1 de mayo de 2019

Juego de Tronos: La Larga Noche


Creo que pocas veces he estado más tenso y angustiado viendo una serie de televisión que con este episodio. Por un lado, estaba tan concentrado en lo que estaba sucediendo, tan metido en la acción, que me daba todo el apuro parpadear o coger el móvil para consultar el tiempo que haría esta semana o ver gifs graciosos de gatitos; tenía la sensación de que podían cargarse a cualquiera de mis personajes favoritos en cualquier momento y que, si hacía un gran esfuerzo y no cerraba los ojos, podía evitar que ocurriera.

A lo anterior hay que sumar que me daba la impresión de que cerrarían el episodio sin haber resuelto la batalla de Invernalia o, peor aún, habiéndola resuelto con una derrota de esas que te dejan hundido, quizá obligando a los escasos supervivientes a buscar el auxilio de su mayor rival entre los vivos. Esto me hizo estar muy pendiente del reloj. "Buf, queda media hora; aún puede pasar de todo". Uy, quedan diez minutos; esto tiene que acabar ya". "¡¿Cinco minutos?! ¡¡¿CINCO MINUTOS?!! ¡Van a morir todos!". Y yo el primero de un apechusque.

En definitiva, pese a todos los defectos que pueden achacársele a este episodio, que no son pocos, ha sido una experiencia cardíaca increíble y no hay nada en televisión que pueda comparársele.


En Invernalia (otra vez)


El ejército de los muertos está a las puertas y el miedo se respira en el ambiente. También se respira el aroma a café y tostadas. Supongo que si todos se han despertado antes para combatir a las huestes del Rey de la Noche, al menos habrán desayunado bien.

Mientras los indefensos y los débiles bajan a la cripta (porque, recordemos, no hay manera más inteligente de sobrevivir del apocalipsis zombi que refugiarse en un cementerio subterráneo), las tropas forman dentro y fuera de las murallas.

La vanguardia del comité de bienvenida está compuesta por centenares de jinetes dothrakis, a los que lidera Jorah Mormont. No son los diez mil dothrakis con los que Viserys pretendía conquistar Poniente, pero son mogollón. Contrariamente a cualquier lógica estratégica, estos bárbaros serán los primeros en atacar a un enemigo cuya organización y número desconocen. Por supuesto, también serán los primeros en espichar, y lo harán fuera de cámara, porque rodar con caballos demostró ser muy caro y complicado en la batalla de los bastardos, y esta temporada ya es bastante cara sin necesidad de meter a centenares de equinos en semejantes fregados.

Curiosamente a los dothrakis les acompaña el lobo huargo acondroplásico de Jon, Fantasma. El canis lupus ya había salido en el episodio anterior, pero no lo mencioné porque incluso si lo hubieran sustituido por un cactus u otro elemento decorativo, no habría supuesto ninguna diferencia.

Me pareció ver un lindo lobito.

Tras los dothrakis se extienden filas y filas de Inmaculados, comandados por Gusano Gris. Son hombres hechos para el campo de batalla, entrenados para obedecer sin miedo...; pero incluso ellos sienten una ligera flojera intestinal ante este panorama tan oscuro y funesto. Sobre todo oscuro; a doscientos metros de donde están no se ve tres en un burro.

Si no recuerdo mal, los soldados del Valle ocupan los flancos, que es donde debería estar la caballería según la estrategia militar más elemental desde los tiempos de Celedonio, el vendedor de sandalias (coetáneo de Alejandro Magno). Pero todos van a pie. Deben de haber dejado los caballos que cambiaron el curso de la batalla de los bastardos comiendo zanahorias en el establo. A los hombres del Valle los dirige Brienne de Tarth, recién nombrada caballero de los Siete Reinos en una ceremonia informal. Jaime Lannister y Podrick hacen bulto dentro de este mismo grupo. Bien por ellos.

Por último, entre las sobras del pueblo libre y de la guardia de la noche, están Tormund Matagigantes, Beric Dondarrion, el Perro, Gendry, Samwell Tarly y Edd el Penas. Sí, es una panda de desarrapados, pero una cosa diré a su favor: nadie encaja mejor que ellos en el concepto de carne de cañón y, pese a ello, su índice conjunto de supervivencia es del 66,66%.

Sansa y Arya Stark observan el campo de batalla desde las almenas, expectantes. La mayor de las hermanas está aquí para guardar las apariencias y solo le falta sacar unos binoculares con mango extensible para dar más la nota.

Jon Nieve y Daenerys Targaryen vuelan con los dragones (¿en qué iban a volar si no?, ¿en ala delta como los ewoks?) hasta lo alto de una colina. Desde allí contemplan la impresentable disposición de sus tropas. Para colmo de males, la visibilidad al norte de Invernalia es nula; una oscuridad densa como el puré oculta a las tropas del Rey de la Noche.

Como suele decir Melisandre, la noche es oscura y alberga errores. Errores del director de fotografía mezclados con problemas de compresión propios de la plataforma de HBO, que provocan que la imagen pierda claridad y muestre horribles escalados de grises. En en el móvil, la pantalla está tan negra que es como mirar al fondo del pozo al que tiraron a Sadako, y en el ordenador (desde el que he sacado las imágenes de esta entrada), aunque la cosa mejora, no tiene ni de lejos la calidad que uno esperaría de una serie de este nivel. Solo en el televisor he conseguido ver bien el episodio. Habrá que esperar a los Blu-ray para que ese bien se convierta en un excelente.

Es la noche del terror ciego.

-El Tipo de la Brocha ha estado toqueteando el brillo y el contraste de las imágenes.
-Ah, eso explica los píxeles como puños.

Y hablando de Melisandre...

Un jinete solitario se acerca a la puerta principal. No es un caminante blanco ni un espectro; tampoco un testigo de Jehová, aunque se le acerca bastante. Bajo la capa escarlata, Davos Seaworth reconoce el rostro del jinete: es Melisandre, la mujer roja, sacerdotisa del Señor de Luz. El Caballero de la Cebolla había jurado hacerle un traje de madera de pino si volvía a verla, porque un día la dejó de canguro, a ella le dio por organizar una barbacoa infantil y... fue un desastre.

