Aunque poco a poco el recelo está haciendo mella en la mente colectiva y la prudencia ha volcado más votos de los habituales en la opción menos comprometida, aún hay una mayoría de audaces entre vosotros. Eso debería evitar que esta aventura se convierta en una visita por el Laberinto Mortal organizada por el Imserso. Además, quien no arriesga no gana. Es verdad que tampoco se convierte en cliente del servicio de pompas fúnebres por la vía exprés ni acaba en el hospital con el esqueleto convertido en un puzle, pero me atengo al aforismo.
Sea como fuere, habéis decidido trepar el gran ídolo de bronce para haceros con las esmeraldas que tiene por ojos. Pero ¿estáis preparados para cometer este sacrilegio? ¿Lo estáis de verdad?
Dedicáis tres segundos de vuestro tiempo a valorar si el acto de encaramarse a la estatua de una figura probablemente sagrada constituye una profanación. Llegáis a la conclusión de que os importa un bledo. Si el barón Sukumvit quería que nadie se subiese encima del ídolo, que lo hubiera puesto dentro de una vitrina o al menos que le hubiese colocado un cartel de "Prohibido tocar".
Camináis alrededor la estatua para considerar vuestras opciones. Su superficie de metal pulido complica la escalada. Escojáis un punto u otro de ascenso, subir a pulso sería más peligroso que ofrecerse a donar sangre en la provincia de Mortvania. Podríais resbalar, perder el equilibrio, fallar una prueba de Suerte por mi culpa e iros de bruces al suelo. Quizá no sería una caída mortal, pero el morrón y la consecuente pérdida de puntos de Resistencia no os los quitaría nadie.
Suspiráis.
En días como este, desearíais que os hubiera picado una araña radiactiva.
El Spider-Brazalete, la alternativa japonesa a la picadura de una araña. |
Esperad un instante... ¿No llevabais una cuerda? Tendría que habérseos ocurrido a vosotros solos en la entrada anterior, pero el libro me obliga a preguntaros igualmente.
Y sí, efectivamente tenéis una cuerda. La encontrasteis en la habitación del foso. El foso en el que os escogorciasteis, para más señas.
Hacéis un lazo, agarráis el rollo sobrante de cuerda en una mano y el nudo con la otra y, con una rotación de muñeca constante, volteáis el lazo por encima de vuestra cabeza. Parecéis un auténtico cowboy, pero no un auténtico cowboy de verdad, sino uno que hubiera aprendido todo lo que sabe viendo videotutoriales en YouTube.
Lanzáis el lazo a la cabeza del ídolo y, con la maestría que solo otorga la experiencia, conseguís que caiga alrededor del cuello... al septuagésimo cuarto intento. Pero lo que cuenta es el resultado.
Pegáis un par de tirones para aseguraros de que el lazo está tenso y bien asegurado, y dejáis el rollo de cuerda en el suelo. Ahora toca trepar. Si queréis rezar algo a los dioses del metal, este es un buen momento.
Os escupís en ambas manos y frotáis una con la otra para repartir bien la saliva. A falta de talco, buenos son gargajos. Flexionáis las rodillas y...
"¡Alehop!", exclamáis.
Dais un salto de rana olímpica para agarraros a la cuerda, tan alto como sois capaces de alcanzar. Rápidamente, hacéis una tijera con los pies para pinzar la soga y utilizarla como soporte. Ascendéis con la agilidad de una cabra montés.
Parece que este no es vuestro primer rodeo. ¿Acaso solíais escaparos del templo por la ventana atando sábanas o quizá es que trabajasteis una temporada como acróbatas en el circo? Si me contáis vuestra historia, prometo fingir que me importa.
Aquí no hay trampa ni cartón. |
Llegáis hasta arriba en un periquete. Estoy impresionado. Y pensar que, si hubierais girado a la izquierda en el primer cruce, probablemente no habríais conseguido la cuerda y os la habríais tenido que jugar a una tirada de dados para alcanzar vuestro objetivo. Hasta la decisión más aleatoria genera ramificaciones imprevisibles. Tenedlo presente la próxima vez que os saquéis un moco y lo tiréis por ahí.
Sin dejar de sujetar la cuerda, os sentáis a horcajadas en el puente de la nariz del ídolo. Desde aquí sus ojos verdes tienen un brillo hipnótico.
"Hmmm... ", murmuráis, absortos.
