17 de octubre de 2020

Jugad conmigo a 'La Mansión Infernal' (17)

¿Os habéis dado cuenta de que solo quedan quince días para que este evento termine? El tiempo corre y no tenéis ni idea de cómo de lejos llegaréis en vuestro recorrido por la Mansión Infernal ni que lograréis averiguar o si conseguiréis escapar con vida. Yo tampoco. Mi planificación no pasaba de la primera entrada. Solo nos queda seguir adelante.

Os acercáis a la puerta al final del rellano. Cómo no, tiene una placa:

APOLLYON

Solo una mala pronunciación daría pie al estúpido juego de palabras que se os está ocurriendo.

Notáis una ráfaga de aire en la nuca que os eriza el vello. Es como si algo se hubiese movido detrás de vosotros. Cerca. Extremadamente cerca.

Os giráis de un salto con el abrecartas en ristre, alertas y listos para acuchillar. No veis a nadie en el corredor. Qué raro. Por si acaso, os asomáis por encima de la balaustrada y miráis hacia abajo. La planta baja también está vacía, aunque desde aquí os dais cuenta de que la alfombra tiene unas oscuras manchas rojas que no habíais apreciado al entrar en la mansión. Podrían ser de tomate. Pero no creéis que sean de tomate.

Desecháis vuestras preocupaciones y os dais la vuelta para centrar vuestra atención de nuevo en la puerta de Apollyon. Lo que veis provoca que la mandíbula se os descuelgue hasta barrer el suelo.

Una figura de mujer, de un blanco translúcido, ha aparecido de la nada delante de vosotros, flotando a varios centímetros del suelo. No aparenta ni un día más de treinta años y, salvo por su condición incorpórea, podría salir perfectamente en cualquiera de las portadas de las revistas que escondía el conde en el laboratorio. Su melena larga y oscura ondea en el aire, y lleva un vestido de novia harapiento cuya amplia falda, hecha jirones, se mece con el mismo movimiento ondulatorio que el cabello. Es como si toda ella estuviese debajo del agua. Es una experiencia hermosa e hipnótica, como observar una lámpara de lava, pero con el riesgo de sufrir una fibrilación ventricular en cualquier momento.

El ilustrador no tenía ni idea de qué fondo tenía que dibujar, pero a la mujer fantasma la clava.

Lo curioso es que, pese a estar asustados, no sentís aumentar vuestro marcador de miedo. Estáis casi convencidos de que habéis visto esa misma cara antes, no hace mucho, aunque jurarías que entonces tenía pupilas y más color en las mejillas. La cuestión es dónde. Desde luego no fue en las revistas del conde. No deberíais haber bebido esta noche.

"¡Gracias a Dios, te he encontrado a tiempo!", dice el espectro. A pesar del tono apremiante, su voz es dulce, y os resulta tan familiar como el rostro. "¡Tengo que hablarte inmediatamente! Entremos en esa habitación".

La aparición atraviesa la puerta de Apollyon como si tal cosa, dejando una mancha blanquecina y mucilaginosa en la madera.

"Córcholis", decís.

¿Qué haréis a continuación?

  1. Seguís a la mujer fantasma. Al menos esta tiene la cabeza sobre los hombros, no como el espíritu chungo de la habitación Diabolus. Si pecáis de confiados, al menos no podrá decirse que tropezasteis dos veces con la misma piedra.
  2. Sopesáis de cuánta ayuda puede serviros el abrecartas en caso de tener que enfrentaros al fantasma y, hecho el "sopesamiento", os alejáis discretamente.

La cabeza del fantasma se asoma a través de la puerta.

"¿Vienes o qué?", dice. "No tenemos toda la noche".

Tenéis hasta las 20:30 CEST para votar, ya sea en los comentarios o en Twitter. Solo lo he dicho diecisiete veces, así que mañana volveré a repetirlo.

26 comentarios

  1. Departamos amistosamente con la dama del cuadro (es ella, verdad?) Ya nos ayudó antes, se la ve maja. A estas alturas no tendremos prejuicios con los fantasmas, no?

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    1. Es ella, sí. Pero no quería que fuera MUY evidente. El libro ni lo menciona, pero, claro, en el libro puedes encontrártela sin haber estado de cháchara con su retrato.

