que bajo la saturación.

No os mosqueéis. Ya he dicho que no tengo ningún problema con que esta sea la película de vuestros sueños. Por mí como si esos sueños son húmedos y en ellos sale Zack Snyder desnudo y untado en aceite cubriéndose su miembro erecto con la edición 4K Ultra HD en blanco y negro de La Liga de la Justica. No pasa nada. Yo disfruto con películas y series de televisión más malas que la desnutrición infantil y no me veréis preocuparme por lo que puedan pensar los demás. Aunque a algunas personas les parezca inconcebible, te puede gustar algo a pesar de sus defectos. Si no, para empezar, nadie encontraría pareja y la raza humana hace tiempo que se habría extinguido. 

De hecho, si me apuráis, que la ejecución de una creación intelectual sea buena o mala es lo de menos. Una cosa es la crítica y otra, muy distinta, los gustos. Y los gustos son como los culos: cada uno tiene el suyo y algunos apestan más que otros. A este respecto, os recomiendo leer la teoría de los valores de Paco Fox.

Por lo tanto, menos dar la turra intentando convencer a los demás de que compartan vuestras inclinaciones y más centrarse en lo que importa: Gal Gadot caminando de espaldas a la cámara con pantalones de cuero. Ningún montaje merece la pena sin ese plano y, por suerte, está en los dos.

"Estúpidos y pervertidos nerds".

A la vista de la imagen anterior, creo que este es un buen momento para mencionar que la película se presenta en unos *ejem* gloriosos 4:3 "para conservar plenamente la visión creativa de Zack Snyder", es decir, que la imagen podría proyectarse sobre una de las caras de una Caja Madre y encajaría a la perfección.

La elección de ese inusual formato, en lugar del habitual de 16:9, también ha generado su propio debate. No me sorprende. Todo lo que rodea a esta película lo hace y se convierte en meme.

Andrés Trasado, siempre en mi equipo.

Por lo tanto, aunque creo que el espectador casual se habrá olvidado del formato a los cinco minutos de haber empezado la película, me gustaría aportar mi granito de arena a la discusión yendo directamente a la fuente.

Durante uno de los paneles de la Justice Con del pasado 2020, Zack Snyder explicó por qué había elegido los 4:3 a pesar de que no toda la película se había rodado en ese formato. Seguro que sus palabras despejarán cualquier reticencia que pudierais tener a este respecto:

"Los superhéroes tienden a ser, como figuras, tienden a ser menos horizontales. Tal vez Superman cuando está volando. Pero, cuando está de pie, es más vertical".

A mí me lo ha dejado claro: lo ha hecho porque le salía de los cojones.

Cuando me compré un televisor reacondicionado de cincuenta y cinco pulgadas aún no lo sabía, pero ahora me doy cuenta de que lo hice para añorar el Gründig de veintidós pulgadas que tenían mis padres cuando era un crío. Lástima que para ver la película no haya tenido también que sintonizar antes HBO con un destornillador, así el viaje nostálgico habría sido completo.

"A ver, ¿no os dais cuenta de que, si hubiera utilizado el formato 16:9, no veríais la Batseñal ni los pectorales falsos que le pusimos a Ben Affleck en el traje para que no se le notasen las tetillas?".

Pero ya está bien de rodeos. ¡Que empiece la fiesta!

Una fiesta a la que se apunta todo el mundo, de la que hay que salir para tomar el aire de vez en cuando y que, tras cuatro horas de puro exceso, deja a una cuarta parte de los asistentes tirados por el suelo sobre un charco de su propio vómito. Pero una fiesta al fin y al cabo.

La película comienza recordándonos a cámara prácticamente estática la muerte de Superman en el desopilante clímax de Batman v. Superman: El amanecer de la estulticia.

Lo que no sabíamos hasta ahora es que el gañido de agonía del último hijo de Krypton creó una onda expansiva de tal magnitud que recorrió toda la pelota terráquea de un polo a otro.

Esto le pasa por luchar contra un monstruo sin personalidad robado de los descartes de la trilogía de El señor de los anillos.

En su piso, Victor Stone, alias Cyborg, siente una perturbación en la Fuerza y abandona su pose afectada de adolescente trágico para volver su penetrante mirada biónica hacia el cuarto trastero, cuya puerta está entreabierta. En él, semioculto entre viejos trofeos de rugby y revistas viejas de Micromanía (subid el brillo de la pantalla para verlas), un cubo de aspecto alienígena reacciona al alarido supersónico emitiendo lucecitas parpadeantes y bailando una muñeira.

Un suceso similar ocurre ♪ uaaaaajo el maaar ♪, donde varios soldados atlantes custodian un cubo idéntico al anterior. Mera, comandante a cargo de la caja (puestazo), contempla el artefacto con cara de anuncio de colonia mientras este remenea las aristas.

Truite Rousse, de Chanel.

Una tercera caja está también a punto de desperezarse en la isla de Themyscira, donde las amazonas viven apartadas del resto del mundo, en su propio paraíso lésbico. ¿Quién pudiera ser lesbiana para mudarse ahí?