Melisandre se acerca a uno de los cabecillas dothrakis y, recitando su peculiar abracadabra, hace arder la hoja del arakh con el que va armado. Ante la atónita mirada de los presentes, todas las armas de los dothrakis se encienden con la llama de R'hllor. La moral asciende en Invernalia, pero no reirán cuando les llegue la factura de la luz.

-¿Dónde está el botón de on?

-Ah, aquí estaba.

Melisandre entra en la fortaleza. Al ver que Davos la mira con resquemor, le dice que se relaje, que no hará falta que le pegue una puñalada trapera, porque morirá "antes de que acabe el episodio". Normalmente no es tan precisa en sus profecías, pero esta ya tuvo un teaser en la temporada anterior y ha podido currársela durante más tiempo.

Arakhs flamígeros en mano y con un alarido que recuerda al grito de guerra de Xena la Princesa Guerrera, los dothrakis cargan hacia la oscuridad en el ataque frontal más estúpido de la historia de la caballería. Las catapultas arrojan bolas en llamas por encima de sus cabezas con total desprecio por la vida humana.

La oscuridad engulle a los dothrakis. Desde Invernalia, todos ven cómo las llamas de sus arakhs van apagándose a velocidad de vértigo a medida que los zombis se los ventilan. Gran trabajo. ¿Cuánto han aguantado?, ¿casi medio minuto? Incluso un nonagenario con bronquitis tarda más en apagar las velas de su tarta de cumpleaños.

Qué bochorno.

*Sigh*.

Solo Jorah y un puñado de dothrakis regresan con vida del encontronazo, humillados y magullados. De Fantasma no hay ni rastro, pero es probable que se distrajese con algún cuervo o saliese corriendo en otra dirección tan pronto como se olió la derrota.

El tiempo de los dothrakis ha terminado. También el tiempo de las estrategias suicidas. Una ingente masa de espectros surge de la oscuridad y el sunami de muerte y putrefacción choca contra las primeras líneas de defensa.

No hay orden ni concierto en el ataque de los Otros. Ningún esqueleto toca un fémur a modo de flauta ni utiliza cráneos como tambores. Tampoco hay esqueletos gaiteros. Solo un torrente tras otro de violencia salvaje e incontenible... Me recuerda a mi última gastroenteritis.

Desdramatización.

La infantería aguanta el empellón a duras penas. Entre lo oscuro que está todo y las tomas que duran dos segundos, es difícil enterarse de qué está sucediendo. Lo único evidente es que los vivos tienen las de perder en este despiadado intercambio de mordiscos, cuchilladas y porrazos. Los espectros matan con fiereza irracional, sin preocuparse por si su seguro médico cubrirá la pérdida de brazos y piernas; sus gritos y gruñidos guturales hielan la sangre de sus contendientes humanos. Si habéis estado en un concierto de Megadeth, sabréis de qué hablo.

La cosa pinta tan fea que, aunque el plan era esperar a que el Rey de la Noche diera la cara para achicharrarlo con fuego de dragón hasta reducirlo a cenizas, Dany no es capaz de asumir las bajas que están sufriendo y monta en Drogon para auxiliar a su ejército. Jon la sigue a regañadientes montado sobre Rhaegal y juntos rocían de napalm a centenares de espectros.

"Me gusta el olor del napalm por la mañana", dice Robert Duvall, que pasaba por allí.

Sin embargo, los espectros son demasiado numerosos como para que unos cuantos centenares menos marquen alguna diferencia.

Además, esto no es más que el esbozo de la pintura negra que está por dibujarse. La noche de los muertos vivientes ha comenzado.

El fuego de dragón es precioso... visto de lejos.

Al ver que la situación empeora por momentos, Arya le dice a Sansa que no intente acaparar protagonismo y baje a la cripta para ponerse a salvo. Al menos allí los muertos tienen la decencia de permanecer muertos. De momento.

Para que tenga algo con lo que defenderse, le regala un pincho de vidriagón y le da un valioso consejo: "No corras con él en la mano o acabarás sacándole un ojo a alguien".

Creo que es el mismo consejo que Jon le dio a Arya cuando le regaló Aguja en el segundo episodio de la serie.

-¿Estás segura de que no era algo sobre clavarles la parte afilada?
-Sí, segurísima.

Más allá de las murallas, la infantería las está pasando canutas. Nada podría haber preparado a los hombres para esto. Ni siquiera un cursillo rápido por internet de esos en los que puedes descargarte un diploma en pdf cuando los terminas. Con membrete. ¡Membrete!

Samwell Tarly, que no tiene la forma física adecuada para afrontar esta amenaza y probablemente se arrepiente de no haberse escondido en la cripta, está a un tris de convertirse en un capricho gastronómico para desaseados descerebrados hasta que Edd Tollet acude en su auxilio.

Pero el alivio de Sam apenas dura unos instantes, porque los muertos no les dan tregua y un zombi apuñala a conciencia a Edd por la espalda. El pobre muere con la palabra "Sam" en la boca. Y sangre, mucha sangre. O quizá sea el pastel de frambuesas del desayuno, que le ha sentado mal.

Espero que Sam esté contento, porque de haber hecho caso a sus amigos y haberse quedado en la cripta con los demás inútiles, ahora Edd, el personaje favorito de los fans, quizá estaría vivo. ¿Y qué es lo más a lo que puede aspirar Sam en esta batalla?, ¿a rodar por el suelo como una albondiguilla para que sus enemigos tropiecen con él?

En cualquier caso, os voy a pedir un segundo de silencio en memoria de Eddison Tollett, la primera baja relevante del episodio. No digo que una vida valga más que otra, pero desde luego que palme el Lord Comandante de la Guardia de la Noche es más relevante que el que lo hagan el dothraki nº 6 o el soldado del Valle nº 38.

-Muero como viví: con gran pena.

Los espectros siembran el caos y la destrucción a su paso, y los hombres caen como moscas. Pero un mal día siempre puede empeorar. De repente, una ventisca de componente sobrenatural ciega a los jinetes de dragones, inclinando aún más la balanza del lado de los muertos.

