Habéis decidido comeros las tiras de carne que habéis encontrado en el taparrabos sudado de uno de vuestros contendientes en la Prueba de los Campeones. Comprobemos qué tan buena o mala idea ha sido.
"Gracias por el aperitivo", le decís al cadáver perforado.
El bárbaro (que podría ser o no Gorth, en función de la credibilidad que le deis a un tatuaje en la nalga como identificador personal) no dice ni pío.
Engancháis la carne seca con los dientes. Es dura y correosa, y tenéis que pegarle un buen tirón para cortar un trozo. Incluso antes de empezar a masticarlo, notáis el sabor de las especias en el paladar, una mezcla potente de pimienta cayena, glutamato monosódico y... ¿jengibre? Se trata de alguna hierba, eso seguro; pero no tenéis el paladar tan domesticado como para identificar cuál. El sabor es exótico, pero no desagradable. La textura, en cambio, es atroz. Es como si estuvierais masticando las cinchas de una silla de montar empleada en prostíbulos sadomasoquistas. No os sorprende que el bárbaro tenga la mandíbula cuadrada. Si consumía esta porquería a menudo, probablemente podía arrancarle la piel a un hombre-rinoceronte a dentelladas.
Tardáis varios minutos en terminaros el primer trozo. Puede que estas tiras de carne seca sean al beicon lo que las semillas de ajo al caviar, pero no sentís la necesidad imperiosa de ir al baño ni tampoco os producen flatulencias, así que dais buena cuenta del resto. Hasta podríais cogerles el gusto.
De pronto, sentís una ligera sensación de mareo, seguida de fuertes latidos de corazón.
"Oh", decís, locuaces.
Las paredes se curvan y ondulan delante de vuestros ojos, y el totum revolutum de trastos que cubren el suelo comienza a derretirse lentamente, como si cada pieza aspirase a ser inmortalizada por un pintor surrealista de bigotes extravagantes. Los sonidos se amortiguan y la música se ralentiza.
La razón os dice que deberíais estar preocupados, incluso cagados de miedo; pero no es así. Os sentís relajados y en paz. Nunca habíais experimentado una calma tan profunda, ni siquiera en un spa con rodajas de pepino en los ojos.
Levantáis la mano delante de vuestra cara y la agitáis. Se mueve más despacio de lo que debería y deja una estela de copias traslúcidas tras ella que se desvanecen al cabo de unos segundos.
"Hala. Eso no lo hacía antes", decís. Pero ni siquiera reconocéis vuestra propia voz. Os suena ajena y lejana, procedente de una pecera en un planeta inhóspito habitado por ancestrales criaturas con forma de insecto.
Parpadeáis y sacudís la cabeza. El mundo resplandece a vuestro alrededor con colores vivos y sólidos: rojo, naranja, amarillo, verde, añil, azul, violeta… todos los colores del arcoíris y muchos más, algunos de los cuales ni siquiera sabíais que que existían, como el pleuribrillo o el cian.
Esto multiplicado por 1.000.000. |
Transportados a un estado superior de consciencia, trascendéis vuestra corporeidad y experimentáis una sensación de claridad mental como nunca antes habíais tenido. El sentido mismo del universo está a vuestro alcance... y huele a asado de chancho chuquisaqueño.
Yo no sé qué hierbas le echan los bárbaros a la carne seca, pero estáis teniendo un viaje cojonudo. Si no fuera un narrador omnisciente y supiera lo pronto que va a truncarse, quizá me replantearía mi opinión sobre las drogas.
El cuerpo exánime del bárbaro (¿estaba siquiera aquí hace un instante?) empieza a temblar y contorsionarse de forma antinatural, sin despegarse de la tabla en la que está empalado. Observáis que la sangre que emana y empapa su cuerpo fluye hacia arriba, contrariando las leyes de la naturaleza para nutrir las heridas de las que brotaba en una cascada invertida perpetua, inagotable. Es un espectáculo hipnótico, pero grotesco, como una danza interpretativa.
Con un crujido atroz, la cabeza gira ciento ochenta grados hacia vosotros. Os zambullís en unos ojos negros y vacíos que devoran la misma existencia. ¿Os habéis asomado alguna vez al bote sifónico de un servicio público? Esto es peor.