En el interior de una construcción circular de piedra, erigida peligrosamente al borde de un acantilado, vemos a cien amazonas vigilantes, muy firmes y quietecitas, dispuestas en cinco círculos concéntricos alrededor de un pedestal. Sobre este pedestal descansa la tercera caja, cogiendo polvo desde hace siglos porque nadie se atreve a pasarle un trapo.

Todas las amazonas sin excepción tienen la mirada clavada en la caja, y tan pronto como la ven contonearse al ritmo del supergañido, gritan "¡HU-HA!" al unísono y sacan sus armas.

Para un día libre que se toma Aspasia por asuntos propios en cinco mil años, va y se pierde la diversión.

Más tarde nos revelarán que el misterioso cachivache es una de las tres Cajas Madre y que las amazonas llevan custodiándola desde la Primera Edad, esto es, siglo arriba, siglo abajo, desde hará unos cinco mil años.

Dejad que esa cifra permee en el hemisferio izquierdo de vuestro cerebro. Durante cinco mil años, un millón ochocientos veinticinco mil días, cuarenta y tres millones ochocientas mil horas, las amazonas han tenido a cien de las suyas vigilando la caja sin apenas pestañear. ¿Os imagináis ser una guerrera inmortal, hija del mismísimo dios Zeus, y que ese sea vuestro trabajo a tiempo completo?

"¿A qué te dedicas, Temistoclea?".

"Vigilo la Caja Madre".

"Buf, qué tostón, ¿no?".

"Bueh, al final una se acostumbra. Además, ya solo me quedan cuatro siglos y medio para rotar a otro departamento".

Imaginaos lo que diría cualquiera de esas amazonas si supiera que Cyborg tiene guardada una Caja Madre en el trastero.

¿Sabéis lo que creo? Que si este realmente fuera ese mundo realista del que presume DC desde que Nolan le metió mano, al primer siglo de no pasar absolutamente nada con la caja, las amazonas le habrían puesto un cascabel.

En cualquier caso, ya que tienen que estar ahí todo el día, ¿no podrían darles al menos una silla? Si la tuvieran, se sentarían. Es de cajón, ¿no?

"No he podido evitar fijarme en que no tiene silla".

Una de las amazonas se acerca paso a paso, con mucho cuidadín, al pedestal. Creo que se llama Felipa, pero, a nuestros efectos, como si se llama Marcelina de Sanlúcar la Mayor, porque ninguna de las amazonas tiene personalidad ni desarrollo. La mayoría solo están ahí para lucir músculos y ombligo.

Cuando ya está lo bastante cerca, la guerrera arroja el escudo al suelo y, con una lentitud exasperante, extiende la mano temblorosa hacia la caja.

No sé qué pretende conseguir con eso ni soy un experto en cajas mágicas, pero, puestos a toquetear un artefacto que obviamente considera peligroso, ¿no sería más prudente haberse quedado el escudo y usar la espada en lugar de la mano? ¿No ha tenido tiempo en cinco mil años para estudiarse el manual de seguridad?

Tan pronto como los dedos de la amazona rozan la caja bailonga, una enorme grieta se abre de golpe en su superficie, despidiendo una luz blanquecina y zumbona.

"¡Avisad a la reina!", grita Felipa.

A eso se le llama delegar hacia arriba. ¿Para qué tienen reina si no? ¿Para que les robe dinero y luego se vaya a disfrutar de la jubilación a una villa de lujo en Abu Dabi? Yo en su lugar habría hecho lo mismo. 

"No me pagan suficiente para esto".

Desde la oculta Themyscira viajamos a continuación hasta la fría Islandia, donde nos reencontramos con un abrigado, que no abigarrado, Bruce Wayne cruzando a caballo heladas e inhóspitas montañas de nombres impronunciables bajo la inclemente nieve.

Tras dos larguísimos minutos de senderismo, durante los que aparecen los últimos créditos con cuentagotas, Bruce llega por fin a un pueblo de pescadores.

¿Recordáis cómo representó Capcom la España de los 2000 en Resident Evil 4? Pues Snyder le hace el mismo flaco favor a los islandeses.

Es entonces cuando vemos el cartel que anuncia la primera parte de las seis en que se divide la película. Eso sin contar el epílogo.

Primera parte de seis o, para ser precisos, la segunda de ocho. Hay que venir descansado.

A lo mejor os sorprende que diga esto, pero no se puede criticar gran cosa de este prólogo. Sí, soy consciente de lo que he escrito, pero hurgar en detalles insignificantes con intenciones humorísticas es marca de la casa. Es más, creo que este prólogo acierta en el aspecto narrativo al unir las tres cajas, cada una en un mundo distinto (el de los hombres, el de los atlantes y el de las amazonas), a través de Superman desgañitándose en su momento de morirse un poco. Ese nexo común dota de mayor consistencia al prólogo y ayuda a cohesionar las diferentes subtramas.