La situación es insostenible, y los comandantes ordenan a las tropas que se replieguen, que en lenguaje llano significa "pies para que os quiero". Los Inmaculados cubren la retirada del resto del ejército hasta el interior de la fortaleza.

"¡Cruci, cruci, no vale!", gritan algunos a la desesperada.

Desde las almenas, Arya dispara su arco para mantener al Perro a salvo. Ella tampoco quiere perderse la Cleganebowl.

En el patio de la fortaleza, Lyanna Mormont da órdenes de mantener el portón abierto y protegido mientras pasan las tropas. No soy ningún experto en asedios, pero creo que la clave de los portones, como elemento de seguridad, es que estén cerrados a cal y canto.

Por suerte, nuestros héroes tienen un plan de contingencia. La fortaleza está rodeada por una enorme trinchera repleta de estacas y, cuando el enemigo llega hasta allí, Gusano Gris se encarga de levantar la única sección de la estacada que permanecía bajada. En la escala de eficiencia, esto solo es un poco mejor que un cartel de "Cuidado. Piso mojado", pero lo pueden mejorar.

Davos coge un par de antorchas y hace la señal convenida para que Dany y Jon enciendan la estacada con el fuego de dragón; pero, por culpa de la ventisca sobrenatural, ninguno de ellos ve más allá de sus narices. Aparentemente tampoco son capaces de deducir por sí mismos lo útil que sería ahora mismo interponer una barrera de fuego entre los supervivientes y la horda gorda de espectros.

El Caballero de la Cebolla ordena a los arqueros que prendan las estacas empapadas en queroseno con flechas, pero el temporal frustra sus esfuerzos. El portador de la antorcha olímpica también intenta llegar hasta allí, pero lo placa un zombi que antes era jugador de los Last Hearth Packers.

A tomar por saco el plan.

-¿No fastidies que no me ven? ¡Pero si soy de lo poco que se ve en este episodio! ¡Malditos sicansíos!

Melisandre, escoltada por los Inmaculados, abandona la relativa seguridad de la fortaleza y se arrodilla frente a la trinchera para encenderla con un conjuro.

"¡Señor de Luz, protégenos!", ruega en idioma valyrio.

"El teléfono al que llama no existe", suena al otro lado del éter.

La mujer roja lo intenta de nuevo.

"¡Señor de Luz, protégenos!".

"El teléfono al que llama se encuentra apagado o fuera de cobertura".

Los soldados caen por docenas.

"¡Señor de Luz, protégenos!", suplica Melisandre con una nota de miedo en la voz.

"El tiempo de espera para ser atendido por R'hllor es elevado. Si lo desea, puede contactar con él enviando un cuervo a...".

Los muertos avanzan imparables hacia la trinchera. Si Melisandre usase ropa interior, tendría que cambiarse las bragas; pero controla su cagalera y sigue repitiendo el conjuro.

"¡Señor de Luz, me cago en tus muertos pisados!", grita, desesperada.

El fuego se enciende y se extiende velozmente por la trinchera, formando una impresionante barrera ígnea alrededor de la fortaleza.

Algunos espectros, los más entusiastas y cagaprisas, intentan cruzar de todos modos y caen pasto de las llamas. Pero la mayoría de ellos se detiene frente al fuego con cara de estar esperando el autobús. Los muertos aguardan el momento propicio para atacar.

Hay quienes prefieren tener un parterre...

..., pero no Melisandre. Oooh, brilla.

En la cripta, el ambiente es tan deprimente como opresivo. Mujeres, ancianos y niños permanecen sentados en silencio, apiñados, temblando de frío y miedo. El único sonido que se oye es el llanto de un bebé, porque en una escena tan cliché como esta no podía faltar el puñetero llanto de un bebé.

Tyrion Lannister pimpla y camina en círculos. Frustrado, le dice a Varys que deberían estar arriba, luchando.

"Tal vez veríamos algo que a los demás se les pasa, algo que puede ser decisivo", dice.

Vista la penosa estrategia de combate que han desplegado en la planta de arriba, con que alguien hubiera leído Teo va a la guerra o un manual de asedios para tontos ya habrían salido ganando.

Sansa le dice a Tyrion que cuanto antes admita que serían tan útiles en la contienda como un par de patines para dragones, mejor para él.

Los dos recuerdan su breve matrimonio, y Sansa reconoce que él fue el mejor de sus maridos. Teniendo en cuenta que Tyrion compite con un psicópata que despellejaba viva a la gente, no es decir mucho. En cualquier caso, ella cree que lo suyo nunca funcionaría, porque "vuestras divididas lealtades podrían ser un problema". En otras palabras: a la reina dragón le sentaría como una patada en el culo que su Mano confraternizase con la señora de Invernalia.

Missandei, que había estado muy atenta a la conversación, los manda a hacer puñetas, ofendida. A ver, bonita, que a ti nadie te ha dado vela en este entierro.

En todo caso, espero que este cruce de palabras no traiga cola, porque como Dany empiece a pensar que Tyrion puede hacerle la cama, se lo da a Drogon de tentempié y se queda tan ancha.

-Veo mi futuro negro.
-¿Otro chiste sobre la calidad visual del episodio? Qué pesado.

En el Bosque de Dioses, Theon le pide perdón a Bran por la inocentada aquella de intentar matarlo junto a su hermano Rikkon para arrebatarles Invernalia.

"Pelillos a la mar", dice Bran con palabras mucho más sosas y que hablan del destino.

Dando la conversación por cerrada, Bran pone los ojos en blanco y alquila un espacio en la mente de una bandada de cuervos para localizar a su némesis. Ya sabéis cómo son estos chicos góticos.

En medio de la ventisca, el Rey de la Noche vuela a lomos de Viserion. Cuando los cuervos se le arriman, se da por aludido y mira a cámara, alzando la mano como si fuera a coger una pieza de fruta en el supermercado. Perdón, quería decir que alza la mano en un gesto posesivo y amenazador.

-Buuuu... Je, je, je. ¿A que doy miedo?

El Rey de la Noche da la orden silenciosa a los espectros de que formen ingeniosos puentes de cadáveres incinerados arrojándose al fuego de la trinchera. Qué apañados son estos zombis.

