Hay días (suelen ser sábados) en los que no entiendo por qué narices habré publicado tantas reseñas en Letterboxd y Goodreads. "¡Pero si tengo un blog!", me digo. "¿Es que estoy tonto o qué?". La respuesta a esa pregunta siempre es sí. Por lo tanto, he pensado que, de vez en cuando, rescataré los textos que crea que merecen la pena para publicarlos aquí.
Para empezar con buen pie, esta entrada recopila mis reseñas de la saga original de El planeta de los simios, el clásico de la ciencia ficción estadounidense. Por mi propia salud mental, las he repasado e introducido pequeños cambios para avergonzarme un poco menos de ellas, pero, si las leísteis en bruto, dudo que encontréis alguna diferencia. Menos pulgas quizá.
El planeta de los simios
Año: 1968.
Dirección: Franklin J. Schaffner.
Guion: Michael Wilson y Rod Serling.
Música: Jerry Goldsmith.
Reparto principal: Charlton Heston, Roddy McDowall, Maurice Evans y Kim Hunter.
Reseña: Aunque me gusta la serie original de Star Trek por su visión optimista del futuro (y sus colorinchis sesenteros), hay días en los que prefiero ver ciencia ficción fatalista y cargada de mensaje social, sobre todo si incluye monos con fusiles.
Este filme parte de la idea de la novela homónima de Pierre Boulle, pero se distancia de su tono satírico y crea su propia imaginería para construir una alegoría política delirante que podría haber sido uno de los mejores episodios de La dimensión desconocida.
La película es visualmente icónica, tiene una banda sonora adelantada a su tiempo, aireó el culo de Charlton Heston, y, en su último plano, contiene uno de los giros más efectivos de la historia del cine. El final es tan potente que dejaría que el doctor Zaius y su equipo de veterinarios me practicasen una lobotomía, si así pudiera volver a disfrutar de esta historia sin saber cómo acaba.
Además, la película nos dio uno de los mejores números musicales de Los Simpson.
Valoración: ★★★★½
Regreso al planeta de los simios
Año: 1970.
Dirección: Ted Post.
Guion: Paul Dehn y Mort Abrahams.
Música: Leonard Rosenman.
Reparto principal: James Franciscus, Kim Hunter, Maurice Evans y Linda Harrison.
Reseña: El planeta de los simios fue una de las películas que salvaron a 20th Century Fox de la bancarrota. Por lo tanto, no es de extrañar que el estudio diera luz verde a una secuela en menos de lo que se tarda en gritar "¡Quita tus sucias patas de encima, mono asqueroso!".
Sin embargo, librarse de la bancarrota no es lo mismo que ir sobrado de pasta. En la entrada a la década de los setenta, las cuentas de Fox aún estaban tiritando así que Regreso al planeta de los simios se rodó con la mitad de presupuesto que la primera parte. Os diría que apenas se nota, pero para creéroslo tendríais que taparos los ojos cada vez que aparece un grupo de figurantes con caretas de simio compradas con las vueltas del pan, y quizá mirar a otro lado cuando el protagonista entra en ese Nueva York subterráneo de corchopán cuyas pinturas mate transmiten menos profundidad que un muro de ladrillos.
A esas carencias se suma la desaparición parcial de Charlton Heston, que solo sale al principio y al final de la cinta. Por alguna razón, Heston prefería rodar Los indomables en Hawái que pasarse varios meses corriendo por el monte en taparrabos y rodeado de simios. No obstante, y tras las negociaciones de rigor, el actor accedió a grabar cinco días y se llevó por adelantado un buen pellizco del presupuesto. Por eso, el protagonista no es Taylor, sino otro astronauta que casualmente ha ido a parar al mismo futuro distópico y que parece un facsímil a escala 1:2 del propio Heston, solo que con un caché más discreto.
El resto del reparto principal sí volvió para la secuela, con la excepción de Roddy McDowell, que estaba dirigiendo una película y no pudo repetir como Aurelio (Cornelius, en la versión original).