En todo caso, es indiscutible que supone una mejora respecto del montaje cinematográfico. Seguro que recordáis aquella primera escena de la versión de 2017 en la que Superman hablaba con unos críos que le estaban grabando con el teléfono móvil para luego subir el vídeo a TikTok y reírse de él con sus amigos. Imagino que, de esta forma, Whedon pretendía presentarnos a un Superman más cercano y amable, y hacernos olvidar al héroe randiano de las películas anteriores. Sin embargo, su intentó cayó en saco roto porque todos estábamos demasiado absortos contemplando el repulsivo borrón de carne arcillosa en el que se había convertido el bigote de Henry Cavill. 

Si algo aprendimos de La Liga de la Justicia de 2017, fue lo siguiente: "Nunca pagues más de cinco pavos por borrar digitalmente un bigote".

Nadie puede escapar de la amenaza del bigotón fantasma.

En la taberna local, rodeado de curiosos, Bruce Wayne pregunta por un forastero que trae pescado al pueblo en invierno, un hombre que llega siempre con la marea de equinoccio, cuando el McDonald's está cerrado y la gente pasa más hambre que Carpanta. Juraría que está hablando del capitán Pescanova, si no fuera porque esta empresa siempre ha sido más de ser rescatada que de rescatar y, además, el forastero que menciona Bruce no llega en barco.

Ese extraño forastero no es otro que Arthur Curry, el hombre que le está haciendo de intérprete, también conocido como Aquaman, el protector de los océanos.

"¡Santo giro de guion, Batman!", exclama Robin.

De giro nada, Chico Maravilla.

"¿Ah, no?".

No. Llevábamos sabiendo que Jason Momoa interpretaría a Aquaman desde 2014 y esta revelación ni siquiera es una sorpresa para Batman en la película. En primer lugar, en este pueblo incivilizado no hay muchos tiarrones melenudos de metro noventa con los iris cristalinos y, en segundo lugar, el propio Bruce Wayne ya había visto a Aquaman en acción en uno de los tráileres que encontró en los servidores de Lex Luthor en Batman v. Superman: El amanecer de la impudicia. Si a eso le sumamos que Bruce habla islandés y no necesita intérprete, ¿sabes en qué se convierte esta escena, Robin?

"¿En un plátano-bolígrafo?

Buen intento. Pero no. La respuesta correcta es: una soberana idiotez.

Quizá por eso Arthur agarra a Bruce de la pechera y lo empotra contra una columna. Es fácil entender su frustración.

Al menos en este montaje no hay un oportuno mural de Aquaman sosteniendo en alto una merluza, rodeado de las tres Cajas Madre. Estoy viendo mejoras.

"Los Vengadores necesitan a Namor".

Con una comitiva de palurdos curiosos siguiéndolos de cerca, nuestros héroes salen a la calle (si es que puede llamarse calle a ese espacio desigual y más o menos despejado de pedruscos que hay entre una vivienda y otra) y, mientras pasean, Bruce revela que es Batman e intenta convencer a Arthur para que se apunte a su recién inaugurado club de superhéroes. Debo mencionar que el mayor esfuerzo que hace Bruce por mantener en secreto su identidad secreta es no llevar un cartel colgado del cuello con el logo de Batman y una flecha apuntando a sí mismo.

Arthur le contesta que naranjas de la china y, tras esta sucinta y meridianamente clara declaración, se quita el jersey y se mete en la mar salada. Teniendo en cuenta que Bruce solo menciona una amenaza difusa "de muy lejos" y que uno de los argumentos con los pretende camelárselo es que Superman "murió luchando a mi lado", no me extraña que el hombre pez se dé el piro.

"Me hago el duro, pero se me han quedado los cataplines como Conguitos de chocolate con leche".

Mientras Bruce mira hacia el mar con cara de empanado, tres muchachas arrancan a cantar para darle un tono innecesariamente melodramático a la marcha del héroe equinoccial. A lo mejor es cuestión de hacer el oído al idioma, pero a mí la canción me suena como si alguien estuviera estrangulando cabras. Y está muy mal estrangular cabras.

Sin dejar de berrear, una de las muchachas recoge el jersey andrajoso que Arthur ha dejado tirado y se lo arrima al hocico para olisquearlo.

Según un estudio de la Universidad de Columbia Británica, oler la ropa sucia de tu pareja reduce el nivel de estrés. Pero eso no quita para que sea una cerdada.

"Mmm... Huele a berberechos de las rías gallegas".

En Smallville, Kansas, Martha Kent visita la tumba de su hijo una última vez antes de abandonar el pueblo. Se marcha a su pesar, porque el banco ha embargado la vieja granja familiar.

Recordemos que este es un mundo realista y nolaniano, y si Jonathan Kent era tan bueno con las finanzas como dando lecciones de ética o tomando decisiones en mitad de un tornado, no me extrañaría que hubiera dejado deudas hasta para los bisnietos de Superman. Quizá no debería haber invertido los ahorros de toda su vida en Estafa Piramidal Inc. y Asociados.