Davos se lleva las manos a las mejillas y grita asustado. O lo haría si fuera Macaulay Culkin en Solo en casa. Pero, desafortunadamente, no lo es. Macaulay Culkin habría preparado mejor las defensas.

Sorteada la trinchera, los zombis trepan por la muralla y se apilan a sus pies a medida que los defensores humanos les machacan el cráneo, creando montañas de cuerpos que facilitan el ascenso a sus corruptos colegas. No hay nada aquí que recuerde a Guerra mundial Z.

Nuestros héroes luchan a brazo partido contra la turba putrefacta, pero alguien ha extendido el rumor de que dentro regalan entradas para el concierto de Bob Dylan en Sevilla y las almenas acaban petándose de zombis. Las apuestas están 7 a 1 en contra de los vivos.

-De uno en uno, de uno en uno, que hay cerebros para todos.
-¿Pero nosotros comemos cerebros?

Debo decir que la batalla en sí es bastante de Invernalia confusa, y aunque ya he visto el episodio dos veces, en ocasiones me resulta difícil orientarme. ¿Quién acaba de clavarle un hacha a ese zombi en la sesera? ¿Ha sido Podrik?, ¿Gendry quizá? ¿Era ese Howard el Pato? No lo sé.

En parte, esa desorientación es intencionada y se utiliza para provocar ansiedad y desasosiego en los espectadores, algo de lo que el director del episodio, Miguel Sapochnik, sabe un rato. Sin embargo, hay un recurso que se repite en varias escenas y que me mosquea.

A veces, vemos a uno o varios personajes en una situación de la que es imposible que salgan de una pieza (por ejemplo, a punto de ser empotrados desde todas las direcciones por zombis, como si fueran el participante más débil de una orgía necrófila), pero, en el preciso instante en que ya no hay vuelta de hoja, se produce un corte brusco, pasamos a otra escena y, cuando volvemos con esos personajes, siguen luchando como si no hubiera pasado nada. Esa tensión es de baratillo.

Además, la batalla contra el Ejército de las Tinieblas necesita más Ash Williams.

-Groovie.

Mientras sus compañeros sufren y sobreviven gracias al trabajo en equipo (habría que contar de cuántas melés se salvan Jaime y Brienne por luchar codo con codo), Arya se luce propinando palazos a diestro y siniestro con su nuevo y reluciente bastón de vidriagón. Ninja power!

Pero los enemigos no parecen tener fin, e incluso una ninja como ella acaba viéndose desbordada. Una fea herida en la cabeza le hace darse cuenta de que no es invencible y decide hacer mutis por el foro.

Sé exactamente cómo se siente porque he pasado por esta misma situación. En su día, jugué mucho al Gauntlet.

-Yo soy cola, tú pegamento.

El Perro, paralizado por el miedo al fuego, la inevitabilidad de la muerte y la posibilidad de ser objeto de algún chiste patético en este blog, ha dejado de aplastar cráneos e ignora los berridos de Beric, que le ruega que deje las fobias y la autocompasión para el psiquiatra y vuelva a la refriega.

"Combatimos a la muerte", dice Clegane. "No se vence a la muerte".

Palpatine no opinaba lo mismo, y basta con escuchar cómo se troncha de risa en el tráiler de Star Wars: Episodio IX - El ascenso de Skywalker para saber quién tiene razón.

Solo cuando Beric le dice que Arya está en un brete, el Perro sale de su estupor traumático y entra en acción. La situación general le supera, pero la microgestión se le da mucho mejor.

Los dos hombres siguen a la muchacha al interior de la fortaleza.

-Salva a uno. Salva a una persona.

-Eso puedo hacerlo. Gracias, Ben Affleck.

Lyanna Mormont y sus hombres hacen lo que pueden por proteger el portón, pero todo se va al carajo en el momento en que irrumpe en el patio un gigante zombi tan grande como el difunto Wun Wun y diez veces más feo.

La señora de la Isla del Oso no se amilana y, echando a un lado el canguelo y el sentido común, lanza un desesperado grito de guerra, alza su hacha y corre hacia el gigante sin achantarse.

Lógicamente todo sale tan mal como cabía esperar. El coloso muerto la agarra con su manaza y la estruja como si fuera uno de esos juguetes con sonidos chillones para perros, solo que el sonido que produce este juguete es el de costillas rotas y vértebras desmenuzadas.

Lyanna saca fuerzas de la flaqueza (literalmente, porque está aplastada) y ensarta el ojo bueno del gigante (el único que tiene, porque es tuerto). El descomunal zombi se desploma y la chica muere a su lado por causas naturales. Es bastante natural que uno muera si tiene los órganos internos espachurrados.

En retrospectiva, me alegro de no haber incluido a Lyanna en la necroporra, porque jamás hubiera pensado que se la ventilarían. O lo hubiera pensado, pero me habría negado a creerlo. Soy débil de corazón. Padezco cardiopatía congénita.

-¿Quieres ser mi amiga?

-Creo que paso.

Daenerys y Jon, a lomos de los dragones, tienen un breve pero intenso encontronazo con el Rey de la Noche, que intenta abrasarlos con el fuego azul de Viserion.

En un momento de calma posterior a este bailoteo de dragones, hay un plano precioso de Drogon y Rhaegal entre nubes con la luna de fondo. Parece una de esas pinturas clásicas de los libros de fantasía que no te dejan tener en casa si no eres virgen.

♪ I believe I can fly
I believe I can touch the sky ♪

Arya despliega unas habilidades de infiltración dignas de Solid Snake y sobrevive a una secuencia de cine clásico de zombis en la librería de Invernalia.

Por desgracia, tan pronto como sale al pasillo, se cruza con un tropel de espectros que estaban buscando el cuarto de baño y acaba espatarrada en el suelo luchando por su vida.

El Perro y Beric llegan a tiempo de salvarla, pero el acólito nº 1 del Señor de Luz recibe varios mordiscos que le llegan hasta las canillas. Malherido, Beric decide quedarse atrás para dar a sus compañeros la oportunidad de escapar y tapona el pasillo con su cuerpo mientras los zombis le aplican una clase nueva de acupuntura en los riñones.