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  2. Recordad, ha dejado una mancha blanca, como el vino que la mozuela nos dijo de no beber. ¿Quien nos dice que no sea la vieja del cuadro transformada para atraernos y luego se vuelva viejuna de nuevo?

    Sólo hay una manera de averiguarlo, entrar tras el fantasma.

    P`adentro que vamos.

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    1. ¿Quién dijo que la vieja del cuadro fuera mala? Ella también tenía cosas interesantes que contar. Tenemos que ponerle freno a la gerontofobia.

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  3. Si nos suena de no hace mucho, obviamente será la mujer del cuadro, es la única chica que hemos visto por aquí, así que vamos a darle un voto de confianza y entrar, si nos quisiera atacar puede hacerlo tanto en el pasillo como dentro de la habitación, creo que el abrecartas tendría el mismo efecto en ambos lugares, eso si, si me equivoco, es hostil y sobrevivimos, a partir de entonces huiré de las apariciones como de la peste.

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    1. Con independencia de cómo vaya este encuentro, yo no descartaría huir de cualquier aparición posterior, si se os da la opción.

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  4. Evidentemente la aparición no puede ser Lady Magret porque ésta murió a los 32 años y el narrador omnisciente nos deja claro que la fantasma no tiene ni un día más de treinta. ¡Es una trampa! Pero como no entrar también es una trampa pues elijo ir para adentro...

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    1. Se conserva estupendamente. Pero ahí has hilado fino.

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  5. Seguimos al fantasma. Qué descortés por nuestra parte si no fuera así ¿No?

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    1. "La educación y la cortesía abren todas las puertas".

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  6. Pues es claro que otra vez estamos ante la dama del cuadro. Pues es claro que otra vez decidiremos por una absoluta lógica estratégica de meticuloso análisis. Es decir que elegiremos lo que nos salga de... Opción uno.
    Además, esto suena mucho a Zelda II y las señoritas que te pedían que las acompañaras a una casa y, sin poder ver lo que pasaba allí dentro, te restauraban la salud. ¿Qué mal puede haber en seguir sin chistar a damas (fantasmales o no) a sitios desconocidos?

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    1. Si de aquellas casas ajenas Link no salía más cansado, sino repuesto, es porque lo que sucedía dentro poco tenía que ver con nuestra calenturienta imaginación.

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  7. Pues habrá que entrar ¿no? Mucho se tiene que torcer la noche para que no mojemos.

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  8. Demostremos de nuevo que a nosotros las mozuelas de buen ver nos pueden convencer de cualquier cosa... Y en un libro juego también... Vayamos a APOLLYON.

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  9. Finalmente me he puesto al dia habiendo llegado tarde a la serie.

    Mi voto es entrar, no es muy de caballero plantar a una dama, además que a estas alturas nuestra ropa interior ya no tiene salvación.

    Puede que sea lady Margaret y logremos sonsacarle alguna información vital sobre el conde como el porqué esa obsesión de envenenar los alimentos o si habla dormido.

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    1. Más vale tarde que nunca. Y aún quedan unas cuantas entradas por delante. Espero contar con tu voto a partir de ahora.

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  10. Opción 1, si es una trampa espero que me mate de snuf snuf que es la mejor muerte que espero en una mansión embrujada.

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    1. Es pronto para morir, pero algún susto os vais a llevar.

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  11. 1. Seguimos a la mujer fantasma.

    Me dejo llevar por mi instinto más básico (que no es precisamente el de autoconservación). Y si al final es una trampa, oye, hay peores formas de morir.

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  12. 2.- Plantón a la fantasma. El no ya lo tenemos, así no tendremos dos.
    (Me equivoqué al votar en tuiter así que viendo que ganará la otra opción mantendré esta).

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    1. Conociendo el libro, este encuentro puede obviarse y te ahorras 1 punto de miedo. Sin embargo, es esencial para dar sentido a la historia. De hecho, no entiendo que Steve Jackson no lo hiciera obligatorio.

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  13. Conociéndonos como ya nos conoces, yo no sé ni por qué has preguntado. Te noto un poco apolliardado. Guiño, guiño, codazo, codazo

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    1. Digamos que tenía bastante claro cuál iba a ser vuestra decisión, pero me parecía feo no preguntaros.

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