"!ozreumla im are ese ,eyO¡". Los labios del cadáver no se mueven, sino que oís su voz directamente en vuestra cabeza, rebotando como una pelota de pimpón entre vuestros lóbulos cerebrales.
"¿P-perdón?", tartamudeáis.
"ozreumla im are ese euq ogiD". La voz del bárbaro suena como rocas rodando ladera abajo por la Montaña de Fuego.
Retrocedéis para alejaros de este engendro que se comunica en un lenguaje alienígena. Pero, cuanto más os alejáis de él, más cerca estáis y también más grande y profunda es la negrura que una vez fueron sus ojos. La nada ejerce sobre vosotros una atracción irresistible. Os hundís en ella.
Ahora solo hay oscuridad, silencio y un enano lampiño vestido con un jubón rojo. El enano está bailando.
Gritáis, pero vuestro grito es inaudible.
Y entonces regresáis de este viaje lisérgico, de vuelta a la normalidad del Laberinto.
Recuperáis 1 punto de Resistencia.
- Destreza: 12
- Resistencia:
17151115121617 - Suerte: 9
No sé qué más esperabais.
Y ahora pasemos a las decisiones serias: ¿Qué vais a hacer?
- Acercaros al cáliz, aunque solo sea para que el libro deje de restregaros esta posibilidad por la cara.
- Salir de aquí y continuar vuestro camino. Aunque os gustaría saber si el cáliz es o no una trampa, esa es la clase de duda con la que podéis vivir.
Tenéis hasta el lunes 6 a las 12:00 CEST para votar. En Twitter podéis hacerlo aquí.
Por último, dos cosas os voy a pedir de cara a los comentarios:
- No fastidiéis el juego a los demás. Si dais pistas con la sutileza de un descarrilamiento de tren o directamente facilitáis las soluciones (¡incluso de cosas por pasar!), estáis aguando la fiesta a vuestros vecinos. Este siempre ha sido un pueblo tranquilo, y al sheriff no le gustan los forasteros que arman jaleo. Si sabéis qué hay que hacer, procurad que no lo parezca y pensad en vuestro voto como una ayuda invisible.
- No escribáis respuestas que me hagan desplazar la barra lateral desde la salida hasta la puesta de sol, porque agrava mi tendinitis crónica y afea la sección de comentarios. A mí me encanta leer vuestras respuestas, pero, cuando son tan largas que las propias entradas, lo que pienso es que alguien debería abrirse su propio blog. No hay ninguna regla estricta porque no puedo cambiar el límite de caracteres, pero creo que lo ideal es que los comentarios no pasen de las 300 palabras, porque 300 fueron todos los espartanos que hicieron falta para defender el paso de las Termópilas.
Muchas gracias por vuestra comprensión.
El cáliz. Yo iría a por el cáliz sin ningún tipo de prudencia, que eso nos retrasa y no quiero que gane el ninja.
ResponderEliminarPero si no sois prudentes, no tiene la misma emoción. Y un ninja gana siempre por defecto. Muy bien se os tiene que dar esto para superarlo.
EliminarSi hemos llegado hasta aquí y agotado ya las otras posibilidades, tenemos que ir a por el cáliz sí o sí. Después de habernos drogado comiendo carne macerada en la entrepierna de un bárbaro no nos puede ir peor...
ResponderEliminarAcepto el reto.
EliminarMe imaginaba que lo mejor que nos podía pasar era recuperar un punto de resistencia, y lo peor, pues prácticamente cualquier cosa, desde perder puntos de resistencia a morir o peor aún a revivir los momentos más confusos de Twin Peaks. Si es que sabía que saldría esta opción, la gente es como los niños pequeños, cualquier cosa que ven se la tienen que meter en la boca. En fin, ahora sí que toca activar la trampa, quiero decir acercarnos al cáliz, a eso hemos venido, ¿no? A toquetear todos los objetos que estén a nuestro alcance como si de una aventura gráfica se tratase.
ResponderEliminarPS: Estoy empezando una bonita tradición que consiste en ser el segundo a comentar, qué tal? ¿Te gusta? A mí sí.
Gracias Soryu por aparecer de la nada, acabas de conseguir que parezca que no sé contar hasta tres.