Me da penilla verlo sacrificarse, pero si pensamos que este es el papel que R'hllor le tenía reservado y la razón por la que lo ha resucitado tantas veces, no es un final tan grandioso como podíamos esperarnos. Quiero decir, el Señor de Luz podría haber conseguido el mismo resultado tirando un armario ropero en mitad del pasillo.

-Tiene gracia, por un momento ha dejado de dolerme el lumbago.

Arya y el Perro llegan al gran salón y bloquean la puerta con una exquisita colección de jarrones chinos de la dinastía Ming.

Dentro encuentran a Melisandre jugando sola al tute. Arya no se cruzaba con ella desde la tercera temporada, y no se despidieron en buenos términos (recordemos que la sacerdotisa la separó de Gendry, que por aquel entonces ya le hacía tilín).

La mujer roja había previsto que volverían a encontrarse y le recuerda algo que le dijo cuando se conocieron: que Arya cerraría ojos "marrones, verdes... y AZULES". El énfasis lo pone en azules, por si no os quedaba claro con las mayúsculas.

Como la mayoría de profecías de esta serie, esta también es lo suficientemente vaga como para que ahora tenga un significado mucho más preciso del que cabía imaginar.

"¿Qué le decimos al dios de la muerte?", pregunta Melisandre.

"Ni idea", contesta Arya.

"¿Cómo que 'ni idea'? ¡Decimos: 'Hoy no'! ¡Acuérdate, niña! Es lo que te enseñó Syrio Forel, tu tutor de esgrima, en la primera temporada".

"¡La primera temporada! ¡¿Pero cómo voy a acordarme yo de eso?! ¡Si hasta tuve que escribir una lista para saber de quién tenía que vengarme!".

"Bueno, tú quédate con lo de cerrar ojos azules".

Arya sale de allí con decisión en la mirada.

No sé vosotros, pero este es el punto exacto en el que supe que Arya iba a matar a Tormund.

-Y recuerda: el Rey Brujo de Angmar no caerá por mano de ningún hombre.

El Rey de la Noche realiza un vuelo rasante y revienta una de las murallas de la fortaleza con el aliento atómico de Viserion, permitiendo que una nueva tromba de espectros penetre en la fortaleza. No es un buen día para estar vivo.

Jon embiste a Viserion con Rhaegal, y los dos dragones se enzarzan en una danza aérea de zarpazos, dentelladas y llamaradas. ¡Pelea de dragones!

Por desgracia, Rhaegal recibe más puntos de daño que su hermano reanimado, y acaba desplomándose con un ala descuajaringada (lo sé porque lo dice la sinopsis oficial de HBO; de lo contrario aún dudaría sobre si está vivo o muerto). Jon debería haber equipado a su dragón con un chaleco ignífugo antimordiscos y misiles tierra-aire.

Daenerys toma el relevo y lanza a Drogon contra Viserion. La jugada le sale a pedir de boca, y el Rey de la Noche cae de su montura y aterriza con sus frías nalgas en el campo de batalla. Viserion se aleja para lamerse las heridas o comer cacahuetes.

Aprovechando la ventaja que le confiere su posición, Dany ordena a Drogon que incinere al Rey de la Noche:

"Tostarys", dice, empleando la lengua valyria.

El dragón no repara en el consumo energético y sus poderosas llamaradas envuelven al Rey de la Noche. ¡Visquen les Falles!

Dany se las da tan felices hasta que ve una familiar figura, helada y cornuda, asomar sonriente entre las llamas.

El Rey de la Noche es tan inmune al fuego como los Pokémon roca a la electricidad y, con una pachorra sorprendente, recoge su lanza matadragones. Dany y Drogon captan la "indirecta" y se dan el piro.

Hablar no habla el condenado, ¡pero bien que sonríe!

Jon, recuperado de la caída pero desfondado por la montaña rusa voladora a la que ha sobrevivido, corre detrás del Rey de la Noche, que se dirige a pata a la fortaleza sin mucha prisa.

Aunque el representante del Gran Otro reconoce la persistencia de Jon, no está por la labor de perder el tiempo en un épico duelo de espadas, por mucho que algunos fans se enrabieten.

Imitando al emoticono que se encoge de hombros, el Rey de la Noche reanima los cadáveres de los caídos en combate. Jon se queda a cuadros. Ya vimos al Rey de la Noche hacer lo mismo en Casa Austera, así que no se de qué se sorprende Jon. O a lo mejor no es sorpresa lo que delata su rostro, sino una "depre" galopante.

Entre los muertos se levantan Edd el Penas, Lyanna Mormont y ese dothraki al que hemos visto tantas veces con Daenerys y cuyo nombre solo los verdaderos fans conocemos: Aurelio. Todos ellos están terroríficamente muertos. Todos tienen los ojos azules como estrellas en llamas. O como Frigurones, el polo con forma de tiburón de Frigo.

El Rey de la Noche continúa su camino mientras la legión de los hombres sin alma rodea a Kit Harrington para pedirle un autógrafo.

Jon zarandea la espada sin mucho entusiasmo, como si estuviera espantando moscas. Yo necesito un ansiolítico.

-Shake it, baby!

Antes de que ocurra lo peor, Dany y Drogon descienden y salvan a Jon de esta última hornada de espectros, allanándole el camino para que pueda llegar a la fortaleza.

Con lo que no contaba Dany al aterrizar es con que docenas de zombis se encaramarían a Drogon como garrapatas. El dragón se agita para librarse de la plaga zombi y el bamboleo provoca que la khaleesi pierda el equilibrio y se pegue un costalazo contra el suelo. A estas alturas, lo normal es que a alguien se le hubiera ocurrido colocar una silla de montar con cinturón de seguridad en estos lagartos.

Desesperada y asustada, Dany ve a Drogon alzar el vuelo para quitarse de encima a sus molestos pasajeros.

Los zombis se le acercan. La khaleesi retrocede, aterrada y arrepentida de vestir de blanco. No es tan dura sin sus lanzallamas voladores.

Siempre oportuno, Jorah llega justo a tiempo para proteger a su reina, pero ambos son conscientes de que sus enemigos los superan en número y de que él no está ya para muchos trotes. Si al menos Jorah pudiera viajar a una dimensión paralela del futuro en la que fuera un cruzado enmascarado y contara con un arsenal de artilugios avanzados y diseñados para el combate...