¿Quiere vivir en la casa donde creció Superman? ¿Crecer en un ambiente de ética paterna cuestionable? ¡Ahora puede hacerlo! Llame al (785) 045-REPO.

Mientras tanto, en algún aeropuerto de Islandia, Bruce se reúne con su mayordomo Alfred y le cuenta cómo ha ido su reciente encuentro con Aquaman, por si nos hemos olvidado ya de lo que hemos visto hace menos de dos minutos o tenemos un déficit de atención severo.

Alfred suelta un chascarrillo:

"Cielos, señor Wayne, menudo frío. ¿No podríamos ir para la próxima marea de equinoccio a Jamaica? Podría haber un metahumano o dos en Fiyi. Costa Rica está bien".

No puedo esperar a ver la clase de malabares mentales que harán algunos fans de las películas de DC para defender que la misma clase de humor tontorrón que critican a las películas del universo Marvel funciona aquí de manera diferente y sirve a un propósito concreto que releva la madurez intelectual del guion. A día de hoy, sigo sin entender si a esas personas les molesta la comedia en sí, por considerarla inapropiada para el cine de señores con capa, o si solo la vilipendian por usarse en momentos inapropiados, porque si es lo segundo, La Liga de la Justicia de Zack Snyder se lleva la palma. Ya llegaremos a eso, ya.

"¿Le he contado el chiste de la suegra y el cortacésped?".

Al otro lado del océano, Lois Lane compra café para llevar y camina por las lluviosas calles de Metrópolis cubriéndose con un paraguas negro. De esta manera tan sutil, la película nos transmite que la intrépida reportera sigue afligida por la muerte de su supernovio. ¿Verdad que no podríamos llegar a esa misma conclusión si brillara el sol o ella llevase un paraguas rosa de Hello Kitty? Pues eso. El dominio de la narrativa cinematográfica que tiene Zack Snyder es impresionante.

Y hablando del rey de Roma, en la barra de la cafetería donde Lois compra el café está sentado nuestro director favorito, probablemente esperando a que Truffaut resucite y lo entreviste para su próximo libro: El cine según Snyder.

Me pareció ver un lindo Zack Snyder.

Tras esa magnífica puesta en escena, Lois visita el monumento dedicado a Superman, en ruinas desde su pelea con el trol de Moria, y le da el café al policía de uno de los coches patrulla estacionados en la zona.

"Buenos días, señorita Lane", saluda el agente, interpretado por el actor que hacía de Jimmy Olsen del Superman de Donner (un bonito detalle si consideramos que Snyder, Terrio y Goyer decidieron despachar al personaje de un tiro al principio de Batman v. Superman: El amanecer de la franquicia).

"Jerry, hola", responde ella".

"Guau. No falta ni un solo día", dice el agente.

¡Enhorabuena! Ya tenemos al primer contendiente a la medalla de oro a la línea de diálogo más innecesaria de la película. ¿Os imagináis lo idiotas que tienen que pensar que somos como espectadores para que, después de que Lois haya saludado al policía por su nombre y le haya traído el café, nos vengan con ese "no falta ni un solo día"?

Aunque a lo mejor no somos todos idiotas. ¿No dijo Snyder que esta película era para los fans?

Valorad cada uno como queréis tomároslo.

"No solo fui Jimmy Olsen. También hice de uno de los hermanos de Marty McFly en Regreso al futuro, ¿sabe?".

Pero ya basta de escenas estúpidas que no aportan nada a la trama. Es hora de que pasemos a una escena estúpida e hilarante que no aporta nada a la trama.

En Londres, un grupo de "terroristas reaccionarios", sea lo que sea eso, se ha propuesto devolver al mundo (o al menos cuatro manzanas) a la Edad Oscura a bombazo limpio. Para mantener a la policía a raya mientras pierden absurdamente el tiempo hasta que llega Wonder Woman a darles una somanta de palos, toman varios rehenes, incluido un grupo de colegialas que estaban de excursión.

"No disparéis. Hay niñas dentro", dice uno de los policías que mantienen acordonada la zona. ¿Es que nadie piensa en los adultos?

La escena, alargada ligeramente con tomas adicionales (incluyendo un salto eteeeerno de Wonder Woman para librarse del maletín-bomba), se desarrolla de forma casi idéntica al montaje de Whedon y termina, como no podía ser de otra manera, con Wonder Woman salvando el día. Sin embargo, con apenas algunos cambios, Snyder se las apaña para ponerle su sello. Y ese sello es un esputo sanguinolento.

Generalmente, cuando un superhéroe le arrea un guantazo a algún criminal de poca monta y este sale volando por los aires, suspendemos nuestra incredulidad y asumimos que el criminal sencillamente queda fuera de juego. No pensamos en si acaba con las costillas desmigajadas y las vertebras trituradas o, lo que es peor, muerto.

Pero en el montaje de Snyder es imposible ignorar esas consecuencias. Los cuerpos de los terroristas a los Wonder Woman que patea el culo, lanzándolos contra paredes y suelos, caen desmadejados como muñecos y dejan las superficies redecoradas como pollocks pintados con sangre y sesos.