La historia, sin ser ni mucho menos un desastre, avanza a trompicones y parece un eco cutre de su predecesora, al menos hasta que asoman los mutantes telépatas subterráneos. Incluso los mensajes sociopolíticos se repiten, aunque en esta ocasión tienen la sutileza de un taladro percutor manejado por un gorila.
Ahora bien, para lo mal que suelen salir las secuelas cuando se hacen deprisa y corriendo, esta es mejor de lo que esperable. A pesar de todos sus problemas, tiene cierto encanto ingenuo y su hora y media se pasa volando. Obviamente, ningún momento es tan icónico como el descubrimiento de la Estatua de la Libertad de la primera parte, pero también aquí hay algunas escenas memorables, como cuando los mutantes revelan su cutis descuidado o Nova inicia su efímera carrera en el campo de la comunicación verbal. Y desde luego tampoco podemos olvidarnos del atómico clímax de la película, propuesto por el propio Heston para evitar que el estudio hiciera más secuelas. El plan no funcionó, pero al menos a él no volvieron a llamarlo hasta que Tim Burton hizo su deplorable remake.
En definitiva: está bien.
Valoración: ★★★
Huida del planeta de los simios
Año: 1971.
Dirección: Don Taylor.
Guion: Paul Dehn.
Música: Jerry Goldsmith.
Reparto principal: Roddy McDowall, Kim Hunter y Bradford Dillman.
Reseña: Tres chimpancés con trajes de astronauta y una bolsa de viaje estrellan una nave espacial en la costa estadounidense. El ejército, en lugar de acribillarlos a tiros y llevar sus cuerpos al laboratorio de alguna oscura agencia gubernamental, los recibe pacíficamente. Eso no es ciencia ficción. Es fantasía.
A esta película pueden achacársele dos problemas (o tres, si contamos los económicos disfraces de los supuestos primates reales): uno, que, para ahorrar costes, transcurra en el "presente"; y dos, que tergiverse la mitología de sus predecesoras.
Ninguno de esos problemas me importa un pimiento.
Recuerdo haber visto esta película varias veces en la tele cuando era un crío y haber pensado siempre en qué simpáticos eran los "monos". Y sí, efectivamente, verlos descubrir el mundo moderno es divertido y te ayuda a empatizar con ellos. En efecto, yo tampoco me siento cómodo con que me midan el tiro del pantalón.
Pero, aunque el humor está presente en muchas escenas, toda la cinta es una tragedia en ciernes. ¿Te has encariñado con Zira y Aurelio? Estupendo, ahora prepárate para verlos sufrir a medida que la trampa que sentencia su destino y el de toda la humanidad se cierra sobre ellos.
La sobriedad característica del cine de los setenta, lejos de paliar el dramatismo de la historia, hace que su final sea más áspero todavía (Lo que no quita para que el último plano sea una obra maestra de la comedia involuntaria).
Huida del planeta de los simios es la entrega más conmovedora de la saga y, después de la primera parte, la que más veces habré visto.
Valoración: ★★★½
La rebelión de los simios
Año: 1972.
Dirección: J. Lee Thompson.
Guion: Paul Dehn.
Música: Tom Scott.
Reparto principal: Roddy McDowall, Don Murray y Ricardo Montalbán.
Reseña: La rebelión de los simios (Conquest of the Planet of the Apes, en el inglés original, porque menudo lío de títulos) es mi secuela favorita de la saga.
Aunque no pondría la mano en el fuego, es probable que esta sea la primera película de ciencia ficción que vi siendo más o menos consciente de cuál era el mensaje que querían transmitir. Era solo un crío, así que desconocía el significado de la palabra alegoría, y desde luego no tenían ni pajolera idea de las protestas y disturbios raciales que había habido en la década de los sesenta y principios de los años setenta en los Estados Unidos. Sin embargo, de una forma muy básica e inocente, tenía claro que la historia estaba utilizándose como vehículo para denunciar una situación social.