Dany toma una espada de vidriagón y se une a su amigo más leal en la lucha. No es que sea una gran guerrera, pero al menos sabe que hay que agarrar la espada por el mango.

-¡Venid a por la épica, que os voy a dar yo épica!

En la cripta ocurre lo que toda persona con dos dedos de frente se esperaba que sucediese: los difuntos reviven y abandonan sus tumbas.

Y aunque no pretendo disculpar a los genios a los que se les ocurrió la idea de meter a toda esta gente en la cripta, sí diré que, en teoría, los sepulcros deberían haber sido capaces de contener a sus descompuestos inquilinos. Sin embargo, aunque las tumbas parecen de roca sólida, deben de estar construidas con cartulina, porque hasta el puño podrido y huesudo de un zombi puede atravesarlas con facilidad. ¿Habéis probado en dar un puñetazo a un trozo de mármol? Ni la Novia de Kill Bill podría partirlo con toda la fuerza de su kung-fu. Levantar losas de cien kilos tampoco es fácil con los tendones podridos.

Los difuntos de la Casa Stark empiezan a perseguir a los refugiados de un lado para otro. Por los pasadizos se oyen gritos de terror y desesperación. Me recuerda a los dibujos animados de Scooby Doo, pero con más virulencia y menos efectos sonoros de risa.

Ocultos detrás de una de las tumbas, Tyrion y Sansa intercambian miradas significativas. Él besa la mano de ella y los dos salen armados con un par de dagas para buscar un escondrijo mejor. Cuando corren, Tyrion se convierte en el doble enano de Chucky, el muñeco diabólico.

Espero que todos aprendan a no profanar el sueño de los muertos.

-Sal tú primero.
-No, mejor tú.

Los hombres del hierro practican el tiro al pato con los espectros, pero poco a poco todos acaban cayendo. ¿Todos? ¡No! Theon, el último hombre vivo, resiste ahora y siempre al invasor, y cuando ya no le quedan flechas, se lía a rematar muertos a golpe de pica, poseído por un frenesí guerrero.

Y, contra todo pronóstico, gana. O al menos eso piensa él hasta que ve a docenas de espectros rodeando el gran arciano. La música tristona le ayuda a asumir la gravedad de su situación.

El Rey de la Noche entra en el Bosque de Dioses escoltado por sus lugartenientes.

A no ser que los Otros hayan desarrollado una alergia mortal a los arcianos, Theon se puede ir despidiendo de este mundo.

"Theon", le llama Bran. "Eres un buen hombre. Gracias".

El hombre del hierro llora. Y no porque el Cuervo de Tres Ojos le venga con estas melonadas cuando están a punto de servir de pasto a los zombis, sino porque por fin puede afirmar que ha saldado la deuda que tenía pendiente con su familia adoptiva. Por primera vez en años, está en paz consigo mismo; su camino de redención ha concluido. Decidme que no le mereció la pena perder el pito para esto.

Con todo, este es el momento exacto del episodio en que se me llenaron los ojos de lágrimas. Los GEO habían disparado gas pimienta a través de las ventanas y tuve que huir del piso franco. Continué viendo el episodio desde el teléfono móvil.

Theon carga contra el Rey de la Noche, tratando quizá de hacer tiempo para que algún héroe de verdad aparezca, y lo convierten en un pincho moruno. ¡Elegid vuestra propia aventura si la realidad os entristece!

-Theon... Eres chachi.

-¿"Chachi"?

Esquivando una lluvia de zombis que el hombre del tiempo no había previsto, Jon intenta llegar al Bosque de Dioses a toda costa, incluso si eso supone ignorar a amigos en peligro (aunque, en el caso de Sam, es improbable que los espectros alcancen algún órgano vital entre toda esa ropa de abrigo y las capas de grasa). Pero hay un último obstáculo con el que la medianía de Poniente no había contado: un dragón zombi con manía persecutoria.

Por suerte para Jon, la misma llamarada azul capaz de destruir las murallas de la fortaleza de Invernalia e incluso el Muro (protegido por encantamientos y hechizos desde los tiempos de Maricastaña), ahora ni siquiera calienta las endebles paredes y los ridículos parapetos tras los que se escuda nuestro intrépido héroe mientras juega al pilla-pilla con el furioso lagarto. ¿Será que los Stark construyen las estructuras más grandes con pladur para ahorrar costes?

Pero el juego del gato y el ratón no puede durar siempre. Jon sabe que apenas tiene margen para rescatar a Bran y abandona su escondite, enfrentándose cara a cara contra Viserion. La carne humana se considera muy hecha por encima de los 70º C y el fuego de dragón zombi apenas alcanza los 2000º C, ¿qué podría salir mal?

"El primero en parpadear o reírse pierde", podría haber sugerido Jon, pero prefiere lanzar un grito estúpido y desafiante.

-¡Puagh! ¡Te canta el aliento a sardinas!

Los caminantes blancos esperan en la entrada del Bosque de Dioses mientras su líder avanza triunfante hacia Bran.

El Rey de la Noche se lo toma con calma, como si detrás de sus pasos lentos y medidos hubiera un par de mentes sádicas y perversas que disfrutasen provocando infartos a los espectadores.

Lo reconozco: tengo el estrés por las nubes. Mejor me tomo otro cafecito.


De repente, Bran enciende los motores cohete instalados en su silla de ruedas y escapa hacia el firmamento, riendo.

"¡Hasta la vista, pringados!", gritaría si eso hubiera sucedido y el Cuervo de Tres Ojos tuviera algo de personalidad.

El Rey de la Noche se prepara para desenvainar su espada y acabar lo que vino a hacer: lonchitas de Bran.

En ese instante, su sentido arácnido cosquillea.

Arya aparece de un salto ninja detrás de él, como salida de la nada. En su mano empuña el puñal de vidriagón que le regaló Bran en la temporada anterior y que a este, a su vez, le regaló Meñique. Si nadie lo quiere, ella ya sabe a quién puede metérselo por donde no brilla el sol.