Bonito, ¿verdad?

No sé qué opináis vosotros, pero para mí no hay nada más heroico ni que me permita empatizar con más facilidad con un superhéroe que unos cuantos asesinatos gratuitos ejecutados haciendo un uso desproporcionado de la fuerza. El auténtico heroísmo radica en la posibilidad de detener o incapacitar a un criminal sin matarlo y, aun así, hacerlo con una brutalidad expeditiva por darse el gusto, sobre todo cuando el héroe sabe que está por encima de la ley y que nadie va a pedirle que se justifique ni se responsabilice de sus actos.

Todos los terroristas fueron severamente destrozados en la realización de esta película.

Pero no acaba ahí la cosa. Whedon tuvo el buen gusto de cortar la escena en el instante en que Wonder Woman entrechoca sus brazaletes para tumbar al líder terrorista, a sabiendas de que lo que ocurre después lo puede deducir el espectador sin necesidad de verlo (spoiler: Wonder Woman gana). En cambio, el Snyder Cut extiende la escena para que veamos cómo el golpe revienta en pedazos la pared del banco y los cascotes caen sobre los coches patrulla, abollando techos, reventando ventanillas y poniendo en riesgo la integridad física de todos los policías que estaban debajo haciendo su trabajo. Y cuando el polvo se disipa, del terrorista reaccionario solo queda el sombrero; su cuerpo ha quedado reducido a confeti.

Quizá os estéis preguntando qué le veo de cómico a todo esto. Y si intuís mi respuesta, es porque también os habéis dado cuenta de que Wonder Woman aniquila a los delincuentes delante de una veintena de colegialas. Pero no penséis que las crías acaban traumatizadas. Al contrario, contemplan a la guerrera amazona sonrientes, con honesta admiración y una felicidad exultante, como si la exposición a esa violencia extrema fuera educativa y hasta empoderadora. Es una suerte que la chaqueta de su uniforme escolar sea de color granate, porque así apenas se notan las salpicaduras de sangre.

Pero todo chiste necesita un remate que dispare la carcajada, y este montaje le pone la guinda al pastel cuando Wonder Woman se acuclilla junto a una de las niñas y le pregunta con dulzura:

"¿Estás bien, princesa?".

Y la niña le contesta:

"De mayor quiero ser como tú".

Os juro que no me reía tanto desde el diálogo de "Salva a Martha" de Batman v. Superman: El amanecer de la inmundicia.

Ahora bien, lo que más me fascina de todo este esperpento es leer tuits que ponen esta escena como ejemplo de la imperdonable mutilación perpetrada por Joss Whedon. Me parece evidente que lo único que pretendía Whedon con su montaje es procurar que Wonder Woman no pareciera una maníaca homicida. ¿Eso le resta espectacularidad a la escena? Depende: si para ti el uso de fuerza letal es sinónimo de espectacularidad, la respuesta es sí. Pero al menos el montaje cinematográfico no convierte a Wonder Woman en la versión femenina del Castigador o del Juez Dredd. Allá cada uno con sus prioridades.

La estatua de la diosa Themis está llorando por dentro.

En Themyscira, la reina Hipólita visita la cámara de la Caja Madre, donde las amazonas permanecen en guardia. Según la wiki del universo extendido de DC, esta cámara recibe el nombre de Penetralium, por cierto. Me parecía importante mencionarlo, no vaya a ser que aún no os estuvierais riendo.

"¿Algún cambio hoy?", pregunta la reina.

A falta de cárteles sobreimpresos que nos indiquen dónde estamos o qué día es, deduzco de esa pregunta que las amazonas llevan al menos un par días con las espadas en alto y los arcos tensados esperando a que la caja haga algo. Las fisioterapeutas de la isla van a hacer su agosto tratando calambres y contracturas.

"No, mi reina", contesta Felipa.

"La Caja Madre ha despertado, pero no ha pasado nada", añade otra amazona, aportando exactamente cero información a la historia. 

Sin embargo, las leyes del oportunismo dramático determinan que este sea el preciso momento en que se abre un portal espacial sobre la caja. Además, ¿qué sería de una película de superhéroes sin su chorro de luz cayendo del cielo? No creo que pudiéramos asimilar tanta originalidad de golpe.

Las amazonas se preparan para el combate.

"¡HU-HA!", gritan con fervor guerrero.

Aprended primero a usar los escudos, mendrugas.

Caballeros del Zodíaco Redux.

Un puñado de aberrantes humanoides alados, armados con rifles láser, surgen del portal y revolotean por la cámara.

"¡Parademonios!", exclamo yo, haciéndome el sorprendido.

En efecto, esas criaturas monstruosas son las tropas de asalto de Darkseid, seres que carecen de voluntad propia y que se alimentan del miedo de la gente, aunque ocasionalmente también se les ha visto comiendo bocadillos de calamares a dos carrillos.