Eliminar¿Apariciones y comentarios extemporáneos que molestan a los presentes? Mi especialidad, sin duda.
Eliminar¡Mucho divertido! ¡Mucho, mucho divertido!
EliminarJajaja. Al bárbaro le iba la fiestuki y venía listo para una rave. Si el mundo fuera un lugar justo hubiera palmado haciendo lo que más le gustaba, probablemente en mitad de la celebración de su victoria debido a una mezcla de sobredosis y empacho y rodeado de chatis. O "chatos", porque con ese tatuaje aún quedan abiertas otras posibilidades.
ResponderEliminarEsta vez hemos estado de acuerdo en que hay que ir a por el cáliz, no vamos a dejarlo ahí... Pero es que tiene mala pinta.
Cerdito Malva dice que es claramente una trampa y que las paredes empezarán a juntarse o que estará maldito. Yo digo que con esa cara tiene que estar vivo y que nos va a morder. ¿Podemos intentar tocarlo con la mano no dominante? Es que no me apetece que nos acabe arrancando un dedo y esto nos reste puntos de destreza o algo así. O que lo levantemos y nos escupa en un ojo, o, no sé... Que nos insulte y hiera nuestros sentimientos.
Pero venga, a pesar de los riesgos, mantenemos nuestros votos y vamos a por él. Tal vez sí que es una de los objetos especiales que buscamos, ¿no?
Cuando veáis un objeto que sea el adecuado, lo sabréis. O tal vez no.
EliminarAhora somos un vagabundo, armado, con trastorno de personalidad múltiple Y drogado. Cojonudo.
ResponderEliminarAsí que vamos a por la copa, con la esperanza de encontrar alcohol en ella.
Si bebes, no mazmorrees.
EliminarQue conste que he leído la publicación a primera hora y me he abstenido de comentar por compañerismo!
ResponderEliminarPues demasiado bien nos ha ido con la cecina!
En fin. Esta vez sí. Vamos a por el cáliz.
El compañerismo está sobrevalorado.
EliminarEsperando el peor escenario después de consumir esa carne bárbara, el resultado moderadamente positivo hasta me parece decepcionante. ¿Cómo hemos sido acondicionados para llegar a esto?
ResponderEliminarEn fin, a por el cáliz. Podría sumar razones, pero a estas alturas empieza a escamarme que ninguna de mis decisiones ha terminado siendo la más votada y ya estoy viendo a la democracia con suspicacia. Por una vez parece que voy a estar en la mayoría.
Cuando lee usted la entrada ¿No le parece oír una vocecita en su cabeza que dice danzad...., danzad......mis marionetas..... ?
EliminarPues no. Es más un "Bailad monos". Pero igual y es difícil escuchar bien sobre el sonido de los hilos que tiran de nosotros.
EliminarA mí no me miréis. Yo solo soy el narrador.
EliminarEn fin, vamos por el caliz, nadie nos dice que debamos beber lo que contiene en el caso de que contenga algo, cruzemos los dedos porque el barbaro se haya comido la unica trampa que habia hasta el y no nos pegue un muerdo al agarrarlo como el necronomicon falso en El Ejercito De Las Tinieblas.
ResponderEliminarSolo os decís cosas vosotros mismos. Pero no sé si eso debería tranquilizarte o asustarte.
EliminarMaldita sea, quiero el cáliz pero veo demasiadas señales en tu narrativa que me invitan a no cogerlo. Me rajo y voto por volvernos. Seguro que esta opción no sale elegida pero al menos me quedaré con la sensación de que hice lo que pude para mantenernos con vida...
ResponderEliminarSeñales, qué gran película. Solo que no.
EliminarUff menos mal que no hay una opción de comernos al enano, porque fija que nos lo morfamos.
ResponderEliminar!zilác le rop somaV¡
¡Oh, no! ¡Morbius ha llegado a mi blog! ¡Fus, fus, largo!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOpino igual.
EliminarHmmm
ResponderEliminarEl que el libro no deje de insistir en el cáliz hace que quiera ir a por él, pero a la vez lo porque no me fío: demasiada insistencia.