-¡Ataque sorpresa por el culo!

El Rey de la Noche se gira en redondo y atrapa a Arya por el cuello con una mano y por la muñeca con la otra.

Puede que él mismo se esté preguntando de dónde puñetas ha salido esta chica. ¿Estaba encaramada como un babuino a la copa del arciano? ¿Se había escondido acaso bajo la nieve? ¿O ha entrado por el mismo sitio que el resto del personal y nadie se ha fijado en ella porque es muy bajita? En serio, ¿cómo de sigilosa puede llegar a ser una loba ninja?

Tal vez este uno de esos detalles sobre los que es mejor no hacer preguntas.

-Tenías una araña en el hombro.

Arya está a punto de confesar dónde han escondido los planos de la Estrella de la Muerte cuando se le ocurre una idea: ¡utilizar la cámara lenta para incrementar su agilidad y reflejos en un 70%! La chica suelta el puñal, lo coge al vuelo con la mano libre y, ante la mirada perpleja del Rey de la Noche, se lo clava en el mesogastrio y hunde la hoja hasta el páncreas, ¡la fuente secreta de su poder!

Frosty el Muñeco de Nieve estalla en cubitos de hielo, y Arya y Bran aprovechan para servirse un refresco. Los caminantes blancos y el ejército de los muertos caen con su rey, incluido Viserion, que estaba a punto de convertir a Jon en un churrasco.

La batalla ha concluido y la han ganado los buenos, o al menos los que tienen unos hábitos de higiene más saludables. Hay una lección que aprender de todo esto, pero yo no estoy seguro de cuál es y hoy He-Man no está aquí para enseñárnosla. A mí se me ocurre esta: "Mucho ojito con las bajitas".

-¡Me chifla el granizado!

Fuera, Jorah sucumbe a sus heridas.

"Ay, pupa", dice.

Dany sostiene el cuerpo inerte de su fiel amigo entre sus brazos y llora desconsolada.

Es un momento triste, pero quizá la Madre de Dragones debería esperarse a hacer recuento de las tropas que le quedan para enfrentarse a Cersei, que entonces sí que va a tener motivos para llorar. Debería ir pidiendo una nueva remesa de Inmaculados por paquetería urgente a Essos.

El desparasitado Drogon desciende y trata de confortar a su madre, haciéndose un ovillo a su alrededor; un ovillo aterrador de gruesas y ásperas escamas, pero no por ello menos tierno.

-Siempre te recordaré como un amigo, Jorah.
-¿E-el mejor amigo?
-Amigo y punto, ¿vale?

-¿Puedo comérmelo ya, mami?
-Sí, por favor.

Bajo la atenta mirada de Davos, Melisandre abandona la fortaleza y camina entre las pilas de cadáveres hacia el horizonte, aliviada porque ha cumplido su destino y no tiene que quedarse para limpiar el estropicio.

La mujer roja se quita el collar mágico (a la venta en tiendas online desde 30 €) y envejece rápidamente.

Instantes antes del alba, se convierte en confeti y sus restos se los lleva el viento, tal y como decía su horóscopo.

La Llorona: orígenes.

Hmmm... ¿Victoria?

PD: El que sea capaz de reconocer todos los títulos de películas de muertos vivientes que hay en esta entrada, se llevará un premio. Y ese premio es mi más sentida enhorabuena. Con un lacito.

20 comentarios

  1. Yo pille la referencia de Jorah y Batman de Titans!
    Soy especial!!
    Grande la entrada, gracias

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el articulo, me ha molado!
    Creo que la iluminación, aunque "defectuosa" ha sido la adecuada, refuerza el realismo de la serie, me acuerdo que la battala del Abismo de Helm la iluminacion era muy buena... para ser de noche...
    Ahora, podrían haber prendido algunas pilas de madera a lo lejos para ver un poco que es lo que pasaba.
    OTro ejemplo es el hundimiento del TItanic, que se veía todo perfectamente, cosas de Hollywood.
    Algo que no me gusto nada fueron los fallos estratégicos, fueron bastantes garrafales, sin sentido, mas buscando la estetica que la logica.
    Otro problema es el "plot armor" de algunos personajes, tuviste miedo en algun momento que le pasara minimamente algo a Jon y Dan? a que no? antes eso no pasaba.
    O los muertos que no pueden romper una puerta y los muertos de la cripta partiendo las paredes de piedra con huesos... En mi mente simplemente movieron las lapidas y salieron, ala (hubiese molado verlos con coronas y trajes antiguos)
    PEro bueno, es como tu dices al principio, con sus defectos, es lo más brutal filmado en toda la serie de la television, tanto por la inversion emocional en los personajes como por la escala.
    En este episodio nos hemos dado cuenta todos que es mejor hacerse una picara que un guerrero, eh? grande Arya, jaja
    No me lo esperaba para nada
    La gente dice que elfinal fue muy repentino, pero yo no lo veo así, vamos.
    Que los dioses te sean propicios

    ResponderEliminar
  3. Un capitulo espectacular, aunque no se puede negar, no es ni de lejos la mejor batalla de toda la serie. Ni tiene la gran dirección de la Batalla de los Bastardos ni la chicha argumental de Aguasnegras, pro ha tenido sus buenos momentazos. Eso no se lo quita nadie.

    Quitando esas imágenes tan oscuras y esas incongruencias en la estrategia de defensa, la verdad es que ha tenido sus cosillas, entre ellas, Arya de ninja por la biblioteca, Melisandre usando tras tanto tiempo sus poderes de nuevo y la batalla en los cielos de los dragones con algunos planos muy guapos. Y las muertes, claro.

    Lo de Lyanna Mormont me ha dejado en shock, ya veo que a esta gente no les tiembla el pulso para ponerse hardcore. La de Edd se veía venir, la verdad. Theon me ha tocado mucho la patata con ese intercambio con Bran antes de morir. Creo que ha sido la defunción que mas me ha dolido de este capitulo, pese a verse venir. Jorah, bueno, palmó con su amada khaleesi al lado. Que le quiten lo bailao al hombre.