Por desgracia, estas masillas voladoras no son los únicos turistas alienígenas que llegan por ese coladero dimensional con intenciones aviesas. Steppenwolf (el malvado guerrero de Apokolips, no el grupo de rock) ha cruzado el portal para hacerse con la Caja Madre tras sentir su llamada.

"He venido a iluminaros con la gran oscuridad", anuncia, lo cual, por mucha gravitas que pretenda darle con su vozarrón de cazallero, no tiene ni una pizca de sentido.

"Es una metáfora, idiota", me diréis. ¡Idos a cagar!

Steppenwolf no solo habla más en su primera escena que en casi toda la película de Whedon, sino que, desde aquella decepcionante aparición, ha tenido tiempo para actualizar su aspecto, que nunca ha sido tan amenazante.

Ahora su armadura tiene más pinchos.

Y los pinchos se mueven solos.

Es precioso. Absolutamente ridículo y precioso.

Este es el uniforme ideal si te desagrada el contacto físico y prefieres permanecer de pie cuando te invitan a tomar café.

El resto de la escena es similar a la del montaje cinematográfico, pero alargada.

Resumidamente, las amazonas intentan contener a Steppenwolf mientras Hipólita huye con la Caja Madre y, después de una intensa persecución, el villano se hace con el artefacto de marras y toma las de Villadiego. La principal diferencia es que en la versión de 2017, cuando las amazonas más mazadas de Themyscira sellan la cámara a golpe de mazo (¿visteis el juego de palabras que hice ahí?), las puertas de piedra se cierran sin más, no provocan que todo el Penetralium se hunda y caiga al mar a cámara lenta. Como plan suicida de contingencia, desde luego es más coherente el del Snyder Cut.

Aparte de ese toque extra de lógica, la acción también gana en espectacularidad con las partes añadidas. Es cierto que aún no tenemos la información necesaria para saber por qué debería preocuparnos nada de lo que está pasando (más allá de que nos caigan mejor las amazonas que el gemelo malvado de Sonic el Erizo), por lo que el grado de implicación emocional es nulo; pero, si nos ceñimos a la ejecución de la acción y nos olvidamos del guion, este montaje es claramente superior.

En las siguientes imágenes destaco dos de los grandiosos momentos que nos perdimos en el cine:

Steppenwolf ayudando a las amazonas a formar una pirámide humana.

Steppenwolf trabajando a tiempo parcial como alfiletero.

Eso sí, el momento concreto en que Hipólita escapa de la cámara con la caja, común a ambos montajes, sigue siendo mi preferido de toda la película, y no por lo realista que es derrapar por un suelo de piedra con armadura y que ni siquiera se le tuerza el casco, sino porque me recuerda a una de las escenas más famosas de Indiana Jones y el templo maldito, pero con tías supercachas.

Hay que ser honestos. Es una flipada, y a cualquiera le pueden gustar las flipadas sin necesidad de poner excusas. El problema viene cuando alguien se las da de listo y les atribuye un fondo intelectual que ni tienen ni imaginan. Si uno rasca mucho en el cine de superhéroes de Zack Snyder, lo más que encuentra es un alegato flojillo sobre las virtudes del egoísmo (recordemos, por ejemplo, al padre de un joven Clark Kent diciéndole que quizá debería haber dejado morir ahogados a los niños de un autobús escolar, o a su madre años más tarde intentando convencerle de que jamás le ha debido nada al mundo).

Hay más testosterona en esta escena que en 300 y su secuela.

Después de esta amarga derrota, Hipólita, que sabe de buena tinta que Steppenwolf buscará las otras dos cajas, dice que ha llegado la hora de encender la "hoguera de alarma ancestral". La llaman así para distinguirla del resto de hogueras de alarma (imaginaos qué vergüenza si la confundieran con la hoguera de alarma de los tiempos modernos o la hoguera de alarma de la reunificación alemana).

"Uy, pero si la hoguera de alarma ancestral lleva sin encenderse la tira de tiempo", le dice otra amazona con pinta de mandar un poco. "Los hombres no van a tener ni pajolera idea de lo que significa".

"Los hombres no", replica la reina. "Pero ella sí".

"Hablas de tu hija Diana, ¿verdad? Lo pregunto para confirmar que las dos estamos en la misma página y no andarnos con rodeos. Dicho esto, ¿no sería mejor contárselo en persona que andar prendiendo hogueras? Llámame loca, pero a lo mejor no está delante del santuario cuando la llama se encienda".

"No te preocupes por eso, Menalippe. Seguro que lo mencionan en las noticias internacionales. Y cuando eso ocurra, ella tendrá el televisor encendido en el canal oportuno o, si no, alguien encenderá un televisor para que lo vea. Así funciona el mundo de los hombres".

Y tras este diálogo, que puedo haber parafraseado ligeramente, baja el telón y concluye la primera parte de la película. Treinta y cinco minutos menos para llegar al final.