Pero bueno... A por el cáliz. Hemos venido a jugar, después de todo 🙃
El libro es cansino, pero está en vuestra mano ignorar sus sugerencias potencialmente dañinas. Solo tenéis que derrotar al rival más duro de todos: la curiosidad.
EliminarSir brocha. ¡Esto es intolerable!. ¡No es propio de la conducta esperable de un caballero como usted.
ResponderEliminar¡Tenemos un viaje onírico provocado por alguna especia, sin duda caducada, y no perdemos ni un solo punto!.
Por lo menos esperaba la pérdida de la mitad de habilidad por la resaca.
Sospecho que nos está cebando antes de que aparezcan los leones.
En cuanto a que hacer a continuación la cosa está clara. Coger el dichoso cáliz que auguro que será muy beneficioso, nada peligroso y absolutamente inútil a lo largo del juego.
Más que nada, por que la cantidad de opciones que nos dan para dejarlo en su sitio , si cogerlo fuese mala idea ya estaríamos viendo a nuestro avatar rascarse, retorcerse gritar y/o llorar por el dolor o directamente fallecido,(tachese lo que no proceda).
Entonces, lancemos nuestro grito de guerra y valientemente practiquemos la buena , vieja y sana costumbre de todo caballero de llevarnos todo lo que no esté soldado, atornillado, atado y/o clavado al suelo
El librojuego dice que recuperáis vida porque la carne tiene hierbas. Yo solo he adornado un poco el guion.
EliminarVoto por acercarnos al cáliz de una vez. El TOC del aventurero no nos dejaría en paz si nos dejamos algún objeto/localización/personaje sin saquear, digo inspeccionar.
ResponderEliminarPor cierto, me ha encantado la música que acompaña a la entrada, me recuerda inmediatamente a aquel capítulo de los simpson...
ResponderEliminarPensaba que todo el mundo entraba en el blog desde el móvil y nadie escuchaba mi selección musical. Sorprendido estoy.
Eliminar¡La C! ¡La C!
ResponderEliminarBueno, si no hay opción C, me quedo con la no-copa-de-carpintero. Yo no vuelvo a pasar de largo de ninguna bebida que nos ofrezcan de gratix.
¡Has descubierto la opción secreta! Ahora solo hay que esperar a que sea la más votada para ver a dónde os conduce.
EliminarPor TERCERA VEZ, elijo acercarme a coger el cáliz de plata. Pero como ahora resulte que la mente colmena de la que forzosamente formo parte decida ignorar el tesoro, juro por todos los dioses antiguos y nuevos que voy a rastrear la dirección IP de cada uno de los votantes, voy a ir a donde viven y les voy a dar de boinazos con una mal contenida furia porcina.
ResponderEliminarJesús, no hay más que leer tus entradas sobre librojuegos para ver por qué esto de la democracia fue error.
PD: Como orgulloso gramar-nazi que soy (aunque sólo para textos ajenos, claro está), me veo en la obligación de señalar que hay una errata en la siguiente parte del texto: "en función de credibilidad que le deis a un tatuaje en la nalga como identificador personal". Supongo que realmente lo que querías escribir era: "en función de LA credibilidad que le deis a un tatuaje en la nalga como identificador personal".
No era una errata. Tenía hambre y me comí el "la". ¿Algo que objetar?
EliminarEn otro popular libro de ficción Pedro negó a Jesús tres veces y quedó como un pardillo. ¡No seré yo quién siga su ejemplo y rechace ese cáliz por tercera vez!
ResponderEliminarCon la tranquilidad que da que la gente ya haya votado mayoritariamente por abrazar esa trampa mortal digo: "¡Tomemos ese p****ero cáliz de una *uñet*** vez!
Pedro, el apóstol que se hacía el remolón.
Eliminar¿El hongo (porque fijo que fue un hongo) que nos ha transportado a semejante viaje era parte de las especias o del especial lugar en el que estuvo?
ResponderEliminarMi voto es que demos la media vuelta y nos lamentemos de que no hemos ido por el camino de la elfa.
A lo mejor alcanzáis a la elfa en algún momento, aunque no sé qué importancia tiene eso.
EliminarAcercaros al cáliz.
ResponderEliminarYa iba tocando...
¿Seguro que no preferís procrastinar un poco más?
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