Durante un instante estáis a punto de recordar algo clave, pero el pensamiento se esfuma tal y como asoma su cabecita. Quizá no fuera tan importante. No es que varios de vosotros mencionaseis información relevante en la entrada anterior por ser unos cagaprisas.
Os encogéis de hombros y desenvaináis la espada para serviros de ella como palanca. Las esmeraldas deben de valer una fortuna. Ahora solo tenéis que: 1) extraerlas procurando no precipitaros al vacío, 2) conseguir escapar con ellas del Laberinto Mortal, 3) huir de la ciudad antes de que el barón se entere de que las habéis mangado, 4) llevarlas a un tasador de confianza que no os delate a la primera de cambio, y 5) buscar un comprador en el mercado negro para deshaceros de ellas sin que el barón pueda rastrearos. Pan comido.
¿Qué esmeralda queréis sacar primero?
- La del ojo que tenéis a mano izquierda. Ese es el ojo derecho de la estatua.
- La del ojo que tenéis a mano derecha. Ese es el ojo izquierdo de la estatua.
¿Os estoy liando más de la cuenta? Espero que no.
Tenéis hasta el jueves 16 a las 12:00 CEST para votar. En Twitter podéis hacerlo aquí.
Viendo esto, debe ser:
ResponderEliminarLa del ojo que tenéis a mano izquierda. Ese es el ojo derecho de la estatua.
👁 👁
♢ ☠
Habría que ser muy cabrón para pintar la pista al revés...
¿Y si habéis mirado el pergamino al trasluz?
EliminarMenos mal que mis compañeros tienen mejor memoria que yo! También voto por correo el ojo que tenemos a mano izquierda.
ResponderEliminarPertenecer al Colectivo Borg tiene sus ventajas.
EliminarPues ahora si que estoy liado. Por una parte, mi tendencia natural me dice que siempre a la izquierda, pero por otra no si el croquis del amigo Gorm (presunto) está dibujado tal cual o con efecto espejo ¿conocen los bárbaros los intrincados caminos de los selfies? ¿por qué se guardan extrañas pistas en los gayumbos? En fin, elijo la que tengo a mano izquierda, total una decepción más...
ResponderEliminarEn el trasfondo que solo existe en mi cabeza, el bárbaro no es el autor del jeroglífico. Se lo robó a uno de los empleados del Laberinto, pero, incapaz de memorizar semejante volumen de información, decidió llevar el pergamino encima.
EliminarBueno, que tomamos la decisión una entrada antes te da más tiempo para pensar la redacción de la siguiente entrada, ¿no? Y pues como me he liado con eso de que mi derecha es la izquierda del otro lado, respecto a mi referencia del punto de vista distinto y eso, pues sigo la manada y voy por la mano siniestra (i. e. la mano izquierda).
ResponderEliminar¿A qué hora he publicado la entrada? ¿7:25? Pues eso significa que la cerré a las 7:24. Voy con poco margen, me temo. Ni siquiera me planteo escribir hasta que veo que la decisión está ya muy clara, y a partir de ahí es cuando busco huecos. No son entradas largas, pero tienen su intríngulis y no todos los días estoy inspirado. Se hace lo que se puede. :)
EliminarEl ojo izquierdo también, más que nada por que tengo la esperanza de que si ahí una trampa nos será más fácil escapar sin escojonarnos colgando de nuestro brazo bueno (siempre que seamos diestros, que eso creo que no lo hemos visto en todo el libro).
ResponderEliminarDe haber puesto la opción, bajamos sin tocar ningún ojo y nos vamos cacareando cual gallina, sería la que habría elegido.
Ojo izquierdo me refiero a mi ojo izquierdo. Que si miro a la estatua de frente sería su ojo izquierdo.
EliminarPero como lo saco desde detrás de la estatua... por qué seguro que detrás de la esmeralda del ojo ahí una flecha que se activará cuando saque el ojo. Así que sacó la esmeralda sin que me dé la flecha... Siempre que en el cogote no tenga la estatua una trampilla que claramente se vea que es una trampa.
Voy a mentir y decir que entiendo qué opción has elegido.
EliminarOjo derecho de la estatua (y no el ojo izquierdo como puse en la entrada anterior queriendo poner "lado izquierdo").
ResponderEliminarLa cojo con la mano del tenedor mientras me sujeto con la mano del cuchillo.
Lo malo es que ya no podremos conseguir la magnífica bandera pirata que había en el ojo izquierdo. O quizás en la siguiente entrada, si el truco es una sola esmeralda correcta y no un orden correcto de sacar las dos.