Más allá de los temas que toca, la historia es interesante y está bien escrita. Hay partes que tienen poco o ningún sentido, pero, aun así, es fácil obviar los detalles absurdos y dejarse arrastrar por los personajes y la trama. Si puedes creerte que unos señores disfrazados de chimpancés son animales de carne y hueso, también puedes creerte que los hayan domesticado en menos de diez años y que evolucionen lo bastante rápido como para aprender a usar armas de fuego y lanzar cócteles molotov.
También hay que destacar la actuación de Roddy McDowall, cuya interpretación de César tiene un magnetismo tremendo y está plagada de matices. En particular, me encanta cómo mezcla la intelectualidad del personaje con el sentido del humor para recordarnos que es tan hijo de Aurelio (interpretado por el propio McDowall en la primera y en la tercera parte) como de Zira.
Además, la película luce mejor que sus dos predecesoras. Y no lo hace porque 20th Century-Fox se rascase el bolsillo. De hecho, se apretó todavía más el cinturón. Pero el equipo supo reducir costes sin abaratar el aspecto del filme. La ciudad del futuro en la que se desarrolla la trama era parte del complejo financiero Century City, antiguo plató de exteriores de Fox y cuya arquitectura tardomoderna no necesitaba ningún cambio para parecer futurista; el interior del edificio en el que adiestran a los simios era un plató ligeramente remozado del telefilme La ciudad bajo el agua; y las computadoras del centro de mando las tomaron prestadas de la teleserie El túnel del tiempo. Incluso los coloridos monos que llevan los simios (no va con segundas) eran remanentes de Viaje al fondo del mar.
Por supuesto, la dirección del británico J. Lee Thompson también ayuda a que todo parezca más grande de lo que realmente es: un mismo pasillo puede pasar por otro si se cambian el ángulo y la iluminación; un encuadre más cerrado disimula las limitaciones del plató; y si los extras se colocan aquí y allá, da la impresión de que hay cincuenta simios delante de la cámara en lugar de solo diez. Es una realización económica e inteligente.
Si tuviera que ponerle una sola pega a la película, sería que el clímax se hace largo. No digo que ver a una tropa de simios descalabrando nazis durante veinte minutos me aburra, pero prefiero las partes de la historia que conducen hasta ese punto.
Valoración: ★★★★
La conquista del planeta de los simios
Año: 1973.
Dirección: J. Lee Thompson.
Guion: Paul Dehn y John William Corringtonn.
Música: Leonard Rosenman.
Reparto principal: Roddy McDowall, Claude Akins y Natalie Trundy.
Reseña: Hacía unos veinte años que no veía esta película, pero mi recuerdo de ella era poco generoso y malsonante. Vista ahora, creo que no está tan mal y que su mala reputación es inmerecida. Eso no quita que me siga pareciendo la entrega más floja de la saga, pero no porque sea más cutre que las anteriores (aunque está a dos decorados cochambrosos de convertirse en una peli de cosplayers en el bosque), sino porque la historia que cuenta es más bien anodina.
La idea de que la bondad y la maldad no son cualidades exclusivas de una especie, aparte de ser un tema excelente para tratar en una obra de ciencia ficción, es coherente con el tipo de temas tratados a lo largo de la saga. Sin embargo, el conflicto civil a que da lugar pasa demasiado tiempo en segundo plano, y la reflexión se nota dispersa y poco trabajada. La película prefiere centrarse en su lugar en una confrontación insulsa y circunstancial que, al llegar el "gran" desenlace, desemboca en una batalla entre simios a caballo con metralletas y mutantes de saldo montados en vehículos de guerra (incluido un autobús escolar).
Más que una película de ciencia ficción, es una película de acción. Entretiene, pero no cuenta nada nuevo. Y el final buenista es olvidable.