2ª parte →

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  1. La colección de tonterías si te paras a pensar es épica... la madre de Diana hay un momento en el que se para para salvar a una amazona -a una, no al resto que están muriendo-, luego esa tía creo que muere igual y su sacrificio solo sirve para que se sacrifiquen las dos que sostienen el portón. Pero bueno, toda la vigilancia en si de esa caja es poco menos que ridículo... los humanos con ese enterramiento cutre de dos palmos la tienen mejor vigilida (además pagaría por un plano del malo llegando y teniendo que coger una pala para desenterrarla)

    Eso sí, mi momento favorito es lo del atraco al banco, esos villanos que son fans del feudalismo o algo así, esa Diana que esta esperando subida encima de la estatua porque si también, y sobre todo esas niñas a las que llevan de excursión a un banco... épico

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    1. Aun así, la mayoría de estas tonterías me parecen inocuas y disculpables. En mi caso, la razón por la que trilogía de Snyder está lejos de entusiasmarme tiene más que ver con mi incapacidad para comulgar con su versión de Superman.

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    2. Y que tal el hecho de que los humanos y atlantes tengan tecnología de la hostia y las Amazonas con flechas de palo

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  2. Uffff. La canción en Islandia que, aparte de ser un truño, es larguííísima! Por lo demás, genial entrada. Estoy deseando que llegues a la primera escena de Flash y la entrevista de trabajo. No sé por qué pero tengo la corazonada de que te vas a cebar bastante con toda esa,
    escena de presentación, si no recuerdo mal, casi a mitad de la película jajajajaja. Es difícil decirlo con una película tan larga y sin haber mirado cuanto llevaba de peli. Genial tus reseñas como siempre, TDLB. Se me ha hecho corta la entrada pero pendiente y deseando leer el resto, no lo dudes.

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    1. Creo que la escena que comentas está en la tercera, pero dejé de tomar notas después de la primera. Recuerdo que era una escena magnífica, elegante, sin pegas.

      Voy a tomarme como algo bueno que se te haya hecho corta la entrada. Muchas gracias.

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  3. Cada dia mas feliz de haber ignorado las peliculas del DCEU y quedarme solo con las reseñas (salvo por la Liga de la Justicia original, que la fui a ver por que mi novia la queria ver...las cosas que hacemos por amor xD)

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    1. Pues ahora puedes comparar las dos versiones. Ese ejercicio es interesante en sí mismo.

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  4. Venga, venga, señor Brocha, no se queje tanto, estoy casi seguro que el señor Snyder ha dedicado más esfuerzo en la pelicula que usted a hacer estos posts, a lo mejor, tambien es verdad que su esfuerzo ha sido ligeramente más remunerado que el tuyo. Hasta se podria decir que yo he hecho un pequeño esfuerzo al volver a ver una pelicula regulera que ya habia visto pero que ahora, por alguna estraña razón, dura casi el doble y aprovecha un poco más de la mitad de la pantalla de mi televisor.

    A mi Snyder me ha convencido totalmente con su argumento de hacerlo en 4:3 diciendo que las personas son más verticales que horitzontales, que la liga de la justicia no sea la única pelicula en la que salen personas es lo de menos, una lástima que el 99% de los directores no piensen lo mismo y por lo tanto el 99% de los televisores del mercado actual queden con espacio desaprovechado al emitir el film, que le vamos a hacer!

    En fin, vamos a lo importante, el top 3 de los mejores momentos de la reseña: "Imaginaos lo que diría cualquiera de esas amazonas si supiera que Cyborg tiene guardada una Caja Madre en el trastero.". En el segundo puesto está "cuando eso ocurra, ella tendrá el televisor encendido en el canal oportuno o, si no, alguien encenderá un televisor para que lo vea. Así funciona el mundo de los hombres". Y tercera posición para "la exposición a esa violencia extrema fuera educativa y hasta empoderadora. Es una suerte que la chaqueta de su uniforme escolar sea de color granate, porque así apenas se notan las salpicaduras de sangre"

    PS: He aprendido muchas cosas con esta entrada, la más curiosa es que "impudicia" existe y significa "Falta de recato y pudor"

    PS2: No quiero meter prisa a un genio, pero cuando sale la segunda parte?

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    1. Nah, si me conozco bien, esto va a ser como aquella entrada de La amenaza fantasma. No habrá segunda parte.

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    2. Sabes que estás jugando con mis sentimientos, por qué la entrada de La amenaza fantasma es de mis posts preferidos de tu blog, pero no, para ti es más importante hablar sobre cosas como la pizzalada.

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    3. Yo también espero desde hace años la segunda parte de "La amenaza fantasma". No me he reído tanto en mi vida!

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    4. Vais a conseguir que me sienta mal por no retomar esa entrada.

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  5. 1° Parte y sólo se han cubierto treinta y cinco minutos de película. Esto tendrá para rato y será mas largo que la reseña del Secreto de la Espada, solo que partiendo de un material base mucho menos entretenido.
    Como dice el himno nacional de mi país: Largo tiempo el peruano oprimido...

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    1. Como mínimo estaremos seis semanas con la misma programación. Se admiten quejas, pero no reclamaciones.