Una bandera pirata también puede ser una capa estupenda.
EliminarMenudo lio con diestra y siniestra se ha montado por aqui,venga, elijo, el ojo que tenemos a mano izquierda (ojo derecho de la estatua) y cruzemos los dedos, aunque ahora que lo pienso, me he liado con esto tb y no se si cruzar los dedos de la mano izquierda o derecha, jajaj
ResponderEliminar¡Y no te olvides de los dedos de los pies!
EliminarTengo una memoria de chorlito. Menos mal que he visto el primer comentario y... pues eso vamos a por el ojo que tenemos a mano izquierda🎯🤺
ResponderEliminarPara la memoria te recomiendo evitar los golpes en la cabeza. Parece la forma más práctica de abrir puertas o clavar un clavo, pero tiene sus riesgos.
EliminarPara mí la prohibición más sagrada de traspasar es un cordón de terciopelo granate, con eso la estatua sí que estaría segura de nuestros largos dedos.
ResponderEliminarQuiero sacar el ojo derecho de la estatua. Bueno, yo no quería robar nada, porque soy honrado, pero visto que la mayoría decide robar como mínimo no robar la que parece una trampa mortal, como mínimo más trampa mortal que la otra.
No he incluido un cordón de terciopelo por no dilatar más el juego (y porque no se me ha ocurrido), pero me habría gustado ver qué decisión tomabais en esa situación.
EliminarOjo que tenemos a la izquierda, ojo derecho de la estatua. Y una vez quitada la gema, parecerá que te está guiñando un ojo. Debe ser algo de la cultura de esta zona, si te guiñan el ojo derecho quieren ligar contigo, si es el izquierdo quieren matarte.
ResponderEliminarEl choque cultural sería menor si hubierais comprado una guía de viajes.
EliminarVoto por USAR pergamino CON estatua rechoncha y que se desbloquee la opción "coger joya que no tiene trampa".
ResponderEliminarLo siento, esto no es juego de LucasArts. Pero ojalá lo fuera.
EliminarPues voto como la mayoría coger la joya que tenemos a mano izquierda, que la derecha de la estatua. Desde luego, sin la pista sacada del taparrabos del bárbaro la elección es totalmente aleatoria y parece que elegir mal lleva a la muerte. El señor Livingstone debió pensar que ya el lector ha había avanzado lo suficiente para empezar a poner trampas mortales.
ResponderEliminarMuchas gracias Tipo de La Brocha por el trabajo que haces elaborando estas entradas. Yo lo estoy disfrutando mucho :)
A sir Ian Livingstone le daban muchas collejas en el colegio. Y gracias a ti.
EliminarVamos a ver, que esto quede claro: elijo la opción de coger la esmeralda que tenemos a mano izquierda (vamos, el ojo derecho de la estatua).
ResponderEliminarPD: Señor Brocha, es usted diabólico. Qué manera de confundir a los lectores de mente débil.
A veces hasta me confundo yo mismo.
EliminarYo voté izquierda y mantengo mi voto. Desenvainemos nuestra espada-palanca y ¡a saquear se ha dicho!
ResponderEliminarCerdito Malva dice que ¡NO, NO COJÁIS LOS OJOS DE BUDA! ¡NO PERTURBÉIS A BUDA! ¡TIENE QUE SER UNA TRAMPA! ¡Y NO ME HE EQUIVOCADO EN TODO EL CAMINO SALVO AL PRINCIPIO CON ESE ESTÚPIDO COFRE LLENO DE MONEDITAS! Pero que igualmente va a traicionar totalmente sus principios para votar conjuntamente con la masa en vez de aferrarse a una digna abstención. Así de hipócrita es el ser humano a veces.
En fin, dos votos por aquí al ojo izquierdo y a ver qué nos depara el dejar tuerto al gordo.
Saqueo y destrucción de objetos de arte extranjeros. Está claro que este librojuego lo escribió un inglés.
EliminarAham... Vale... El ojo que está a mi izquierda, es decir: el ojo derecho de la estatua. ¿Derecho es porque no está torcido? Bueno... Eso.
ResponderEliminarNo tengo ninguna razón especial. Básicamente es que es la primera opción que pusiste...
Tendría que haber jugado al despiste también con lo de derecho-torcido. ¿Por qué no se me ocurren a mí esas ideas?
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