Valoración: ★★½
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ResponderEliminarYo también creo que gran parte del éxito de estas películas, el que hayan aguantado tan bien el paso del tiempo pese a que los temas que tratan son muy de su época, en bastantes casos, es que son películas que están bien escritas y bien actuadas. Los actores son actores de verdad, están actuando, se creen lo que están haciendo, tienen buenos personajes, con una evolución y unas motivaciones verosímiles. No son meros extras con careta, si me entiende lo que quiero decir. No son películas que sean un festín de pirotecnia y efectos especiales (o peor, de CGI desalmado). Es descorazonador ver las películas de ciencia-ficción que se hacen ahora, todas homogéneamente iguales, con esa fotografía grisácea oscura horrorosa, excesivamente filtrada y sobreproducida, que parece que todo pase en un día de invierno a las cinco de la tarde. Las películas de aquella época podrían parecer cutres, pero siempre resultaban auténticas: el polvo manchaba, las armas pesaban, los caballos eran de verdad y los decorados no eran pantallitas azules todo el rato.
ResponderEliminarEn fin, gracias por la entrada
Muchas gracias a ti por tus comentarios. He eliminado con todo el dolor de mi alma los primeros por la extensión, pero los he guardado en mi archivo personal. ¡Escribe un blog!
EliminarResulta curioso que en la reseña de la primera peli la compares con un episodio de la "dimensión desconocida", pero no menciones que "Rod Serling" (el guionista de la peli), era el creador de la "dimensión desconocida".
ResponderEliminarSPOILER
La verdadera intención de "Serling" es que el guion transcurriese en unos "años 60" alternativos dominado por simios y al final que el astronauta "George Taylor" muriera. el único problema era que al productor, "Arthur p. Jacobs" quería un final abierto a una secuela, por lo que "Serling" acepto de reescribir el guion, pero se negó a participar en las secuelas, ya que el quería hacer una sola historia y no varias de la novela original.
No lo menciono expresamente porque es una reseña breve, pero la conexión viene de ahí. ;)
EliminarAh! Se me olvidó comentar que la trama del guión original se publicó en un cómic titulado "El planeta de los simios: visionarios" que publicó Panini hace unos años,pero creo que actualmente está descatalogado.
ResponderEliminarHe leído algunos cómics de El planeta de los simios, aunque ninguno memorable. Eran cruces con Star Trek y Tarzán.
EliminarCreo que el "problema" de esta saga es que la primera es "demasiado potente" a partir de ahí solo podían ir para abajo.
ResponderEliminarPero las secuelas están entretenidas, destaco a los actores que defienden bien a los personajes.
Respecto a la última ,es de acción dentro y fuera de las cámaras, al parecer pasó esto:
"Hace algo menos de dos años hablé con Paul Williams, el compositor pop, quien estaba lleno de historias sobre su primer gran trabajo de actor : interpretar a un orangután en la película La batalla por el planeta de los simios. Durante el rodaje, El Sr. Williams se levantaba a las 3:30 a. m., luego permanecia maquillado durante tres horas. Durante una de esas sesiones, el maquillador, Kenny Chase, comenzó a discutir extensamente los méritos de la bebida favorita de ambos, el Margarita. "Me volvía loco hablando de margaritas", dijo el Sr. Williams. "Al mediodía ya no podía soportarlo más. Estaba realmente harto. Agarré a Kenny y lo metí en mi auto". El auto era un Bugati de 1935. "No es un auto que pase desapercibido , pero aquí va este Bugati conduciendo por Pico Boulevard a la hora del almuerzo con un orangután al volante. Condujimos hasta la Casa Escobar y entramos. Kenny me tomó del brazo y se acercó al maitre .
Le preguntó: '¿Podemos tener una mesa en un rincón oscuro? Queremos estar solos'".
- CUE (November 18-24 1974)
Paul Williams aka Virgil aka Swam en el Fantasma del Paraiso.
Buena anécdota de rodaje. En The Tonight Show, Paul Williams cantó Here's That Rainy Day disfrazado de orangután y cigarro en mano. Merece la pena verlo.
EliminarEspera...espera ¿ me estás diciendo que el Swan de El Fantasma de El Paraíso sale en ésta haciendo de orangután..? ¡No me acordaba yo de éso! Voy a tener que volverla a ver.
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