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  6. A mí la película me ha parecido... Bien. Es decir, normalita y sin más, ni una obra maestra como pretenden ni una mierda. A mí lo que me mosquea un poco son las pretensiones de Snyder de ser intenso: este hombre está en el mismo grupo que Bay, pero al menos este último no pretende hacer que el ruído sea existencial. Al menos no vende a las tortugas ninjas como un tratado metafisico del despertar de la conciencia en cuatro quelonios. No me gusta Bay, pero no me miente al menos. Lo que dl metraje de Whedon viene a mostrar es que si a una peli de snyder le cambias el filtro de color y la música (al margen de algunos cortes) sigue siendo una película de superheroes clásica. Y no tiene que ser otra cosa para gustar Snyder.
    Espero las siguientes entradas, como espero la segunda parte de la Amenaza fantasma.
    Saludos!

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    1. Me parece tan difícil calificar esta película de obra maestra, como de mierda. Pero solo los extremos generan clics. Por eso mi blog vive de la beneficencia.

      Te doy toda la razón con la comparación Bay-Snyder.

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  7. "Los superhéroes tienden a ser, como figuras, tienden a ser menos horizontales. Tal vez Superman cuando está volando. Pero, cuando está de pie, es más vertical".

    Por favor, necesito la fuente de estas impactantes declaraciones, o me voy a creer que el señor Snyder se ha pasado toda su vida viendo exclusivamente documentales de cocodrilos.

    La estética de Steppenwolf es horterísima, pero a mí me embelesa porque me parece la mejor representación posible del Alcaudón de las novelas de Hyperión.

    Lo del escudo de la amazona también me hizo soltar un improperio a la tele. Quizás el primero, pero con toda seguridad no el último.

    La escena de Islandia creía que era un flashback de principios de siglo; del siglo XX, concretamente. Di que sí, Snyder, que la realidad no te estropee tus ideas preconcebidas de todo lo que no sea USA.

    La reseña me ha encantado, y como a alguien por ahí arriba, todo el tramo de las cajas madres me ha hecho mucha gracia. Así que o haces el resto o te arriesgas a un movimiento de fans enfervorecidos pidiendo su conclusión al grito de #releasethebrochezcut, tú mismo.

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    1. Para que veas que no me invento esas brillantes declaraciones: https://youtu.be/gH0qiPrrwc8?t=20.

      ¡No se me había pasado por la cabeza lo del Alcaudón! ¡Qué cierto! Ahora lo veré de forma MUY distinta.

      La segunda parte del repaso está bastante avanzada, así que esa la veis seguro. Del resto no respondo.

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  8. Bueno, después de no haber pasado en bastante tiempo por aquí, he decidido a darme una vuelta y me encuentro el inicio de un comentario del Snyder Cut!!! Feliz me hallo.

    En cuanto a este mastodonte filmico, la verdad es que decidí verlo solo por simple curiosidad y no esperaba que me fuese a gustar. Sin embargo, me ha entretenido. No diré que sea brillante porque no lo es, pero me ha resultado mas disfrutable que Man of Steel o Batman v Superman. Eso si, la he tenido que ver en cuatro partes porque si no me hubiera muerto del asco si decidí meterme las cuatro oras de golpe.

    De escenas ridículas la peli va mas que servida, desde el cantico de las señoras noruegas a Aquaman que me lleva a la conclusión de que el tío se las ha encamado a todas, la Wonderwoman destroyer dándole ilusiones a una niñita cuya esperanza de vida llegará a los cien años y la larga, extenuante y pesada huida de la reina Hipolita del santuario llevando el Cubo de las Almas encima con los cromas mas falsos que se han visto nunca.

    En fin, no se puede negar que la primera hora no es muy buena, pero luego, "creo" que la cosa mejora.

    Espero que puedas sacar la segunda parte, aunque si no lo haces, tampoco me disgustaré. Un saludico.

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    1. Si hay algo innegable acerca de esta película, es que las cuatro horas que dura hubieran sido de un tedio insoportable en el cine. Para verla a cachos en tu casa, y sabiendo a lo que vas, pasas el rato.

      Para tu tranquilidad, hoy he empezado ya a escribir la tercera parte. La segunda está pendiente de revisión, pero la publicaré la semana que viene. En algún momento. Las revisiones son arduas.

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    1. Ilusión me hace que te hayas aventurado a comentarla, escribo este comentario sin siquiera haberte leído!

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    2. Muchas gracias. Si quieres, escribe también cuando termines. Toda opinión es bienvenida.

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    3. Me ha encantado, a ver si me animo y te escribo mas, saludetes

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  10. Odio a Snyder con toda mi alma. NO debería haber hecho nada luego del remake de Dawn of the Dead.

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  11. La película mejora la versión estrenada en cines, aunque le sobran muchos minutos. No comprendo por qué no se limitaron a estrenar lo que tenían, quitándole los momentos de relleno y resumiendo, en lugar de complicarse con regrabaciones y bigotes falsos.

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