    Lo del Rey de la Noche ha sido una sorpresa de las grandes. Esperaba que cayera aquí, pero no a manos de Arya. La verdad es que ha sido algo inesperado, pero eso me hace pensar que, si le han dado una muerte tan tocha, es poco probable que sea ella quien se cepille a Cersei. Me da cada vez mas en la nariz que se va a llevar cierto ballestazo al final.

    En fin, un gran capitulo con tremendos fallos que no lo convierten en la mejor batalla de la serie (aunque tiene delito, siendo la mas decisiva e importante), pero que aún así, se disfruta.

    Como siempre, gracias gracitas por estas estupendas reseñas.

    ResponderEliminar
  4. Por qué este resulta ser un episodio histórico? Aparte de la producción, porque permitió que nos entregaras esta entrada (recapitulación, artículo... como quieras llamarlo).
    Saludos desde Bolivia, Tipo de la Brocha.

    ResponderEliminar
  5. Quizás la más importante este por llegar...

    ResponderEliminar
  6. A mi me parece genial que no se vea nada para dar agobio y caos. Espero que cuando salga el libro esta parte este escrita con una fuente a tamaño 3 y de color gris clarito.

    Lo que no me ha molado es que el malo final muera de un solo toque. Eso solo funciona en el Demons Souls...

    ResponderEliminar
  7. La loba ninja se ha apuntado un tanto y ahora su lista de muertes acaba de subir ampliamente (ya era la mas alta antes) con el Rey de la Noche y todo su ejercito.

    ResponderEliminar
  8. Cuantos muertos.

    Lo malo es lo que vendrá ahora, los ejércitos del Norte y de Daenerys han quedado prácticamente destruidos quedando sólo uno de los dragones como único contrapunto a las fuerzas de Cersei, que ahora más fácil que nunca para hacerse con el control de todos los reinos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cersei no cuenta con que Bran lo puede ver todo, quitandole el factor sorpresa.

      Eliminar
  9. *Dentro encuentran a Melisandre jugando sola al tute. Arya no se cruzaba con ella desde la segunda temporada

    Fue en la tercera.

    ResponderEliminar
  10. Jon es el peor líder estratégico de los siete reinos.

    Muy divertida reseña, lo mejor los dragones, Arya, el Perro, el trió Brienne de Tarth, Jaime Lannister y Podrick, con el final digno de Theon y Jorah.

    ResponderEliminar
  11. JauriJauriJauri3/5/19 09:43

    Muy emocionante el capítulo. Jon, el pobre no hace nada. Este es el episodio de Arya, indiscutiblemente. Arya en las almenas, Arya en la biblioteca, Arya en los pasillos y Arya en el árbol ese. Brutal

    ResponderEliminar
  12. Qué guapa es Melisandre cuando lleva el amuleto, luego ya si te hacen tilín las grannys pues eso... Pero con el amuleto, qué guapa es.
    Cuando terminó el episodio y una vez que me limpié los ojos de lágrimas derramadas en honor de Edd el Penas, Theon y los MOrmont medité sobre el tamaño de las fosas comunes que tiene que haber alrededor de Invernalia porque ya en la batalla de los Bastardos cayeron diez mil tíos (y tías) y en esta ni te cuento. A ver quién es el guapo (o guapa) que limpia todo esto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tras la Larga Noche es más que probable que en el Norte pase a ser obligatorio quemar todos los muerte, nada de fosas comunes ni de tumbas.

      Eliminar
    2. La barbacoa, la barbacoa
      La barbacooooa, la barbeque!!

      Eliminar
  13. El episodio me ha resultado algo decepcionante, casi ocho temporadas preparando la llegada del Rey de la Noche (desde el primer capítulo del libro y la primera escena de la serie, que ya ha llovido) y al final... se carga a cuatro pelagatos y lo matan de un navajazo en la tripa. Pues vaya.

    Juego de tronos tenía como uno de sus grandes valores el ser salvaje e impredecible, y es algo que se ha perdido desde que se quedaron sin material que adaptar, ahora se mueve a golpes de Deux ex machina y fan service. Pero centrémonos en lo bueno: la muerte de la niña Mormont fue el único momento que me conmovió, y la lucha de los dragones junto a la lluvia de muertos y el dragón-zombie desatado han justificado el episodio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y como opinión personal, han perdido la oportunidad de resolver mucho mejor el final del episodio: ¿la habilidad de Arya no es camuflarse usando las caras de los muertos? Pues blanco y en botella.

      Eliminar
    2. Dicen que al matarlos estallan en hielo, además, cómo hacerlo si están todos juntos?

      Eliminar
  14. La de capítulos que se pasó Dani juntando tribus de Dothrakis para acabar todos suicidados en 30 segundos y fuera de cámara, una verdadera lástima. Bueno, de todas maneras el único dothraki con carisma era Drogo.

    Una lástima también que los buenos tengan el factor campo a su favor y lo único que hagan es una fina linea de estacas ligeramente llameantes.

    Estrategias bélicas qüestionables a parte, buen capítulo, podría haver muerto alguien más, no se, por decir uno, por ejemplo Tormund, porqué hacia el final no sale por ningún lado o a lo mejor con tanta oscuridad me lo he perdido. Que conste que Tormund me cae muy bien, pero dudo que sea un personaje importante para acabar con Cersei.

    ResponderEliminar
  15. Hablo desde 2022 ya casi así pase las fiestas viendo por cuarta vez tronos y leyéndome tus entradas después de cada capítulo, soy ya tu fan, y aunque nose si mi comentario será aprobado, solo desearte que sigas con esa dialéctica tan propia y elocuente, es un placer haber disfrutado de tus entradas viendo de nuevo la serie, ha sido como verla con otros ojos Gracias por estos momentos.Viva el tipo de la brocha.

    ResponderEliminar

LEE ESTO ANTES DE COMENTAR: Al autor del blog le chifla recibir comentarios, pero todo tiene un límite. Con carácter general, los siguientes comentarios se eliminarán de la faz de la red: 1) los que no tengan un carajo que ver con la entrada, 2) los que falten el respeto sin ninguna gracia ni elegancia, y 3) los que puedan considerarse spam o sean más largos que un día sin pan (en principio, los que superen 300 palabras, ya sea individualmente o de forma concatenada).